A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Victoria Ramírez y Diana Montejano.
A pesar de que las pautas clínica más ampliamente aceptadas y bien establecidas para tratar enfermedades crónicas, uniformemente sugieren un cambio en el estilo de vida como la primera terapia, a menudo los médicos no siguen estas pautas. Sin embargo, las intervenciones en el estilo de vida, son a menudo más efectivos en reducir las enfermedades del corazón, hipertensión, insuficiencia cardiaca, apoplejía, cáncer, diabetes y muerte prematura que casi cualquier otra intervención médica.
“Algunas lecciones útiles provienen de la guerra contra el tabaco,” El Dr. Neal Barnard lo escribió en la revista de ética de la asociación médica estadounidense. Cuando él paró de fumar en los 80s, la tasa de mortalidad por cáncer de pulmón estaba en lo más alto en Estados Unidos, pero ha bajado desde entonces, así como también las tasas de fumadores. Ya no eran los médicos diciédoles a los pacientes que le dieran unas vacaciones a sús gargantas fumando un cigarrillo. Los médicos se dieron cuenta de que eran más eficaces para aconsejar a los pacientes que dejaran de fumar si ya no tenían manchas de tabaco en sus propios dedos. En otras palabras, los médicos pasaron de ser espectadores (o incluso facilitadores) a liderar la lucha contra el tabaquismo. Y hoy, dice, las dietas a base de plantas son el equivalente nutricional a dejar de fumar.
Si tuviéramos que reunir a los mejores científicos y expertos en nutrición, habrá muy poco debate sobre las propiedades esenciales de una buena nutrición. Desafortunadamente, la mayoría de los médicos son analfabetos nutricionales. Y peor aún, no saben cómo usar la medicina más poderosa para ellos: la comida.
Los asesoramientos médicos importan. Cuando los médicos le dijeron a los pacientes que mejoraran sus dietas, se referían a la reducción de carnes, los productos lácteos y los alimentos fritos, los pacientes tenían más probabilidades de hacer estos cambios en la dieta porque sus médicos se lo aconsejaron. Y puede funcionar aún más y mejor si los médicos practican lo que predican. Los investigadores de la Universidad de Emory asignaron al azar pacientes para ver uno de dos videos. En un video, un médico explicó brevemente sus prácticas personales de salud, dieta y ejercicio y tenía un casco de bicicleta y una manzana visible en su escritorio. Y en el otro video, ella no discutió sus prácticas personales y la manzana y el casco de la bicicleta ya no estaban. Por ejemplo, en ambos videos, la doctora aconsejó a los pacientes que redujeran la carne, que no comieran carne en el desayuno y que no comieran carne para almorzar o cenar al menos la mitad del tiempo, una forma sencilla para comenzar a mejorar sus dietas. Pero en el video, la doctora relató que también había eliminado con éxito el consumo de carnes y quizás no asombrosamente, los pacientes calificaron a esa doctora de ser más creíble y motivadora. Así que los médicos que aplican lo que predican y tienen hábitos alimenticios más saludables no solo tienden a aconsejar sobre dieta y ejercicio, sino que también son más creíbles y motivadores cuando aconsejan.
Puede hacer que sean mejores doctores. Un ensayo clínico aleatorio controlado para limpiar las dietas de los médicos, llamado Promoting Health by Self Experience, encontró que el estilo de vida personal de los proveedores de servicios de salud estaba directamente correlacionado con su desempeño clínico. Los proveedores de salud son dueños de una mejor salud y un estilo de vida que lo transmiten a sus pacientes y a clínicas, sugiriendo una estrategia adicional para cumplir satisfactoriamente un nuevo estilo de vida.
¿Estás listo para el secreto mejor guardado en medicina? El secreto mejor guardado en medicina es que, dadas las condiciones adecuadas, el cuerpo se cura. El tratamiento de enfermedades cardiovasculares, por ejemplo, con cambios diéteticos apropiados es una buena medicina, reduciendo la mortalidad sin efectos adversos. Sí, debemos seguir investigando, pero educar tanto a los médicos como a los pacientes acerca del conocimiento existente sobre el poder de la nutrición como medicina puede ser la mejor inversión que podamos hacer.
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