Los riesgos de las prótesis intravasculares

La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Victoria Rodríguez.

¿Por qué los médicos matan o causan apoplejías a miles de personas cada año sin razón? ¿Cómo logran convencer a los pacientes a que se sometan a procedimientos que solo implican riesgos sin ningún beneficio?

Se han implantado prótesis intravasculares a millones de personas con enfermedad arterial coronaria estable y, aun así, sabemos que, en esos pacientes, la angioplastia y la colocación de stents o prótesis intravasculares, en realidad, no previene los ataques cardíacos, no ofrece alivio del dolor por angina de pecho a largo plazo ni mejora la supervivencia. ¿Por qué? Porque las placas más peligrosas, “las más vulnerables a la ruptura o la erosión, que deriva en un subsiguiente evento cardíaco,” (es decir, un ataque cardíaco) no son aquellas en las que los médicos insertan prótesis intravasculares. Tampoco son las que a menudo se ven en un angiograma obstruyendo el flujo sanguíneo. Por lo tanto, “debemos evitar la ‘ilusión terapéutica’ de que estamos logrando más de lo que indica la evidencia”. La intervención coronaria percutánea (ICP) parece genial. La angioplastia y las prótesis intravasculares desobstruyen las arterias y facilitan el flujo sanguíneo. Pero, si en realidad la ICP no ayuda, ¿por qué hacer estos procedimientos?

No solo hablamos de miles de millones de dólares desperdiciados. La colocación de prótesis intravasculares y los anticoagulantes que el paciente debe usar pueden causar complicaciones como insuficiencia cardíaca, apoplejía y la muerte, pero los riesgos son relativamente bajos. Existe menos del 1 % de probabilidad de que una ICP cause la muerte o una apoplejía. El 15 % del riesgo de ataque cardíaco solo se produce si la prótesis se atasca posteriormente, lo cual solo sucede en alrededor del 1 % a mediano plazo. Sin embargo, existe una probabilidad del 13 % de lesión renal por los tintes que se tienen que inyectar, pero generalmente se cura sola. Las complicaciones más graves, como la muerte, solo suceden en alrededor de 1 de cada 150 casos, pero a esa cifra hay que multiplicarla por los cientos de miles de procedimientos que se llevan a cabo por año.

En un caso de urgencia, como cuando una persona está teniendo un ataque cardíaco, la angioplastia puede salvarle la vida, pero estos cientos de miles de procedimientos se hacen en casos de enfermedad arterial coronaria estable, para la cual no parece haber beneficios. Por lo tanto, los médicos están matando o causando apoplejías a miles de personas al año por nada. Eso es sin contar las decenas de miles de accidentes isquémicos transitorios asintomáticos que pueden contribuir al deterioro cognitivo que causan estos procedimientos. Entre el 11 % y el 17 % de las personas que se hacen una angioplastia o se colocan prótesis intravasculares sufren nuevas lesiones cerebrales, como se puede ver abajo y en el minuto 2:16 de mi video Los riesgos de las prótesis intravasculares. Equivale a 1 de cada 6 personas.

¿Cómo hacen los médicos para convencer a los pacientes de que se hagan una ICP cuando esto no disminuye el riesgo de muerte o ataque cardíaco ni alivia los síntomas a largo plazo? Aparentemente, resulta oportuno que no “les informen a sus pacientes que la ICP no reduce el riesgo de muerte o infarto de miocardio (ataque cardíaco), ni alivia los síntomas durante más de 5 años”, por lo que no ofrece un alivio a largo plazo.

Los cardiólogos son conscientes de lo poco que pueden ayudar, pero en los estudios “se ha demostrado sistemáticamente” que los pacientes creen que la prótesis intravascular reduce su riesgo de ataque cardíaco o muerte. Más del 70 % de los pacientes creyó erróneamente que una prótesis de este tipo prolongaría su esperanza de vida o prevendría ataques cardíacos futuros. Por eso se hizo este estudio, para averiguar “por qué los pacientes sobrestiman estos beneficios”. ¿De dónde sacan los pacientes estas ideas descabelladas? La respuesta es que a muchos pacientes no se les brinda toda la información. Los médicos exageran los beneficios y subestiman los riesgos, y quizás presionan a los pacientes para que acepten procedimientos que no los beneficiarán de la forma que creen. ¿Por qué? Un motivo podría ser que a los médicos se les paga por procedimiento. “Los términos de reembolso actuales favorecen la realización de procedimientos por encima del uso de medicación y los cambios en el estilo de vida, y es posible que ese reembolso influya en las recomendaciones de los médicos”. A los médicos se les paga más por ofrecer prótesis intravasculares que por recomendar cambios razonables en la alimentación y el estilo de vida.

