La gripe aviar: Aparición, peligros y medidas preventivas

grupo de gallinas apiñadas

En Estados Unidos, solamente en enero del 2025, aproximadamente 20 millones de aves de cría comercial, en su mayoría gallinas ponedoras, se vieron afectadas por la gripe aviar hipervirulenta (H5N1). Estas cifras son impactantes, pero no son nada en comparación con una amenaza potencial mucho mayor que se cierne sobre el país. Si no se toman medidas ya, la próxima pandemia podría ser mucho más letal que la gripe de 1918 y la COVID-19.

 

¿Qué fue la gripe de 1918?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la pandemia de gripe de 1918 mató a más personas en menos tiempo que cualquier otra enfermedad que hayamos tenido antes o después”, y es el “episodio de enfermedad más letal en la historia de la humanidad”. De hecho, causó más muertes en un solo año que la peste bubónica (la “muerte negra) en todo un siglo durante la Edad Media. El virus de 1918 también mató a más personas en veinticinco semanas que el sida en veinticinco años. Según un revisor académico, esta “breve epidemia generó más muertes, más sufrimiento y más cambios demográficos en Estados Unidos que todas las guerras del siglo XX”.

 

¿Qué provocó la pandemia de 1918?

Aunque el virus de la gripe humana ni siquiera fue descubierto hasta 1933, un inspector de la Oficina de Industria Animal de EE. UU. (del inglés U.S. Bureau of Animal Industry) ya publicaba investigaciones desde 1919 que sugerían que los animales de granja podrían estar relacionados con la pandemia. El inspector J.S. Koen, de Fort Dodge, Iowa, escribió:

“La similitud entre la epidemia en las personas y la epidemia en los cerdos era tan evidente, y los reportes tan frecuentes, que a un brote en una familia le seguía inmediatamente un brote entre sus cerdos, y viceversa. Algo que suponía una coincidencia sumamente llamativa, si no sugería directamente una relación clara entre ambas condiciones. Parecía ‘gripe’, y, hasta demostrar lo contrario, mantendré ese diagnóstico”.

La respuesta sobre el origen del virus de 1918 se publicó en octubre de 2005. El asesino más letal de la humanidad parece haber tenido su origen en la gripe aviar.

 

¿Qué es la gripe aviar?

La evidencia disponible sugiere que todos los virus de la gripe pandémicos (de hecho, todos los virus de la gripe de los humanos y otros mamíferos en general) le deben su origen a la gripe aviar. En 1918, los niños jugaban a saltar a la cuerda en la escuela cantando una rima morbosa que decía:

Tenía un pajarito,

su nombre era Enza.

Habrí la ventana,

e in-flu-enza. (adentro-voló-enza)

 

¿La gripe aviar es peor que la normal?

La pandemia de 1918 fue devastadora, pero su tasa de mortalidad promedio fue inferior al 5 %. La cepa del virus de la gripe aviar H5N1, que surgió por primera vez en China en 1997 y se ha propagado a más de sesenta países, parece matar aproximadamente al 50 % de sus víctimas humanas conocidas; una letalidad comparable a la de algunas cepas del ébola, lo que la convierte en potencialmente diez veces más mortal que la peor plaga en la historia de la humanidad.

Las autoridades más destacadas en salud pública, desde los CDC hasta la Organización Mundial de la Salud, temían que este virus de gripe aviar estuviera a solo unas pocas mutaciones de poder propagarse eficientemente entre la población humana, lo que desencadenaría la próxima pandemia. “La capacidad letal de este virus es muy, muy alta; es un virus mortal al que los humanos no se han expuesto nunca. Es una combinación muy peligrosa”, señaló Irwin Redlener, exdirector del Centro Nacional de Preparación ante Desastres de la Universidad de Columbia (del inglés National Center for Disaster Preparedness at Columbia University). Los científicos especulan con escenarios extremos en los que el H5N1 podría acabar matando a mil millones de personas o más en todo el mundo. “Lo único que se me ocurre que podría causar una mayor cantidad de muertes humanas sería una guerra termonuclear”, dijo Laurie Garrett, socia sénior del Consejo de Relaciones Exteriores (del inglés Council on Foreign Relations). El H5N1 tiene el potencial de convertirse en un virus tan feroz como el ébola y tan contagioso como el resfriado común.

