La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María José.
El ácido palmítico, una grasa saturada concentrada en la carne y los lácteos, puede aumentar el potencial metastásico de las células cancerosas a través del receptor de grasa CD36.
La principal causa de muerte en pacientes con cáncer es la formación de metástasis. Así es como la mayoría de las personas mueren de cáncer, no por el tumor primario, sino porque el cáncer se propaga por el cuerpo. “Se calcula que la metástasis es responsable de aproximadamente el 90 % de las muertes por cáncer”, y se ha avanzado poco para detener la propagación, a pesar de nuestro arsenal médico moderno. De hecho, a veces podemos empeorar las cosas. En un editorial titulado “Therapy-Induced Metastasis” (“Metástasis inducida por tratamiento”), sus autores “aportan pruebas de que todas las terapias habituales, incluidas la radioterapia, quimioterapia, biopsias con aguja fina, procedimientos quirúrgicos y anestesia, tienen el potencial de contribuir a la progresión del tumor”. Uno se puede imaginar cómo cortar alrededor de un tumor y seccionar los vasos sanguíneos podría conducir a la “migración de células tumorales residuales”, pero ¿por qué también la quimioterapia? ¿Cómo podría la quimio agravar las metástasis? “Aunque reduce el tamaño de los tumores primarios, la quimioterapia cambia el microambiente tumoral” (los tejidos circundantes) “lo que provoca que escapen más células cancerosas hacia el torrente sanguíneo”. En algunas ocasiones, la quimioterapia, la cirugía y la radioterapia están totalmente justificadas, pero, de nuevo, en otras ocasiones estos tratamientos pueden empeorar las cosas. Ojalá tuviéramos una manera de tratar la causa de la propagación del cáncer.
El desarrollo de tratamientos antimetastásicos se ha visto obstaculizado por el hecho de que las células que inician la metástasis seguían sin identificarse. Entonces se publicó un estudio histórico: “Targeting Metastasis-Initiating Cells Through the Fatty Acid Receptor CD36” (“Ataque a las células iniciadoras de metástasis mediante el receptor de ácidos grasos CD36”). Los investigadores encontraron una subpoblación de células cancerosas humanas “únicas en su capacidad para iniciar metástasis”; todas expresan altos niveles de un receptor de grasa conocido como CD36, al que llamamos “el controlador de la grasa”. Resulta que el ácido palmítico o una dieta alta en grasas aumenta específicamente el potencial metastásico de estas células cancerosas. ¿Dónde se encuentra el ácido palmítico? Aunque originalmente se descubrió en el aceite de palma, el ácido palmítico se concentra sobre todo en la carne y los lácteos. “La evidencia emergente muestra que el ácido palmítico (AP), un ácido graso común en la dieta humana, sirve como una molécula de señalización que regula la progresión y el desarrollo de muchas enfermedades a nivel molecular”. Es la grasa saturada que reconocen los receptores CD36 en las células cancerosas, y sabemos que es la culpable, porque si el receptor CD36 está bloqueado, también lo están las metástasis.
El estudio se refería a un cáncer humano, pero era un cáncer humano implantado en ratones. Sin embargo, desde el punto de vista clínico (es decir, en los propios pacientes con cáncer), la presencia de estas células iniciadoras de metástasis repletas de CD36 sí se correlaciona con un mal pronóstico. Por ejemplo, el CD36 parece impulsar la progresión de los tumores cerebrales. Como se ve en las curvas de supervivencia que se muestran a continuación y en el punto temporal 03:21 de mi video La causa de que el cáncer metastatice, los individuos con tumores con menor expresión de CD36 vivieron significativamente más tiempo. Lo mismo sucede con la mortalidad por cáncer de mama: “En este estudio, correlacionamos la mortalidad de pacientes con cáncer de mama con los niveles de expresión de CD36 del tumor”. Eso no sorprende, ya que el “CD36 desempeña un papel crítico en la proliferación, migración y… crecimiento de… células de cáncer de mama”. Si inhibimos el CD36, podemos inhibir “la migración e invasión de las células de cáncer de mama”.
A continuación y en el punto 03:46 de mi video, se puede ver la migración e invasión de células de cáncer de mama, antes y después de la inhibición de CD36. (Las líneas de la parte superior con círculos son de antes de la inhibición de CD36, y las de la parte inferior con cuadrados de después.)
Esto no solo se percibe en los “tumores derivados del melanoma humano y del cáncer de mama”. Ahora sospechamos que “la expresión de CD36 impulsa la progresión y la metástasis del cáncer de ovario,” también, ya que podemos inhibir la invasión y migración de células del cáncer de ovario y bloquear la metástasis, tanto en los ganglios linfáticos como en la sangre, bloqueando el CD36. También vemos el mismo tipo de efecto con el cáncer de próstata: si suprimimos la absorción de grasa por las células de cáncer de próstata, suprimimos el tumor. Sin embargo, todo esto se estudió con fármacos y anticuerpos bloqueadores de receptores en un entorno de laboratorio. Si estas “células cancerosas iniciadoras de metástasis dependen particularmente de los lípidos dietéticos [grasa] para promover la metástasis”, la propagación del cáncer, ¿por qué no empezamos bloqueando la grasa dietética?
“El metabolismo de los lípidos alimenta la propagación del cáncer”. Las células cancerosas adoran la grasa y el colesterol. La razón es que en la grasa se almacena mucha energía. “Por lo tanto, las células metastásicas CD36+ podrían aprovechar esta característica para obtener la elevada cantidad de energía que es probable que sea necesaria para anclarse y sobrevivir en sitios distantes del tumor primario”, es decir, para instalarse por todo el cuerpo.
“La época en que la glucosa [el azúcar] se consideraba el principal, si no el único, combustible que favorecía la proliferación de células cancerosas ha terminado”. Parece que hay que “engrosar la lista de lo que provoca la metástasis”. No es de extrañar que las dietas altas en grasas (DAG) puedan “desempeñar un papel crucial en el aumento del riesgo de diferentes tipos de cáncer, y varios estudios clínicos han relacionado las DAG con varios cánceres avanzados”.
Si la grasa de la dieta puede estar “engrasando las ruedas de la máquina del cáncer”, ¿podría haber “regímenes dietéticos específicos” que pudiéramos usar para privar a los cánceres de grasa dietética? No lo sabemos hasta que se pone a prueba, como veremos a continuación.