La enfermedad inflamatoria intestinal y la marihuana

La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Victoria Rodríguez.

Fumar cannabis podría aliviar los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal a corto plazo, pero podría derivar en un mal pronóstico a largo plazo.

En un estudio, los investigadores se preguntaron “¿Es la marihuana medicinal una panacea o un flagelo?”. Durante 5000 años, el cannabis “se ha utilizado en todo el mundo con fines medicinales, recreativos y espirituales”. Incluso lo recetaban médicos estadounidenses, “para muchas indicaciones” desde mediados del siglo XIX hasta la década de 1930. A menudo, los defensores de la marihuana medicinal usan este dato para “justificar las aplicaciones médicas modernas”. Sin embargo, el campo de la medicina premoderna estaba “plagado de pociones y remedios a base de hierbas”, por no mencionar la sangría y otros remedios cuestionables y dañinos.

Los escépticos critican el movimiento de la marihuana medicinal como el “movimiento de la marihuana de excusa medicinal”, insinuando que a los niños epilépticos y los enfermos terminales solo “se los usa como caballo de Troya para la legalización del consumo recreativo”, o para vender “afirmaciones extravagantes” sobre “curas milagrosas para el cáncer”, lo cual es frustrante para los investigadores del campo a quienes solo les interesa la ciencia.

Por ejemplo, ¿qué pasa con el uso terapéutico del cannabis para las enfermedades inflamatorias del intestino, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa? Las terapias convencionales funcionan principalmente al suprimir el sistema inmunitario para tratar de reducir la inflamación. “Dadas las limitadas opciones de terapia y los efectos secundarios adversos conocidos del uso crónico de estos medicamentos”, a menudo las personas que tienen estas enfermedades necesitan que se les extirpen quirúrgicamente secciones inflamadas de los intestinos, por lo que se puede ver por qué hay tanto interés en tratamientos alternativos.

Alrededor de uno de cada seis pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal que consumen marihuana dice que le alivia los síntomas, por lo que los investigadores decidieron poner esto a prueba. A trece pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal se les dio 150 gramos de marihuana para fumar cuando quisieran durante un período de 3 meses. Estos pacientes dijeron que se sintieron considerablemente mejor y que presentaron “mejoras en la percepción general de la salud, el desempeño social, la capacidad para trabajar, el dolor físico y la depresión”. Ahora bien, no había un grupo de control, por lo que no se sabe si los pacientes habrían mejorado de todos modos o qué papel pudo haber tenido el efecto placebo. Esto es similar a algunos de esos estudios sobre el cannabis utilizado para la epilepsia pediátrica, en los que se observaron índices de respuesta de más del 30 % y la frecuencia de las convulsiones se redujo a la mitad en un tercio de los niños. Parecen resultados asombrosos hasta que te das cuenta de que a veces se pueden obtener respuestas asombrosas parecidas con solo darles a los niños un placebo, como se puede ver abajo y en el minuto 2:21 de mi video La marihuana para la enteropatía inflamatoria. Por eso es fundamental llevar a cabo ensayos aleatorizados, doble ciego y controlados con placebo, pero hasta 2013 no se había realizado ninguno sobre el cannabis y la enfermedad inflamatoria intestinal.

En un grupo de 21 pacientes con enfermedad de Crohn, ningún tratamiento parecía servir de alivio. Los investigadores los aleatorizaron para que fumaran 2 porros al día de marihuana real o una imitación de marihuana como placebo. ¿Cuál fue el resultado? El 90 % de los participantes del grupo de cannabis presentaron mejoras en comparación con solo el 40 % de los del grupo del placebo. A continuación y en el minuto 3:11 de mi video, hay un gráfico de las puntuaciones de sus síntomas. Como se puede observar, no hubo grandes cambios en el grupo del placebo durante el estudio de dos meses, pero el grupo de cannabis redujo sus síntomas a la mitad.

Los investigadores reconocieron que el consumo de cannabis a largo plazo no está exento de riesgos, pero puede ser mucho más tolerable que los posibles efectos secundarios e incluso potencialmente mortales de algunas de las terapias convencionales más potentes, por lo que el estudio se distinguió en un artículo titulado “Grandes esperanzas de la marihuana medicinal en los trastornos digestivos”.

