¿Qué deberíamos beber?

La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María Clara Bori.

Te traigo una revisión de los estudios realizados sobre los efectos del té, el café, la leche, el vino y los refrescos en la salud.

Si me sigues y ves mis videos o lees mis libros, ya me habrás escuchado decir la frase “el balance de la mejor evidencia disponible”. ¿Qué quiero decir con esto? Cuando tomamos decisiones de vida o muerte, como qué comer o qué alimentos darle a nuestra familia, lo que diga un único estudio no importa tanto como lo que dice la totalidad de la literatura científica evaluada por pares.

Tomando un ensayo aislado, uno puede escribir artículos con títulos como “Un estudio no descubrió asociaciones entre el tabaquismo pasivo y el cáncer”. Sin embargo, para realmente saber si hay una asociación entre el tabaquismo pasivo y el cáncer de pulmón sería mejor leer una revisión o un metanálisis que reúna varios ensayos. El problema surge cuando algunas revisiones dicen una cosa (por ejemplo, que “respirar el humo del cigarrillo de otras personas es causante de cáncer) y otras dicen algo distinto (por ejemplo, que los efectos del tabaquismo pasivo son insignificantes y que decir lo contrario podría “alimentar un miedo irracional en las personas”). Ya que estamos en el tema, te cuento que puedes darte el gusto de “fumarte cuatro o cinco cigarrillos al día” sin tener que preocuparte por ello, así que ¿qué esperas? ¡Enciéndete uno!

¿Por qué los artículos de revisión sobre los efectos del tabaquismo pasivo llegan a conclusiones tan distintas? Como podrás imaginar, alrededor del 90 por ciento de las revisiones escritas por investigadores afiliados a la industria tabaquera concluyeron que no es dañino mientras que, en el caso de las revisiones independientes, nos indican los números opuestos, como puedes ver a continuación y en el minuto 1:18 de mi video ¿Cuáles son las mejores bebidas? Las revisiones escritas por investigadores afiliados a la industria tabaquera son 88 veces más propensas a concluir que el tabaquismo pasivo es inofensivo. Todo era parte de “una estrategia deliberada para usar a los consultores científicos para deslegitimar la ciencia…”. En otras palabras, “[e]l antídoto estratégico a largo plazo a la cuestión del tabaquismo pasivo… es desarrollar y publicitar exhaustivamente la evidencia médica inequívoca y creíble de que el tabaquismo pasivo no es dañino para la salud de las personas no fumadoras”.

¿No podemos quedarnos con las revisiones independientes y ya? El problema es que los investigadores financiados por la industria conocen las mil y una formas para engañarnos y evitar declarar sus conflictos de interés, así que seguirle la pista al dinero puede ser complejo. Por ejemplo, se descubrió que “el 77% no declaró las fuentes de financiamiento” de su investigación. Aunque no sepamos quién financió qué, aún así la mayoría de las revisiones concluyó que el tabaquismo pasivo es perjudicial. Entonces, así como un único estudio puede no resultar tan útil como analizar una compilación de ensayos sobre un tema, una única revisión puede no ser tan útil como una compilación de revisiones. En ese caso, analizar una revisión de revisiones puede ayudarnos a entender mejor dónde está el balance de la mejor evidencia disponible. Si hablamos de tabaquismo pasivo, lo mejor es no inhalar humo, como puedes ver a continuación y en el minuto 2:30 de mi video.

¿No sería genial si existieran revisiones de revisiones sobre distintos alimentos y bebidas? ¡Voilà! Aquí es cuando entra “Asociaciones entre grupos de alimentos y bebidas y las enfermedades crónicas relacionadas a la dieta más importantes: una revisión exhaustiva de metanálisis/análisis combinados y revisiones sitemáticas”. Empecemos con las bebidas. Como puedes ver a continuación y en el minuto 2:51 de mi video, se clasificó a los hallazgos en tres categorías: protectores, neutrales y nocivos.

Primera ronda: el té contra el café. Como puedes ver a continuación y en el minuto 2:58, casi todas las revisiones hallaron que ambas bebidas son protectoras en todos los contextos de estudio, pero puedes comprender que esto apoya mi recomendación de preferir el té antes que el café. Cada vez que tomamos una taza de café, nos perdemos la oportunidad de tomar una taza de té verde, que es mucho más saludable.

No resulta sorprendente que los refrescos se hundan hasta el fondo de la lista, como puedes ver a continuación y en el minuto 3:20 de mi video, pero ¿y esto? El 14% de las revisiones indicaron que tiene efectos protectores. ¡¿Qué?! Pues bien, la mayoría eran referencias a ensayos como “El alto consumo de azúcares añadidas en niños y adolescentes noruegos”, un ensayo transversal que concluyó que las niñas de octavo curso que tomaban más refrescos eran más delgadas que las que tomaban menos. Muy bien, pero eso es solo un dato aislado. ¿Qué opción crees que es más probable? ¿Que las niñas eran más rollizas porque tomaban menos refrescos, o que tomaban menos refrescos endulzados porque eran más rollizas? Evitar los refrescos podría ser una consecuencia, y no una causa, de la obesidad; sin embargo, se lo hace pasar por una asociación protectora.

