Precalentar el horno a 205°C. Poner papel de hornear en una fuente de horno redonda de unos 23 cm. Cortar los champiñones en rodajas finas y los cherry en cuartos. Picar el resto de verduras en trozos pequeños.
En una sartén mediana, calentar unas pocas cucharadas de agua y añadir los champiñones, el pimiento, el calabacín y la cebolla morada. Cocinar a fuego medio, mezclando a menudo, hasta que las verduras estén tiernas y el agua se evapore, unos 10 minutos. Sacar del fuego y añadir los tomates.
En una licuadora, añadir la harina de garbanzos, el agua, la leche de soja, la levadura nutricional, el jugo de limón, el miso, el polvo de hornear, la cebolla en polvo, la albahaca, el fenogreco, la cúrcuma y la pimienta. Procesar hasta obtener una mezcla homogénea.
En un cuenco grande, mezclar las verduras con esta mezcla, y vertir en la fuente de horno. Aplanar la superficie. Hornear durante 30 minutos, o hasta que la superficie esté firme y se haya dorado y al insertar un cuchillo en el centro este salga limpio. (No quieres acabar con la mezcla poco cocida.) Sacar del horno y dejar enfriar en una rejilla durante 10 minutos antes de servir.
Tapar las sobras y refrigerar. Es mejor comerla en 3 días, pero puede durar hasta 5 si se guarda bien. Para comer caliente después, recalentar en el horno a 175ºC durante 12 minutos o en el microondas durante 2 minutos.