La teoría del ayuno terapéutico

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¿De dónde surgió la idea del ayuno terapéutico?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Julia Pozuelo Menéndez voluntaria activa en NutritionFacts.org.

La historia de la vida en la Tierra es una historia de hambre.  La ceniza de volcanes enormes y los asteroides bloquearon el sol, lo que acabó con las plantas, que acabó con casi todo lo demás. Como señaló Darwin, “la cosa más elevada que somos capaces de concebir (es decir, nosotros) resulta directamente de la guerra de la naturaleza, del hambre y de la muerte”. Estamos “particularmente bien adaptados al ayuno prolongado”.

Se cree que evolucionar en un contexto de escasez nos dio una habilidad excepcional de acumular muchas calorías cuando hay alimentos disponibles. Por supuesto, ahora esta capacidad de acumular kilos lleva a enfermedades modernas como la obesidad y la diabetes tipo 2, pero si no pudiéramos acumular tanta grasa corporal quizá no estaríamos aquí para contarlo.

Y no se trata solo de asteroides hace millones de años. “Todo el Alto Egipto se moría de hambre”, dice una inscripción en una tumba egipcia de hace unos 4000 años, “hasta tal punto que todos acababan comiéndose a sus hijos…” O, hace solo unos cientos de años, los padres mataban a los hijos y viceversa y se los comían; “los cuerpos de los criminales ejecutados se arrebataban con entusiasmo de la horca”. El hambre acabó con hasta dos tercios de la población de Italia y un tercio de la de París. Así que no tenemos que remontarnos a la Edad Antigua. Incluso las poblaciones actuales más prósperas y seguras solo tienen que retroceder un poco en el tiempo. Por ejemplo, en Gran Bretaña hubo unas 200 hambrunas durante los últimos 2000 años.

Ahora, nuestro problema es el exceso de comida, que conlleva sus propios problemas, pero, ¿acaso no pasar nunca hambre puede tener consecuencias negativas? Esta pregunta surgió hace 50 años. Quiero decir, si nuestra fisiología está tan bien preparada para pasar periodos de hambre, ¿estamos dañando nuestro bienestar al eliminarlos? No lo sabíamos.

La falta de investigación sobre el hambre se atribuye a “la dificultad de conseguir sujetos humanos dispuestos”. Así que lo poco que sabíamos venía de humanos obligados a colaborar. En el gueto de Varsovia, los médicos redactaron informes completos antes de perecer ellos mismos; o los prisioneros republicanos irlandeses que acabaron muriendo tras 73 días en huelga de hambre. Pero inanición y ayuno no son necesariamente lo mismo. Esto se planteó en las revistas médicas hace más de un siglo. La inanición suele ser una condición forzosa, estresante y crónica, mientras que el ayuno terapéutico es voluntario, tiene una duración limitada y lo suelen practicar personas que ya tienen una nutrición adecuada.

¿Ayuno terapéutico? ¿De dónde sacamos esta idea del ayuno como terapia o con fines médicos? Puede haberse originado a partir de la observación de que cuando estamos muy enfermos perdemos el apetito; como el cuerpo es sabio, quizá haya algo si nos hace dejar de comer. Probablemente venga de ahí la idea popular de que no se debe comer con fiebre.

Se pensaba que el ayuno da un descanso fisiológico a todo el cuerpo, no solo al sistema digestivo, y le permite concentrarse en la recuperación. Era un secreto a voces que los veterinarios ingresaban a perros para hacerles ayunar hasta que se recuperaban; así que, según esta teoría, quizá también funcionase con las personas.

Además de liberar todos los recursos que normalmente se utilizan para digerir y almacenar nutrientes, existe el concepto de que durante el ayuno las células pasan a una especie de modo de protección. ¿Por qué el ayuno reduce el daño de los radicales libres y la inflamación y respalda la protección de las células? Se trata del concepto “lo que no te mata, te hace más fuerte” u hormesis. Es básicamente lo contrario a la teoría de dejar al cuerpo descansar. Más bien consiste en dejar al cuerpo estresarse. El estrés del ayuno podría preparar al cuerpo para soportar otros tipos de estrés. Esto se demostró más claramente en una serie de experimentos horribles en los que acribillaron a ratones con unos niveles de radiación gamma al nivel de Hiroshima que mataron a la mitad en dos semanas. Pero de entre los ratones que habían ayunado de forma intermitente las seis semanas anteriores, no murió ninguno.

Este tipo de datos tan dramáticos llevan a afirmaciones extraordinarias, como que el ayuno terapéutico podría dejar a la mitad de los médicos sin trabajo. Pero no se sabe hasta que se pone a prueba, lo cual exploraremos a continuación.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Video producción de Glass Entertainment

Gráficos de Avocado Video

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Julia Pozuelo Menéndez voluntaria activa en NutritionFacts.org.

