¿Qué hay de la proteína animal y el riesgo de apoplejía en vegetarianos?

La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María José.

¿El aumento de la hormona del crecimiento promotora del cáncer IGF-1, inducido por proteínas de origen animal, podría contribuir a la integridad de las arterias cerebrales?

En 2014, un estudio sobre el riesgo de apoplejía y las proteínas en la dieta constató que una mayor ingesta estaba asociada con un menor riesgo de padecer una apoplejía y, además, que las proteínas de origen animal parecían ser especialmente protectoras. ¿Podría esto ayudar a explicar por qué, como se muestra en el punto temporal 00:31 de mi video Vegetarianos y factores de riesgo de apoplejía: ¿proteína animal?, se ha descubierto recientemente que los vegetarianos tienen un índice de apoplejías más elevado que los consumidores de carne?

El consumo de proteínas de origen animal aumenta los niveles en el organismo de una hormona del crecimiento promotora del cáncer conocida como IGF-1, el factor de crecimiento insulínico tipo 1, que “acelera la progresión de los cambios precancerosos a lesiones invasivas”. Las concentraciones elevadas en sangre están relacionadas con un mayor riesgo de cáncer de mama, cáncer colorrectal, de pulmón y de próstata, lo que podría explicar la asociación entre la ingesta de leche de origen animal y el riesgo de cáncer de próstata, por ejemplo. Sin embargo, también hay receptores de IGF-1 en los vasos sanguíneos, así que puede que el IGF-1 promueva el cáncer y la integridad de las arterias cerebrales al mismo tiempo.

Las personas que sufren apoplejías parecen tener niveles más bajos de IGF-1 en sangre, pero esto podría ser una consecuencia de la apoplejía, en lugar de la causa. No hubo ningún estudio prospectivo hasta 2017 cuando los investigadores descubrieron que, efectivamente, los niveles más elevados de IGF-1 estaban relacionados con un menor riesgo de apoplejía, pero ¿establece esto una relación de causa y efecto? La respuesta parece ser afirmativa en ratones, y, en una placa de Petri, parece que el IGF-1 potencia la producción de elastina, una proteína que ayuda a mantener la elasticidad de nuestras arterias. Como se puede ver a continuación y en el punto temporal 01:41 de mi video, los niveles más altos de IGF-1 se asocian con una menor rigidez arterial, pero las personas con acromegalia, como André, el gigante de La princesa prometida, tienen niveles excesivos de hormonas del crecimiento como la IGF-1 y no parecen presentar unos índices de apoplejía más bajos. Además, en un estudio más reciente sobre la ingesta de proteínas en la dieta y el riesgo de padecer una apoplejía que analizó una docena de estudios con más de medio millón de personas (en lugar de los siete estudios con un cuarto de millón de personas del análisis anterior), no se encontró ninguna relación entre la ingesta de proteínas en la dieta y el riesgo de apoplejía. En todo caso, la ingesta de proteínas de origen vegetal puede reducir ese riesgo.

Sin embargo, las personas con hipertensión que tienen niveles bajos de IGF-1 sí parecen tener un mayor riesgo de desarrollar ateroesclerosis, el engrosamiento de las paredes arteriales que conducen al cerebro, aunque no se encontró la misma relación en personas con presión arterial normal. Así que es posible que estemos ante “una advertencia para veganos”. Sí, una dieta basada en alimentos integrales de origen vegetal “puede regular a la baja la actividad del IGF-1” y puede ralentizar el proceso de envejecimiento humano, por no hablar de la reducción del riesgo de padecer algunos los cánceres comunes que asolan el mundo occidental. Sin embargo, “[p]uede que la lección que tengamos que ‘llevarnos para casa’ sea más bien que las personas que se propongan regular a la baja la actividad del IGF-1 [reduciendo la ingesta de proteínas de origen animal] para promover la longevidad deben prestar especial atención a su presión arterial y preservar su salud cerebrovascular [la salud de las arterias del cerebro]. En particular, deben mantener relativamente bajo el consumo de sal y garantizar una ingesta abundante de potasio” para mantener su presión arterial baja. Eso significa evitar los alimentos procesados y la sal añadida y consumir alimentos ricos en potasio, como legumbres, boniatos y verduras de hoja verde oscuro.

¿Podría esto explicar el mayor riesgo de apoplejía entre los vegetarianos? No, porque los lácteos y las claras de huevo también contienen proteínas de origen animal. Solo los veganos presentan niveles más bajos de IGF-1 tanto en hombres como en mujeres, por lo que esos niveles no pueden explicar por qué se registraron índices de apoplejía más elevados en vegetarianos. Entonces, ¿cuál es la razón? Creo que la mejor explicación para el misterio es algo llamado homocisteína, que trataré a continuación.

Si no estás familiarizado con el IGF-1, mis videos Flashback Friday: La proteína animal y el fumar cigarrillos o Cómo no morir de cáncer constituyen una buena introducción.

Además de seguir una dieta basada en vegetales, ¿cómo podemos bajar nuestra presión arterial? Échale un vistazo al capítulo sobre hipertensión de mi libro Comer para no morir, que puedes encontrar en formato impreso o digital.

Este es el octavo de una serie de 12 videos sobre el riesgo que tienen los vegetarianos de padecer una apoplejía. Si te perdiste alguno de los anteriores, échale un vistazo a las publicaciones relacionadas más abajo.

A continuación, nos centraremos en lo que creo que de verdad está pasando:

Key Takeaways

    • En un estudio de 2014 se halló que una mayor ingesta de proteínas en la dieta, especialmente de origen animal, estaba asociada con un menor riesgo de apoplejía. Este hallazgo plantea interrogantes sobre el mayor índice de apoplejía observada entre los vegetarianos, lo que sugiere que el consumo de proteínas de origen animal puede tener un efecto protector.
    • El consumo de proteínas de origen animal aumenta los niveles del factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1), una hormona asociada con la promoción del cáncer. Sin embargo, los niveles más elevados de IGF-1 se han relacionado con un menor riesgo de padecer una apoplejía, posiblemente debido a su papel en el mantenimiento de la integridad de las arterias, al promover la producción de elastina.
    • Aunque algunos estudios sugieren una asociación protectora entre unos niveles más altos de IGF-1 y un riesgo más bajo de padecer una apoplejía, otros no encuentran la misma relación. La ingesta de proteínas de origen vegetal en la dieta puede incluso disminuir el riesgo de padecer una apoplejía, y esto hace más difícil entender el papel del IGF-1 en su prevención.
    • Las personas con hipertensión arterial y niveles bajos de IGF-1 pueden tener un riesgo mayor de desarrollar aterosclerosis, lo que pone de relieve la importancia de controlar la presión arterial para la salud cerebrovascular. Una dieta basada en alimentos integrales de origen vegetal puede regular a la baja la actividad de la IGF-1, pero debe ir acompañada de esfuerzos para controlar la presión arterial a mediante un consumo reducido de sal y uno adecuado de potasio.
    • Aunque los niveles bajos de IGF-1 son característicos de los veganos, que no consumen productos de origen animal, esto por sí solo no explica el mayor riesgo de apoplejía observado entre los vegetarianos. Otros factores, como los niveles de homocisteína, pueden contribuir a ese riesgo más elevado en esta población.

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