Flashback Friday: ¿Es real la sensibilidad al gluten? y La realidad de las dietas sin gluten

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¿Qué tan común es la sensibilidad al gluten? ¿Tiene beneficios comer gluten? ¿Por qué existe tanta reticencia en la profesión médica para aconsejar que si alguien cree tener sensibilidad al gluten pruebe una dieta sin gluten?

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En 1980, investigadores de Inglaterra informaron de una serie de mujeres que sufrían de diarrea crónica que se curaba bajo una dieta libre de gluten, pero no tenían evidencia de padecer de enfermedad celíaca, el trastorno autoinmune asociado con la intolerancia al gluten. La profesión médica era escéptica en el momento, e incluso 30 años más tarde, tanto así, que al igual que los pacientes que tenían síndrome del intestino irritable, los pacientes que afirmarom padecer de sensibilidad al gluten no-celíaco, fueron referidos comúnmente al psiquiatra, porque se cree que tienen una enfermedad mental subyacente. Las pruebas psicológicas de estos pacientes, sin embargo, no encontraron evidencia de que estuvieran sufriendo alguna histeria psicosomática.

La profesión médica tiene un historial de ignorar enfermedades como “todo esta en la cabeza de las personas”. PTSD, colitis ulcerativa, migrañas, úlceras, asma, Parkinson y MS. A pesar de la resistencia en cada caso de la comunidad médica predominante, sin embargo estos problemas de salud han sido confirmados posteriormente como trastornos creíbles basados ​​en la fisiología en lugar de confabulaciones psicológicas.

Por otro lado, Internet consta de abundantes afirmaciones sin fundamento sobre dietas sin gluten, que se han derramado hacia la prensa popular para hacer del gluten el villaino de moda. Afirmaciones como “17 millones de estadounidenses son sensibles al gluten”. Sin embargo, hay que recordar que esto también es un “gran negocio”.

Cuando literalmente miles de millones están en juego, es difícil confiar en nadie, así que, como siempre, lo mejor es atenerse a la ciencia. ¿Qué tipo de evidencia tenemos para probar la existencia de una condición que se presume tan extendida?

No mucha. La base de la evidencia para tales afirmaciones era desafortunadamente muy poca, porque no teníamos ensayos controlados aleatorios que pudieran si quiera demostraran que la entidad existe. El estándar de oro para confirmar la sensibilidad al gluten no celíaca, requiere de una dieta libre de gluten, seguida de un estudio paralelo alimentario, aleatorizado y con placebo de control. Como si te dieran un panecillo y no te dicen si contiene gluten o no, para controlar los efectos de placebo y ver qué pasa. La razón por la que esto es necesario es porque cuando se hace la prueba, algunos de los pacientes “sensibles al gluten” no reaccionan en absoluto al gluten disfrazado y en su lugar reaccionar al placebo sin gluten. Así que todo está “en sus cabezas”.

Pero nunca tuvimos ese nivel de evidencia hasta … 2011, cuando se publicó un doble ensayo a ciegas, aleatorizado y controlado con placebo, que estudió si aquellos pacientes que se quejaban de síntomas de intestino irritable y que decían sentirse mejor en una dieta libre de gluten (sin padecer la enfermedad celíaca) en realidad podrían notar si se les dio pan y panecillos con gluten o el placebo sin gluten.

Comenzaron sin gluten y sin síntomas durante dos semanas y luego fueron desafiados con el pan y los panecillos. Esto es lo que sucedió con los 15 pacientes que recibieron el placebo, lo que significa que empezaron con una dieta libre de gluten y continuaron con una dieta libre de gluten. Se pusieron peor. Solo el pensamiento de que pueden estar comiendo algo que era malo para ellos les hizo sentir cólicos e hinchados. Esto es lo que se llama el efecto nocebo. El efecto placebo es cuando le das a alguien algo inútil y se sienten mejor; el efecto nocebo es cuando le das a alguien algo inofensivo y se siente peor. Pero el pequeño grupo que recibió el gluten real, se sintió peor aún. Por lo tanto, concluyeron, esta cosa de intolerancia al gluten no celíaca puede realmente existir.