El estudio estaba financiado por una organización de defensa de la marihuana medicinal, de hecho, el principal proveedor de los Estados Unidos. Por este motivo, se les puede haber inducido expectativas a los participantes sobre cuánto mejor se sentirían (en otras palabras, esto los preparó para que sintieran el efecto placebo). De todos modos, se supone que los investigadores controlaron eso con placebo, ¿no? Las personas que recibieron el cannabis real tuvieron resultados significativamente mejores que las asignadas al azar para recibir el cannabis placebo. No obstante, el objetivo de un placebo es que no se distinga de la sustancia real, para que los participantes del estudio no sepan en qué grupo están, el grupo de control o el grupo de tratamiento. ¿Cómo se logra eso con una droga psicoactiva? No se puede, ese es el problema. Los investigadores intentaron ocultar en qué grupo estaban los participantes reclutando solo pacientes que nunca antes hubieran probado el cannabis, con la esperanza de que no reconocieran el placebo, pero, por supuesto, la mayoría de ellos sí se dieron cuenta. Así que el resultado es básicamente otro estudio sin ocultamiento. Los investigadores hicieron un montón de preguntas subjetivas, por ejemplo, “¿Cómo te sientes?”, y aquellos participantes que prácticamente sabían que estaban consumiendo la droga dijeron que se sentían mejor.

No hubo cambios en los valores objetivos de laboratorio, como la PCR, que indica el nivel de inflamación y, por lo tanto, “tal vez el cannabis solo enmascara los síntomas sin afectar realmente la inflamación intestinal”. Otro indicador de que el cannabis puede no estar afectando el curso de la enfermedad en sí es la rapidez con la que volvieron los síntomas. Dos semanas después de que finalizara el estudio, el grupo de cannabis volvió de nuevo al punto de partida, como se muestra a continuación (semana 10) y en el minuto 5:05 de mi video.

Por lo tanto, “no hubo ninguna diferencia en los marcadores inflamatorios objetivos que indicaran una modificación de la enfermedad. Dada la rápida reaparición de los síntomas a niveles previos al tratamiento luego de un período de reposo de 2 semanas, parece más plausible que el cannabis haya aliviado los síntomas de la enfermedad de Crohn en lugar de regular la enfermedad en sí”. Puede ser cierto, pero los síntomas son terribles. Una reducción del dolor es reducción del dolor. Sin dudas, “desde el punto de vista de los pacientes, un marcado alivio de los síntomas y la posibilidad de reanudar la vida normal no es algo insignificante, persista o no la inflamación”. Sin embargo, ¿qué sucede si el cannabis empeora la enfermedad a largo plazo?

En un estudio de encuestas publicado el año siguiente, se determinó que el cannabis proporcionaba el mismo alivio sintomático inmediato, pero se lo asoció a un peor pronóstico de la enfermedad a la larga. Los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal dijeron que el cannabis alivió el dolor, los cólicos y la diarrea, pero el consumo durante más de 6 meses en pacientes con enfermedad de Crohn al parecer fue un importante factor pronóstico de la necesidad de una cirugía, ya que estos pacientes tenían cinco veces más probabilidades de tener que operarse. Ahora bien, hay dos posibles explicaciones para todo esto. Es muy posible que el aumento de la gravedad de la enfermedad haya sido lo que llevó al consumo de cannabis y no al revés. Sin embargo, la otra explicación es que “el consumo de cannabis podría empeorar el pronóstico de la enfermedad inflamatoria intestinal, lo cual provoca aumentos de las cirugías y las hospitalizaciones”.

Por este motivo, se necesita llevar a cabo ensayos clínicos prospectivos en los que se haga un seguimiento de los pacientes a lo largo del tiempo para determinar la relación de causa y efecto. Hasta entonces, tal vez deberíamos considerar el consumo de cannabis en la enfermedad inflamatoria intestinal como “potencialmente dañino”. No solo por pecar de cautelosos, sino también porque hubo otro estudio con pacientes que tenían hepatitis C en el que se descubrió que el consumo diario de cannabis se asociaba a casi 7 veces más de probabilidades de empeorar la fibrosis hepática, que es tejido cicatrizado. Si el cannabis realmente empeora la fibrosis, eso podría explicar por qué los consumidores de cannabis con enfermedad inflamatoria intestinal pueden tener más probabilidades de necesitar una operación.

Key Takeaways

    • El cannabis tiene una larga historia como tratamiento médico, pero los críticos sostienen que las afirmaciones modernas pueden ser exageradas y estar impulsadas por la motivación de legalizar el consumo recreativo.
    • Algunos pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal informaron que el cannabis alivió sus síntomas, pero los primeros estudios sobre el tema no contaban con grupos de control ni ocultación, lo cual limitaba su fiabilidad.
    • En un estudio aleatorizado sobre la enfermedad de Crohn, se observó un alivio de los síntomas con el cannabis, pero no se hallaron signos objetivos de reducción de la inflamación.
    • El cannabis podría enmascarar los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal sin alterar el avance de la enfermedad, ya que los efectos se revierten rápido luego de dejar de consumirlo.
    • El consumo de cannabis a largo plazo en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal empeora los resultados, y podría aumentar el riesgo de cirugía, aunque se necesitan estudios más rigurosos.

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