La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María Clara Bori.
Se ha puesto a prueba el plan de ayuno modificado de Buchinger.
Hace cien años, se hablaba del ayuno (es decir, “pasar hambre como medida terapéutica”) como “la medida ideal para el cerdo humano…” (Burlarse de las personas con sobrepeso no es novedad en la literatura médica). He hablado extensamente sobre el ayuno para la pérdida de peso en una serie de nueve videos, pero ¿qué hay de los demás presuntosbeneficios de ayunar? También he hecho una serie de videos sobre el ayuno para personas con hipertensión, pero ¿qué hay de las personas con psoriasis, eccema, diabetes tipo 2, lupus, trastornos metabólicos, artritis reumatoide y otros trastornos autoinmunes, depresión y ansiedad? ¿Por qué no se han hecho más estudios?
Una de las dificultades de la investigación sobre el ayuno es la siguiente: ¿A qué nos referimos cuando decimos “ayuno”? Cuando yo pienso en ayunar, pienso en un ayuno de agua pero, en Europa, se practica un “ayuno terapéutico modificado”, más conocido como el ayuno de Buchinger, que es más bien un ayuno en el que se consumen jugos de muy baja densidad calórica y un poco de caldo de verduras. En algunos planes de ayuno, ni siquiera se cuentan las calorías. Como puedes ver a continuación y en el minuto 1:09 de mi video El mayor estudio sobre el ayuno, el ayuno de Ramadán, por ejemplo, es cuando los devotos musulmanes se abstienen de consumir alimento y bebida de sol a sol, sin embargo, es interesante que terminan comiendo la misma cantidad total de comida (o incluso más) que si no hubieran ayunado.
El mayor estudio sobre el ayuno a la fecha se publicó en 2019. Más de mil personas hicieron un ayuno modificado, en el que redujeron su consumo diario de alimento a alrededor de diez tazas de agua, una taza de jugo de fruta y una taza de sopa de verduras. Después del ayuno, no manifestaron muchos efectos secundarios. En cambio, los últimos datos sobre el ayuno de agua de un estudio que involucró a la mitad de personas arrojó casi 6000 efectos adversos. Pareciera que el estudio sobre el ayuno modificado sí intentó contar los efectos adversos de menos al registrarlos solo si se repetían tres veces. Sin embargo, los efectos adversos como sentir náusea, debilidad, dolor de estómago, vómitos o palpitaciones se “observaron solo en casos aislados”, mientras que en el estudio del ayuno de agua se reportaron alrededor de 100 a 200 casos de cada uno, como puedes ver a continuación y en el minuto 2:05 de mi video. ¿Y los beneficios?
En el estudio sobre el ayuno modificado, los participantes reportaron, en una autoevaluación, mejoras en su bienestar físico y emocional, junto con una sorprendente ausencia de hambre. Por si fuera poco, la gran mayoría de los que tenían un problema de salud preexistente al empezar el estudio informaron que se sentían mejor, y menos del 10% declaró que su problema había empeorado, como puedes ver a continuación y en el minuto 2:24 de mi video.
Sin embargo, los participantes del estudio no tuvieron que hacer ayuno simplemente, sino que también siguieron un plan de estilo de vida saludable, que incluía llevar una dieta vegetal antes y después del ayuno modificado. Si tan solo los investigadores hubieran hecho que algunos participantes siguieran la dieta vegetal más saludable, sin hacer ayunos, para distinguir los efectos del ayuno… Ah, pero ¡eso hicieron! Alrededor de mil personas hicieron ayunos durante una semana mientras seguían el mismo régimen de jugo y sopa de verduras, mientras que otras personas siguieron una dieta vegetal normocalórica (con una cantidad normal de calorías).
Como puedes ver a continuación y en el minuto 2:54 de mi video, ambos grupos sintieron mejoras en su calidad de vida, tanto a nivel físico como mental. Es interesante señalar que no hubo grandes diferencias entre los dos grupos.
En cuanto a los problemas de salud (entre ellos artritis reumatoide; síndromes de dolor crónico como la osteoartritis, fibromialgia y dolor lumbar; síndrome de colon irritable; enfermedades pulmonares crónicas; y migrañas y dolores de cabeza por tensión crónicos), el grupo que ayunaba parecía estar en ventaja, pero ambos grupos mostraron efectos positivos. Alrededor del 80% manifestó que sus problemas mejoraron, mientras que solo un 4% dijo sentirse peor, como puedes ver a continuación y en el minuto 3:25 de mi video.
Ahora bien, este no fue un ensayo aleatorizado. Las personas podían elegir qué plan seguir. Entonces, quizás, por ejemplo, aquellos que eligieron ayunar tenían más problemas de salud o algo similar. Cabe destacar también que las mejoras en la calidad de vida y el estado de salud eran declaraciones personales y subjetivas, y podría estar actuando el efecto placebo. No hubo un grupo de control que no hiciera nada, y la tasa de respuesta a los cuestionarios de seguimiento sobre la calidad de vida fue alrededor del 60 al 70 por ciento, por lo que también podría ocurrir que los resultados estén sesgados. Pero sí que es posible que haya beneficios adicionales, ya que todos los participantes intentaron mejorar sus dietas, como puedes ver a continuación y en el minuto 4:00 de mi video.
Consumieron más frutas y verduras, menos carne y dulces, y quizás ahí está el secreto. “Fundamentalmente, la experiencia de ayunar puede motivarnos a hacer cambios en nuestro estilo de vida. La mayoría de las personas que ayunan siente claridad mental y que pueden ‘soltar’ acciones y hechos del pasado y así pueden desarrollar una actitud más positiva hacia el futuro”.
Un panel de consenso de expertos en ayuno concluyó: “La terapia nutricional (tanto la teoría como la práctica) es un componente vital e integral del ayuno. Luego del período de terapia de ayuno y de alimentación, la nutrición debería seguir las recomendaciones y los conceptos de una… dieta vegetal integral…”.
Si te perdiste el video anterior, La teoría del ayuno terapéutico, puedes verlo aquí.