La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María José.
¿Cuántos gases de efecto invernadero provoca la producción de distintos alimentos, medidos en kilómetros recorridos o equivalentes a horas de una bombilla encendida?
“Nuestros hábitos alimentarios nos están enfermando cada vez más a nosotros y al planeta: es una situación en la que todos salimos perdiendo”. “Se necesita urgentemente una transformación global del sistema alimentario”. “Teniendo en cuenta las pruebas cada vez mayores sobre los efectos medioambientales de los alimentos, en 2015, el Dietary Guidelines Advisory Committee [el comité asesor de las guías sobre alimentación de EE. UU.] incluyó por primera vez un capítulo centrado en la seguridad alimentaria y la sostenibilidad”. Concluyó que “un patrón dietético más rico en alimentos de origen vegetal, como verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, y menos rico en alimentos de origen animal resulta más beneficioso para la salud y está asociado a un menor impacto medioambiental que la dieta media actual en Estados Unidos”. Sin embargo, como era de esperar, “[a] pesar de contar con un apoyo público sin precedentes, estas afirmaciones y otras sobre sostenibilidad no se incluyeron en las guías sobre alimentación finales 2015-20 publicadas por el US Department of Health and Human Services y el US Department of Agriculture [el Departamento de salud y servicios humanos y el Departamento de agricultura de los Estados Unidos]”.
Las guías sobre alimentación para EE.UU. tampoco se ciñeron lo suficiente a la ciencia sobre alimentación saludable. “[M]uchas directrices dietéticas nacionales no reflejan estas pruebas sobre la alimentación saludable e incluyen límites nulos o demasiado laxos para los alimentos de origen animal, en particular para la carne y los lácteos, a pesar de una base empírica opuesta”. Aunque ignorara por completo la salud planetaria y se atuviera a las últimas pruebas sobre alimentación saludable, tendría repercusiones beneficiosas para el medio ambiente. Sustituir los alimentos de origen animal por otros de origen vegetal no solo mejoraría la nutrición y nos ayudaría a vivir más tiempo, sino que podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 84 %.
En general, “los alimentos de origen vegetal causan menos efectos adversos para el medio ambiente” en casi cualquier medida. En términos de huella de carbono, todos los alimentos que equivalen a conducir más de 1,6 km por cada 113 g servidas son productos de origen animal, como puede ver a continuación y en el punto temporal 05:34 de mi video ¿Qué alimentos tienen la huella de carbono más pequeña?.
A continuación y en el punto 02:05 de mi video, se pueden ver las emisiones de gases de efecto invernadero de varios alimentos. Aunque cosas como una chuleta de cordero o el pescado de piscifactoría sean los peores, comer pollo provoca unas cinco veces más calentamiento global que las frutas tropicales, por ejemplo. ¿Cuáles son las superestrellas del clima? Las legumbres: alubias, guisantes, garbanzos y lentejas.
“Por ejemplo, en Estados Unidos, sustituir la carne de vacuno por alubias a nivel nacional podría suponer hasta el 75 % del objetivo de reducción de GEI [gases de efecto invernadero] para 2020 y ahorrar una superficie de terreno 1,5 veces mayor que la de California”, por no hablar de los beneficios para la salud. Y no se trata solo de gases de efecto invernadero. “Para producir 1 kg de proteínas a partir de alubias rojas se necesitaron aproximadamente dieciocho veces menos terreno, diez veces menos agua, nueve veces menos combustible, doce veces menos fertilizantes y diez veces menos pesticidas que para producir 1 kg de proteínas a partir de carne de vacuno”.
Así que, sí, según la prestigiosa comisión EAT-Lancet, más basado en plantas puede ser mejor, pero incluso “un cambio hacia un patrón dietético que enfatice los cereales integrales, frutas, verduras, frutos secos y legumbres sin convertirse necesariamente en un vegano estricto, será beneficioso”. En Europa, por ejemplo, los investigadores descubrieron que solo “reduciendo a la mitad el consumo de carne, productos lácteos y huevos en la Unión Europea se conseguiría una reducción del 40 % de las emisiones de nitrógeno, del 25 % al 40 % de las emisiones de gases de efecto invernadero y un 23 % menos de uso per cápita de tierras de cultivo para la producción de alimentos. Además, los cambios en la dieta también disminuirían los riesgos para la salud”, reduciendo la mortalidad cardiovascular, que es la principal causa de muerte en Europa.
“Sin embargo, minimizar los impactos ambientales no necesariamente maximiza la salud humana”. Sí, como puedes ver a continuación y en el punto 03:33 de mi video, los productos de origen animal, incluidos los lácteos, los huevos, el pescado y otras carnes, liberan bastantes más gases de efecto invernadero por ración que los alimentos de origen vegetal, pero comer azúcar y aceite añadidos no le hará ningún favor a tu propio cuerpo.
En California, incluir más productos de origen animal en tu dieta requiere 10 000 cuartos/litros adicionales de agua cada semana. Es como tomar 150 duchas más en siete días. Como puedes ver a continuación y en el punto 04:00 de mi video, saltarse la carne solo entre semana podría ahorrar miles de litros de agua a la semana, en comparación con comer carne todos los días, y reducir tu huella de carbono diaria y tu huella ecológica total aproximadamente un 40 %.
Algunos países están haciendo algo al respecto.. Por ejemplo, el “gobierno chino ha esbozado a plan un plan para reducir el consumo de carne de sus ciudadanos en un 50 %”, mientras que gran parte del resto del mundo parece estar haciendo todo lo contrario, añadiendo miles de millones de dólares de los contribuyentes para subvencionar las industrias de la carne, los productos lácteos y los huevos, como se puede ver a continuación y en el punto 04:15 de mi video.
Sin duda, todos podemos intentar poner de nuestra parte. Sin embargo, un obstáculo para el cambio de dieta puede ser que “los consumidores subestimen” el impacto ambiental de los distintos tipos de alimentos. El etiquetado puede ser de ayuda. Por ejemplo, imaginemos que cogemos una lata de sopa de fideos con carne y vemos la imagen que aparece a continuación y que se muestra en el punto 04:38 de mi video.
La huella de carbono de una sola ración de media taza (120 ml) de sopa de fideos con carne es como dejar encendida una luz durante 39 horas seguidas, y no una bombilla ecológica, sino una bombilla incandescente de 100 vatios de la vieja escuela. Compáralo con una sopa de verduras sin carne. Entre las dos, hay una diferencia de 34 horas de funcionamiento de la bombilla, como puedes ver a continuación y en el punto 04:50 de mi video. Puedes imaginarte que alguien te eche la bronca por dejar encendida innecesariamente una luz durante 34 minutos, pero aquí se trata de 34 horas desperdiciadas solo por comer media taza (120ml) de una sopa con carne en lugar de una sopa de verduras sin carne.
Este es el segundo vídeo de una serie de tres. Si te perdiste el primero, consulta Friday Favorites: Soluciones para la crisis climática que son todo ventajas. Y no te pierdas ¿Qué dietas tienen la huella de carbono más pequeña?. Y también Friday Favorites: ¿Qué alimentos y dietas tienen la menor huella de carbono?.
Para más información, échale un vistazo a mi video anterior La dieta y el cambio climático: cocinando una tormenta y esta infografía gratuita sobre el uso de carne vegetal o cultivada como estrategia de mitigación climática (y pandémica).