Friday Favorites: Los hospitales se benefician de la comida basura

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¿Por qué la comida de hospital es tan poco saludable?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Julia Pozuelo voluntaria activa en NutritionFacts.org.

“Siendo claros, las enfermedades cardiovasculares acaban con la vida de un estadounidense cada 39 segundos”; en la mayoría de muertes por infarto, simplemente te da un patatús. “La muerte súbita cardiaca es la primera manifestación de cardiopatía coronaria en la mayoría de personas, especialmente en mujeres”. Es decir, para muchas de estas víctimas de muerte repentina, el primer signo de la enfermedad es su fallecimiento. ¡No sabían que sufrían una cardiopatía! Por eso vale más prevenir que curar, ya que la muerte no tiene cura.

La prevención de la muerte súbita cardiaca es un gran desafío para la salud pública porque la mayoría de las personas no saben que están en riesgo de sufrirla. Pero desde hace más de medio siglo, cuando empezamos a hacer autopsias a soldados jóvenes fallecidos en la guerra de Corea, sabemos que la arteriopatía coronaria empieza en la juventud o en la infancia. Si seguimos como hasta ahora, “no vamos a conseguir los cambios necesarios para mejorar radicalmente la salud cardiovascular de los Estados Unidos”.

La buena noticia es que “tener un estilo de vida de bajo riesgo (no fumar, hacer ejercicio de forma regular, tener una buena dieta y un peso saludable)” podría eliminar la mayoría de factores de riesgo de sufrir muerte súbita cardiaca. Hace ya mucho que deberíamos haber iniciado programas más rigurosos de prevención de cardiopatías en colegios, hogares y lugares de trabajo. ¿Y si empezamos por los hospitales?

Muchos de los hospitales encuestados tienen restaurantes de comida rápida, empezando con Krispy Kreme. Es una estrategia de marketing fantástica: las familias encuestadas en hospitales donde había un McDonald’s tenían el doble de posibilidades de pensar que este es un restaurante sano. Al fin y al cabo, está en el hospital. ¿Y qué hay de la comida de la propia cafetería del hospital? ¿Es acaso mejor? Se analizaron 384 platos principales en 14 hospitales pediátricos de California y solo el 7 % se clasificó como saludable. Y por si algún despistado elige la opción sana, el 81 % de los comedores de estos hospitales se aseguran de tener compras impulsivas en la caja, como helado, galletas y dulces. El 38 % tenía carteles que animaban explícitamente a comer de forma poco sana. ¿Por qué lo hacen?

Si preguntas a los encargados de la cafetería por qué no siguen los estándares nutricionales o por qué la nutrición no es su prioridad, la respuesta es la misma que en cualquier lugar donde se vende comida chatarra: la presión por generar beneficios. “Cada vez importa más que el departamento de comida del hospital sea un centro de ganancias”, cada vez más lucrativo. Es toda una metáfora de nuestro sistema de salud, en el que los tratamientos saludables que atajan la causa del problema son eclipsados por pastillas y procedimientos que generan más dinero.

Bueno, ¿qué te esperas del sector privado? Lo cierto es que los hospitales públicos no son mucho mejores. Un análisis de 2019 descubrió que “en todos los hospitales de veteranos hay máquinas expendedoras con refrescos, dulces y comida basura, en contra de las pautas del gobierno para la elección de alimentos saludables. Así, irónicamente, “las visitas al hospital podrían, en teoría, promover una peor salud”. ¿Por qué hay máquinas con refrescos o dulces en estos hospitales? “¿Cambiamos la salud de nuestros veteranos por dinero?

Puede que sea hora de prohibir la comida basura en los hospitales. “Es sorprendente ver cada día a los pacientes atiborrarse de [papas fritas, dulces y refrescos]; los mismos alimentos que pudieron haber contribuido a su ingreso hospitalario”. Es obsceno ver a las franquicias de comida rápida legitimar “la aceptación y el consumo de estos alimentos a diario”. “La epidemia de obesidad es una crisis de salud pública, pero es un escándalo de salud pública que los hospitales legitimen la comida chatarra y se hayan convertido en un factor de riesgo para las enfermedades relacionadas con la alimentación”. Quizá “ya basta de vender enfermedades en los hospitales”. ¿Qué mensaje reciben los médicos residentes si se les da pizza y refrescos en las jornadas contra la obesidad? Necesitamos un sistema de salud con “más Hipócrates y menos hipocresía”.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Julia Pozuelo voluntaria activa en NutritionFacts.org.

