Incluso si el alcohol causa cáncer y no existiese una “paradoja francesa”, ¿qué pasa con la famosa curva en forma de J, donde beber en exceso es malo pero los que beben poco parecen tener una mortalidad más baja que los abstemios?
¿Es mejor beber un poco de alcohol que no beberlo?
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción de este contenido ha sido realizada por Carmen Otero, voluntaria activa en NutritionFacts.org.
“¿Por qué no vemos los intereses corporativos de la industria del alcohol con tanta claridad como vemos los de la industria del tabaco?”. La industria del alcohol ha “emprendido una sofisticada y exitosa campaña durante las tres últimas décadas… socavando las percepciones sobre el alcance de los daños en la salud relacionados con el alcohol al promover la idea de un equilibrio entre daños y beneficios”. Como explico en mi video, el alcohol puede ser un “carcinógeno intoxicante” que aumenta el riesgo de padecer cáncer, pero ¿y el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca? “Los responsables dudan sobre introducir políticas efectivas sobre el alcohol o incluso apoyar el etiquetado de advertencia en los envases de alcohol por temor a que puedan menoscabar o contradecir posibles beneficios para la salud del consumo de alcohol”.
Después de todo, el consumo de alcohol aumenta el colesterol de las HDL, el supuesto colesterol “bueno”, pero, lamentablemente, ya no se considera que el HDL sea beneficioso. Esto, en parte, se basa en los denominados estudios de aleatorización mendeliano, en los que “no se asocia tener el HDL alto con riesgo de infarto de miocardio”, mientras que una reducción de por vida del colesterol malo LDL, gracias a la predisposición genética “cuestión de suerte”, disminuye el riesgo de enfermedad cardíaca.
Por lo tanto, es posible que el aumento de HDL debido al alcohol no sea de importancia. Como puedes ver en minuto 1:26 en mi video, cuando se observa los marcadores de aterosclerosis como el engrosamiento de la pared de las arterias carótidas en el cuello, aquellos que se abstienen completamente de beber alcohol parecen tener el menor riesgo. Lo mismo ocurre con las puntuaciones de calcio coronario: cuanto menor es el consumo de alcohol, menor es el riesgo. El alcohol también hace que aumente un poco nuestra presión arterial, por lo que se espera que aumente, no que disminuya, el riesgo cardíaco. Entonces, ¿de dónde sacamos esta idea de que el alcohol es beneficioso? Viene de la famosa curva J, puedes verlo en el minuto 1:52 de mi video.
Si realizas un seguimiento a grandes poblaciones de personas durante un tiempo, en términos genéricos cuantas más personas beban, mayor será su riesgo de morir prematuramente. Sin embargo el riesgo más bajo, es decir, los que viven más tiempo, no son los abstemios ni las personas que no beben nada, sino los que beben con moderación, como una bebida al día.
Por eso algunas personas afirman que “los médicos deberían aconsejar a los que nunca beben que se relajen y beban algo de alcohol al día, preferiblemente con la cena”. Claro, hay medicamentos con estatinas, pero “las bebidas alcohólicas no requieren receta médica, son mucho más baratas y bastante más placenteras”.
¿El consumo moderado de alcohol es realmente beneficioso, o existe algún peligro para las personas abstemias que haga que tengan un mayor riesgo? La razón por la que sospechamos que esto es algo raro es que los abstemios parecen tener un mayor riesgo de padecer una amplia variedad de enfermedades, incluida, irónicamente, la cirrosis hepática. Como puedes ver en el minuto 2:42 de mi video, en comparación con los que siempre han sido abstemios, aquellos que nunca han probado el alcohol, los hombres y mujeres que beben un poco parecen tener menos cirrosis hepática. ¿Cómo es posible que beber un poco se relacione con tasas más bajas de cirrosis hepática? Parémonos a pensarlo. ¿Qué tiene más sentido? ¿Beber conduce a padecer menos cirrosis hepática, o la cirrosis hepática conduce a beber menos? En otras palabras, causalidad inversa, el llamado efecto del enfermo abandonado.
Si observas los estudios de fumadores, a veces se ven tasas de mortalidad más altas entre los que dejan de fumar en comparación con los que continúan fumando. ¿Por qué? Porque la razón por la que dejaron de fumar es porque enfermaron y, como es obvio, las personas enfermas mueren con más frecuencia que las personas que no lo están. Por eso es por lo que los investigadores deben tener cuidado cuando usan el término “no fumador” en un estudio. Cuando un sujeto es clasificado como no fumador, tenemos que asegurarnos de que “no haya fumado en toda su vida”, y no que no sea fumador desde el martes pasado. Sin embargo, aunque cueste creerlo, no es lo que se hace en la mayoría de los estudios sobre el alcohol. En cambio, los investigadores clasifican erróneamente a los ex bebedores como si hubiesen sido abstemios de por vida. “Las personas con peor salud tienen más probabilidades de reducir o dejar de beber por completo”, lo que hace que los bebedores actuales “estén bien” en comparación con los que no beben alcohol, ya que algunos de los “abstemios” se abstienen de beber solamente porque cayeron enfermos.
