¿Cuál es la explicación del talón de Aquiles de algunas dietas asiáticas?
Friday Favorites: El papel del kimchi y la H. Pylori en el cáncer de estómago y cómo tratar la H. Pylori con la alimentación
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Daniel González voluntaria activa en NutritionFacts.org.
Japón tiene una de las mayores esperanzas de vida, pero también una de las tasas más altas de cáncer de estómago. ¿Por qué? En esta serie de dos videos, analizaré el papel de H. pylori, la alimentación y cómo alimentos como los brotes de brócoli y el ajo pueden ayudarnos a combatirlo.
Durante décadas, Japón ha gozado de la esperanza de vida más larga del mundo, aunque solo invertía una fracción en atención sanitaria comparado con otros países de ingresos altos. Esta longevidad se ha atribuido en parte a los hábitos alimenticios japoneses, y se cree que contribuyeron a sus tasas relativamente bajas de arteriopatía coronaria. Japón ha tenido históricamente las tasas más reducidas de cáncer de colón, cáncer de mama, cáncer de ovarios, cáncer de próstata, cáncer de vejiga y leucemia. No obstante, las tasas de cáncer de estómago en Japón están entre las más elevadas. Sí, puede que los varones japoneses hayan tenido siete veces menos cáncer de próstata que los estadounidenses, pero tienen seis veces más cáncer de estómago. ¿La alimentación japonesa tiene algún talón de Aquiles?
Una de las primeras teorías, propuesta en la década de 1970, era que el talco que se usaba para pulir arroz blanco y que adquiriera brillo. Así fue con el cáncer de ovarios, que llevó a miles de millones en daños contra los polvos de talco de Johnson y Johnson, como expliqué en detalle en un video anterior, pero ese no parecía ser el caso con el cáncer de estómago. ¿Es solo genética? No. Unos estudios de migrantes japoneses muestran que, al occidentalizar ellos y sus hijos su dieta y estilo de vida, descienden las tasas de cáncer de estómago.
Bueno, el factor de riesgo más comprobado para el cáncer de estómago es el H. pylori, una bacteria que infecta la mucosa gástrica y causa la inflamación crónica que puede causar cáncer. La infección por H. pylori se considera un carcinógeno de grupo 1, que indica nuestra certidumbre más elevada de que sí causa cáncer. Corea y Japón tienen las tasas más elevadas de cáncer de estómago y una de las incidencias más elevadas de infección por H. pylori. ¿Entonces el caso está resuelto? Este misterio parecía haberse resuelto.
Pero entonces surgió el enigma africano. Algunos países, como Nigeria, tenían todavía más H. pylori, pero solo una fracción de la tasa de cáncer de estómago de Japón. Entonces surgió el enigma indio. El H. pylori tiene el doble de prevalencia en India que en Japón, pero los indios tienen diez veces menos cáncer de estómago. Como es obvio, solo con el H. pylori no se puede explicar la epidemia japonesa.
Se cree que la causa de muchos casos de cáncer de estómago es el H. pylori, pero la mayoría de quien lo tiene no contrae cáncer. La infección por H. pylori es una de las más frecuentes en el ser humano. Se estima que la mitad de la población de adultos del mundo está infectada con H. pylori, pero la mitad de nosotros no tenemos cáncer de estómago. Debe haber algún tipo de cofactor en países como Corea y Japón que explique sus tasas elevadas de cáncer. La inflamación provocada por el H. pylori puede que abra camino a la formación de cáncer, lo que aumenta la susceptibilidad de la mucosa gástrica a los carcinógenos alimenticios. ¿Pero qué tiene la alimentación coreana y japonesa para que sea tan carcinógena?
Unos estudios compararon los componentes alimenticios de distintas poblaciones asiáticas con tasas similares de H. pylori, pero con muy distintas tasas de cáncer de estómago, y sugirieron que los alimentos preservados y salados, pescado y verduras, son los responsables. Por otra parte, la fruta y verdura fresca se ha asociado con una reducción del 85 %
Una revisión de 60 estudios descubrió que el consumo de encurtidos estaba asociado con tasas mucho más altas de cáncer de estómago, aunque más en Corea que en Japón, quizá porque el consumo coreano per cápita de verduras fermentadas como el kimchi es de cinco a ocho veces mayor. Pero no se puede asegurar hasta que lo pongas a prueba.
