Tratar la esteatosis hepática con la dieta

La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María José.

¿Cuáles son las tres fuentes que acumulan grasa en el hígado en la enfermedad del hígado graso y cómo podemos deshacernos de ella?

La enfermedad del hígado graso no alcohólico o esteatosis hepática no alcohólica (EHNA) es la enfermedad hepática crónica más frecuente hoy en día, en parte debido a nuestra epidemia de obesidad, y ahora incluso se registra en niños. “[C]asi un 70 % o un 80 % de los niños obesos pueden presentar EHNA”. ¿Por qué es importante? Porque un hígado graso puede progresar a hepatitis grasa, y esto puede causar cicatrices y cirrosis hepática. La cirrosis es suficientemente grave, pero también puede provocar que esa persona desarrolle cáncer de hígado.

Entonces, ¿cuál es la fuente de la grasa que se acumula en el hígado en la EHNA? Hay tres fuentes principales: el exceso de azúcar y el exceso de grasa en nuestra dieta y el exceso de grasa de nuestro propio cuerpo, como se puede ver en el punto temporal 00:51 de mi video La mejor dieta para el tratamiento del hígado graso.

¿Por qué sabemos que el exceso de azúcar en la dieta es perjudicial? Porque se ha puesto a prueba. Cuando a adolescentes con enfermedad del hígado graso se les asignó aleatoriamente una dieta baja en azúcares libres (es decir, una dieta baja en azúcar añadida y bebidas azucaradas), experimentaron una mejora significativa en ocho semanas. Dados estos nuevos datos, un editorial de una revista sobre el hígado señaló que “[s]e puede argumentar con decisión que ya no hay incertidumbre sobre los efectos perjudiciales del consumo excesivo de azúcar y que ahora debemos actuar sobre la gran cantidad de datos disponibles para informar al público sobre los riesgos para la salud de comer demasiada azúcar”.

¿Y por qué sabemos que el exceso de grasa en la dieta es perjudicial? Porque también se ha puesto a prueba. Cuando se asignó aleatoriamente a personas a una dieta baja en grasas o a una dieta alta en grasas con el mismo número de calorías, en solo dos semanas, la grasa hepática de aquellos que seguían la dieta baja en grasas disminuyó un 20 %, mientras que en los participantes que recibieron el mismo número de calorías pero en una dieta alta en grasas aumentó un 35 %.

En la dieta baja en grasas, los niveles de insulina disminuyeron alrededor del 15 %, y en la dieta alta en grasas, aumentaron alrededor del 15 %. Los defensores de las dietas bajas en carbohidratos y cetogénicas a menudo hablan de cómo necesitamos comer más grasa y menos carbohidratos para mantener nuestros niveles de insulina bajos, pero sucede exactamente lo contrario cuando se pone a prueba. Incluso con una sola comida alta en grasas no solo se aumenta. En cuatro horas, nuestra sensibilidad a la insulina en todo el cuerpo puede caer un 25 %, por lo que nuestro cuerpo tiene que bombear esa cantidad más de insulina. Como se dijo el editorial acompañante: “ Una sola [dosis] de grasa tiene un gran impacto”.

Entonces, para ayudar a prevenir o tratar la enfermedad del hígado graso, los pacientes deben limitar o evitar comer alimentos ricos en grasas. Aunque siempre se necesitan más ensayos clínicos a largo plazo, “ si nos basamos en las pruebas actuales, recomendaríamos una dieta baja en grasas, especialmente en ácidos grasos saturados, y baja en carbohidratos refinados, especialmente con una reducción del consumo de refrescos… ya que estos factores nutricionales pueden desempeñar un papel fundamental en la EHNA”. Esto significa una dieta baja en carne, lácteos, comida basura y carbohidratos refinados, especialmente refrescos. La grasa saturada no solo es “más perjudicial metabólicamente para el hígado humano que la grasa insaturada”, sino que la grasa saturada es más perjudicial que el azúcar puro. ¿Qué sucedió cuando a los participantes del estudio se los sobrealimentó con 1000 calorías de grasa saturada (como queso y aceite de coco), grasa insaturada (como nueces y aceite de oliva) o azúcar (como refrescos y dulces)? Comer en exceso 1000 calorías al día de cualquier cosa no es bueno para ti, pero la grasa saturada aumentó la grasa en el hígado en un 55 %, significativamente más que las grasas insaturadas, con los dulces en el medio.

