La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María José.
El ayuno, seguido de una dieta basada en plantas, se pone a prueba para la enfermedad articular inflamatoria autoinmune.
Alan Goldhamer es el fundador del centro de salud TrueNorth Health Center en Santa Rosa, California, donde 10 000 personas ayunaron por “diversas afecciones, desde diabetes y enfermedades cardiovasculares hasta enfermedades autoinmunes”. Observó que “[l]as condiciones que parecían estar ligadas al exceso dietético tendían a responder de forma predecible al uso del ayuno seguido de una dieta que promueve la salud”, que describe como una que es “baja en sal, vegana, alta en fibra, baja en grasas, baja en proteínas y baja en azúcar”.
“Este enfoque ofrece a la gente la opción de hacer cambios en su estilo de vida, eliminar la causa del problema y estabilizar sus condiciones, hasta el punto en que la medicación ya no es necesaria”. Contrasta con la “medicina convencional, que se centra más de la supresión de los síntomas asociados con la enfermedad, que en la eliminación de los mecanismos subyacentes que los provocan”.
El Dr. Goldhamer afirmó: “Si tratas la hipertensión arterial médicamente, te dicen: ‘Debes tomar estos medicamentos el resto de tu vida’ Si tienes diabetes, te dirán: ‘Estarás tomando estos medicamentos el resto de tu vida’ Si padeces una enfermedad autoinmune, como lupus, artritis reumatoide, colitis ulcerosa, espondilitis anquilosante, psoriasis o eczema, te dirán: ‘Debes medicarte el resto de tu vida’, porque la medicina garantiza que nunca te recuperarás. Te prometen que, si sigues sus consejos explícitamente, estarás enfermo el resto de tu vida.”
Los datos preliminares sugieren que el ayuno puede beneficiar en el caso de “enfermedades metabólicas, síndromes de dolor, hipertensión [presión arterial alta], enfermedades inflamatorias crónicas, enfermedades atópicas [alérgicas] y trastornos psicosomáticos”, pero el nivel más alto de evidencia que tenemos sobre los beneficios del ayuno es en lo que respecta a las enfermedades reumáticas, enfermedades inflamatorias autoinmunes de las articulaciones, como la artritis reumatoide.
Hace casi un siglo, se escribió que “[e]el tratamiento dietético no está generalmente reconocido por la profesión médica… como una de las armas con las que atacar las afecciones reumáticas”. Esta actitud persistió hasta hace relativamente poco, pero desde entonces una revisión sistemática de ensayos controlados ha demostrado “un efecto beneficioso estadística y clínicamente significativo a largo plazo”.
La artritis reumatoide tiene un componente genético bien conocido, pero la tasa de concordancia, es decir, la probabilidad de que en un par de gemelos idénticos la padezcan ambos cuando uno la tiene, es probablemente inferior al 30 %, a pesar de que los gemelos tienen los mismos genes. Eso deja un 70 % que se explica por factores no genéticos.
Incluso si no sabemos exactamente cuáles son esos factores, “ayunar es muy similar a reiniciar el disco duro en un ordenador. A veces, el ordenador se corrompe y no sabes exactamente dónde está el problema. Pero si simplemente lo apagas y lo reinicias, muchas veces esa corrupción desaparece”.
La base de evidencia comenzó con informes de casos de ayuno solo con agua seguido de una dieta basada en plantas. Hubo informes notables de años de dolor y rigidez que no solo desaparecieron en una semana, sino que, lo que es más importante, no volvieron a aparecer, con una dieta más saludable. Uno tras otro, sin más. Pero los informes de casos no son más que anécdotas glorificadas. Existen estudios desde hace décadas que sugieren que “el ayuno puede representar la forma más rápida y más disponible de inducir alivio del dolor y la inflamación artríticos para pacientes que padecen AR”, o artritis reumatoide, pero a menudo no controlaban el efecto placebo, que es “particularmente importante cuando se utilizan sistemas de autoinforme (informes sobre bienestar general, dolor, rigidez, cansancio y similares)”, es decir, síntomas subjetivos. Sin embargo existen medidas objetivas, incluyendo pruebas de laboratorio de inflamación que no parecen verse afectadas por los placebos. Se muestra a continuación y en el punto temporal 03:22 de mi video El ayuno para la artritis reumatoide s lo que se puede ver en los ensayos controlados, de inicio inmediato y con permanencia de al menos un año.