Los extractos de vegetales encurtidos pueden dañar el ADN de células que están en una placa de Petri. Pero ¿y en las personas? Unos investigadores en Vancouver dieron a unos individuos 850 gramos de fukujinzuke, verduras variadas escabechadas en salsa de soja, o pepinillos en salmuera durante tres días. Los resultados de las biopsias de la mucosa gástrica antes de que comenzara el experimento, eran normales, igual que los resultados tras comer zanahorias o pepinillos frescos. Pero tras solo unos días de consumir verduras escabechadas, se descubrieron anormalidades de tejido de moderadas a graves, lo que sugiere irritación de estómago.
El consumo de alimentos de soja no fermentada, como tofu, edamame y leche de soja se relaciona con un riesgo menor de cáncer de estómago en Japón, mientras que no se encontró relación con alimentos de soja fermentada, incluso el miso con mucha sal. La protección que ofrecen los alimentos con soja se atribuyó a los efectos antinflamatorios y antioxidantes de los compuestos de isoflavona en la soja.
La sal no está considerada un carcinógeno directo, pero puede debilitar y dañar la mucosa gástrica protectora, lo que aumentaría la colonización de H. pylori y la penetración y formación de carcinógenos. Hasta un consumo moderadamente alto de sal se asocia con un riesgo muy alto de cáncer de estómago, aunque, en Japón, este efecto puede estar limitado a aquellos que ya sufren de inflamación causada por H. pylori.
La H. pylori se trata normalmente con una mezcla de muchos antibióticos. ¿Hay otra forma de erradicarlo naturalmente mediante la alimentación? Lo descubriremos en el siguiente video.
El marinado y encurtido del pescado produce una sustancia química que muta el ADN llamada CMBA, que se forma a partir de una reacción de la sal, los conservantes de nitrito y la metionina, un aminoácido que se encuentra concentrado en proteínas animales. Los nitritos también pueden interactuar con otros componentes de las proteínas para formar compuestos de N-nitroso, una poderosa clase de carcinógenos que se encuentran en el humo del cigarrillo. Esto puede explicar por qué las carnes procesadas como el tocino, el jamón, las salchichas y los embutidos se han relacionado con un mayor riesgo de cáncer de estómago, pero esto también sucede con la carne fresca, sin procesar y sin sal.
Pero espera. Pensé que la principal causa de cáncer de estómago era una infección con una bacteria llamada H. pylori. Existe una interacción sinérgica entre la gastritis inflamatoria inducida por H. pylori y la dieta en la formación de cáncer de estómago. Veamos. Investigadores en China descubrieron que incluso los individuos genéticamente vulnerables infectados con una cepa particularmente patógena de H. pylori no parecían tener un mayor riesgo de cáncer de estómago, a menos que comieran alrededor de 30 gramos o más de cerdo por día. (Una chuleta de cerdo promedio son unos 170 gramos). Un ejemplo sorprendente de cómo nuestra dieta a veces puede superar tanto a nuestros genes como a las influencias ambientales, como las infecciones que causan cáncer. Pero, ¿podemos directamente eliminar la H. pylori?
Normalmente, se utiliza un cóctel de tres antibióticos para matar a la H. pylori, pero la cooperación del paciente se ve limitada por la cantidad de medicamentos a tomar y los efectos secundarios. ¿Hay algo que podamos comer para eliminarla?
