La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María José.
La restricción calórica puede aumentar los niveles de factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC) y se considera que esto desempeña un papel crucial en los trastornos del estado de ánimo.
Durante más de un siglo, el ayuno se considera como un tratamiento con una supuesta “gran utilidad para la conservación de la salud”, especialmente para rejuvenecer el cuerpo y, sobre todo, la mente. Sin embargo, cuando las personas ayunan durante incluso 18 horas, pueden acabar con hambre e irritabilidad. Después de uno o dos días, el estado de ánimo positivo disminuye y el negativo aumenta, y después de tres días, quienes ayunan pueden sentirse cada vez más tristes, autoculpabilizarse y sufrir una pérdida de libido. Entonces, algo extraño comienza a suceder. La gente experimenta un “[a]umento del estado de ánimo inducido por el ayuno… que se refleja en una disminución de ansiedad, depresión y fatiga y un mayor vigor”. Los estudios tienden a demostrarlo de forma generalizada. Una vez que superas el trance, quienes ayunan experimentan con frecuencia “un mayor nivel de vigilancia y una mejora del estado de ánimo, una sensación subjetiva de bienestar y, a veces, de euforia”. Y no es de extrañar, ya que, para entonces, los niveles de endorfinas podrían aumentar en casi un 50 %, como se ve aquí y en el punto temporal 01:06 de mi video El ayuno para tratar la depresión.
Esta mejora del estado de ánimo, el estado de alerta y la calma tiene sentido desde el punto de vista evolutivo, en cierto modo. Nuestro cuerpo quiere que nos sintamos mal inicialmente para que sigamos comiendo, día tras día, cuando hay comida disponible, pero si pasamos un par de días sin comida, nuestro cuerpo se da cuenta de que no podemos quedarnos lamentándonos sin más en nuestra cueva; necesitamos motivarnos para salir y encontrar algunas calorías.
Entonces, ¿se puede usar el ayuno para trastornos del estado de ánimo, como la depresión? Es estupendo que las personas puedan sentirse mejor después de unos días de ayuno, pero la cuestión clave gira en torno a la “persistencia de la mejora del estado de ánimo a lo largo del tiempo”, cuando el ayuno termina y se vuelve a comer. Las pocas pruebas que tenemos en publicaciones provienen de Japón y la antigua Unión Soviética, y algunas de ellas son simplemente ridículas, como este estudio que incluyó mujeres con una variedad de síntomas, de los que los investigadores culpan principalmente al conflicto en el matrimonio, como se puede ver a continuación y en el punto 02:08 de mi video. ¿El marido no te trata bien? ¿Qué tal si aplicamos un poco de “terapia de electrochoque”? Parece que eso no ayudó mucho, así que ¿y si probamos con la “terapia del hambre”? Por supuesto, dejar sin comer a las mujeres hizo que pasaran hambre, pero para eso está Largactil. Si se les sigue inyectando un antipsicótico para calmarlas, pueden salir adelante. Entonces, ¿qué pasó en el estudio? ¿Qué haríamos con esos resultados?
Otro estudio, sin embargo, se saltó la administración de Largactil. Los participantes ayunaron durante diez días, pero también guardaron cama todo el día en “[r]eposo absoluto”, completamente aislados y “e les prohibió ver a otras personas excepto al médico y la enfermera que los atendían… También se les negó el acceso a la televisión, la radio, la prensa o cualquier otra fuente de información”. Por lo tanto, si las personas mejoraban o empeoraban, sería imposible desentrañar los efectos del componente de ayuno por sí solo. Pero los investigadores hallaron que, al parecer, sí mejoraban, con una eficacia demostrada en 31 de cada 36 pacientes con depresión, como se ve aquí y en el punto 02:56 de mi video.
Los investigadores concluyeron que la terapia de ayuno puede constituir una alternativa al uso de fármacos antidepresivos, “[considerando] la terapia de ayuno como una especie de terapia de choque”. La gente se siente tan aliviada de volver a comer, de salir del aislamiento e incluso de levantarse de la cama que dicen sentirse mejor. Sin embargo, eso fue en el momento en el que les dieron el alta. ¿Cómo se sintieron al día siguiente, la semana siguiente o el mes siguiente? El ayuno es, por definición, insostenible, así que lo ideal es ver algún tipo de efectos duraderos.
Los investigadores hicieron un seguimiento con unos pocos cientos de pacientes, no solo unos meses después, sino al cabo de unos años. De los 69 que evidentemente sufrían de depresión, el 90 % indicó que se sentía bien o informó de excelentes resultados al final del ayuno de diez días, y, curiosamente, años después, el 87 % de los 62 individuos que respondieron afirmaron que seguían sintiéndose bien. Ahora bien, no había un grupo de control, así que no sabemos si les habría ido igual de bien o incluso mejor sin el ayuno. Además, era todo autoinforme, por lo que puede haber habido un sesgo de respuesta en el que los participantes intentaban complacer a los investigadores. ¿Quién sabe? Tal vez temían que los enviasen de vuelta a aislamiento si no respondían afirmativamente. No tenemos ni idea, pero sí tenemos pruebas sólidas de los beneficios para el estado de ánimo a corto plazo.
¿Por qué podría mejorar el ayuno los sentimientos de depresión? Además de las endorfinas y el aumento de la serotonina, la llamada hormona de la felicidad, cuando ayunamos, se produce un aumento del factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC), que se considera que desempeña un papel crucial en los trastornos del estado de ánimo. Los investigadores lo han usado para animar a roedores, pero nosotros no somos ratas ni ratones. ¿Qué efectos tiene en nosotros? Los seres humanos con depresión grave tienen niveles más bajos de FNDC circulando en su torrente sanguíneo. Los estudios de autopsias de víctimas de suicidio muestran solo la mitad de FNDC, más o menos, en ciertas regiones cerebrales clave, en comparación con individuos en el grupo de control. Esto sugiere que podría desempeñar un papel importante en el comportamiento suicida, como se ve aquí y en el punto 04:38 de mi video.
Podemos potenciar el FNDC con fármacos antidepresivos y terapia de electrochoque… y también podemos potenciarlo con restricción calórica. Podemos aumentar los niveles un 70 % después de tres meses con una reducción del 25 % de las calorías en nuestra dieta diaria, como se muestra a continuación y en el punto 04:51.
¿Hay algo que podamos añadir a nuestra dieta para aumentar los niveles de FNDC para que podamos obtener los beneficios sin pasar hambre? Lo averiguaremos a continuación.