 

El H1N1 frente al H5N1

El virus de la pandemia de 1918 fue del tipo H1N1. La cepa anual de gripe continuó siendo H1N1, e infectó a relativamente pocas personas cada año durante décadas, hasta que en 1957 apareció de forma repentina el virus H2N2, dando lugar a la pandemia conocida como la “gripe asiática”. Como la población mundial había desarrollado inmunidad principalmente contra los picos de H1, el nuevo virus se propagó rápidamente por todo el mundo, e infecto a una parte significativa de la población. Por ejemplo, la mitad de los niños en edad escolar en Estados Unidos enfermaron. El H2N2 dominó las temporadas de gripe durante once años. Luego, en 1968, el virus H3N2, conocido como la “gripe de Hong Kong”, desencadenó otra pandemia y nos ha acompañado anualmente desde entonces.

Así que hubo tres pandemias de gripe en el siglo XX, en 1918, 1957 y 1968. Pero, como dijo el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (del inglés National Institute for Allergy and Infectious Diseases), “hay pandemias y hay pandemias”. Los virus híbridos mitad de ave, mitad de humano de 1957 y 1968 aparentemente conservaban suficiente estructura humana reconocible como para que la exposición previa de la población atenuara en parte el daño potencial de esas pandemias. En contraste, la cepa pandémica de 1918 era completamente aviar. En lugar de diluir su naturaleza aviar, el virus de la gripe aviar de 1918 “probablemente saltó directamente a los humanos y comenzó a matarlos”, señaló Taubenberger, el científico que ayudó a resucitarlo. Podría estar ocurriendo lo mismo con la nueva ola de virus de gripe aviar que han estado infectando esporádicamente a personas en estos últimos años, como es el caso del H5N1. No hay constancia de que el sistema inmunitario humano hubiera estado expuesto a un virus H5. Como señala la OMS, “la vulnerabilidad de la población a un virus pandémico similar al H5N1 sería universal”.

 

¿Qué tan peligrosa es la gripe aviar del H5N1?

El H5N1 ha desarrollado un nivel de letalidad en humanos que no se creía posible para un virus de la gripe. Por ahora, aproximadamente la mitad de las personas que han contraído esta gripe han muerto. El H5N1 es eficaz a la hora de matar, pero no para propagarse. Para desencadenar una pandemia, el virus tendría que aprender a transmitirse eficientemente entre personas. Ahora que se ha secuenciado completamente el genoma del virus de 1918, entendemos que bastó con que se produjeran unas pocas decenas de mutaciones para convertir a un virus de gripe aviar en el asesino más letal de la humanidad, y se han observado cambios así en el H5N1. Cuanto más se propague el H5N1 e infecte a más personas, mayor será la probabilidad de que adquiera las mutaciones necesarias para una transmisión eficiente entre humanos. “Y eso es lo que no nos deja dormir por las noches”, dijo el presidente del grupo de trabajo sobre gripe pandémica de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (del inglés Infectious Diseases Society of America).

 

¿Cómo surgió la gripe aviar?

Hace más de un siglo, unos investigadores confirmaron la existencia del primer brote de un tipo particularmente letal de gripe aviar, a la que llamaron “peste aviar”. La palabra “peste” proviene del griego y significa “golpe” o “ataque”. Más adelante, el nombre “peste aviar” fue reemplazado por “gripe aviar muy patógena” o HPAI, por sus siglas en inglés.

Las aves de corral domesticadas también pueden infectarse con una gripe leve, conocida como gripe aviar poco patógena, o LPAI por sus siglas en inglés, que puede causar poco más que algunas plumas erizadas y una disminución en la producción de huevos. Sin embargo, los virus de la gripe con añadidos H5 o H7 tienen la capacidad de mutar a una variante muy patógena que puede provocar enfermedades devastadoras entre las aves. El término que utiliza Webster para describir las cepas de gripe H5 y H7 lo dice todo: “The nasty bastards” (que querría decir algo así como “los jodidos sinvergüenzas” en su sentido más directo, es decir, que indica que son cepas complicadas y más graves). Y no hay nada más jodido que el H5.