Décadas antes de que se descubrieran sus capacidades desintoxicantes y anticancerígenas, el sulforafano, ese notable compuesto en las verduras crucíferas, fue descrito originalmente por su actividad antimicrobiana. Después de escuchar informes anecdóticos de personas con enfermedad de úlcera péptica inducida por H. pylori que experimentaron un alivio dramático y a veces inesperado después de comer brotes de brócoli de tres días, los investigadores de la Universidad Johns Hopkins y otros lugares decidieron ponerlos a prueba. Los extractos de brotes de brócoli no solo mataron las cepas de H. pylori resistentes a los antibióticos en una placa de Petri, algunos pacientes a los que se les dio tan solo un tercio de una taza de brotes de brócoli al día durante una semana fueron capaces de erradicar su infección por H. pylori. Veamos un ensayo controlado aleatorio (brotes de brócoli frente a brotes de alfalfa) y … aquellos a los que se les dio de dos a tres porciones de brócoli al día en brotes fueron capaces de reducir significativamente los marcadores de colonización de H. pylori y la inflamación del revestimiento del estómago.
Aunque los brotes de brócoli pueden ser capaces de erradicar H. pylori en la mayoría de los pacientes (56%), la terapia antibiótica estándar con triple fármaco es mucho más efectiva, alrededor del 90 por ciento de erradicación. Sin embargo, para aquellos que no cumplen con los criterios para el tratamiento farmacológico, las verduras crucíferas pueden presentar una forma segura y natural de combatir la H. pylori y el desarrollo de cáncer de estómago. Una compilación de veintidós estudios de población encontró que comer más verduras crucíferas estaba asociado con un riesgo significativamente menor de cáncer de estómago, el brócoli nunca se ha puesto directamente a prueba, pero el ajo sí.
Estudios observacionales que se remontan a la década de 1960 sobre los migrantes japoneses han sugerido que las verduras de la familia Allium, como el ajo y la cebolla, pueden proteger contra el cáncer de estómago. Hasta la fecha, se han publicado docenas de estudios de este tipo y, en general, comer muchas verduras allium se asocia con un riesgo significativamente menor de cáncer de estómago. Sin embargo, hay evidencia de sesgo de publicación, lo que significa que parece haber habido otros estudios que no demostraron tal efecto que nunca se publicaron. Incluso si este no fuera el caso, los estudios observacionales no prueban causa y efecto.
Por ejemplo, puede ser que el bajo consumo de ajo y cebolla no cause el cáncer de estómago, sino que el cáncer de estómago causó un bajo consumo de ajo y cebolla. Décadas de inflamación estomacal por H. pylori hasta llegar al cáncer pueden haber llevado a las personas a elegir dietas suaves para evitar molestias. No puedes saber si el ajo realmente ayuda hasta que lo pones a prueba.
Louis Pasteur fue evidentemente el primero en describir el efecto antibacteriano de la cebolla y los jugos de ajo.
Los estudios en placa de Petri han demostrado que el ajo es eficaz para suprimir el crecimiento de H. pylori a concentraciones alcanzables en el estómago con un solo diente. Incluso algunas cepas resistentes a los antibióticos son susceptibles. Pero, ¿esto se traduce en detener el crecimiento del cáncer? Se lanzó un estudio aleatorizado, doble ciego y controlado para averiguarlo.
Miles de individuos en alto riesgo de cáncer de estómago de trece aldeas en China fueron aleatorizados en varias combinaciones de antibióticos, suplementos de ajo y suplementos antioxidantes. Solo unas pocas semanas de antibióticos condujeron a una disminución significativa en crecimientos estomacales precancerosos subsiguientes 7 años después y una disminución significativa en el cáncer estomacal subsiguiente por 15 años. ¿Y el ajo? Ningún beneficio a los 7 años y solo una reducción no estadísticamente significativa después de 15 años. Pero en 2019 recibimos la actualización de 22 años, 15 años después de que terminara el estudio, y aquellos que habían tomado el ajo de hecho tenían un riesgo significativamente menor de morir posteriormente de cáncer, aunque curiosamente el efecto protector del ajo solo parecía manifestarse entre los no bebedores.
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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Daniel González voluntaria activa en NutritionFacts.org.
