La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Tamara Amor.
No hay beneficios demostrables en las cientos de miles de angioplastias y colocaciones de stents que se realizan fuera de una situación de emergencia. No previenen ataques cardíacos, no prolongan la vida ni alivian los síntomas más que una cirugía placebo (falsa).
Los congresos nacionales de cardiología suelen reunir a la mayoría de los cardiólogos de un país en un solo lugar. “Durante estos grandes congresos de cardiología, se ha bromeado con que el centro de convenciones sería el lugar más seguro del mundo para sufrir un ataque al corazón”. Y, de hecho, fue ahí donde el presidente de la Asociación Americana del Corazón sufrió el suyo, pocas horas después de su discurso. Por el contrario, con los mejores cardiólogos del país reunidos en una conferencia, sufrir un paro cardíaco en otro lugar podría ser un riesgo mayor. No lo sabes hasta que se pone a prueba.
Para sorpresa de muchos, los investigadores encontraron una reducción significativa en la mortalidad entre quienes sufrían insuficiencia cardíaca o un paro cardíaco durante los días de los congresos nacionales de cardiología. ¿Por qué la tasa de mortalidad es más baja cuando la mayoría de los cardiólogos están ausentes? “Una explicación para estos hallazgos es que la intensidad de la atención médica durante los congresos es menor y que los efectos negativos de esta atención pueden superar sus beneficios”, escribieron los investigadores. Sus resultados reflejan hallazgos similares documentados durante una huelga médica en Israel en el año 2000, en la que se cancelaron cientos de miles de consultas ambulatorias y procedimientos quirúrgicos electivos. Según varios informes, la tasa de mortalidad se redujo de forma drástica ese año. Además, no se trató de un caso aislado, se han analizado varias huelgas médicas en relación con la mortalidad y, en todos los casos reportados, la mortalidad se mantuvo igual o disminuyó durante e incluso después de esta. En 4 de los 7 casos estudiados, la mortalidad se redujo como resultado de la huelga, mientras que en los otros 3 no hubo cambios significativos en las tasas de mortalidad ni durante ni después.
El hecho es que muchas prácticas médicas actuales no ofrecen ningún beneficio y, de hecho, pueden representar riesgos. Incluso los propios médicos estiman que alrededor de una quinta parte de la atención médica es innecesaria. La Comisión Conjunta, que acredita hospitales, y la Asociación Médica Estadounidense convocaron una cumbre nacional para identificar áreas de sobreutilización, definida como la aplicación de tratamientos que no ofrecen ningún beneficio a los pacientes, lo que los expone a potenciales riesgos sin motivo. Se señalaron 5 prácticas, entre ellas la prescripción de antibióticos para infecciones virales del tracto respiratorio superior y el gasto de mil millones de dólares en medicamentos que no funcionan (y que, en algunos casos, incluso empeoran la situación). Otra práctica identificada fue la intervención coronaria percutánea electiva (ICP), es decir, la angioplastia y la colocación de stents, como explico en mi video ¿Funcionan las angioplastias y las prótesis intravasculares?.
Para estar en la misma página antes de profundizar en el tema: la enfermedad arterial coronaria, la principal causa de muerte en hombres y mujeres, implica bloqueos en los vasos sanguíneos que irrigan el músculo cardíaco. Un flujo sanguíneo reducido puede causar angina, un tipo de dolor en el pecho, o, si es lo suficientemente grave, un ataque al corazón. Se ha demostrado que las dietas basadas en plantas y ciertos cambios en el estilo de vida pueden revertir estos bloqueos al tratar la causa subyacente de la obstrucción arterial. Para quienes no pueden o no quieren cambiar su dieta, existen medicamentos que pueden ayudar, así como tratamientos más invasivos, como la cirugía a corazón abierto para realizar un bypass o la intervención coronaria percutánea. En esta última, los médicos insertan pequeños globos o túneles (stents) adheridos a tubos flexibles (catéteres) en los vasos sanguíneos grandes de la ingle del paciente y los guían hasta el corazón. El stent y el catéter se pasan a través de los vasos bloqueados, con el objetivo de abrirlos y mantenerlos despejados. Durante un ataque cardíaco, este procedimiento puede salvar vidas, pero cada año se realizan cientos de miles de estas intervenciones en pacientes con angina estable, es decir, en situaciones no urgentes. Puede aliviar los síntomas de la angina, pero no reduce el riesgo de sufrir o morir por un ataque al corazón.
Sin embargo, no todos saben esto. Algunos pacientes y médicos creen de forma errónea que la ICP hace más que solo reducir los síntomas. Esa es una de las razones por las que he creado una serie de videos sobre el tema. Como lo expresó Harvard: “Los stents son para el dolor, no para la protección.” Luego, se descubrió que los stents podrían no aliviar el dolor, como reveló un ensayo clínico aleatorizado y doble ciego. En los estudios con fármacos, los pacientes no saben si reciben el tratamiento real o un placebo en forma de píldora de azúcar, pero ¿cómo hacer que alguien no se dé cuenta de que ha sido sometido a una cirugía? Mediante una cirugía placebo. En ambos grupos, los médicos insertaron un catéter a través de la ingle o la muñeca del paciente hasta la arteria bloqueada. Si el paciente estaba en el grupo de cirugía real, se le colocaba un stent; si estaba en el grupo placebo, simplemente se retiraba el catéter sin realizar ningún procedimiento. ¿Los resultados? Aquellos que se sometieron a la cirugía falsa obtuvieron los mismos resultados que los que recibieron la intervención real.
¿No hay beneficios en la angioplastia y los stents fuera de una emergencia? ¿No previenen ataques cardíacos, no prolongan la vida y ni siquiera alivian los síntomas? Dado que el procedimiento conlleva ciertos riesgos, incluida la muerte, los stents solo deberían utilizarse en personas que sufran un ataque al corazón. Entonces, ¿cómo es posible que cientos de miles de personas se sometan a esta operación sin razón alguna? ¿Cómo lo justifican los médicos? ¿Se trata solo de dinero? ¿Cómo consiguen que los pacientes den su consentimiento? ¿No les dicen la verdad? Y, sobre todo, ¿por qué no funciona? Después de todo, les abren una arteria bloqueada. Hay muchas preguntas, y empezaremos a responderlas a continuación.