Sin embargo fue un estudio pequeño. Y aunque afirmaron que el pan y los panecillos sin gluten eran indistinguibles, quizás en algún nivel los pacientes pudieran decir cuál era cuál. Así que en 2012, investigadores en Italia tomaron a 920 pacientes que habían sido diagnosticados con sensibilidad al gluten no celiaca y los pusieron a prueba con un doble estudio ciego de trigo, dándoles cápsulas de relleno con harina de trigo o con polvo de placebo. Y más de 2/3 fallaron la prueba, como que empeoraron en el placebo o mejoraron en el trigo. Pero entre los que pasaron la prueba, se vio un claro beneficio al mantenerse en la dieta libre de trigo, lo que confirma la existencia de una sensibilidad de trigo no celíaco. Considera que dije sensibilidad al trigo, no sensibilidad al gluten.

El gluten podría no causar los síntomas intestinales en absoluto. La mayoría de las personas con sensibilidad al trigo tienen una variedad de otras sensibilidades alimenticias. Dos tercios son sensibles a la proteína de la leche de vaca también, como los huevos son el culpable más común.

Así que si pones a la gente en una dieta baja en desencadenantes comunes de los síntomas del intestino irritable y luego los desafias con gluten, no hay ningún efecto. El mismo aumento en los síntomas se ve al darles gluten alto, gluten bajo o ningún gluten, poniendo en duda la existencia misma de la sensibilidad del gluten no celiaca.

Curiosamente, a pesar de estar informados de que evitar el gluten aparentemente no tenia efecto sobre sus síntomas intestinales, muchos participantes optaron por seguir una dieta libre de gluten, ya que subjetivamente describieron “sentirse mejor”, por lo que los investigadores se preguntaron si evitar el gluten podría mejorar el estado de ánimo de aquellos con sensibilidad al trigo y, de hecho, a corto plazo la exposición al gluten parecía inducir sentimientos de depresión en estos pacientes. Pero sin importar si la sensibilidad al gluten no celíaca es una enfermedad de la mente o del intestino, esta ya no es una condición que se pueda ignorar.

Hasta hace unos pocos años, casi todos los científicos sostenían que la proteína del gluten de trigo podría provocar efectos negativos solamente en personas con enfermedades inusuales, como la celiaquía o la alergia al trigo. Pero a principios de 2013 ya se comenzaba a aceptar que algunos pacientes no celíacos podrían sufrir de sensibilidad al gluten o al trigo.

De hecho, ya son muchos los expertos que reconoce oficialmente tres afecciones relacionadas con el gluten: alergia al trigo, enfermedad celíaca y sensibilidad al gluten. Entonces, ¿qué porcentaje de la población debería evitar el trigo?

Aproximadamente 1 de cada 1000 personas puede tener alergia al trigo, casi 1 de cada 100 tiene celiaquía y, aunque pareciera estar en aumento, la posibilidad de que los estadounidenses sean diagnosticados con celiaquía en un año dado todavía es menos de 1 en cada 10000. ¿Qué tan común es la sensibilidad al trigo? En este momento, nuestra mejor estimación se encuentra en el mismo rango general, ligeramente superior al 1%. Aun así, son millones de personas que pueden haber estado sufriendo durante años y que podrían haberse curado mediante cambios simples en la dieta, pero a quienes los médicos no reconocieron ni ayudaron.

Aunque la sensibilidad al gluten sigue ganando credibilidad médica, todavía no sabemos cómo funciona, cuánta cantidad de gluten se puede tolerar, si es reversible o no y cuáles podrían ser las complicaciones a largo plazo si no se sigue la dieta correcta. Considerando esta falta de información, las personas con sensibilidad al gluten deberían intentar volver a introducirlo en su dieta todos los años para ver si todavía les causa problemas.