Entonces, “aunque perder peso es beneficioso en la EHNA, ciertas dietas conocidas por inducir la pérdida de peso pueden en realidad causar o exacerbar esta enfermedad, y por lo tanto inducir resistencia a la insulina, como las dietas muy bajas en carbohidratos y altas en grasas”. En contraste, “las dietas saludables basadas en vegetales están asociadas con un menor riesgo de padecer EHNA y un perfil más favorable en las pruebas de función hepática”. El consumo de legumbres (frijoles, guisantes partidos, garbanzos y lentejas), por ejemplo, está asociado con un menor riesgo de hígado graso: tienes hasta un 65 por ciento menos de probabilidades de desarrollar hígado graso si comes más frijoles.​

En el estudio anterior, los investigadores no estaban estudiando a personas que comían dietas estrictamente basadas en vegetales, solo más o menos. Es más difícil estudiar a aquellos que siguen dietas completamente libres de carne, ya que actualmente representan solo un pequeño segmento de la población de EE. UU. Pero, ¿qué pasa con los estadounidenses de ascendencia india? Los asiáticos del sur, individuos originarios del subcontinente indio, son “uno de los grupos étnicos de más rápido crecimiento en los Estados Unidos”, y parecen conservar en gran medida sus dietas, con aproximadamente el mismo porcentaje de vegetarianos que en la India: casi el 40 %. Sabemos que en la India, los consumidores de carne tienen un riesgo significativamente mayor de padecer la enfermedad del hígado graso. Sucede lo mismo en Taiwán, donde los vegetarianos tienen un riesgo significativamente menor de hígado graso. Y incluso los vegetarianos que se vieron afectados tenían notablemente menos cicatrices en el hígado, como se puede ver a continuación y en el punto 04:35 de mi video. Sus datos sugieren que “[s]ustituir una porción de soja con una porción de carne o pescado se relacionó con un aumento del 12 % al 13 % en el riesgo asociado”: consumir una sola porción de carne en lugar de soja eleva el riesgo de hígado graso. ¿Y en los Estados Unidos?

Seguir una dieta vegetariana se asoció con tener un peso más bajo, mejores niveles de azúcar en sangre, mejor colesterol y menos de la mitad de probabilidades de desarrollar enfermedad del hígado graso. ¿Es causalidad? Tenemos que ponerlo a prueba. En un esfuerzo por revertir la enfermedad inflamatoria intestinal de un paciente con hígado graso mediante una dieta basada en vegetales, los investigadores encontraron que su inflamación hepática mejoraba drásticamente, pero también perdían unos cuatro kilos durante los primeros once días gracias a una alimentación saludable, por lo que es difícil aislar los efectos específicos de la dieta por sí sola. De hecho, hay que tener cuidado con la pérdida de peso rápida, ya que toda esa grasa extra que se descompone puede inundar el torrente sanguíneo y, en ocasiones, empeorar la situación. Así que, para quienes padecen enfermedad del hígado graso, perder aproximadamente kilo y medio por semana puede ser más seguro.

Aunque una dieta basada en vegetales aún no se ha evaluado adecuadamente en un ensayo clínico aleatorizado para la enfermedad del hígado graso, considero que sigue siendo la mejor dieta para esta afección. Y no me baso en un único estudio de caso, sino en el hecho de que la enfermedad cardiovascular (no la insuficiencia hepática), es la causa más común de muerte en personas con hígado graso. Y sí que existen ensayos clínicos aleatorizados que demuestran que una dieta y un estilo de vida saludables basados en alimentos de origen vegetal pueden revertir la enfermedad cardíaca y abrir las arterias sin necesidad de medicamentos, cirugía ni prótesis. Es cierto que quienes tienen enfermedad del hígado graso o hepatitis grasa “pueden llegar a desarrollar cirrosis [hepática], pero solo si no mueren antes de enfermedades cardiovasculares”.

Nota médica:

Hay ciertos alimentos que también podrían ayudar. No te pierdas mis videos relacionados más abajo.

Si el azúcar en exceso es malo, ¿qué pasa con la fruta? No te pierdas Si la fructosa es mala, ¿qué hay de la fruta? y ¿Cuánta fruta es demasiada?.

Key Takeaways

    • La esteatosis hepática no alcohólica (EHNA) fatty liver disease (NAFLD) es la enfermedad hepática crónica más común, que afecta incluso en la infancia: entre el 70 % y el 80 % de los niños con obesidad podrían padecerla. Si no se trata, puede evolucionar hacia una cirrosis y un cáncer de hígado.
    • La grasa hepática en la EHNA proviene del exceso de azúcar y de grasa en la dieta y de la grasa que se libera del exceso de peso corporal. Hay estudios que demuestran que reducir el consumo de azúcar y grasa mejora significativamente la salud del hígado en pocas semanas.
    • Consumir un exceso de 1000 calorías de grasa saturada (como queso o aceite de coco) aumenta la grasa hepática en un 55  %, más que el azúcar o las grasas insaturadas. Las dietas ricas en grasa, incluidas las bajas en carbohidratos o cetogénicas, pueden empeorar la resistencia a la insulina y la acumulación de grasa en el hígado.
    • Las dietas saludables basadas en vegetales se asocian con un menor riesgo de padecer EHNA y mejores parámetros hepáticos. Comer más legumbres puede reducir el riesgo de tener hígado graso hasta en un 65 %, y las personas vegetarianas tienen significativamente menos probabilidades de desarrollarlo.
    • Aunque perder peso ayuda en la EHNA, una pérdida de peso rápida puede agravar la afección debido a la liberación masiva de grasa en la sangre. Se recomienda una pérdida de peso gradual, de aproximadamente un kilo y medio por semana. Dado que la causa principal de muerte en personas con EHNA es la enfermedad cardiovascular, una dieta basada en vegetales resulta ser una opción óptima para la salud general.

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