La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Tamara Amor.
Hay una razón por la cual los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (los CDC, por sus siglas en inglés) de EE. UU. prohíben no solo fumar, sino también el uso de productos perfumados o con fragancias en sus edificios.
En una revisión reciente titulada “Efectos perjudiciales de los productos de limpieza del hogar en los pulmones”, los investigadores señalaron: “Los efectos respiratorios adversos de los productos de limpieza se observaron primero en poblaciones con niveles altos de exposición en el lugar de trabajo, como personal de limpieza y trabajadores de la salud, con un enfoque principal en el asma”. El uso de desinfectantes en el ámbito laboral también se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades pulmonares obstructivas crónicas, como el enfisema.
Como muestro en mi vídeo Los efectos de los limpiadores y ambientadores en la función pulmonar, ahora también sabemos que “la exposición a productos de limpieza domésticos se la considera un factor de riesgo para trastornos respiratorios en la infancia,” y potencialmente “para el asma en adultos”. El uso de sprays de limpieza en el hogar representa hasta 1 de cada 7 casos de asma en adultos. Se cree que inhalar irritantes químicos podría dañar las vías respiratorias, lo que causaría estrés oxidativo e inflamación. ¿Qué podemos hacer al respecto?
Es posible que el problema esté limitado a los sprays. Los investigadores descubrieron que los productos de limpieza que no se aplican en aerosol no se asociaban con el asma. También es posible que los productos ecológicos “representen una alternativa más segura”, aunque poseen cierto riesgo.
Si es cierto que deberían existir productos de limpieza más seguros. Por desgracia, las investigaciones que sugieren efectos perjudiciales “rara vez han sido tomadas en cuenta por los fabricantes, vendedores y empresas de limpieza comercial”. Me pregunto cuánto de esto se debe a que “la mayoría de las personas expuestas a productos de limpieza son mujeres”, tanto en el ámbito laboral como en el doméstico.
Una de las posibles causas son las sustancias químicas aromáticas. Uno de cada 3 estadounidenses encuestados “informó tener problemas de salud, como migrañas y dificultades respiratorias, al exponerse a productos con fragancia”. Para la mitad de ellos, los problemas fueron tan graves que llegaron a perder días de trabajo o incluso su empleo.
“Los resultados del estudio revelan que más de un tercio de los estadounidenses sufre efectos adversos en la salud, como dificultades respiratorias y migrañas, por la exposición a productos perfumados. La mitad informó que los efectos son incapacitantes. Sin embargo, más del 99% de los estadounidenses están expuestos a productos perfumados al menos 1 vez a la semana, por uso propio o ajeno”.
El efecto en personas asmáticas puede ser aún peor y afecta a cerca de dos tercios de la población. Un compuesto preocupante es el 1,4-diclorobenceno, también conocido como paradiclorobenceno, que se encuentra en muchos ambientadores, desodorantes para inodoros y bolas antipolillas. En el cuerpo se descompone en un compuesto llamado 2,5-diclorofenol, que se elimina por la orina, lo que permite a los investigadores medir nuestra exposición. Este compuesto no solo puede agravar problemas respiratorios en personas con las vías respiratorias comprometidas, sino que la exposición a niveles comunes en la población general de EE. UU. “podría provocar una reducción de la función pulmonar” incluso en personas con respiración normal. Niveles más altos de exposición “se asociaron con una mayor prevalencia de enfermedades cardiovasculares y de todos los tipos de cáncer combinados”, otra razón para evitarlo. ¿No deberíamos empezar a leer las etiquetas?
“Ninguna ley en EE. UU. exige la declaración de todos los ingredientes en los productos perfumados de consumo”. De hecho, en los productos para la ropa, productos de limpieza y ambientadores, los fabricantes “no están obligados a indicar la presencia de una ‘fragancia’ ni en la etiqueta ni en la ficha de seguridad (MSDS)”. Así que no lo sabremos hasta que los olamos.
Apoyo la prohibición de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). No solo está prohibido “fumar (cigarrillos, puros, pipas, tabaco sin humo u otros productos derivados del tabaco) en todo momento”, sino que además se prohíben “los productos con fragancia en todo momento y en todos los espacios interiores que sean propiedad, estén alquilados o arrendados por los CDC”. Ojalá servicios como Uber o Lyft tuvieran una política similar. Me conformaría incluso con una opción sin fragancias. Alrededor de 1 de cada 5 estadounidenses (de una encuesta a más de mil personas) dijo que “entraría en un negocio pero saldría lo antes posible si oliera ambientadores u otros productos perfumados”, así que también le conviene a los negocios. “Más del 50% de la población preferiría que los lugares de trabajo, centros de salud, hoteles y aviones fueran libres de fragancias”.