Con frecuencia, los pacientes con enfermedad coronaria estable que se hacen una angioplastia o reciben una prótesis intravascular están mal informados sobre los beneficios. De 59 conversaciones grabadas entre cardiólogos y sus pacientes, solo dos incluyeron los siete elementos de la toma de decisiones informada: informarle a la persona que puede elegir, explicar el problema, hablar sobre las alternativas y sus ventajas y desventajas, informar al paciente que el procedimiento puede no funcionar, preguntarle si entiende, preguntarle si tiene alguna pregunta y preguntarle qué quiere hacer. Solo en el 3 % de las conversaciones sobre la colocación de una prótesis intravascular entre los médicos y los pacientes se incluyeron estos elementos básicos. Y eso fue cuando “los médicos y los pacientes sabían que se los estaba grabando, lo cual podría haber influido en su conducta. En tal caso, es probable que estos resultados representen una situación ideal con estos médicos”. ¡Solo el 3 %! Cito a la Cleveland Clinic Journal of Medicine, cuando se trata de angioplastia y prótesis intravasculares, “rara vez se obtiene un verdadero consentimiento informado”.

No sorprende que, entre los casi 1000 pacientes entrevistados en 10 hospitales académicos y comunitarios en los Estados Unidos, solo el 1 % sabía la verdad. Sí sorprende que algunos culpen a los pacientes por su ignorancia y digan que ellos son quienes “sobrestiman o no entienden los beneficios del tratamiento, como los pacientes con cáncer que creen que la quimioterapia paliativa ofrece la posibilidad de curar la enfermedad, lo cual es una idea errónea sobre el tratamiento”.

“¿Por qué tantos pacientes aceptan hacerse procedimientos con beneficios que no entienden bien? No debemos fijarnos en los pacientes para descubrir el motivo. Debemos examinar la motivación de los médicos. Los pacientes creen que se les hace un procedimiento que les salva la vida porque los profesionales de la salud quieren que ellos crean que así es”. Ahora bien, no es que ese 95 % de cardiólogos les mienten a sus pacientes diciendo que se reducirá el riesgo. Resulta que solo omiten esos pequeños detalles. Sin embargo, “a falta de información de lo contrario, la mayoría de los pacientes y algunos médicos asumen que la ICP les salvará la vida y tienen una inclinación a elegir dicho procedimiento. En consecuencia, los pacientes casi nunca pueden dar su verdadero consentimiento informado para que se les haga una ICP”.

¿Por qué asumirían eso? Porque muchos tienen este concepto descabellado de “’cuidado personal’, de que la principal obligación del médico es solo el bienestar del paciente”. ¿No es un pensamiento ingenuo? “A falta de información, o aún tras mostrarles pruebas de lo contrario, los pacientes tienden a creer que los tratamientos ofrecidos serán beneficiosos”.

Esto resulta ser verdad, aún si se les dice explícitamente que las prótesis intravasculares no reducen el riesgo de ataques cardíacos. Es posible reducir la percepción errónea a la mitad “con poco esfuerzo, agregando dos renglones de texto”, para disipar el mito para muchas personas. No obstante, muchos participantes siguieron creyendo que la angioplastia y las prótesis intravasculares previenen los ataques cardíacos, aun cuando se les dijo explícitamente que no, con una explicación detallada de por qué no. Después de todo, ¿por qué los médicos insistirían en estos procedimientos si no sirvieran? Es una buena pregunta, sobre la cual trataremos a continuación.

Key Takeaways

    • Las prótesis intravasculares y la angioplastia no previenen los ataques cardíacos, no mejoran la supervivencia ni ofrecen un alivio a largo plazo para la enfermedad arterial coronaria estable. Se usan para tratar los bloqueos visibles, pero las placas más peligrosas que provocan ataques cardíacos no se suelen detectar en un angiograma.
    • Aunque el riesgo de complicaciones graves asociado a la colocación de prótesis intravasculares (p. ej., la muerte, una apoplejía o un ataque cardíaco) es bajo para los pacientes individuales, estos riesgos se acumulan en gran medida teniendo en cuenta los cientos de miles de procedimientos que se llevan a cabo cada año. Otras preocupaciones son los accidentes isquémicos transitorios asintomáticos y las lesiones renales.
    • Las prótesis intravasculares pueden salvar la vida de un paciente en un caso de urgencia, por ejemplo, durante un ataque cardíaco activo, pero no proporcionan beneficios para la enfermedad arterial coronaria estable. Aun así, muchos pacientes se hacen el procedimiento sin necesidad, y miles de personas resultan perjudicadas cada año debido a que toman decisiones no informadas.
    • La mayoría de los pacientes no reciben la información completa sobre los beneficios limitados y los riesgos de las prótesis intravasculares. En algunos estudios, se reveló que la mayoría de las conversaciones entre los médicos y los pacientes no incluyen los elementos esenciales de una toma de decisiones informadas, por lo que los pacientes sobrestiman los beneficios del procedimiento.
    • Los incentivos financieros podrían motivar el uso excesivo de prótesis intravasculares, ya que, a menudo, a los médicos se les paga más por los procedimientos que por recomendar cambios en el estilo de vida y medicamentos. Este sistema, sumado a la comunicación incompleta o engañosa, perpetúa la “ilusión terapéutica” de que las prótesis intravasculares pueden curar la enfermedad arterial coronaria estable.

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