 

La gripe aviar, las aves de corral y los huevos

Para evitar contraer gripe aviar, un experto en influenza de la Agencia de Protección de la Salud del Reino Unido (UK Health Protection Agency) advirtió: “[E]vita estar al alcance de aves que puedan estar infectadas. No beses a las gallinas”. Dejando a un lado lo de los besos, ¿cuál es el riesgo tocar a una gallina con los labios de otras maneras?

En 2001, se detectó y confirmó la presencia del virus en carne de pato congelada. Los investigadores concluyeron: “El aislamiento de un virus de la gripe H5N1 en carne de pato y la presencia de virus infeccioso en el tejido muscular de patos infectados experimentalmente crea la preocupación de que la carne producida por esta especie pueda servir como vehículo para la transmisión del virus H5N1 a los humanos”.

El hallazgo de carne de ave contaminada con H5N1 dio lugar a una investigación más amplia. Los principales investigadores sobre la gripe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) analizaron carne de pollo. Los pollos que inhalaron el H5N1 se infectaron de manera incluso más sistémica que los patos. El virus se propagó a través de los órganos internos, y llegó al tejido muscular e incluso a la piel. Se detectó virus tanto en la carne blanca como en la carne oscura.

Existe un precedente de carne infectada con virus aviares. A diferencia de las bacterias, los virus pueden mantenerse infecciosos durante períodos prolongados, incluso en alimentos procesados. Algunos métodos de conservación, como la refrigeración, la congelación o el salado, pueden incluso prolongar la persistencia de los virus en los alimentos. Por otro lado, dado que los virus no pueden replicarse sin tejido vivo, el almacenamiento inadecuado de alimentos no representa un problema tan grave en ese sentido.

¿Qué hay de los huevos? “Ten cuidado con los huevos”, advierte la Organización Mundial de la Salud. “Los huevos de gallinas infectadas también pueden estar contaminados con el virus [H5N1]…”.

 

Mutación y aumento de la viralidad

Dentro de una persona, un virus evoluciona, se adapta, aprende. Se encuentra con callejones sin salida y prueba nuevas estrategias, lo que le hace acumular mutaciones poco a poco que podrían consolidar su capacidad para sobrevivir eficazmente en seres humanos y transmitirse entre ellos. Cada persona infectada representa un riesgo potencial de dar origen al virus pandémico. Como lo describe un virólogo: “Estás jugando a la ruleta rusa cada vez que hay una infección humana”. Los expertos temen que, a medida que más personas se infecten, el virus descubra la combinación ganadora, la serie exacta de mutaciones necesarias para propagarse, no solo en un ascensor o edificio, sino en todos los edificios, en todas partes del mundo. Ya no serán solo campesinos en Vietnam los que mueran tras manipular aves muertas o carne cruda de ave; serán neoyorquinos, parisinos, londinenses y personas en cada ciudad, pueblo y aldea del planeta, que morirán tras dar la mano, tocar la perilla de una puerta o simplemente inhalar en el lugar y momento equivocados. Ya ha sucedido, y podría volver a suceder pronto.

Un portavoz de la OMS dijo, al hablar de un virus como el H5N1, que: “Todos los indicios apuntan a que tenemos las horas contadas”. Un socio sénior del Centro para la Bioseguridad (Center of Biosecurity) enumeró esos indicios: “La letalidad del virus no tiene precedentes para una gripe, la magnitud del brote entre aves es completamente sin precedentes, y el cambio que necesita ocurrir para crear una pandemia es tan pequeño… literalmente podría suceder cualquier día”.

La gripe aviar H5N1 nunca se había propagado tan lejos y tan rápido, y, cuanto más tiempo circule el virus en los sistemas de producción avícola, mayor será la probabilidad de exposición humana adicional.

 

¿Se puede erradicar al H5N1?

Es posible que el H5N1 haya llegado para quedarse. “Ya no se puede erradicar a este virus del planeta”, declaró la directora del Centro para la Bioseguridad, O’Toole. “Está presente en demasiadas aves en demasiados lugares”. El virus parecía afianzarse cada vez más. “Si lo describiéramos como una guerra, hemos perdido más batallas de las que hemos ganado”, dijo un portavoz de la OMS al Financial Times. “Desde el punto de vista de la salud pública y de la salud animal, este virus está tomando un control cada vez más firme”.

