La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María José.
De vez en cuando, a lo largo del día, bebe dos vasos de agua fría con el estómago vacío para perder peso.
Después de beber dos vasos (medio litro) de agua, puedes experimentar un aumento de la hormona suprarrenal noradrenalina en el torrente sanguíneo, como si acabaras de fumar unos cuantos cigarrillos o de beber algunas tazas de café, y eso aumenta tu índice metabólico hasta un 30 % en una hora, como se puede ver a continuación y en el punto temporal 00:22 de mi video Optimizar la ingesta de agua para perder peso. Cuando se puso a prueba en ensayos aleatorizados, parecía que aceleraba la pérdida de peso en un 44 %, lo que convierte al agua potable en la forma más segura, sencilla y barata de estimular el metabolismo.
Ahora bien, toda esta estrategia puede fallar si estás tomando un fármaco betabloqueante. (Los betabloqueantes suelen recetarse para afecciones cardíacas o hipertensión arterial y suelen reconocerse por la terminación -lol, como el atenolol, el nadolol o el propranolol, que se comercializan en España como Tenormin®, Solgol® o Sumial®, respectivamente). Por ejemplo, como puede ver a continuación y en el punto 00:59 de mi video, si se administra a las personas el fármaco betabloqueante metoprolol (que se comercializa en España como Lopressor) antes de beber sus dos vasos de agua (500 ml), se evita eficazmente el estímulo metabólico. Esto tiene sentido, ya que los “beta” que bloquean los betabloqueantes son los receptores beta activados por la noradrenalina. Si no, beber agua debería funcionar. Pero ¿cuál es la mejor dosis, tipo, temperatura y momento para beber agua?
Un solo vaso (240 ml) de agua puede ser suficiente para estimular los nervios de la noradrenalina, pero se observan beneficios adicionales al beber dos vasos (480 ml) o más. Una advertencia: Nunca se deben beber más de tres vasos (770 ml) en una hora, ya que eso comienza a superar la cantidad de líquido que los riñones pueden procesar. Si padeces insuficiencia cardíaca o renal, es posible que tu médico no quiera que bebas más agua en absoluto, pero incluso con riñones sanos, más de tres vasos de agua por hora pueden comenzar una dilución extrema de los electrolitos del cerebro con consecuencias potencialmente críticas. (En Comer para no engordar, hablo de una experiencia devastadora y desgarradora que viví en el hospital cuando estaba en prácticas. Un paciente bebió agua hasta morir. Sufría una enfermedad neurológica que le provocaba una sed patológica. Yo sabía lo suficiente como para pedir que le restringieran los líquidos y que le cerraran la llave del agua del lavabo, pero no se me ocurrió cerrarle la del inodoro).
Volvamos al tema que nos ocupa. ¿De qué tipo de agua estamos hablando? ¿Tiene que ser agua normal y corriente? Debería dar igual, ¿no? ¿Acaso el agua no es solo agua, independientemente de que esté aromatizada o endulzada en alguna bebida dietética? En realidad, sí importa. Cuando se trata de evitar desmayos antes de la donación de sangre, beber algo como un zumo no funciona tan bien como el agua. Cuando se intenta evitar que la gente se maree al ponerse de pie, el agua funciona, pero la misma cantidad de agua con sal añadida no, como se puede ver a continuación y en el punto 02:40 de mi video. ¿Qué ocurre?
Solíamos pensar que el desencadenante era la distensión estomacal. Cuando comemos, nuestro cuerpo desplaza el flujo sanguíneo hacia el tubo digestivo, en parte liberando noradrenalina para atraer la sangre de las extremidades. Esto se ha denominado reflejo gastrovascular. Así que se pensó que beber agua era una forma de estirar el estómago sin añadir calorías. Pero, en cambio, si bebemos dos vasos (500 ml) de solución salina (básicamente agua salada), el estímulo metabólico desaparece, por lo que la expansión del estómago no puede explicar el efecto del agua.
Ahora nos damos cuenta de que nuestro cuerpo parece detectar la osmolaridad, la concentración de materia dentro de un líquido. Cuando se introdujeron de forma encubierta líquidos de diferentes concentraciones en el estómago de los sujetos a través de sondas de alimentación, se demostró la detección de agua sola frente a otro líquido mediante la monitorización de la producción de sudor, que es un indicador de la liberación de noradrenalina. Puede tratarse de un reflejo espinal, porque se conserva en personas tetrapléjicas, o quedar recogido por el hígado, ya que vemos menos liberación de noradrenalina en los pacientes con trasplante de hígado (a los que se les han seccionado los nervios hepáticos). Sea cual sea la vía, nuestro cuerpo lo nota. ¿Pensabas que solo teníamos cinco sentidos? El recuento actual asciende a más de 33.