La razón por la que los profesionales de la salud no quieren que las personas sigan dietas sin gluten a menos que sea absolutamente necesario es que para el 98% de ellas, que no tienen problemas con el gluten, los granos enteros, incluidos los granos de gluten de trigo, cebada y centeno, mejoran la salud y se relacionan con la reducción del riesgo de enfermedades coronarias, cáncer, diabetes, obesidad y otras enfermedades crónicas.

Así como algunas personas son alérgicas al maní y eso no significa que todos deban evitarlo, no existen pruebas que sugieran que seguir una dieta libre de gluten tenga algún beneficio significativo para la población en general. De hecho, existen algunas pruebas que sugieren que una dieta sin gluten puede afectar negativamente la salud intestinal de las personas sin celiaquía, sensibilidad al gluten o alergia. Se está hablando de este estudio que determinó que con un mes siguiendo una dieta libre de gluten se podría dañar la flora intestinal y la función inmunológica, lo que podría provocar un crecimiento excesivo de bacterias dañinas en los intestinos de quienes siguen este tipo de dietas. ¿Por qué? Porque, irónicamente, los componentes con efectos beneficiosos del gluten, que son los mismos que les traen problemas a algunas personas sensibles al trigo, como los fructanos FODMAP, actúan como prebióticos y alimentan a nuestras bacterias buenas. Incluso el mismo gluten puede potenciar nuestra función inmunitaria. Con menos de una semana de proteína de gluten añadida a nuestra dieta, se aumenta significativamente la actividad de las células asesinas naturales, lo que podría mejorar la capacidad de nuestro cuerpo para combatir el cáncer y las infecciones virales. Otro ejemplo es que el pan alto en gluten mejora los niveles de triglicéridos más que el pan regular.

Irónicamente, una de las mayores amenazas que tienen las dietas sin gluten puede ser el propio gluten. Una abstinencia de gluten autoprescribida podría socavar la capacidad de contraer celiaquía, que es una forma mucho más grave de intolerancia al gluten. La enfermedad celíaca se diagnostica buscando la inflamación causada por el gluten en los celíacos, pero, si no han estado ingiriendo mucho gluten, es posible que pasemos por alto la enfermedad.

Por lo tanto, en lugar de seguir una dieta sin gluten, queremos que los presuntos celíacos sigan una dieta alta en gluten. Estamos hablando de 4 a 6 rebanadas de pan con gluten todos los días durante al menos un mes para poder diagnosticar definitivamente la enfermedad. ¿Por qué es importante obtener un diagnóstico formal si ya se sigue una dieta libre de gluten? Bueno, es una enfermedad genética, por lo que se debe examinar a la familia. Pero lo más importante es que muchas personas que siguen dietas sin gluten en realidad no las están siguiendo. Incluso solo 20 partes por millón de gluten podrían ser tóxicas para alguien con celiaquía. Por lo que muchos de los que siguen las llamadas “dietas sin gluten” siguen ingiriéndolo sin darse cuenta. A veces, hay contaminación en los productos sin gluten, por lo que, incluso los alimentos etiquetados como “sin gluten” pueden no ser seguros para los celíacos. Por eso necesitamos saberlo.

La ironía, publicada en una importante revista médica, es que muchos pacientes celíacos no conocen su diagnóstico, mientras que millones de personas que no padecen celiaquía destierran el gluten de sus vidas. Se podría considerar como una parodia de la salud pública.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Imágenes de iconicphotoservice vía Hiveminer.

En 1980, investigadores de Inglaterra informaron de una serie de mujeres que sufrían de diarrea crónica que se curaba bajo una dieta libre de gluten, pero no tenían evidencia de padecer de enfermedad celíaca, el trastorno autoinmune asociado con la intolerancia al gluten. La profesión médica era escéptica en el momento, e incluso 30 años más tarde, tanto así, que al igual que los pacientes que tenían síndrome del intestino irritable, los pacientes que afirmarom padecer de sensibilidad al gluten no-celíaco, fueron referidos comúnmente al psiquiatra, porque se cree que tienen una enfermedad mental subyacente. Las pruebas psicológicas de estos pacientes, sin embargo, no encontraron evidencia de que estuvieran sufriendo alguna histeria psicosomática.