En un tono poco característico de las instituciones de política internacional, la FAO escribió: “Sobre este panorama desolador se cierne una nube negra de temor a que el virus se adapte para permitir la transmisión de humano a humano y se propague por todo el mundo”. La urgencia y la alarma entre quienes seguían el avance del H5N1 eran palpables. “Es como ver un volcán preparándose para erupcionar”, describió un portavoz de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE, por sus siglas en francés). “Todos estamos conteniendo el aliento”, dijo Julie Gerberding, exdirectora de los CDC.

 

Caldo de cultivo de enfermedades

Las tres autoridades mundiales principales, como son la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), llevaron a cabo una conferencia conjunta en 2004 para identificar las causas fundamentales del surgimiento y la propagación de estas enfermedades. Se identificaron cuatro factores de riesgo principales. El primero: “El aumento de la demanda de proteína animal”. Este incremento ha llevado a lo que los CDC denominan “la intensificación de la producción de animales para consumo”, un factor al que se atribuye en parte la creciente amenaza.

La forma en que criábamos animales cuando los domesticamos por primera vez, hace diez mil años, dista mucho de cómo se los cría hoy en día. Antes, las gallinas andaban sueltas por los patios de pequeñas granjas. Hoy, los pollos de engorde (criados para carne) suelen estar hacinados en galpones largos, donde se alojan en promedio entre veinte mil y veinticinco mil aves. Una sola empresa, Tyson, puede producir más de nueve millones de kilos de carne de pollo al día. A nivel mundial, se estima que entre el 70 y el 80 % de las gallinas ponedoras están confinadas de forma intensiva en jaulas en batería: pequeños recintos de malla metálica, apilados en varios niveles y extendidos en hileras dentro de galpones sin ventanas. Las jaulas tienen tal densidad que a cada gallina suele asignársele menos superficie que el tamaño de una hoja de papel de carta estadounidense (22 x 28 cm). No es raro que los productores de huevos mantengan cientos de miles (o incluso un millón) de gallinas confinadas en una sola granja. La mitad de la población mundial de cerdos, que ya se acerca a los mil millones, también vive hacinada en operaciones industriales de confinamiento. Esta situación supone la alteración más grande en la relación entre humanos y animales de los últimos diez mil años.

 

¿Qué podemos hacer?

Para reducir la aparición de los virus como el H5N1, la humanidad debe adoptar un modelo de crianza avícola basado en bandadas más pequeñas, en condiciones menos estresantes, menos hacinadas y más higiénicas, con acceso al aire libre, sin uso de antivirales humanos, y poner fin a la práctica de criar aves para un crecimiento rápido o una producción de huevos antinatural a costa de su inmunidad. También se espera que este cambio reduzca la incidencia de patógenos cada vez más resistentes a los antibióticos, como la Salmonella, el principal causante de muertes por toxinfección alimentaria en Estados Unidos. Necesitamos alejarnos del enfoque reactivo de la industria ante las enfermedades infecciosas y avanzar hacia un modelo de salud preventiva más proactivo, que haga a las aves menos susceptibles, e incluso más resistentes, ante las enfermedades.

En Estados Unidos, la Asociación Estadounidense de Salud Pública (APHA, por sus siglas en inglés) es una de las entidades que abogan por un cambio “radical” (del latín radix, que significa “raíz”). En 2003, la APHA aprobó una Precautionary Moratorium on New Concentrated Animal Feed Operations (moratoria preventiva para los nuevos sistemas de alimentación concentrada de animales) en la que instaba a todas las autoridades federales, estatales y locales a imponer una moratoria inmediata sobre la construcción de nuevas granjas industriales, incluidas las de pavos, gallinas ponedoras, pollos de engorde y patos. En noviembre de 2019, la APHA reiteró su postura al publicar una nueva declaración normativa en la que volvió a pedir una moratoria sobre la creación de nuevas granjas industriales, así como sobre la expansión de las ya existentes.