Diez medidas diferentes de inflamación disminuyeron de forma significativa después del ayuno y la posterior dieta sin carne ni huevos, mientras que no se modificó ninguno de los parámetros en aquellos individuos con artritis reumatoide que siguieron con su dieta habitual. Es más, esta amortiguación de la inflamación se tradujo en una reducción significativa del dolor, la rigidez matutina, la pérdida de fuerza de agarre y el número de articulaciones sensibles e inflamadas, como se puede ver a continuación y en el punto 03:43 de mi video.
Incluso un año después de que terminara el ensayo , aquellos que se beneficiaron de la dieta continuaron haciéndolo en términos de menos dolor, rigidez y articulaciones sensibles e inflamadas, presumiblemente porque siguieron con ella, como se muestra aquí y en el punto 04:00 de mi video.
“[H]ay pocas dudas de que, durante el período de ayuno, se reducen tanto la inflamación como el dolor en los pacientes con AR”, individuos con artritis reumatoide. “Sin embargo, después de reanudar la dieta normal, la inflamación regresa a menos que el período de ayuno vaya seguido por una dieta vegetariana…” ¿Cuál podría ser la razón? Podría deberse a cambios en el microbioma. La mejoría de los síntomas coincidió con una “alteración significativa en la flora intestinal” cuando los pacientes cambiaron de una dieta omnívora. “Una dieta puede cambiar la flora intestinal y esto de alguna manera puede ser beneficioso en la AR”, tal vez fortaleciendo la barrera intestinal. Sabemos que el ayuno puede disminuir la permeabilidad del intestino en individuos con artritis reumatoide, pero aún no sabemos qué papel desempeña, si es que desempeña alguno, en el proceso de la enfermedad.
Podría ser tan simple como los eicosanoides, los mediadores de la inflamación que se forman a partir del ácido araquidónico. El ácido araquidónico es un ácido graso omega-6 inflamatorio de cadena larga que se encuentra en las grasas animales. Como se ve a continuación y en el punto 05:04 de mi video, los mayores contribuyentes son el pollo y los huevos, que juntos aportan casi la mitad de la ingesta de los estadounidenses. Eso también se ha sugerido como una explicación de por qué quienes consumen más vegetales parecen tener una mejor salud mental; no sufren la “cascada de neuroinflamación” causada por el ácido araquidónico. También es la razón por la que eliminar huevos, pollo y otras carnes demostró mejorar el estado de ánimo en un ensayo controlado aleatorizado, lo que sugiere que el ácido araquidónico “puede afectar negativamente en el estado de ánimo”. Además, puede ayudar a explicar el impacto de las dietas más basadas en plantas en enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide.
Por lo tanto, todo esto puede ayudar a explicar por qué “mantener una dieta vegana rica en nutrientes de alimentos vegetales sin refinar” (una dieta basada en plantas) “parece ser necesario después del ayuno para prevenir la reaparición de los síntomas y la actividad inflamatoria”, o como dijo un artículo de prensa popular, el ayuno puede ser solo una herramienta para lograr que inicies un cambio radical en la forma en la que comes.
Para saber más sobre el ayuno, no te pierdas los videos relacionados más abajo.
Sigue atento para ver El ayuno para las enfermedades autoinmunes, que viene a continuación.
Para obtener más información sobre la artritis reumatoide, consulta La curcumina de la cúrcuma y la artritis reumatoide y ¿Por qué ayudan las dietas vegetales con la artritis reumatoide?.