En mi recomendación de la Docena diaria, clasifico ciertos tés e infusiones entre las bebidas más saludables. Al fin y al cabo, tienen agua, como el agua, con un extra de antioxidantes. Pero, desde el punto de vista de la pérdida de peso, el agua sola puede tener una ventaja. Esto puede explicar los estudios que demuestran que las personas con sobrepeso y obesas a las que se les asignó aleatoriamente la sustitución de bebidas dietéticas por agua registraron una pérdida de peso más significativa. Esto se atribuyó a la eliminación de todos esos edulcorantes artificiales, pero, en realidad, puede deberse a que las bebidas dietéticas estaban demasiado concentradas para ofrecer el mismo estímulo metabólico inducido por el agua. Como se puede ver a continuación y en el punto 04:29 de mi video, un refresco dietético, al igual que el té, tiene una concentración de sustancias disueltas unas diez veces superior a la del agua del grifo. Por lo tanto, el agua sola con el estómago vacío puede ser lo mejor.
¿Importa la temperatura del agua? En una revista publicada por la American Society of Mechanical Engineers (la sociedad estadounidense de ingenieros mecánicos), un profesor de ingeniería propuso que el “secreto” de una dieta de alimentos crudos para perder peso era la temperatura a la que se servían los alimentos. “Los alimentos crudos, por su propia naturaleza, se consumen a temperatura ambiente o a temperaturas inferiores”. Para llevar dos vasos (500 ml) de agua a temperatura ambiente hasta la temperatura corporal, calculó que el cuerpo tendría que recurrir a sus reservas de grasa y consumir hasta 6000 calorías. Haz cuentas, dice: Una caloría se define como la cantidad de energía necesaria para elevar un gramo de agua un grado Celsius. Así que, dado que dosvasos de agua son aproximadamente 500 gramos y la diferencia entre la temperatura ambiente y la corporal es de unos doce grados Celsius, se necesitan unas 500 x 12 = 6000 calorías.
¿Ves donde está el error? En nutrición, una “caloría” es en realidad una kilocaloría, mil veces más grande que lo que representa la misma palabra utilizada en el resto de las ciencias. Resulta confuso, ¿verdad? Aun así, me sorprende que el artículo se publicara.
Es decir, en realidad beber dos vasos de agua a temperatura ambiente solo requiere 6 calorías para calentarse, no 6000. Ahora bien, si fueras un colibrí, que bebe cuatro veces su peso corporal en néctar frío, podrías quemar hasta el 2 % de tus reservas de energía calentándolo; sin embargo, para nosotros no supone tanta diferencia.
¿Y el agua muy fría? En una carta titulada “The Ice Diet” (“La dieta del hielo”) publicada en Annals of Internal Medicine (los anales de la medicina interna) se calculaba que consumir alrededor de un litro (1 l) de hielo, como un gigantesco granizado sin sirope, podría substraerle a nuestro cuerpo más de 150 calorías, que es la “misma cantidad de energía que el gasto calórico que supone correr 1 milla [algo más de 1,5 km]”. Sin embargo, no es que quemes grasa directamente para calentar el agua. Simplemente, tu cuerpo encauza más calor residual del que normalmente se desprende al restringir el flujo sanguíneo a la piel. ¿Cómo lo hace? Con la noradrenalina.
Si se compara beber agua a la temperatura del cuerpo con agua a temperatura ambiente y agua fría, solo hay una constricción significativa en el flujo sanguíneo a la piel después de consumir agua a temperatura ambiente y agua fría, como se ve a continuación y en el punto 06:39 de mi video.
Es más, como se puede ver aquí y en el punto 06:45 del video, ni el agua caliente ni la tibia pudieron aumentar el índice metabólico tanto como el agua fría (sacada del frigorífico). Nuestro cuerpo acaba quemando más calorías cuando bebemos agua fría (al menos indirectamente).
La conclusión es tomar dos vasos de agua fría con el estómago vacío varias veces al día. ¿Importa cuándo se tomen? Sí, consulta mi Ponencia sobre pérdida de peso basada en evidencia para ver cómo puedes añadir el beneficio de la precarga de calorías negativas bebiendo esa agua justo antes de las comidas.
¿Parece demasiado bueno para ser verdad? No lo es. No te pierdas los otros tres videos sobre el agua y la pérdida de peso en las publicaciones relacionadas más abajo.