Los beneficios y efectos secundarios de la vacuna para la neumonía

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Los ensayos aleatorizados demuestran que las vacunas de la neumonía reducen significativamente el riesgo de neumonía neumocócica en personas arriba de 65 años.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Daniela Quiroz voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Las vacunas se consideran uno de los avances más grandes en salud pública del último siglo, gracias a la erradicación de la viruela, una epidemia que mató a cientos de millones de personas, y a la reducción de otras enfermedades importantes, como el sarampión y el polio. Actualmente, se estima que las vacunas salvan millones de vidas al año.

Más del 90 por ciento de los niños en los Estados Unidos reciben las vacunas más comunes, como la del polio, sarampión, paperas y rubéola. No obstante, casi ningún adulto completa totalmente su programa de vacunación. Suponiendo que recibiste todas tus vacunas de la infancia (y aparte de cualquier necesidad emergente relacionada con la pandemia), los CDC recomiendan que todos los adultos sanos reciban vacunas contra la gripe anualmente, refuerzos de tétanos cada diez años (aunque la OMS no considera que esto sea necesario), vacuna contra la culebrilla a los 50 años y vacuna contra la neumonía a los 65 años. Algunos necesitan otras vacunas, como la serie de hepatitis B para trabajadores de la salud u hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Consulta a tu profesional médico para obtener un calendario personalizado.

¿Qué tan seguras son las vacunas? En una revisión sistemática y metanálisis, la Corporación RAND revisó más de 50 000 citas y concluyó que la vacunación rutinaria puede ser segura, con solo pocos efectos adversos graves, tales como reacciones alérgicas severas entre 1 a 10 por millón y síndromes autoinmunes transitorios de Guillain-Barré y púrpura trombocitopénica inmune en 1 a 3 por millón y 10 a 30 por millón para las vacunas contra la gripe y la triple viral, respectivamente. Por supuesto que se debe sopesar todo efecto adverso con los efectos protectores que las vacunas brindan. En mi último video hablé sobre la eficiencia de la vacuna contra la gripe. ¿Qué tal la vacuna contra la neumonía?

Sir William Osler, padre de la medicina moderna, escribió hace más de un siglo, en 1898, que “la neumonía puede ser llamada amiga de los ancianos”. Al ser afectado por una enfermedad aguda, corta y a menudo no dolorosa, el anciano escapa de esa “fría decadencia progresiva” que tanto le angustia a él y a sus amigos. Es decir, la neumonía mataba piadosamente a quienes de todas formas morirían pronto por alguna enfermedad más larga y dolorosa. Hoy en día, los adultos mayores, sanos, hospitalizados con neumonía, no son más propensos a morir en los dos años siguientes en comparación a los adultos más jóvenes con la misma enfermedad. Sin embargo, a causa de las comorbilidades en la vejez, la neumonía es la cuarta causa de muerte en el mundo y la novena en los Estados Unidos.

La causa más común de neumonía adquirida en la comunidad (a diferencia de la adquirida en el hospital) es una bacteria conocida como neumococo (o Streptococcus pneumoniae). Además de la neumonía, puede causar infecciones al oído interno, sinusitis o conjuntivitis. Se agrava al comenzar a invadir el torrente sanguíneo, lo que puede causar meningitis (infección del cerebro), endocarditis (infección de las válvulas cardíacas) o septicemia (disfunción orgánica potencialmente fatal causada por envenenamiento de la sangre).

Afortunadamente, existen vacunas contra el neumococo. La primera se desarrolló hace más de un siglo, pero perdió popularidad con el descubrimiento de la penicilina, ya que se creía que los antibióticos eliminarían la amenaza. Desafortunadamente, hoy en día hasta un 40 por ciento de este tipo de infecciones son resistentes a al menos un antibiótico y, a pesar de nuestros medicamentos milagrosos, la tasa de mortalidad por neumococo invasivo en los ancianos se mantiene entre el 15 y 30 por ciento. Sin embargo, se ha descubierto mediante ensayos controlados aleatorios que las vacunas contra el neumococo reducen en un 64 por ciento el riesgo de que las personas sobre 65 años contraigan neumonía y, más importante aún, reducen el riesgo de una enfermedad neumocócica invasiva en un 73 por ciento. Así como la vacuna contra la gripe, los estudios de población han demostrado que las vacunas contra la neumonía pueden reducir el riesgo de ataques cardíacos y el riesgo de muerte en general. Pero, a diferencia de la vacuna contra la gripe, no existen ensayos controlados aleatorios que lo confirmen.