Japón tiene una de las mayores esperanzas de vida, pero también una de las tasas más altas de cáncer de estómago. ¿Por qué? En esta serie de dos videos, analizaré el papel de H. pylori, la alimentación y cómo alimentos como los brotes de brócoli y el ajo pueden ayudarnos a combatirlo.
Durante décadas, Japón ha gozado de la esperanza de vida más larga del mundo, aunque solo invertía una fracción en atención sanitaria comparado con otros países de ingresos altos. Esta longevidad se ha atribuido en parte a los hábitos alimenticios japoneses, y se cree que contribuyeron a sus tasas relativamente bajas de arteriopatía coronaria. Japón ha tenido históricamente las tasas más reducidas de cáncer de colón, cáncer de mama, cáncer de ovarios, cáncer de próstata, cáncer de vejiga y leucemia. No obstante, las tasas de cáncer de estómago en Japón están entre las más elevadas. Sí, puede que los varones japoneses hayan tenido siete veces menos cáncer de próstata que los estadounidenses, pero tienen seis veces más cáncer de estómago. ¿La alimentación japonesa tiene algún talón de Aquiles?
Una de las primeras teorías, propuesta en la década de 1970, era que el talco que se usaba para pulir arroz blanco y que adquiriera brillo. Así fue con el cáncer de ovarios, que llevó a miles de millones en daños contra los polvos de talco de Johnson y Johnson, como expliqué en detalle en un video anterior, pero ese no parecía ser el caso con el cáncer de estómago. ¿Es solo genética? No. Unos estudios de migrantes japoneses muestran que, al occidentalizar ellos y sus hijos su dieta y estilo de vida, descienden las tasas de cáncer de estómago.
Bueno, el factor de riesgo más comprobado para el cáncer de estómago es el H. pylori, una bacteria que infecta la mucosa gástrica y causa la inflamación crónica que puede causar cáncer. La infección por H. pylori se considera un carcinógeno de grupo 1, que indica nuestra certidumbre más elevada de que sí causa cáncer. Corea y Japón tienen las tasas más elevadas de cáncer de estómago y una de las incidencias más elevadas de infección por H. pylori. ¿Entonces el caso está resuelto? Este misterio parecía haberse resuelto.
Pero entonces surgió el enigma africano. Algunos países, como Nigeria, tenían todavía más H. pylori, pero solo una fracción de la tasa de cáncer de estómago de Japón. Entonces surgió el enigma indio. El H. pylori tiene el doble de prevalencia en India que en Japón, pero los indios tienen diez veces menos cáncer de estómago. Como es obvio, solo con el H. pylori no se puede explicar la epidemia japonesa.
Se cree que la causa de muchos casos de cáncer de estómago es el H. pylori, pero la mayoría de quien lo tiene no contrae cáncer. La infección por H. pylori es una de las más frecuentes en el ser humano. Se estima que la mitad de la población de adultos del mundo está infectada con H. pylori, pero la mitad de nosotros no tenemos cáncer de estómago. Debe haber algún tipo de cofactor en países como Corea y Japón que explique sus tasas elevadas de cáncer. La inflamación provocada por el H. pylori puede que abra camino a la formación de cáncer, lo que aumenta la susceptibilidad de la mucosa gástrica a los carcinógenos alimenticios. ¿Pero qué tiene la alimentación coreana y japonesa para que sea tan carcinógena?
Unos estudios compararon los componentes alimenticios de distintas poblaciones asiáticas con tasas similares de H. pylori, pero con muy distintas tasas de cáncer de estómago, y sugirieron que los alimentos preservados y salados, pescado y verduras, son los responsables. Por otra parte, la fruta y verdura fresca se ha asociado con una reducción del 85 %
Una revisión de 60 estudios descubrió que el consumo de encurtidos estaba asociado con tasas mucho más altas de cáncer de estómago, aunque más en Corea que en Japón, quizá porque el consumo coreano per cápita de verduras fermentadas como el kimchi es de cinco a ocho veces mayor. Pero no se puede asegurar hasta que lo pongas a prueba.
