El suicidio asistido

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El suicidio asistido por un médico, también conocido como eutanasia asistida, permite que las personas con enfermedades terminales puedan poner fin a sus vidas mediante la administración voluntaria de una dosis letal de medicación prescrita expresamente por un médico para ese cometido.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Mar Saumell voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Los cuidados paliativos tienen sus límites. Incluso en los hospicios, donde cabría suponer unos cuidados paliativos excelentes, hay quienes pasan sus últimos meses con un dolor incontrolable. Y, este sufrimiento insoportable, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, lleva a los pacientes a solicitar poner fin a su vida prematuramente. El suicidio asistido por un médico, o quizás más exactamente la muerte asistida por un médico o la ayuda médica para morir, permite a los enfermos terminales poner fin a su vida mediante la autoadministración voluntaria de una dosis letal de medicación expresamente prescrita por un médico para ese fin. La opinión pública estadounidense ha evolucionado hacia una mayor aceptación del proceso. En 2017, dos tercios de los adultos estadounidenses apoyan la legalización de esta práctica, aunque en ese mismo año, muchos estados revisaron y rechazaron la legalización. Un porcentaje similar de enfermos terminales la apoya, aunque solo uno de cada nueve se planteó seriamente solicitarla para sí mismos.

Los médicos geriatras están divididos, con un 47% a favor y un 52% en contra. De 150 sociedades médicas profesionales, ni una sola se ha pronunciado a favor de la ayuda médica en la hora de morir. Sólo 12 adoptaron algún tipo de postura, la mayoría en contra, como la American Medical Association, aunque algunas, como la American Academy of Hospice and Palliative Medicine, adoptaron una postura oficial neutral. En el momento de escribir esto, el suicidio asistido por un médico sólo es legal en nueve estados en Estados Unidos, más el distrito de Columbia: California, Colorado, Hawái, Maine, Oregón, Vermont y Washington, además de Nueva Jersey en 2019 y Nuevo México en 2021. Tras la legalización, o a la espera de ella, la mayoría de las sociedades médicas estatales afectadas adoptaron una postura neutral.

Después de Suiza, el primer estado en legalizarla fue Oregón, con su Ley de Muerte Digna aprobada por iniciativa electoral en 1994 (aunque no entró en vigor hasta que se anuló una orden judicial en su contra en 1997). El Tribunal Supremo de Estados Unidos la confirmó en 2006, tras lo cual empezaron a presentarse proyectos de ley en otros estados. En las pocas décadas que lleva en vigor, unos 3.000 residentes de Oregón con enfermedades terminales han recibido recetas de este tipo, aunque sólo unos 2.000 decidieron llevarlas a cabo. (Nueve pacientes recuperaron la consciencia tras la ingestión.) Más recientemente, esa proporción se ha invertido, y sólo un tercio de los que tuvieron la opción acabaron utilizándola para poner fin a sus vidas, lo que apoya la premisa de que gran parte del valor para los pacientes puede residir simplemente en poder escoger.

En Oregón, la Ley de Muerte Digna representa ahora aproximadamente 1 de cada 200 muertes en Oregón, similar a las tasas de suicidio asistido en algunos países europeos que lo han legalizado. La ayuda médica para morir ya es legal en Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos y Suiza, junto con Canadá, Colombia y un estado de Australia (Victoria). En algunos países, esa ayuda es más directa que en otros. En Bélgica y los Países Bajos es legal la eutanasia, en la que el médico puede administrar activamente la medicación letal a quien desee poner fin a su vida debido a un sufrimiento insoportable e incurable. La muerte por eutanasia representa actualmente alrededor de 1 de cada 25 muertes en esos países.