La profesión médica tiene un historial de ignorar enfermedades como “todo esta en la cabeza de las personas”. PTSD, colitis ulcerativa, migrañas, úlceras, asma, Parkinson y MS. A pesar de la resistencia en cada caso de la comunidad médica predominante, sin embargo estos problemas de salud han sido confirmados posteriormente como trastornos creíbles basados ​​en la fisiología en lugar de confabulaciones psicológicas.

Por otro lado, Internet consta de abundantes afirmaciones sin fundamento sobre dietas sin gluten, que se han derramado hacia la prensa popular para hacer del gluten el villaino de moda. Afirmaciones como “17 millones de estadounidenses son sensibles al gluten”. Sin embargo, hay que recordar que esto también es un “gran negocio”.

Cuando literalmente miles de millones están en juego, es difícil confiar en nadie, así que, como siempre, lo mejor es atenerse a la ciencia. ¿Qué tipo de evidencia tenemos para probar la existencia de una condición que se presume tan extendida?

No mucha. La base de la evidencia para tales afirmaciones era desafortunadamente muy poca, porque no teníamos ensayos controlados aleatorios que pudieran si quiera demostraran que la entidad existe. El estándar de oro para confirmar la sensibilidad al gluten no celíaca, requiere de una dieta libre de gluten, seguida de un estudio paralelo alimentario, aleatorizado y con placebo de control. Como si te dieran un panecillo y no te dicen si contiene gluten o no, para controlar los efectos de placebo y ver qué pasa. La razón por la que esto es necesario es porque cuando se hace la prueba, algunos de los pacientes “sensibles al gluten” no reaccionan en absoluto al gluten disfrazado y en su lugar reaccionar al placebo sin gluten. Así que todo está “en sus cabezas”.

Pero nunca tuvimos ese nivel de evidencia hasta … 2011, cuando se publicó un doble ensayo a ciegas, aleatorizado y controlado con placebo, que estudió si aquellos pacientes que se quejaban de síntomas de intestino irritable y que decían sentirse mejor en una dieta libre de gluten (sin padecer la enfermedad celíaca) en realidad podrían notar si se les dio pan y panecillos con gluten o el placebo sin gluten.

Comenzaron sin gluten y sin síntomas durante dos semanas y luego fueron desafiados con el pan y los panecillos. Esto es lo que sucedió con los 15 pacientes que recibieron el placebo, lo que significa que empezaron con una dieta libre de gluten y continuaron con una dieta libre de gluten. Se pusieron peor. Solo el pensamiento de que pueden estar comiendo algo que era malo para ellos les hizo sentir cólicos e hinchados. Esto es lo que se llama el efecto nocebo. El efecto placebo es cuando le das a alguien algo inútil y se sienten mejor; el efecto nocebo es cuando le das a alguien algo inofensivo y se siente peor. Pero el pequeño grupo que recibió el gluten real, se sintió peor aún. Por lo tanto, concluyeron, esta cosa de intolerancia al gluten no celíaca puede realmente existir.

Sin embargo fue un estudio pequeño. Y aunque afirmaron que el pan y los panecillos sin gluten eran indistinguibles, quizás en algún nivel los pacientes pudieran decir cuál era cuál. Así que en 2012, investigadores en Italia tomaron a 920 pacientes que habían sido diagnosticados con sensibilidad al gluten no celiaca y los pusieron a prueba con un doble estudio ciego de trigo, dándoles cápsulas de relleno con harina de trigo o con polvo de placebo. Y más de 2/3 fallaron la prueba, como que empeoraron en el placebo o mejoraron en el trigo. Pero entre los que pasaron la prueba, se vio un claro beneficio al mantenerse en la dieta libre de trigo, lo que confirma la existencia de una sensibilidad de trigo no celíaco. Considera que dije sensibilidad al trigo, no sensibilidad al gluten.

