La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Carmen Otero.
¿Superan los riesgos a los beneficios los medicamentos bloqueadores de ácido, también conocidos como inhibidores de bomba de protones como pueden ser Nexium, Prilosec y Zantac? ¿Y el bicarbonato de sodio?
La dispepsia es el término médico para el malestar estomacal. Después de comer es posible que te duela el estómago, sientas hinchazón, náuseas o pesadez, o puede que eructes. “A pesar de la alta prevalencia del trastorno, no existen tratamientos aprobados” para la dispepsia en el mundo occidental. Tal y como analizo en mi video ¿Son seguros los bloqueadores de ácido?. Esto lleva a las personas a buscar alternativas como el bicarbonato, cuyo uso para el malestar estomacal ha sido promovido por un fabricante. El problema es que el bicarbonato de sodio “puede ser potencialmente tóxico cuando se ingiere en cantidades excesivas” y puede provocar desequilibrios graves de ácido y electrolitos”.
Las etiquetas del bicarbonato de sodio se modificaron en 1990 para incluir la advertencia “No administrar a niños menores de 5 años”, “debido a convulsiones y depresión respiratoria reportadas en niños”. Incluso “unas pocas cucharadas grandes pueden ser fatales para un niño” o “una pizca” puede ser demasiado para un bebé.
Otra término que añadieron a la etiqueta del producto es la “advertencia estomacal”, que enfatiza la importancia de no tomar bicarbonato de sodio con alimentos o bebidas cuando se está demasiado lleno. ¿Por qué? Si estás familiarizado con los volcanes de bicarbonato de sodio y vinagre, populares en la mayoría de ferias de ciencias escolares, ya sabrás de lo que hablo. Es como agregar bicarbonato de sodio al ácido del estómago. “Esta advertencia se añadió por petición de la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (la FDA) debido a múltiples informes de casos de ruptura gástrica espontánea”, es decir, cuando el estómago revienta.
Dejando a un lado los estómagos que revientan, incluso si se sigue la dosis recomendada puede causar efectos adversos. Por lo tanto, el bicarbonato de sodio no se puede recomendar para la dispepsia, especialmente en niños pequeños, mujeres embarazadas, alcohólicos y personas que toman diuréticos, unos medicamentos comunes para la presión arterial a los que a veces se les llama pastillas de agua.
¿Qué pasa con los bloqueadores de ácido como Nexium o Prilosec? Funcionan mejor que las pastillas de azúcar, pero no mucho mejor, ya que ayudan al 31% de las personas que padecen dispepsia en comparación con el 26% que reciben ayuda del placebo. En otras palabras, ¡los medicamentos son un 5% mejores que nada! Los llamados inhibidores de bomba de protones “también han sido extremadamente lucrativos para la industria farmacéutica”, al recaudar miles de millones de dólares al año. Pero ahora tenemos bases de datos informatizadas de los pacientes, por lo que podemos evaluar y hacer un seguimiento de sus posibles efectos adversos a largo plazo, incluido el aumento de neumonía, fracturas óseas, infecciones intestinales, enfermedades cardíacas, insuficiencia renal e incluso todas las causas de mortalidad. “¡La última preocupación que ha surgido ha sido la relación entre el uso de los inhibidores de la bomba de protones y el riesgo de padecer demencia”!
El problema de todos estos estudios que solo muestran “relaciones” es que no prueban la causa-efecto. Quizás lo que hizo que la gente enfermase no fueron los medicamentos. Quizás sea el hecho de que la gente toma medicamentos cuando ya están enfermos. O tal vez estos medicamentos no sean la causa de estas infecciones, fracturas, casos de muerte y demencia. Tal vez sean síntomas de la enfermedad. Existen mecanismos potenciales por los cuales estos medicamentos podrían tener algunos de estos efectos. Como puedes ver en el minuto 3:00 de mi video, cuanto más tiempo estés expuesto a un medicamento, mayor será el riesgo aparente de muerte prematura. ¿Cómo es posible que la supresión de la producción de ácido en el estómago aumente la mortalidad por enfermedad cardíaca? Bueno, suprimir el ácido no es lo único que hacen estos medicamentos. También pueden reducir la óxido nítrico sintasa, la enzima que produce la molécula del “abrete sésamo” que ayuda a mantener sanas las arterias.
Hablando de demencia, un evento clave en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer es la acumulación de placas de proteínas “pegajosas” llamadas beta-amiloide. Si se colocan células similares a las del alzhéimer en una placa Petri y se echan unas gotas sobre los niveles crecientes del medicamento Prevacid, las células afectadas comenzarán a producir más amiloide. Lo mismo ocurre con Prilosec, Losec, Protonix y Nexium, como puedes ver en el minuto 3:39 de mi video.
Sin embargo, solo porque algo suceda en una placa Petri o en un ensayo con un ratón no significa que suceda en humanos. Eso es cierto, pero la mayoría de estudios hasta la fecha han descubierto un vínculo de “un mayor riesgo de demencia con el uso de IBP” o medicamentos inhibidores de bomba de protones. El estudio más grande hasta la fecha de este tipo en el que se involucraron decenas de miles de pacientes concluyó que evitar el uso crónico de estos medicamentos “puede prevenir el desarrollo de la demencia”. Una explicación alternativa de esta relación es la exposición al aluminio, que en sí mismo puede desempeñar un papel en la demencia. Si las personas que usan medicamentos bloqueadores de ácido tienen acidez estomacal y usan más antiácidos que contienen aluminio, ¿cuáles son los verdaderos culpables? Todavía no lo sabemos.
Sin embargo, sí sabemos que existe “un culto a la fe” en la supresión del ácido estomacal, como una especie de panacea médica que “ha llevado a un aumento progresivo de la dosis y la potencia de los IBP” mientras que la creciente evidencia sugiere que los medicamentos “están asociados con una serie de efectos adversos y se recetan en exceso”. ¿Cuánto se recetan? La “tasa de uso inapropiado de estos medicamentos es, de media, superior al 57% en pacientes que ingresan en salas de medicina general y al 50% en pacientes atendidos en el ámbito de atención primaria”, es decir, la mitad. ¡La mitad de las personas que toman estos medicamentos ni siquiera deberían tomarlos! “Estas tasas son muy altas y preocupantes, porque significan que los IBP se prescriben para indicaciones distintas a las recomendadas por las declaraciones de consenso de los expertos”, es decir, para condiciones para las que ni siquiera deberían recetarse, lo cual significa que no hay beneficios probados que superen los riesgos.
Investigo más la dispepsia en mi video Flashback Friday: La mejor dieta para las molestias estomacales.
