Los estudiantes de medicina deben dejar de hacer exámenes pélvicos a mujeres inconscientes sin su consentimiento

La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Tamara Amor.

Aviso: Esta publicación contiene descripciones de agresiones sexuales.

“Los reportes recientes de estudiantes de medicina que realizan exámenes pélvicos con fines de entrenamiento en mujeres anestesiadas sin su consentimiento”—ni su conocimiento—“han generado una gran controversia y llamados a una mayor regulación”. Sin embargo, ese “estallido de indignación pública” ocurrió a mediados de la década de los 90. California fue el primer estado en prohibir la práctica, pero los “avances iniciales pronto se desvanecieron”.

Como explico en mi video Acabemos con esa práctica escondida de hacerles exploraciones ginecológicas a mujeres inconscientes sin su consentimiento, “esta práctica, común desde finales de 1800, fue en gran medida incuestionada hasta que un estudio de 2003 reportó que el 90% de los estudiantes de medicina que completaron rotaciones en obstetricia y ginecología en cuatro escuelas médicas de Filadelfia realizaron exámenes pélvicos en mujeres anestesiadas con fines educativos”. (Un estudio posterior encontró porcentajes más bajos en otras partes del país.) La conclusión: “Los exámenes pélvicos realizados en mujeres anestesiadas sin consentimiento todavía suceden”. ¿Cómo es posible que esto continúe en el 2025? Expertos en ética médica han calificado estas prácticas como “inmorales e indefendibles”. “Estas prácticas deberían detenerse de manera inmediata”. Algunas escuelas prometieron hacerlo, pero “desafortunadamente, esas victorias iniciales se estancaron. Al mismo tiempo que algunas instituciones cambiaban sus políticas, un número similar de hospitales y facultades de medicina defendían públicamente la práctica”.

La Asociación de Profesores de Ginecología y Obstetricia escribió: “Como educadores médicos, debemos equilibrar nuestra obligación de formar a la próxima generación de médicos con la libertad de las mujeres de decidir de quién reciben tratamiento y qué aspectos de su atención pueden ser realizados por estudiantes”. “Algunos docentes sostienen que las pacientes ‘públicas’”—aquellas sin seguro médico—“tienen la obligación de participar porque reciben atención gratuita o subsidiada”. Se afirma que las regulaciones para frenar esta práctica “colocan barreras innecesarias en el camino de los estudiantes de medicina que necesitan aprender habilidades médicas fundamentales” y, por lo tanto, “deberían ser resistidas”. No sorprende que los estudiantes de medicina aún realicen exámenes pélvicos en mujeres anestesiadas.

Las asociaciones médicas profesionales han hecho declaraciones de compromiso con la idea de solicitar un consentimiento explícito, pero, a pesar de las recomendaciones, “la evidencia sugiere que la práctica sigue vigente”. “El uso no autorizado de mujeres no es un fenómeno limitado a unas pocas escuelas médicas,” sino un problema internacional.

Incluso con el surgimiento del movimiento #MeToo y después de que Larry Nasser, el infame médico de la gimnasia rítmica estadounidense, fuera condenado de 40 a 175 años de prisión por tocar los genitales de mujeres sin su consentimiento, “todavía hay mujeres que son utilizadas como sujetos de enseñanza para estos exámenes sin su consentimiento”.

Una actualización de 2020 del Centro de Bioética de Yale, titulada “A Pot Ignored Boils On: Sustained Calls for Explicit Consent of Intimate Medical Exams”, señalaba: “En los últimos 30 años, varias partes—tanto dentro como fuera de la medicina—han manifestado cada vez más oposición a estos exámenes. Los argumentos de asociaciones médicas, juristas, expertos en ética, enfermeras y algunos médicos no han logrado un cambio institucional significativo”. Sí, existen recomendaciones de asociaciones médicas que prohíben los exámenes pélvicos sin consentimiento, pero esas declaraciones son “consultivas e incompletas. Las asociaciones no tienen la capacidad de imponer un cambio sistémico, como lo demuestra la inacción de las instituciones”. En respuesta a la incapacidad de la profesión médica para autorregularse, muchos estados han aprobado leyes para proteger a los pacientes.

Pero, si estás anestesiada, ¿cómo podrías siquiera saber si los estudiantes de medicina están esperando su turno o no? “Los hospitales universitarios atienden a pacientes que están en la posición más vulnerable para saber lo que ocurre—están inconscientes—y los utilizan de formas que no dejan huellas físicas y que a menudo ni siquiera se registran en la historia clínica”. Entonces, cuando los medios pierden interés, como ha sucedido década tras década, “¿qué incentivo tienen los docentes o los hospitales para cambiar de manera voluntaria?” Quizás, “cuando los médicos comiencen a ser amenazados con demandas, empezarán a obtener consentimiento informado”. Como escribió un comentarista: “Los administradores hospitalarios que permiten que estudiantes de medicina realicen exámenes pélvicos en mujeres anestesiadas sin su consentimiento deberían consultar con su asesor legal la definición de ‘violación’ en su jurisdicción”.

“La solución es simple: solo hay que preguntar”. Preguntar a las mujeres por su permiso. Es su cuerpo, su decisión. “Pero la experiencia reciente ha demostrado que un cambio real y completo, hospital por hospital, probablemente no llegará hasta que un hospital o un médico pague una indemnización sustancial [en una demanda] por este error de juicio ético. Creemos que ese día llegará pronto”—antes de que esa olla ignorada finalmente estalle.

“Algunos lo defienden como algo inofensivo y dicen que pedir consentimiento haría que las pacientes se negaran, privando a los estudiantes de una parte crucial de su formación”. Cuando escribí por primera vez sobre esta práctica hace más de 20 años en mi libro Heart Failure, acerca de mi tiempo en la escuela de medicina, conté cómo recibí los mismos comentarios de mis compañeros: un “bueno, ¿y entonces cómo vamos a aprender?” Decir eso es perder un poco de humanidad. La respuesta, es que deberíamos aprender con mujeres que den su consentimiento y para lograrlo—¡Dios no lo quiera!—primero tenemos que establecer una relación con la paciente, generar confianza e incluso hablar con ella. Tal vez habría que tratarlas como seres humanos.

Es inconcebible que los estudiantes de medicina tengan permitido legalmente practicar exámenes pélvicos en mujeres anestesiadas sin su consentimiento. Incluso si vives en un estado donde esta práctica es ilegal, ¿cómo puedes saber si la ley será respetada una vez que estés inconsciente? Quizás los estudiantes de medicina deberían usar cámaras personales.

Si te perdiste el video relacionado, mira Los estudiantes de medicina les hacen exploraciones ginecológicas a mujeres anestesiadas sin su consentimiento.

Key Takeaways

    • Los estudiantes de medicina aún realizan exámenes pélvicos en mujeres anestesiadas sin consentimiento, pese a décadas de rechazo ético, legislación estatal y controversia pública y es defendido por algunos como necesario para la formación médica.
    • Las organizaciones profesionales suelen emitir solo recomendaciones débiles y no vinculantes, y el cambio institucional significativo en gran parte no se ha materializado, incluso tras movimientos como #MeToo y casos de abuso de alto perfil.
    • Los hospitales universitarios suelen dirigirse a las pacientes más vulnerables—sin seguro, inconscientes o incapaces de saber o protestar—lo que resalta la necesidad de leyes de consentimiento aplicables y de responsabilidad legal para lograr un cambio duradero.

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