El gluten podría no causar los síntomas intestinales en absoluto. La mayoría de las personas con sensibilidad al trigo tienen una variedad de otras sensibilidades alimenticias. Dos tercios son sensibles a la proteína de la leche de vaca también, como los huevos son el culpable más común.

Así que si pones a la gente en una dieta baja en desencadenantes comunes de los síntomas del intestino irritable y luego los desafias con gluten, no hay ningún efecto. El mismo aumento en los síntomas se ve al darles gluten alto, gluten bajo o ningún gluten, poniendo en duda la existencia misma de la sensibilidad del gluten no celiaca.

Curiosamente, a pesar de estar informados de que evitar el gluten aparentemente no tenia efecto sobre sus síntomas intestinales, muchos participantes optaron por seguir una dieta libre de gluten, ya que subjetivamente describieron “sentirse mejor”, por lo que los investigadores se preguntaron si evitar el gluten podría mejorar el estado de ánimo de aquellos con sensibilidad al trigo y, de hecho, a corto plazo la exposición al gluten parecía inducir sentimientos de depresión en estos pacientes. Pero sin importar si la sensibilidad al gluten no celíaca es una enfermedad de la mente o del intestino, esta ya no es una condición que se pueda ignorar.

Hasta hace unos pocos años, casi todos los científicos sostenían que la proteína del gluten de trigo podría provocar efectos negativos solamente en personas con enfermedades inusuales, como la celiaquía o la alergia al trigo. Pero a principios de 2013 ya se comenzaba a aceptar que algunos pacientes no celíacos podrían sufrir de sensibilidad al gluten o al trigo.

De hecho, ya son muchos los expertos que reconoce oficialmente tres afecciones relacionadas con el gluten: alergia al trigo, enfermedad celíaca y sensibilidad al gluten. Entonces, ¿qué porcentaje de la población debería evitar el trigo?

Aproximadamente 1 de cada 1000 personas puede tener alergia al trigo, casi 1 de cada 100 tiene celiaquía y, aunque pareciera estar en aumento, la posibilidad de que los estadounidenses sean diagnosticados con celiaquía en un año dado todavía es menos de 1 en cada 10000. ¿Qué tan común es la sensibilidad al trigo? En este momento, nuestra mejor estimación se encuentra en el mismo rango general, ligeramente superior al 1%. Aun así, son millones de personas que pueden haber estado sufriendo durante años y que podrían haberse curado mediante cambios simples en la dieta, pero a quienes los médicos no reconocieron ni ayudaron.

Aunque la sensibilidad al gluten sigue ganando credibilidad médica, todavía no sabemos cómo funciona, cuánta cantidad de gluten se puede tolerar, si es reversible o no y cuáles podrían ser las complicaciones a largo plazo si no se sigue la dieta correcta. Considerando esta falta de información, las personas con sensibilidad al gluten deberían intentar volver a introducirlo en su dieta todos los años para ver si todavía les causa problemas.

La razón por la que los profesionales de la salud no quieren que las personas sigan dietas sin gluten a menos que sea absolutamente necesario es que para el 98% de ellas, que no tienen problemas con el gluten, los granos enteros, incluidos los granos de gluten de trigo, cebada y centeno, mejoran la salud y se relacionan con la reducción del riesgo de enfermedades coronarias, cáncer, diabetes, obesidad y otras enfermedades crónicas.

