El impacto de la obesidad en el sistema inmunitario, la nefropatía y la hepatopatía

La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Malu Belén.

¿Cuáles son los efectos de la pérdida de peso en la función de los linfocitos citolíticos naturales (se suelen denominar células asesinas naturales, porque están listas para destruir), la primera línea de defensa inmunitaria contra el cáncer, así como sobre la función renal y el hígado graso (esteatosis hepática)?

En el ABC de consecuencias de la obesidad sobre la salud, la I es para inmunidad.

En el estudio SOS (Swedish Obese Subjects, sujetos obesos suecos) se realizó el seguimiento de miles de pacientes con cirugía bariátrica durante una década o dos, y se los comparó con un grupo de control que no había adelgazado. Los pacientes que perdieron alrededor de un 20 por ciento del peso corporal mediante la cirugía no solo vivieron más tiempo, en parte gracias a una menor incidencia de la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, sino que también presentaron menos casos de cáncer. Esto puede deberse a que el peso parece influir sobre la inmunidad antitumoral.

Los linfocitos citolíticos naturales son la primera línea de defensa de nuestro sistema inmunitario contra el cáncer, además de contra muchas infecciones virales, “y su función está muy afectada en las personas con obesidad”. Cuando se aleatorizó a personas con obesidad en un programa de pérdida de peso, los investigadores descubrieron una reactivación significativa de la función de los linfocitos citolíticos naturales de los participantes en solo tres meses. El programa incluía una parte de ejercicio físico, por lo que es difícil calcular el impacto de la pérdida de peso en sí, ya que la actividad física por sí misma puede estimular la actividad de los linfocitos citolíticos naturales.

En el otro extremo del espectro inmunológico, se sospecha que la obesidad es un factor de riesgo causal para el desarrollo de la esclerosis múltiple, una enfermedad autoinmunitaria. Esto sugiere que la obesidad está asociada con lo peor de ambos mundos en lo que respecta a la función inmunitaria: hipoactividad cuando se trata de la protección contra el cáncer y las infecciones, e hiperactividad cuando se trata de ciertas afecciones inflamatorias autoinmunitarias.

La J es para hepatitis (Jaundice). Debido a la epidemia de obesidad, la esteatosis hepática no alcohólica ahora es la enfermedad hepática más común en el mundo industrializado. La grasa no solo se acumula en el vientre y los muslos, sino también dentro de algunos órganos internos. Más del 80 por ciento de las personas con obesidad abdominal pueden tener infiltración grasa en el hígado, y, en aquellos con obesidad severa, la prevalencia puede superar el 90 por ciento. Esto puede causar inflamación, fibrosis y, finalmente, cirrosis y cáncer hepático, como puedes ver a continuación y en 2:10, en mi video Los efectos de la obesidad en el sistema inmunitario, la nefropatía y la hepatopatía. En la actualidad, esta hepatitis adiposa no alcohólica es la causa principal de los trasplantes de hígado en mujeres estadounidenses. 

La K es para los riñones (Kidneys). La obesidad también es “uno de los principales factores de riesgo para la nefropatía crónica, de reciente aparición”. Los riñones compensan las demandas metabólicas del peso excesivo mediante un aumento en la tasa de filtración glomerular, lo que se llama “hiperfiltración”, para poder hacer frente a la carga de trabajo adicional. Este aumento de la presión dentro de los riñones puede dañar las estructuras sensibles e incrementar el riesgo de padecer insuficiencia renal a largo plazo.

¿Y qué pasa con la L, la M, la N, la O, la P hasta la Z? Si quieres continuar con el abecedario, la L podría ser para función pulmonar reducida (Lung), la M podría ser para síndrome metabólico (Metabolic), y así sucesivamente. Incluso, hay una X para xifodinia: el dolor en la punta de la parte inferior del esternón debido a una curvatura por distensión abdominal.

Dadas las innumerables enfermedades asociadas con el exceso de peso, “el gasto médico anual relacionado con una persona con obesidad” es de casi 2000 dólares, y las empresas tienen un costo de hasta 10 000 dólares más en cobertura de salud para los trabajadores con exceso de peso y diferentes enfermedades si se los compara con “los compañeros sin sobrepeso”. Esto explicaría parte de la brecha salarial que pueden experimentar los empleados con obesidad, a medida que las empresas intentan trasladar estos costos de “sus primas de seguro médico más altas”, más allá de una obvia discriminación. Entre los costos de atención médica y la disminución de la productividad en términos de días laborales perdidos, se calcula que los costos totales de por vida de la obesidad para niños y adolescentes superan los 150 000 dólares.

Algunas estimaciones cifran los “costos de atención médica de la obesidad en los Estados Unidos”, por año, en alrededor de 150 000 millones de dólares, con otros 50 000 millones de dólares adicionales para 2030, a medida que nuestros Baby Boomers, con cada vez más peso, sigan envejeciendo. Otros están completamente en desacuerdo, ya que se basan en el hecho de que las personas con obesidad no viven tanto tiempo. Así como “los altos costos médicos de las enfermedades relacionadas con el tabaquismo se ven más que compensados por una menor supervivencia de los fumadores”, los costos de atención médica a lo largo de toda la vida de las personas con sobrepeso pueden resultar más bajos porque se espera que mueran antes. Por lo tanto, el costo real puede ser mayor en vidas que en dólares. ¿Hasta qué punto tu sobrepeso acorta tu vida? A continuación, reflexionaremos sobre esa pregunta.

Si te perdiste mis publicaciones anteriores de la serie de el ABC de la obesidad, échale un vistazo a las publicaciones relacionadas más abajo.

Continúo con el tema de la obesidad y el peso en ¿Es real la paradoja de la obesidad o podría ser tan solo un mito? y ¿Cuáles son el IMC y la talla de cintura ideales?.

Para saber más sobre los problemas de salud tratados en este video, no te pierdas las páginas temáticas sobre la función inmunitaria, la nefropatía y la salud hepática.

Key Takeaways

    • En el estudio SOS se mostró que las personas que perdieron un 20 por ciento de peso mediante una cirugía vivieron más tiempo y tuvieron menos diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer, posiblemente por una mejor función inmunitaria.
    • La obesidad afecta los linfocitos citolíticos naturales, lo que debilita la defensa del cuerpo contra el cáncer y las infecciones; además aumenta el riesgo de padecer enfermedades autoinmunitarias, como la esclerosis múltiple.
    • La esteatosis hepática no alcohólica es, en muchos casos, consecuencia de la obesidad, y puede generar inflamación del hígado, cirrosis y cáncer de hígado, la causa principal de los trasplantes hepáticos en las mujeres estadounidenses.
    • El exceso de peso produce agresión metabólica en los riñones, lo que deriva en hiperfiltración y aumenta el riesgo de una nefropatía crónica y, finalmente, insuficiencia renal.
    • Las enfermedades relacionadas con la obesidad elevan los costos médicos, las pérdidas de productividad y la carga financiera de por vida. Se calcula que, en los Estados Unidos, los costos médicos vinculados al exceso de peso son de 150 000 millones de dólares.

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