La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María Clara.
¿Por qué los grupos ambientalistas no promueven dietas más amigables con el clima?
En lo que “fue, posiblemente, la protesta ambiental más grande de la historia”, más de un millón de niños en más de cien países se unieron a la “Marcha Global por el Clima” para exigir que los gobiernos actúen ahora para mitigar el cambio climático y el calentamiento global. “La preocupación de los jóvenes manifestantes tiene fundamento” y “se respalda en la mejor ciencia disponible”, escribió un grupo de científicos y académicos. “La enorme movilización del movimiento Fridays for Future/Climate Strike muestra que los jóvenes comprenden la situación. Como científicos y académicos, apoyamos firmemente su demanda de estrategias rápidas y contundentes”.
En cuanto a nuestro suministro de alimentos, unos mínimos ajustes podrían ayudar, como los aditivos en el alimento de ganado que pueden reducir los eructos. Sin embargo, incluso si los combinamos todos, según la prestigiosa Comisión EAT-Lancet, solo se lograría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura en aproximadamente un 10 % para 2050. Por el contrario, si en su lugar optamos por alimentos de origen vegetal, “el aumento en la prevalencia de dietas de origen vegetal podría reducir las emisiones hasta en un 80 %”.
Como puedes observar más abajo y en el minuto 1:02 de mi video ¿Qué dietas tienen la huella de carbono más pequeña?, todos esos eructos de vacas, ovejas y cabras solo representan una fracción de las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la agricultura animal.
Por esto, según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), convertirse en un “carnívoro climático” y simplemente reducir el consumo de productos de rumiantes, como la carne de res, no reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero tanto como seguir una dieta más saludable y limitar el consumo de carne en general. Cuantos menos productos de origen animal, mejor, como ves aquí debajo y en el minuto 1:32 de mi video.
“¿Qué dieta tiene el menor impacto ambiental en nuestro planeta?” Una revisión sistemática concluyó que “la dieta vegana,” de origen completamente vegetal, “es la óptima para el medio ambiente”, pero no es una situación “todo o nada”, como se ve a continuación y en el minuto 1:49 de mi video. Tan solo reducir el consumo de carne a menos de una o dos onzas al día podría lograr la mitad del objetivo en términos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
En cuanto al uso del suelo, como ves aquí y en el minuto 1:56 de mi video, una dieta más saludable, como la dieta mediterránea, puede disminuir tu huella de carbono en aproximadamente un 25 %, mientras que las dietas con un mayor porcentaje de origen vegetal pueden reducir el uso del suelo en un 50 % o más.
En general, las dietas que incluyen carne requieren aproximadamente 3 veces más agua, 13 veces más fertilizante, más del doble de energía y un 40 % más de pesticidas que aquellas que no la incluyen. Si analizamos de manera más amplia el impacto ambiental total de las dietas omnívoras, vegetarianas y veganas, considerando no solo el calentamiento global, sino también la acidificación de los océanos, la escorrentía agrícola, el smog, la ecotoxicidad del agua y el suelo, y la toxicidad directa para los seres humanos del aire que respiramos, el agua que bebemos y el suelo donde cultivamos alimentos, consumir huevos y lácteos puede ser 9 veces peor que los alimentos vegetales, y consumir huevos, lácteos y carne puede ser 17 veces peor que adherirse a dietas de origen vegetal. Como beneficio adicional, “reemplazar todos los productos de origen animal en la dieta de los EE.UU. por alternativas vegetales generaría suficiente comida para alimentar íntegramente a 350 millones de personas adicionales, mucho más de lo que se lograría eliminando todo el desperdicio alimentario en la cadena de suministro”. Es decir, un número mayor que la población de EE.UU. y mayor a lo que lograríamos erradicando completamente el desperdicio alimentario.
“Cambiar los hábitos de consumo de carne puede considerarse una forma relativamente barata y fácil de mitigar el cambio climático, en contraste con muchas otras estrategias de mitigación climática”, factores que están fuera de nuestro control. Sin embargo, las encuestas sugieren que pocas personas “parecen reconocer la opción de comer menos carne como una oportunidad significativa para ayudar a los esfuerzos de mitigación”. De hecho, “[l]as investigaciones han demostrado que los consumidores a menudo subestiman los efectos del consumo de carne en el medio ambiente en general y en el cambio climático en particular… La extraordinaria efectividad de la opción de reducir el consumo de carne (según lo establecido por expertos climáticos) fue reconocida por apenas el 12 % de los holandeses y el 6 % de los estadounidenses”, y eso fue después de que se les pidiera asumir que el cambio climático realmente está ocurriendo.
“Existe un consenso científico abrumador de que el cambio climático es real y que lo estamos provocando nosotros”, pero solo alrededor de la mitad de los adultos en EE.UU. creen en esta realidad. Esto no es coincidencia. Al igual que la industria tabacalera intentó subvertir “la abrumadora evidencia de que fumar y el humo de segunda mano causan cáncer y enfermedades cardíacas”, empresas como “Exxon orquestaron una campaña de negación del cambio climático que frenó esfuerzos significativos para reducir los gases de efecto invernadero durante décadas”.
Sin embargo, los grupos ambientalistas deberían ser más inteligentes. ¿no? “Ninguna de las ONG de mayor perfil analizadas… incluyó el consumo de carne y el cambio climático entre sus principales campañas climáticas en sus sitios web”. Todas eran “conscientes de la evidencia científica que asocia la producción ganadera y el consumo de carne con el cambio climático”, pero, evidentemente, “[l]a evidencia científica por sí sola no fue suficiente para impulsar a las ONG a adoptar campañas sobre este tema”. Es como otra forma de negación que puede convertirse en “un círculo vicioso”; es un tema de discusión impopular, por lo que no se discute, y así sigue siendo impopular. “Esto, a su vez, no permite que el tema reciba la atención necesaria para aumentar su relevancia” y romper ese ciclo.
Cuando los grupos ambientalistas se han expresado sobre este tema, han “preferido pedir reducciones moderadas en el consumo de carne”, lo cual es “notable dado que las investigaciones demuestran los beneficios ambientales de dietas totalmente o casi libres de carne”, un cambio mucho más poderoso a nivel individual. Sin embargo, no quieren ser percibidos como instituciones que les dicen a las personas qué hacer, y optan en su lugar por promover pequeños cambios, como apagar el monitor de la computadora durante el almuerzo o imprimir en ambas caras de una hoja de papel. Sin embargo, “el impacto acumulativo de un gran número de individuos mejorando ínfimamente su impacto ambiental será una mejora colectiva marginal en el impacto ambiental. Pero vivimos en una época que requiere cambios urgentes y ambiciosos”.
Este es el último video de una serie de tres partes. Si te perdiste los dos primeros, mira Soluciones dietéticas para la crisis climática y ¿Qué alimentos tienen la huella de carbono más pequeña?.
Tampoco te pierdas Friday Favorites: ¿Qué alimentos y dietas tienen la menor huella de carbono?.
Para más información, también tengo un video más antiguo La dieta y el cambio climático: cocinando una tormenta y una descarga digital gratuita sobre el uso de carne vegetal o cultivada como estrategia de mitigación climática (y de pandemias).