La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Tamara Amor.
El lichi contiene una toxina que podría ser perjudicial, pero ¿bajo qué circunstancias?
Los lichis han sido ampliamente utilizados en muchas culturas como remedio popular para tratar desde gases hasta inflamación testicular. (Aunque también hay remedios “tradicionales” que incluyen arsénico, mercurio y plomo). Al parecer, los lichis también “han demostrado ofrecer numerosos beneficios para la salud”, pero los estudios citados incluyen ejemplos como este: “Efecto protector del extracto de agua de flor de lichi sobre la salud cardiovascular en hámsters alimentados con una dieta alta en grasas y colesterol”. ¿Qué se supone que debemos sacar como conclusión de esto? No comemos flores de lichi, ni tampoco somos hámsters. Aunque con esto sí que es difícil discutir: “Su sabor es dulce, fragante y delicioso”, lo que explica por qué me gustan tanto. Luego vi esto, “De las sombras emerge una toxina mortal para niños. Científicos vinculan misteriosas muertes con el consumo de lichis”.
En Vietnam, lo llaman encefalitis de “pesadilla”. Hubo brotes inexplicables en niños que coincidían con la cosecha del lichi. Los niños se iban a dormir sintiéndose bien, pero al despertar, si es que llegaban, presentaban una grave alteración en la función cerebral y convulsiones. En la India ocurrió lo mismo, con una tasa de mortalidad de hasta 2 de cada 3 niños afectados. Hablamos de miles de niños, lo que lo convirtió en “una de las emergencias de salud pública más urgentes en la India”. De hecho, fue 1 de las “3 enfermedades misteriosas de larga data mencionadas en Wikipedia” y un enigma durante más de dos décadas.
Las pruebas clínicas no detectaron ningún virus cerebral conocido. Algunos investigadores pensaron que podría tratarse de un virus desconocido y otros sospechaban de los pesticidas utilizados en las plantaciones. Lo único claro era que los casos coincidían con la cosecha del lichi. ¿Podría ser que la fruta atrajera murciélagos frugívoros, y que los mosquitos se alimentaran de los infectados y así lo transfirieran al humano? Quizás, pero entonces ¿por qué los bebés y los niños más pequeños parecían estar a salvo? Los mosquitos también pican a los lactantes.
¿Podría ser que los niños comieran frutas que habrían mordido murciélagos infectados y así compartieran saliva? “Los investigadores notaron colonias de murciélagos frugívoros y la tendencia de los niños a comer frutos caídos en el suelo, lo que sugiere la posibilidad de que un virus de murciélago (a través de la saliva en la fruta) fuera la causa de la enfermedad.” ¿O tal vez solo se trataba de golpes de calor por las temperaturas del verano? Puede ser, pero entonces, ¿por qué ni los pesticidas ni el calor afectaban también a los adultos?
Uno de los indicios que finalmente ayudó a los investigadores a resolver el misterio fue que los niños presentaban niveles bajos de azúcar en sangre de forma constante—en algunos casos, niveles muy peligrosos. Esto suena parecido a la “enfermedad del vómito jamaiquino”. Dos niños “estaban bien” cuando se acostaron, pero “a la mañana siguiente comenzaron a vomitar, estaban débiles”, luego perdieron el conocimiento y ambos murieron en menos de 48 horas. Habían comido fruta de ackee sin madurar, la cual contiene una toxina conocida como hipoglicina, que impide que el hígado produzca glucosa durante la noche para mantener el cerebro con energía mientras dormimos. El ackee pertenece a la familia de las sapindáceas, al igual que el lichi. ¡Ajá!
Como explico en mi video El lichi y la hipoglicina: ¿cuánto es demasiado?, Muzaffarpur es uno de los principales productores de lichi, y expertos del “Centro Nacional del Lichi” “refutaban por completo” cualquier vínculo con la fruta. Sin embargo, investigadores independientes lo encontraron: el lichi contiene metilenociclopropil-glicina, una toxina casi idéntica a la hipoglicina “presente en el ackee, una fruta muy popular en Jamaica”.
En niños desnutridos, que ya tienen reservas de energía agotadas en el hígado “(debido a la falta de comida y a la pobreza)”, los niveles de azúcar en sangre son bajos, y al consumir lichis en exceso, la producción de glucosa se bloquea, lo que agravaba el problema. “Es una tragedia social que niños sigan muriendo en el siglo XXI debido a la hipoglucemia, una afección fácilmente tratable y de bajo costo”. Aún más trágico es que haya niños hambrientos que solo puedan darse atracones de lichis caídos al suelo. Es como algo sacado de Las uvas de la ira.
Lo positivo es que, en lugar de centrarse solo en mejorar los tratamientos, los trabajadores de salud pública locales decidieron atacar el problema de raíz y educar a las familias. “Ningún niño debería irse a la cama sin haber comido, y se debe limitar el consumo de lichis por la noche a ninguno o muy pocos.” Por suerte, “al aplicar estas recomendaciones, la incidencia de la enfermedad se redujo de forma drástica y las muertes se evitaron casi por completo.” Al verlo en retrospectiva, parece que China ya había comenzado a advertir a sus ciudadanos sobre los peligros del lichi una década antes, pero el mensaje no había llegado a todos.
¿Cuáles son las implicaciones en Occidente? En Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) intentó proteger a la población contra la intoxicación con esta toxina (que no se destruye con el calor) al exigir que las frutas de ackee enlatadas importadas al país cumplieran con un nivel máximo permitido. Sin embargo, no existen regulaciones similares para la importación de lichis. “Por fortuna, el costo elevado de estas frutas importadas y la probabilidad de que sean consumidas en pequeñas cantidades por personas bien nutridas sugiere que no hay razón para preocuparse en EE. UU.”. Vaya suposición. ¿Pequeñas cantidades? No saben cómo consumo yo los lichis. Solía colarme en el cine con bolsas enormes (kilos) para tener durante toda la película. Entonces, ¿cuántos son demasiados?
En una serie de cientos de casos de intoxicación, las personas reportaron haber comido entre 300 gramos y 1 kilogramo de lichis. Cada lichi pesa unos 10 gramos, lo que equivale a entre 30 y 100 frutas. La mayoría de los casos eran niños, por lo que podemos asumir con seguridad que comer entre 30 y 100 lichis de una vez es demasiado para ellos. ¿Y para los adultos? En un experimento personal, un investigador comió lichis y midió los niveles de hipoglicina en su sangre y orina. Estos se mantuvieron por debajo de los niveles observados en los niños afectados. Consumió 5 gramos de lichi enlatado por cada kilogramo de su peso corporal, lo que equivale a unos 45 lichis para un hombre estadounidense promedio, y no presentó ningún síntoma adverso.
¡Qué historia fascinante! Se ha investigado mucho sobre este tema, pero como era nuevo para mí, quería compartirlo contigo.
En términos generales, ¿Son las frutas enlatadas tan saludables? Y, dado su contenido de azúcar, ¿Cuánta fruta es demasiada?. Descúbrelo viendo los videos.