Las fallas a la hora de diseñar un ensayo también explican las estadísticas sobre el vino, como puedes ver a continuación y en el minuto 4:07 de mi video. Se publicó esta revisión de revisiones en el 2014, antes de la revolución en nuestro conocimiento sobre los “beneficios del vino en la salud, que se evaporaron”, donde se sugirió que “los presuntos efectos benéficos en la salud gracias al consumo ‘moderado’ de alcohol [podrían haberse] finalmente colapsado”, gracias en parte al error sistemático de clasificar erróneamente a los exbebedores como abstinentes de toda la vida, como compartí en una serie de videos donde me sumergí de lleno en este tema.

A veces hay asociaciones inexplicables. Por ejemplo, uno de los ensayos sobre los refrescos halló que un consumo elevado de refrescos estaba asociado a un menor riesgo de ciertos tipos de cáncer de esófago. Ni me digan, ¿quién financió el ensayo? ¿Coca Cola? Así es. ¿Acaso esto no explica también los resultados positivos de los ensayos sobre la leche, como puedes ver a continuación y en el minuto 5:02 de mi video? ¿Los financió todos el Consejo Nacional de Lácteos?

De hecho, como muestro a continuación y en el minuto 5:06, se detectaron incluso más conflictos de interés en los ensayos sobre la leche que en los de refrescos, siendo los ensayos sobre esta bebida financiados por la industria “alrededor de cuatro a ocho veces más propensos a resultar favorables a los intereses financieros de los patrocinadores [de los ensayos] que los artículos que no contaban con financiamiento de la industria”.

Dejando de lado los sesgos asociados al financiamiento, podrían existir razones legítimas para los efectos protectores relacionados al consumo de leche. Después de todo, aquellas personas que beben más leche podrían beber menos refrescos, que son aún peores, y esto los pondría a la delantera. Podrían ser más que simples beneficios relativos. El vínculo entre los refrescos y el cáncer parece un poco frágil, y no solo por los vínculos financieros del ensayo con The Coca-Cola Company. Es difícil imaginar un mecanismo biológico plausible, mientras que algo tan universalmente repudiado como lo es el tabaco no es universalmente dañino. Investigué sobre esto en el pasado, y descubrí que más de 50 ensayos hallaron una y otra vez asociaciones protectoras entre la nicotina y la enfermedad de Parkinson. Incluso el tabaquismo pasivo podría resultar protector. Aún así deberías evitarlo, claro está. El tabaquismo pasivo podría disminuir el riesgo de padecer enfermedad de Parkinson, pero aumenta el riesgo de sufrir una apoplejía, una enfermedad cerebral aún peor. Y eso sin mencionar el cáncer de pulmón y las enfermedades cardíacas, que han matado a millones de estadounidenses desde que se publicó el primer informe del Cirujano General, como puedes ver a continuación y en el minuto 6:20 de mi video.

Por suerte, si consumimos ciertos vegetales, podríamos obtener algunos de los beneficios sin ningún riesgo, y lo mismo podría decirse de los lácteos. Ya lo he dicho antes: el consumo de leche está asociado a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de próstata, por lo que se recomienda a los hombres reducir o limitar su consumo, pero el consumo de leche también se ha asociado a un menor riesgo de cáncer colorrectal. Esto parece ser efecto del calcio en la leche. Afortunadamente, podríamos sacar la mayor ventaja de la situación ingiriendo alimentos vegetales altos en calcio, como las verduras de hojas verdes y los frijoles.

¿Cuál es la conclusión de esta revisión de revisiones sobre estos alimentos vegetales, en comparación con otros alimentos de origen animal? Lo descubriremos a continuación.

Estos son los tres videos que menciono:

No te pierdas las publicaciones relacionadas a continuación para saber más sobre los refrescos.

¿Qué pasa con el alcohol? Puedes ver el video Friday Favorites: ¿Puede causar cáncer el alcohol? para enterarte.

Key Takeaways

    • La frase “el balance de la mejor evidencia disponible” refuerza la necesidad de analizar la totalidad de la literatura científica evaluada por pares, en particular cuando se trata de decisiones críticas como la dieta, en el que los ensayos aislados podrían ofrecernos información equívoca.
    • Algunos ensayos sobre los efectos del tabaquismo pasivo en la salud tienen grandes sesgos, por ejemplo, ensayos financiados por la industria tabaquera que restan importancia al daño que esto genera. Las revisiones independientes, por el contrario, reconocen con mayor frecuencia los efectos perjudiciales, y nos muestran la importancia de buscar activamente los conflictos de interés en las investigaciones científicas.
    • La introducción del ensayo “Asociaciones entre grupos de alimentos y bebidas y las enfermedades crónicas relacionadas a la dieta más importantes” ofrece un enfoque integral a la hora de evaluar el efecto de distintos alimentos y bebidas en la salud. Clasificar los hallazgos en las categorías de protector, neutral o nocivo nos permite comprender sus efectos en detalle.
    • La mayoría de las revisiones indican la existencia de efectos protectores tanto en el té como en el café en relación a varios trastornos de salud. Las recomendaciones se inclinan más hacia el té que el café y fomentan el consumo de la opción potencialmente más saludable, según la evidencia adicional.
    • El debate subraya los potenciales sesgos presentes en los estudios que evalúan los efectos de los refrescos, el alcohol y la leche en la salud, entre ellos los conflictos de interés y errores de diseño de los ensayos. A pesar de que se reconoce el sesgo a raíz del financiamiento, se resalta la necesidad de evaluar críticamente los hallazgos de las investigaciones, en particular cuando la industria las ha financiado, para asegurarnos una interpretación objetiva.

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