“Siendo claros, las enfermedades cardiovasculares acaban con la vida de un estadounidense cada 39 segundos”; en la mayoría de muertes por infarto, simplemente te da un patatús. “La muerte súbita cardiaca es la primera manifestación de cardiopatía coronaria en la mayoría de personas, especialmente en mujeres”. Es decir, para muchas de estas víctimas de muerte repentina, el primer signo de la enfermedad es su fallecimiento. ¡No sabían que sufrían una cardiopatía! Por eso vale más prevenir que curar, ya que la muerte no tiene cura.

La prevención de la muerte súbita cardiaca es un gran desafío para la salud pública porque la mayoría de las personas no saben que están en riesgo de sufrirla. Pero desde hace más de medio siglo, cuando empezamos a hacer autopsias a soldados jóvenes fallecidos en la guerra de Corea, sabemos que la arteriopatía coronaria empieza en la juventud o en la infancia. Si seguimos como hasta ahora, “no vamos a conseguir los cambios necesarios para mejorar radicalmente la salud cardiovascular de los Estados Unidos”.

La buena noticia es que “tener un estilo de vida de bajo riesgo (no fumar, hacer ejercicio de forma regular, tener una buena dieta y un peso saludable)” podría eliminar la mayoría de factores de riesgo de sufrir muerte súbita cardiaca. Hace ya mucho que deberíamos haber iniciado programas más rigurosos de prevención de cardiopatías en colegios, hogares y lugares de trabajo. ¿Y si empezamos por los hospitales?

Muchos de los hospitales encuestados tienen restaurantes de comida rápida, empezando con Krispy Kreme. Es una estrategia de marketing fantástica: las familias encuestadas en hospitales donde había un McDonald’s tenían el doble de posibilidades de pensar que este es un restaurante sano. Al fin y al cabo, está en el hospital. ¿Y qué hay de la comida de la propia cafetería del hospital? ¿Es acaso mejor? Se analizaron 384 platos principales en 14 hospitales pediátricos de California y solo el 7 % se clasificó como saludable. Y por si algún despistado elige la opción sana, el 81 % de los comedores de estos hospitales se aseguran de tener compras impulsivas en la caja, como helado, galletas y dulces. El 38 % tenía carteles que animaban explícitamente a comer de forma poco sana. ¿Por qué lo hacen?

Si preguntas a los encargados de la cafetería por qué no siguen los estándares nutricionales o por qué la nutrición no es su prioridad, la respuesta es la misma que en cualquier lugar donde se vende comida chatarra: la presión por generar beneficios. “Cada vez importa más que el departamento de comida del hospital sea un centro de ganancias”, cada vez más lucrativo. Es toda una metáfora de nuestro sistema de salud, en el que los tratamientos saludables que atajan la causa del problema son eclipsados por pastillas y procedimientos que generan más dinero.

Bueno, ¿qué te esperas del sector privado? Lo cierto es que los hospitales públicos no son mucho mejores. Un análisis de 2019 descubrió que “en todos los hospitales de veteranos hay máquinas expendedoras con refrescos, dulces y comida basura, en contra de las pautas del gobierno para la elección de alimentos saludables. Así, irónicamente, “las visitas al hospital podrían, en teoría, promover una peor salud”. ¿Por qué hay máquinas con refrescos o dulces en estos hospitales? “¿Cambiamos la salud de nuestros veteranos por dinero?

Puede que sea hora de prohibir la comida basura en los hospitales. “Es sorprendente ver cada día a los pacientes atiborrarse de [papas fritas, dulces y refrescos]; los mismos alimentos que pudieron haber contribuido a su ingreso hospitalario”. Es obsceno ver a las franquicias de comida rápida legitimar “la aceptación y el consumo de estos alimentos a diario”. “La epidemia de obesidad es una crisis de salud pública, pero es un escándalo de salud pública que los hospitales legitimen la comida chatarra y se hayan convertido en un factor de riesgo para las enfermedades relacionadas con la alimentación”. Quizá “ya basta de vender enfermedades en los hospitales”. ¿Qué mensaje reciben los médicos residentes si se les da pizza y refrescos en las jornadas contra la obesidad? Necesitamos un sistema de salud con “más Hipócrates y menos hipocresía”.

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El video fue publicado originalmente el 9 de noviembre de 2020.

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