Los extractos de vegetales encurtidos pueden dañar el ADN de células que están en una placa de Petri. Pero ¿y en las personas? Unos investigadores en Vancouver dieron a unos individuos 850 gramos de fukujinzuke, verduras variadas escabechadas en salsa de soja, o pepinillos en salmuera durante tres días. Los resultados de las biopsias de la mucosa gástrica antes de que comenzara el experimento, eran normales, igual que los resultados tras comer zanahorias o pepinillos frescos. Pero tras solo unos días de consumir verduras escabechadas, se descubrieron anormalidades de tejido de moderadas a graves, lo que sugiere irritación de estómago.
El consumo de alimentos de soja no fermentada, como tofu, edamame y leche de soja se relaciona con un riesgo menor de cáncer de estómago en Japón, mientras que no se encontró relación con alimentos de soja fermentada, incluso el miso con mucha sal. La protección que ofrecen los alimentos con soja se atribuyó a los efectos antinflamatorios y antioxidantes de los compuestos de isoflavona en la soja.
La sal no está considerada un carcinógeno directo, pero puede debilitar y dañar la mucosa gástrica protectora, lo que aumentaría la colonización de H. pylori y la penetración y formación de carcinógenos. Hasta un consumo moderadamente alto de sal se asocia con un riesgo muy alto de cáncer de estómago, aunque, en Japón, este efecto puede estar limitado a aquellos que ya sufren de inflamación causada por H. pylori.
La H. pylori se trata normalmente con una mezcla de muchos antibióticos. ¿Hay otra forma de erradicarlo naturalmente mediante la alimentación? Lo descubriremos en el siguiente video.
El marinado y encurtido del pescado produce una sustancia química que muta el ADN llamada CMBA, que se forma a partir de una reacción de la sal, los conservantes de nitrito y la metionina, un aminoácido que se encuentra concentrado en proteínas animales. Los nitritos también pueden interactuar con otros componentes de las proteínas para formar compuestos de N-nitroso, una poderosa clase de carcinógenos que se encuentran en el humo del cigarrillo. Esto puede explicar por qué las carnes procesadas como el tocino, el jamón, las salchichas y los embutidos se han relacionado con un mayor riesgo de cáncer de estómago, pero esto también sucede con la carne fresca, sin procesar y sin sal.
Pero espera. Pensé que la principal causa de cáncer de estómago era una infección con una bacteria llamada H. pylori. Existe una interacción sinérgica entre la gastritis inflamatoria inducida por H. pylori y la dieta en la formación de cáncer de estómago. Veamos. Investigadores en China descubrieron que incluso los individuos genéticamente vulnerables infectados con una cepa particularmente patógena de H. pylori no parecían tener un mayor riesgo de cáncer de estómago, a menos que comieran alrededor de 30 gramos o más de cerdo por día. (Una chuleta de cerdo promedio son unos 170 gramos). Un ejemplo sorprendente de cómo nuestra dieta a veces puede superar tanto a nuestros genes como a las influencias ambientales, como las infecciones que causan cáncer. Pero, ¿podemos directamente eliminar la H. pylori?
Normalmente, se utiliza un cóctel de tres antibióticos para matar a la H. pylori, pero la cooperación del paciente se ve limitada por la cantidad de medicamentos a tomar y los efectos secundarios. ¿Hay algo que podamos comer para eliminarla?
Décadas antes de que se descubrieran sus capacidades desintoxicantes y anticancerígenas, el sulforafano, ese notable compuesto en las verduras crucíferas, fue descrito originalmente por su actividad antimicrobiana. Después de escuchar informes anecdóticos de personas con enfermedad de úlcera péptica inducida por H. pylori que experimentaron un alivio dramático y a veces inesperado después de comer brotes de brócoli de tres días, los investigadores de la Universidad Johns Hopkins y otros lugares decidieron ponerlos a prueba. Los extractos de brotes de brócoli no solo mataron las cepas de H. pylori resistentes a los antibióticos en una placa de Petri, algunos pacientes a los que se les dio tan solo un tercio de una taza de brotes de brócoli al día durante una semana fueron capaces de erradicar su infección por H. pylori. Veamos un ensayo controlado aleatorio (brotes de brócoli frente a brotes de alfalfa) y … aquellos a los que se les dio de dos a tres porciones de brócoli al día en brotes fueron capaces de reducir significativamente los marcadores de colonización de H. pylori y la inflamación del revestimiento del estómago.