 

Comer para luchar contra la gripe aviar

La revista de la APHA publicó un editorial titulado The Chickens Come Home to Roost” (“Las gallinas vuelven al gallinero”) que fue más allá de simplemente pedir una desintensificación de las industrias porcinas y avícolas. El editorial cuestionó la prudencia de criar tantos animales para consumo, dado el riesgo pandémico que podrían representar: “Es curioso, por tanto, que cambiar la forma en que los humanos tratan a los animales, como sería básicamente el dejar de comerlos, o al menos el limitar radicalmente la cantidad que se consume, no se considere como una medida preventiva significativa. Un cambio así, si se adoptara o impusiera a suficiente escala, aún podría reducir la probabilidad de la tan temida epidemia de gripe. Tendría incluso más probabilidad de prevenir enfermedades futuras desconocidas que, en ausencia de este cambio, podrían surgir de la cría intensiva de animales y su matanza para consumo. Sin embargo, la humanidad ni siquiera considera esta opción”.

Sin embargo, gracias a innovaciones alimentarias, esto podría estar cambiando, ya que las carnes, leches y huevos de origen vegetal están ganando popularidad con una oferta cada vez más amplia en los supermercados. Además, tomar decisiones más saludables también podría ayudar a mitigar la próxima epidemia de coronavirus, al reducir las tasas de comorbilidades que se ha demostrado aumentan el riesgo en casos de SARS, MERS y COVID-19. Por ejemplo, basta considerar los factores de riesgo subyacentes que agravan la severidad y mortalidad de la COVID-19, como son la obesidad, enfermedades cardíacas, la hipertensión y la diabetes tipo 2, todas ellas condiciones que pueden controlarse o incluso revertirse con una alimentación vegetal y un estilo de vida lo suficientemente saludables.

 

Huevos sin huevo

Hay muchas recetas sin huevo que imitan platos con huevo y son deliciosas, como este Revuelto de coliflor y garbanzos del recetario The How Not to Diet Coobook.

 

Conclusión

Hace décadas que descubrimos el H5N1 en gallinas. Este virus de la gripe cambiaría para siempre nuestra comprensión de cuán graves pueden llegar a ser las pandemias. Parece capaz de matar a la mitad de las personas que infecta. Imagina si un virus así comenzara a propagarse explosivamente entre personas. Sería una pandemia cien veces peor que la de la COVID-19, con una tasa de mortalidad no de uno en doscientos, sino como echarlo a suerte lanzando una moneda, de uno entre dos. Afortunadamente, hasta ahora el H5N1 ha seguido siendo un virus principalmente de aves, no de personas, pero tanto el H5N1 como otros virus animales nuevos y mortales siguen mutando, con la mira puesta en el “banquete” de ocho mil millones de seres humanos. Con las pandemias, la pregunta nunca es si ocurrirá, sino cuándo. Un brote universal con una tasa de mortalidad superior a unos pocos puntos porcentuales no solo amenazaría los mercados financieros, sino a la civilización tal y como la conocemos.

Una pandemia desencadenada por un virus de gripe aviar podría provocar cientos de millones de muertes. “Una pandemia de gripe, incluso de impacto moderado”, escribió Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota, “provocará el mayor desastre de la historia de la humanidad; mucho mayor que el sida, el 11S, todas las guerras del siglo XX y el reciente tsunami juntos. Tiene el potencial de redirigir la historia mundial como lo hizo la peste negra con Europa en el siglo XIV”.1 Esperemos que, por el bien de la humanidad, la dirección que tome la historia mundial sea la de alejarse de la cría de miles de millones de aves en sistemas de confinamiento intensivo, para reducir el riesgo de volver a encontrarnos en una situación tan precaria en un futuro. La parte positiva de la COVID-19 es que el mundo estará mejor preparado para la próxima crisis sanitaria global. Trágicamente, podría hacer falta una pandemia causada por un virus como el H5N1 para que el mundo comprenda el verdadero costo del pollo barato.

 

1 Kennedy M. 2005. Bird flu could kill millions: global pandemic warning from WHO. “We’re not crying wolf. There is a wolf. We just don’t know when it’s coming.” Gazette (Montreal), March 9, p. A1.

 


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