La historia de la vida en la Tierra es una historia de hambre.  La ceniza de volcanes enormes y los asteroides bloquearon el sol, lo que acabó con las plantas, que acabó con casi todo lo demás. Como señaló Darwin, “la cosa más elevada que somos capaces de concebir (es decir, nosotros) resulta directamente de la guerra de la naturaleza, del hambre y de la muerte”. Estamos “particularmente bien adaptados al ayuno prolongado”.

Se cree que evolucionar en un contexto de escasez nos dio una habilidad excepcional de acumular muchas calorías cuando hay alimentos disponibles. Por supuesto, ahora esta capacidad de acumular kilos lleva a enfermedades modernas como la obesidad y la diabetes tipo 2, pero si no pudiéramos acumular tanta grasa corporal quizá no estaríamos aquí para contarlo.

Y no se trata solo de asteroides hace millones de años. “Todo el Alto Egipto se moría de hambre”, dice una inscripción en una tumba egipcia de hace unos 4000 años, “hasta tal punto que todos acababan comiéndose a sus hijos…” O, hace solo unos cientos de años, los padres mataban a los hijos y viceversa y se los comían; “los cuerpos de los criminales ejecutados se arrebataban con entusiasmo de la horca”. El hambre acabó con hasta dos tercios de la población de Italia y un tercio de la de París. Así que no tenemos que remontarnos a la Edad Antigua. Incluso las poblaciones actuales más prósperas y seguras solo tienen que retroceder un poco en el tiempo. Por ejemplo, en Gran Bretaña hubo unas 200 hambrunas durante los últimos 2000 años.

Ahora, nuestro problema es el exceso de comida, que conlleva sus propios problemas, pero, ¿acaso no pasar nunca hambre puede tener consecuencias negativas? Esta pregunta surgió hace 50 años. Quiero decir, si nuestra fisiología está tan bien preparada para pasar periodos de hambre, ¿estamos dañando nuestro bienestar al eliminarlos? No lo sabíamos.

La falta de investigación sobre el hambre se atribuye a “la dificultad de conseguir sujetos humanos dispuestos”. Así que lo poco que sabíamos venía de humanos obligados a colaborar. En el gueto de Varsovia, los médicos redactaron informes completos antes de perecer ellos mismos; o los prisioneros republicanos irlandeses que acabaron muriendo tras 73 días en huelga de hambre. Pero inanición y ayuno no son necesariamente lo mismo. Esto se planteó en las revistas médicas hace más de un siglo. La inanición suele ser una condición forzosa, estresante y crónica, mientras que el ayuno terapéutico es voluntario, tiene una duración limitada y lo suelen practicar personas que ya tienen una nutrición adecuada.

¿Ayuno terapéutico? ¿De dónde sacamos esta idea del ayuno como terapia o con fines médicos? Puede haberse originado a partir de la observación de que cuando estamos muy enfermos perdemos el apetito; como el cuerpo es sabio, quizá haya algo si nos hace dejar de comer. Probablemente venga de ahí la idea popular de que no se debe comer con fiebre.

Se pensaba que el ayuno da un descanso fisiológico a todo el cuerpo, no solo al sistema digestivo, y le permite concentrarse en la recuperación. Era un secreto a voces que los veterinarios ingresaban a perros para hacerles ayunar hasta que se recuperaban; así que, según esta teoría, quizá también funcionase con las personas.

Además de liberar todos los recursos que normalmente se utilizan para digerir y almacenar nutrientes, existe el concepto de que durante el ayuno las células pasan a una especie de modo de protección. ¿Por qué el ayuno reduce el daño de los radicales libres y la inflamación y respalda la protección de las células? Se trata del concepto “lo que no te mata, te hace más fuerte” u hormesis. Es básicamente lo contrario a la teoría de dejar al cuerpo descansar. Más bien consiste en dejar al cuerpo estresarse. El estrés del ayuno podría preparar al cuerpo para soportar otros tipos de estrés. Esto se demostró más claramente en una serie de experimentos horribles en los que acribillaron a ratones con unos niveles de radiación gamma al nivel de Hiroshima que mataron a la mitad en dos semanas. Pero de entre los ratones que habían ayunado de forma intermitente las seis semanas anteriores, no murió ninguno.

Este tipo de datos tan dramáticos llevan a afirmaciones extraordinarias, como que el ayuno terapéutico podría dejar a la mitad de los médicos sin trabajo. Pero no se sabe hasta que se pone a prueba, lo cual exploraremos a continuación.

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Nota del Doctor

Al principio había postergado la realización de estudios sobre el ayuno ya que había muy pocos estudios que valieran la pena, pero el interés de los investigadores se ha incrementado exponencialmente en los últimos años. Mantente atento para El mayor estudio sobre el ayuno.

Ya tengo una serie de videos publicados sobre el ayuno debido al trabajo de investigación que hice para mi libro How Not to Diet los puedes ver aquí:

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