Los beneficios y efectos secundarios de la vacuna del zóster

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¿Cómo se compara la nueva vacuna contral el herpes zóster con la anterior?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Antonio Galán voluntario activo en NutritionFacts.org.

La vacunación de adultos es una piedra angular del envejecimiento exitoso, pero la absorción de la vacuna contra el herpes zóster se ve obstaculizada por la falta de conciencia de la enfermedad. El herpes zóster lo causa una reactivación del virus de la varicela en edad adulta. Cuando tu cuerpo vence a la varicela, el virus se esconde en tu médula espinal y espera la oportunidad de contraatacar. Cuando lo hace, el virus puede dar el paso y viajar a lo largo de un nervio que se ramifica desde la médula espinal y envuelve un lado del cuerpo hacia adelante, produciendo ampollas en la piel que siguen un camino característico similar a un cinturón que no llega a cerrarse. La palabra zóster proviene del griego para “cinturón”. También se conoce como “culebrilla”.

La erupción con ampollas puede ser muy dolorosa y dejar cicatrices o decoloración, pero suele desaparecer en unas pocas semanas por sí sola. Sin embargo, del 30 al 50 % de las personas sufren “neuralgia postherpética”, un dolor persistente que puede durar un año o más y que puede ser debilitante. Por lo general, afecta los nervios alrededor del tronco, pero en un 10-25 % de los casos puede surgir en la cara, lo que puede provocar debilidad muscular facial permanente, pérdida de audición o ceguera. Si eso no fuera lo suficientemente malo, tener herpes zóster quintuplica las probabilidades de sufrir un derrame cerebral en las semanas sucesivas, un riesgo que disminuye gradualmente en los siguientes seis a doce meses.

Es sorprendente que esto no sea tan conocido, ya que el riesgo del herpes zóster a lo largo de la vida es del 30 %. Es decir, casi una de cada tres personas lo sufrirá en algún momento de sus vidas. Los adultos jóvenes solo tienen una probabilidad de 1/1000 de contraerla cada año, mientras que en los adultos mayores se acerca a 1/100 cada año. Equivale a un millón de casos de herpes zóster anuales en EE. UU. Afortunadamente, existe una vacuna contra el herpes zóster.

La primera estuvo disponible en 2006 y utiliza una cepa viva debilitada del virus. La eficacia fue de solo alrededor del 50 % y no se pudo utilizar en personas inmunocomprometidas, como las que tenían VIH o las que tomaban medicamentos inmunosupresores, como muchas que recibían quimioterapia. Por suerte, en 2017 se aprobó una vacuna recombinante contra el herpes zóster con una eficacia del 90 al 97 % para prevenir un brote. Requiere dos inyecciones separadas de 2 a 6 meses y es costosa ($280 dólares), pero la cubre Medicare en los Estados Unidos  y la mayoría de planes de seguro privados. También puede causar síntomas sistémicos transitorios, como dolores musculares, fatiga, dolores de cabeza o fiebre y escalofríos lo suficientemente graves como para interferir con las actividades cotidianas aproximadamente el 10 % de las veces, pero la nueva vacuna se considera tan efectiva que se recomienda a todas las personas a partir de los 50 años, incluso las vacunadas previamente con la anterior. Dado que la nueva vacuna tiene solo unos cinco años, todavía están llegando datos de seguridad y eficacia a largo plazo, pero de momento están bien. En cuanto cumplí 50 años, me puse la mía.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

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La vacunación de adultos es una piedra angular del envejecimiento exitoso, pero la absorción de la vacuna contra el herpes zóster se ve obstaculizada por la falta de conciencia de la enfermedad. El herpes zóster lo causa una reactivación del virus de la varicela en edad adulta. Cuando tu cuerpo vence a la varicela, el virus se esconde en tu médula espinal y espera la oportunidad de contraatacar. Cuando lo hace, el virus puede dar el paso y viajar a lo largo de un nervio que se ramifica desde la médula espinal y envuelve un lado del cuerpo hacia adelante, produciendo ampollas en la piel que siguen un camino característico similar a un cinturón que no llega a cerrarse. La palabra zóster proviene del griego para “cinturón”. También se conoce como “culebrilla”.

La erupción con ampollas puede ser muy dolorosa y dejar cicatrices o decoloración, pero suele desaparecer en unas pocas semanas por sí sola. Sin embargo, del 30 al 50 % de las personas sufren “neuralgia postherpética”, un dolor persistente que puede durar un año o más y que puede ser debilitante. Por lo general, afecta los nervios alrededor del tronco, pero en un 10-25 % de los casos puede surgir en la cara, lo que puede provocar debilidad muscular facial permanente, pérdida de audición o ceguera. Si eso no fuera lo suficientemente malo, tener herpes zóster quintuplica las probabilidades de sufrir un derrame cerebral en las semanas sucesivas, un riesgo que disminuye gradualmente en los siguientes seis a doce meses.

Es sorprendente que esto no sea tan conocido, ya que el riesgo del herpes zóster a lo largo de la vida es del 30 %. Es decir, casi una de cada tres personas lo sufrirá en algún momento de sus vidas. Los adultos jóvenes solo tienen una probabilidad de 1/1000 de contraerla cada año, mientras que en los adultos mayores se acerca a 1/100 cada año. Equivale a un millón de casos de herpes zóster anuales en EE. UU. Afortunadamente, existe una vacuna contra el herpes zóster.

La primera estuvo disponible en 2006 y utiliza una cepa viva debilitada del virus. La eficacia fue de solo alrededor del 50 % y no se pudo utilizar en personas inmunocomprometidas, como las que tenían VIH o las que tomaban medicamentos inmunosupresores, como muchas que recibían quimioterapia. Por suerte, en 2017 se aprobó una vacuna recombinante contra el herpes zóster con una eficacia del 90 al 97 % para prevenir un brote. Requiere dos inyecciones separadas de 2 a 6 meses y es costosa ($280 dólares), pero la cubre Medicare en los Estados Unidos  y la mayoría de planes de seguro privados. También puede causar síntomas sistémicos transitorios, como dolores musculares, fatiga, dolores de cabeza o fiebre y escalofríos lo suficientemente graves como para interferir con las actividades cotidianas aproximadamente el 10 % de las veces, pero la nueva vacuna se considera tan efectiva que se recomienda a todas las personas a partir de los 50 años, incluso las vacunadas previamente con la anterior. Dado que la nueva vacuna tiene solo unos cinco años, todavía están llegando datos de seguridad y eficacia a largo plazo, pero de momento están bien. En cuanto cumplí 50 años, me puse la mía.

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Gráficos de Avo Media

Nota del Doctor

Este es mi último video sobre vacunas. Asegúrate de ver los otros dos sobre las vacunas de la gripe y la neumonía.

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