La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Tamara Amor.
Incluso si pudiéramos diagnosticar con precisión el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO), si no hay diferencia en los síntomas entre quienes dan positivo y quienes dan negativo, ¿cuál es el sentido?
Los síntomas gastrointestinales como dolor abdominal e hinchazón representan millones de consultas médicas cada año. Una de las condiciones que suele considerarse en este tipo de presentación “inespecífica” es el SIBO, un concepto que “ha ganado popularidad en internet además de ciertos círculos clínicos y de investigación”. El SIBO se define como “un exceso de bacterias en el intestino delgado” y se suele tratar con antibióticos, pero “prescribir estos medicamentos a pacientes con síntomas inespecíficos y comunes asociados con SIBO no está exento de riesgos”. Esto puede generar resistencia a los mismos antibióticos, provocar efectos secundarios y eliminar también bacterias beneficiosas que nos protegen, lo que a su vez puede favorecer la invasión de patógenos como C. diff, todo por una condición que quizás ni siquiera exista.
En revistas de medicina alternativa se admite que el SIBO está sobrediagnosticado, lo que genera aún más “confusión y miedo”. Las pruebas de SIBO “se usan en exceso y se confía demasiado en ellas. Los diagnósticos se entregan con rapidez y sin suficiente fundamento. Se puede convencer a los pacientes de que el SIBO es una condición crónica imposible de eliminar y que requerirá tratamiento de por vida. Esto no es cierto para la mayoría y es un ejemplo del daño causado por la exageración”. “El ‘monstruo’ que hoy percibimos como SIBO puede no ser más que un fantasma”.
El método tradicional para diagnosticar el SIBO era la aspiración del intestino delgado, una prueba invasiva en la que se introduce un tubo largo por la garganta para tomar una muestra y contar las bacterias, como se muestra en el minuto 2:10 de mi video ¿Son válidas las pruebas de la hiperproliferación bacteriana intestinal?.
Este método ha sido reemplazado casi por completo por pruebas de aliento. En un intestino delgado con funcionamiento normal, la glucosa (un tipo de azúcar) se absorbe casi en su totalidad, por lo que no debería llegar al colon. Entonces, la presencia de fermentación bacteriana de glucosa sugeriría que hay presencia de bacterias en el intestino delgado. La fermentación produce gases específicos que pasan al torrente sanguíneo y luego se exhalan por los pulmones, lo que puede medir con un aparato similar a un alcoholímetro.
Antes se usaba lactulosa, pero “las pruebas de aliento con lactulosa no detectan de forma confiable el sobrecrecimiento bacteriano,” por lo que se cambió a glucosa. Sin embargo, cuando se puso a prueba la glucosa, tampoco funcionó: la carga bacteriana en el intestino delgado era similar en quienes daban positivo y en quienes daban negativo, por lo que tampoco se puede considerar un test útil. Resulta que la glucosa sí puede llegar al colon.
Los investigadores marcaron la glucosa y descubrieron que casi la mitad de los positivos en las pruebas de aliento con glucosa eran falsos positivos, porque las personas la estaban fermentando en el colon, donde nuestras bacterias deberían estar. Así es como “pacientes diagnosticados de forma incorrecta con SIBO pueden recibir múltiples ciclos de antibióticos” para una condición que en realidad no tienen.
¿Por qué los médicos siguen recomendando las pruebas de aliento? ¿Es posible que sea porque estaban en un congreso patrocinado por una empresa de pruebas respiratorias y muchos de ellos habían recibido fondos de compañías de pruebas de SIBO o de antibióticos?
Incluso si pudiéramos diagnosticar bien el SIBO, ¿importa? Entre personas con síntomas digestivos, la tasa de positividad para SIBO varía de forma significativa: de alrededor del 4% hasta el 84 %. Los investigadores “no encontraron diferencias en la puntuación global de síntomas entre quienes dieron positivo y quienes dieron negativo en SIBO”. Por lo tanto, un resultado positivo podría no significar nada. ¿Qué importa si algunas personas tienen bacterias creciendo en el intestino delgado si eso no se correlaciona con los síntomas?
Ahora bien, los antibióticos podrían hacer que personas con síntomas tipo colon irritable diagnosticadas con SIBO se sientan mejor. ¿Eso prueba que el SIBO era la causa? No, porque los antibióticos también hacen sentir mejor a muchas personas que dan negativo en SIBO. Hoy en día, el antibiótico más usado para el SIBO es la rifaximina, pero “no está aprobada por la FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.) para este uso y su costo puede ser prohibitivo”. De hecho, ningún medicamento está aprobado para el tratamiento del SIBO en Estados Unidos ni en Europa, por lo que incluso con buen seguro puede costar hasta 50 dólares diarios y suele durar 2 semanas.
Además, aunque los antibióticos ayuden en el corto plazo, podrían empeorar la situación a largo plazo. Quienes “reciben un ciclo de antibióticos tienen 3 veces más probabilidades de reportar síntomas intestinales 4 meses después en comparación con los controles”. Entonces, ¿qué podemos hacer para estos síntomas? Eso es lo que abordaré a continuación.