Aunque los brotes de brócoli pueden ser capaces de erradicar H. pylori en la mayoría de los pacientes (56%), la terapia antibiótica estándar con triple fármaco es mucho más efectiva, alrededor del 90 por ciento de erradicación. Sin embargo, para aquellos que no cumplen con los criterios para el tratamiento farmacológico, las verduras crucíferas pueden presentar una forma segura y natural de combatir la H. pylori y el desarrollo de cáncer de estómago. Una compilación de veintidós estudios de población encontró que comer más verduras crucíferas estaba asociado con un riesgo significativamente menor de cáncer de estómago, el brócoli nunca se ha puesto directamente a prueba, pero el ajo sí.
Estudios observacionales que se remontan a la década de 1960 sobre los migrantes japoneses han sugerido que las verduras de la familia Allium, como el ajo y la cebolla, pueden proteger contra el cáncer de estómago. Hasta la fecha, se han publicado docenas de estudios de este tipo y, en general, comer muchas verduras allium se asocia con un riesgo significativamente menor de cáncer de estómago. Sin embargo, hay evidencia de sesgo de publicación, lo que significa que parece haber habido otros estudios que no demostraron tal efecto que nunca se publicaron. Incluso si este no fuera el caso, los estudios observacionales no prueban causa y efecto.
Por ejemplo, puede ser que el bajo consumo de ajo y cebolla no cause el cáncer de estómago, sino que el cáncer de estómago causó un bajo consumo de ajo y cebolla. Décadas de inflamación estomacal por H. pylori hasta llegar al cáncer pueden haber llevado a las personas a elegir dietas suaves para evitar molestias. No puedes saber si el ajo realmente ayuda hasta que lo pones a prueba.
Louis Pasteur fue evidentemente el primero en describir el efecto antibacteriano de la cebolla y los jugos de ajo.
Los estudios en placa de Petri han demostrado que el ajo es eficaz para suprimir el crecimiento de H. pylori a concentraciones alcanzables en el estómago con un solo diente. Incluso algunas cepas resistentes a los antibióticos son susceptibles. Pero, ¿esto se traduce en detener el crecimiento del cáncer? Se lanzó un estudio aleatorizado, doble ciego y controlado para averiguarlo.
Miles de individuos en alto riesgo de cáncer de estómago de trece aldeas en China fueron aleatorizados en varias combinaciones de antibióticos, suplementos de ajo y suplementos antioxidantes. Solo unas pocas semanas de antibióticos condujeron a una disminución significativa en crecimientos estomacales precancerosos subsiguientes 7 años después y una disminución significativa en el cáncer estomacal subsiguiente por 15 años. ¿Y el ajo? Ningún beneficio a los 7 años y solo una reducción no estadísticamente significativa después de 15 años. Pero en 2019 recibimos la actualización de 22 años, 15 años después de que terminara el estudio, y aquellos que habían tomado el ajo de hecho tenían un riesgo significativamente menor de morir posteriormente de cáncer, aunque curiosamente el efecto protector del ajo solo parecía manifestarse entre los no bebedores.
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
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Friday Favorites: El papel del kimchi y la H. Pylori en el cáncer de estómago y cómo tratar la H. Pylori con la alimentación
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URLNota del Doctor
El video del talco que mencioné es El polvo de talco y los fibromas.
Hablé antes sobre la tasa de cáncer de estómago de Japón en Vegetarianos y factores de riesgo de apoplejía: ¿grasas saturadas? y tiene más información sobre consumo de sal y cáncer.
Para saber más sobre las verduras crucíferas y allium y el cáncer, mira Los beneficios del ajo para luchar contra el cáncer y el resfriado común.
El video fue publicado originalmente el 15 de agosto de 2022.
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