Así como algunas personas son alérgicas al maní y eso no significa que todos deban evitarlo, no existen pruebas que sugieran que seguir una dieta libre de gluten tenga algún beneficio significativo para la población en general. De hecho, existen algunas pruebas que sugieren que una dieta sin gluten puede afectar negativamente la salud intestinal de las personas sin celiaquía, sensibilidad al gluten o alergia. Se está hablando de este estudio que determinó que con un mes siguiendo una dieta libre de gluten se podría dañar la flora intestinal y la función inmunológica, lo que podría provocar un crecimiento excesivo de bacterias dañinas en los intestinos de quienes siguen este tipo de dietas. ¿Por qué? Porque, irónicamente, los componentes con efectos beneficiosos del gluten, que son los mismos que les traen problemas a algunas personas sensibles al trigo, como los fructanos FODMAP, actúan como prebióticos y alimentan a nuestras bacterias buenas. Incluso el mismo gluten puede potenciar nuestra función inmunitaria. Con menos de una semana de proteína de gluten añadida a nuestra dieta, se aumenta significativamente la actividad de las células asesinas naturales, lo que podría mejorar la capacidad de nuestro cuerpo para combatir el cáncer y las infecciones virales. Otro ejemplo es que el pan alto en gluten mejora los niveles de triglicéridos más que el pan regular.

Irónicamente, una de las mayores amenazas que tienen las dietas sin gluten puede ser el propio gluten. Una abstinencia de gluten autoprescribida podría socavar la capacidad de contraer celiaquía, que es una forma mucho más grave de intolerancia al gluten. La enfermedad celíaca se diagnostica buscando la inflamación causada por el gluten en los celíacos, pero, si no han estado ingiriendo mucho gluten, es posible que pasemos por alto la enfermedad.

Por lo tanto, en lugar de seguir una dieta sin gluten, queremos que los presuntos celíacos sigan una dieta alta en gluten. Estamos hablando de 4 a 6 rebanadas de pan con gluten todos los días durante al menos un mes para poder diagnosticar definitivamente la enfermedad. ¿Por qué es importante obtener un diagnóstico formal si ya se sigue una dieta libre de gluten? Bueno, es una enfermedad genética, por lo que se debe examinar a la familia. Pero lo más importante es que muchas personas que siguen dietas sin gluten en realidad no las están siguiendo. Incluso solo 20 partes por millón de gluten podrían ser tóxicas para alguien con celiaquía. Por lo que muchos de los que siguen las llamadas “dietas sin gluten” siguen ingiriéndolo sin darse cuenta. A veces, hay contaminación en los productos sin gluten, por lo que, incluso los alimentos etiquetados como “sin gluten” pueden no ser seguros para los celíacos. Por eso necesitamos saberlo.

La ironía, publicada en una importante revista médica, es que muchos pacientes celíacos no conocen su diagnóstico, mientras que millones de personas que no padecen celiaquía destierran el gluten de sus vidas. Se podría considerar como una parodia de la salud pública.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Imágenes de iconicphotoservice vía Hiveminer.

Nota del Doctor

Más de 10.000 artículos han sido publicados sobre el gluten en revistas médicas, ¡es intimidante incluso para mí! Combinado con los intereses financieros de varios miles de millones de dólares de ambos lados, hace que sea una tarea difícil. ¡Pero creo que lo logre! Este es un video 2 en 1 y el otro video de la serie es Cómo diagnosticar la sensibilidad al gluten en donde paso a paso explico cómo puede proceder una persona que sospecha tener sensibilidad al gluten.

¿Por qué este aparente aumento de sensibilidad alimentaria en las últimas décadas? Puede ser debido a la exposición a contaminantes (vea Alquilfenol: Disruptores Endocrinos y Alergias y Fuentes alimenticias de los disruptores endocrinos del alquilfenol).

¿Qué podemos hacer para prevenir las llamadas enfermedades atópicas (como alergias, asma y eccema)? Vea mis videos Prevención de alergias en la edad adulta y la infancia. El ejemplo más extraño de una sensibilidad alimentaria emergente puede ser la historia de la alergia a la carne relacionada con la picadura de garrapatas que reviso en Alpha Gal y la garrapata solitaria y Picaduras de garrapata, alergia a la carne y urticaria crónica.

Para más información sobre los beneficios de los cereales integrales en general puedes ver Alzhéimer: ¿cerebro de pan o cabeza de carne? y Enriquecer el microbioma intestinal con los cereales integrales.

Échale un vistazo a la página de información sobre los recursos traducidos.

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