La eutanasia es ilegal en todo Estados Unidos. En 40 estados, cualquier ayuda médica para morir es ilegal y está penada por la ley. En Montana, el tribunal supremo del estado la despenalizó de hecho, y un proyecto de ley de 2021 para eliminarla como defensa contra la acusación de homicidio a los médicos que la prescriben fracasó en el Senado de Montana con una votación de 25 a 25. Por el contrario, V.S.E.D. (“Voluntarily Stopping Eating and Drinking”, o no comer ni beber de forma voluntaria) es legal en todo Estados Unidos: dejar de comer y beber voluntariamente es el tema que analizo al detalle en una serie de vídeos que comienzan con Cómo tener una buena muerte.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Mar Saumell voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Los cuidados paliativos tienen sus límites. Incluso en los hospicios, donde cabría suponer unos cuidados paliativos excelentes, hay quienes pasan sus últimos meses con un dolor incontrolable. Y, este sufrimiento insoportable, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, lleva a los pacientes a solicitar poner fin a su vida prematuramente. El suicidio asistido por un médico, o quizás más exactamente la muerte asistida por un médico o la ayuda médica para morir, permite a los enfermos terminales poner fin a su vida mediante la autoadministración voluntaria de una dosis letal de medicación expresamente prescrita por un médico para ese fin. La opinión pública estadounidense ha evolucionado hacia una mayor aceptación del proceso. En 2017, dos tercios de los adultos estadounidenses apoyan la legalización de esta práctica, aunque en ese mismo año, muchos estados revisaron y rechazaron la legalización. Un porcentaje similar de enfermos terminales la apoya, aunque solo uno de cada nueve se planteó seriamente solicitarla para sí mismos.

Los médicos geriatras están divididos, con un 47% a favor y un 52% en contra. De 150 sociedades médicas profesionales, ni una sola se ha pronunciado a favor de la ayuda médica en la hora de morir. Sólo 12 adoptaron algún tipo de postura, la mayoría en contra, como la American Medical Association, aunque algunas, como la American Academy of Hospice and Palliative Medicine, adoptaron una postura oficial neutral. En el momento de escribir esto, el suicidio asistido por un médico sólo es legal en nueve estados en Estados Unidos, más el distrito de Columbia: California, Colorado, Hawái, Maine, Oregón, Vermont y Washington, además de Nueva Jersey en 2019 y Nuevo México en 2021. Tras la legalización, o a la espera de ella, la mayoría de las sociedades médicas estatales afectadas adoptaron una postura neutral.

Después de Suiza, el primer estado en legalizarla fue Oregón, con su Ley de Muerte Digna aprobada por iniciativa electoral en 1994 (aunque no entró en vigor hasta que se anuló una orden judicial en su contra en 1997). El Tribunal Supremo de Estados Unidos la confirmó en 2006, tras lo cual empezaron a presentarse proyectos de ley en otros estados. En las pocas décadas que lleva en vigor, unos 3.000 residentes de Oregón con enfermedades terminales han recibido recetas de este tipo, aunque sólo unos 2.000 decidieron llevarlas a cabo. (Nueve pacientes recuperaron la consciencia tras la ingestión.) Más recientemente, esa proporción se ha invertido, y sólo un tercio de los que tuvieron la opción acabaron utilizándola para poner fin a sus vidas, lo que apoya la premisa de que gran parte del valor para los pacientes puede residir simplemente en poder escoger.

En Oregón, la Ley de Muerte Digna representa ahora aproximadamente 1 de cada 200 muertes en Oregón, similar a las tasas de suicidio asistido en algunos países europeos que lo han legalizado. La ayuda médica para morir ya es legal en Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos y Suiza, junto con Canadá, Colombia y un estado de Australia (Victoria). En algunos países, esa ayuda es más directa que en otros. En Bélgica y los Países Bajos es legal la eutanasia, en la que el médico puede administrar activamente la medicación letal a quien desee poner fin a su vida debido a un sufrimiento insoportable e incurable. La muerte por eutanasia representa actualmente alrededor de 1 de cada 25 muertes en esos países.

La eutanasia es ilegal en todo Estados Unidos. En 40 estados, cualquier ayuda médica para morir es ilegal y está penada por la ley. En Montana, el tribunal supremo del estado la despenalizó de hecho, y un proyecto de ley de 2021 para eliminarla como defensa contra la acusación de homicidio a los médicos que la prescriben fracasó en el Senado de Montana con una votación de 25 a 25. Por el contrario, V.S.E.D. (“Voluntarily Stopping Eating and Drinking”, o no comer ni beber de forma voluntaria) es legal en todo Estados Unidos: dejar de comer y beber voluntariamente es el tema que analizo al detalle en una serie de vídeos que comienzan con Cómo tener una buena muerte.

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