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Las vacunas se consideran uno de los avances más grandes en salud pública del último siglo, gracias a la erradicación de la viruela, una epidemia que mató a cientos de millones de personas, y a la reducción de otras enfermedades importantes, como el sarampión y el polio. Actualmente, se estima que las vacunas salvan millones de vidas al año.

Más del 90 por ciento de los niños en los Estados Unidos reciben las vacunas más comunes, como la del polio, sarampión, paperas y rubéola. No obstante, casi ningún adulto completa totalmente su programa de vacunación. Suponiendo que recibiste todas tus vacunas de la infancia (y aparte de cualquier necesidad emergente relacionada con la pandemia), los CDC recomiendan que todos los adultos sanos reciban vacunas contra la gripe anualmente, refuerzos de tétanos cada diez años (aunque la OMS no considera que esto sea necesario), vacuna contra la culebrilla a los 50 años y vacuna contra la neumonía a los 65 años. Algunos necesitan otras vacunas, como la serie de hepatitis B para trabajadores de la salud u hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Consulta a tu profesional médico para obtener un calendario personalizado.

¿Qué tan seguras son las vacunas? En una revisión sistemática y metanálisis, la Corporación RAND revisó más de 50 000 citas y concluyó que la vacunación rutinaria puede ser segura, con solo pocos efectos adversos graves, tales como reacciones alérgicas severas entre 1 a 10 por millón y síndromes autoinmunes transitorios de Guillain-Barré y púrpura trombocitopénica inmune en 1 a 3 por millón y 10 a 30 por millón para las vacunas contra la gripe y la triple viral, respectivamente. Por supuesto que se debe sopesar todo efecto adverso con los efectos protectores que las vacunas brindan. En mi último video hablé sobre la eficiencia de la vacuna contra la gripe. ¿Qué tal la vacuna contra la neumonía?

Sir William Osler, padre de la medicina moderna, escribió hace más de un siglo, en 1898, que “la neumonía puede ser llamada amiga de los ancianos”. Al ser afectado por una enfermedad aguda, corta y a menudo no dolorosa, el anciano escapa de esa “fría decadencia progresiva” que tanto le angustia a él y a sus amigos. Es decir, la neumonía mataba piadosamente a quienes de todas formas morirían pronto por alguna enfermedad más larga y dolorosa. Hoy en día, los adultos mayores, sanos, hospitalizados con neumonía, no son más propensos a morir en los dos años siguientes en comparación a los adultos más jóvenes con la misma enfermedad. Sin embargo, a causa de las comorbilidades en la vejez, la neumonía es la cuarta causa de muerte en el mundo y la novena en los Estados Unidos.

La causa más común de neumonía adquirida en la comunidad (a diferencia de la adquirida en el hospital) es una bacteria conocida como neumococo (o Streptococcus pneumoniae). Además de la neumonía, puede causar infecciones al oído interno, sinusitis o conjuntivitis. Se agrava al comenzar a invadir el torrente sanguíneo, lo que puede causar meningitis (infección del cerebro), endocarditis (infección de las válvulas cardíacas) o septicemia (disfunción orgánica potencialmente fatal causada por envenenamiento de la sangre).

Afortunadamente, existen vacunas contra el neumococo. La primera se desarrolló hace más de un siglo, pero perdió popularidad con el descubrimiento de la penicilina, ya que se creía que los antibióticos eliminarían la amenaza. Desafortunadamente, hoy en día hasta un 40 por ciento de este tipo de infecciones son resistentes a al menos un antibiótico y, a pesar de nuestros medicamentos milagrosos, la tasa de mortalidad por neumococo invasivo en los ancianos se mantiene entre el 15 y 30 por ciento. Sin embargo, se ha descubierto mediante ensayos controlados aleatorios que las vacunas contra el neumococo reducen en un 64 por ciento el riesgo de que las personas sobre 65 años contraigan neumonía y, más importante aún, reducen el riesgo de una enfermedad neumocócica invasiva en un 73 por ciento. Así como la vacuna contra la gripe, los estudios de población han demostrado que las vacunas contra la neumonía pueden reducir el riesgo de ataques cardíacos y el riesgo de muerte en general. Pero, a diferencia de la vacuna contra la gripe, no existen ensayos controlados aleatorios que lo confirmen.

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Nota del Doctor

Aquí tienes mi video anterior por si te los perdiste Los beneficios y efectos secundarios de la vacuna de la gripe a continuación Los beneficios y efectos secundarios de la vacuna del zóster.

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