¿Qué pasaría si volviéramos a todos esos estudios, corrigiéramos las clasificaciones erróneas y separáramos a los ex bebedores de los que siempre han sido abstemios?
Los investigadores descubrieron que “las clasificaciones erróneas de los bebedores era algo muy común”, invalidando tres cuartas partes de los estudios. Cuando tuvieron eso en cuenta, la curva en forma de J desapareció. La relación muerte vs alcohol se volvió más consistente con una “respuesta lineal a la dosis”, lo que significa más alcohol, más muerte y ningún beneficio en niveles bajos de consumo.
De hecho, no hay ningún beneficio aparente en beber poco o con moderación cuando se utilizan mejores grupos de comparación. “Aunque estos resultados no son lo que la mayoría de adultos que beben quieran creer, el público merece escuchar y leer de forma más detallada, completa y equilibrada una evidencia cada vez mayor: es muy poco probable que beber alcohol mejore tu salud, es más probable que surta el efecto contrario”.
Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.
Créditos de la imagen: Joel Herzog vía Unsplash. La imagen ha sido modificada.
Gráficos de Avocado Video.
A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción de este contenido ha sido realizada por Carmen Otero, voluntaria activa en NutritionFacts.org.
“¿Por qué no vemos los intereses corporativos de la industria del alcohol con tanta claridad como vemos los de la industria del tabaco?”. La industria del alcohol ha “emprendido una sofisticada y exitosa campaña durante las tres últimas décadas… socavando las percepciones sobre el alcance de los daños en la salud relacionados con el alcohol al promover la idea de un equilibrio entre daños y beneficios”. Como explico en mi video, el alcohol puede ser un “carcinógeno intoxicante” que aumenta el riesgo de padecer cáncer, pero ¿y el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca? “Los responsables dudan sobre introducir políticas efectivas sobre el alcohol o incluso apoyar el etiquetado de advertencia en los envases de alcohol por temor a que puedan menoscabar o contradecir posibles beneficios para la salud del consumo de alcohol”.
Después de todo, el consumo de alcohol aumenta el colesterol de las HDL, el supuesto colesterol “bueno”, pero, lamentablemente, ya no se considera que el HDL sea beneficioso. Esto, en parte, se basa en los denominados estudios de aleatorización mendeliano, en los que “no se asocia tener el HDL alto con riesgo de infarto de miocardio”, mientras que una reducción de por vida del colesterol malo LDL, gracias a la predisposición genética “cuestión de suerte”, disminuye el riesgo de enfermedad cardíaca.
Por lo tanto, es posible que el aumento de HDL debido al alcohol no sea de importancia. Como puedes ver en minuto 1:26 en mi video, cuando se observa los marcadores de aterosclerosis como el engrosamiento de la pared de las arterias carótidas en el cuello, aquellos que se abstienen completamente de beber alcohol parecen tener el menor riesgo. Lo mismo ocurre con las puntuaciones de calcio coronario: cuanto menor es el consumo de alcohol, menor es el riesgo. El alcohol también hace que aumente un poco nuestra presión arterial, por lo que se espera que aumente, no que disminuya, el riesgo cardíaco. Entonces, ¿de dónde sacamos esta idea de que el alcohol es beneficioso? Viene de la famosa curva J, puedes verlo en el minuto 1:52 de mi video.
Si realizas un seguimiento a grandes poblaciones de personas durante un tiempo, en términos genéricos cuantas más personas beban, mayor será su riesgo de morir prematuramente. Sin embargo el riesgo más bajo, es decir, los que viven más tiempo, no son los abstemios ni las personas que no beben nada, sino los que beben con moderación, como una bebida al día.
Por eso algunas personas afirman que “los médicos deberían aconsejar a los que nunca beben que se relajen y beban algo de alcohol al día, preferiblemente con la cena”. Claro, hay medicamentos con estatinas, pero “las bebidas alcohólicas no requieren receta médica, son mucho más baratas y bastante más placenteras”.
¿El consumo moderado de alcohol es realmente beneficioso, o existe algún peligro para las personas abstemias que haga que tengan un mayor riesgo? La razón por la que sospechamos que esto es algo raro es que los abstemios parecen tener un mayor riesgo de padecer una amplia variedad de enfermedades, incluida, irónicamente, la cirrosis hepática. Como puedes ver en el minuto 2:42 de mi video, en comparación con los que siempre han sido abstemios, aquellos que nunca han probado el alcohol, los hombres y mujeres que beben un poco parecen tener menos cirrosis hepática. ¿Cómo es posible que beber un poco se relacione con tasas más bajas de cirrosis hepática? Parémonos a pensarlo. ¿Qué tiene más sentido? ¿Beber conduce a padecer menos cirrosis hepática, o la cirrosis hepática conduce a beber menos? En otras palabras, causalidad inversa, el llamado efecto del enfermo abandonado.
Si observas los estudios de fumadores, a veces se ven tasas de mortalidad más altas entre los que dejan de fumar en comparación con los que continúan fumando. ¿Por qué? Porque la razón por la que dejaron de fumar es porque enfermaron y, como es obvio, las personas enfermas mueren con más frecuencia que las personas que no lo están. Por eso es por lo que los investigadores deben tener cuidado cuando usan el término “no fumador” en un estudio. Cuando un sujeto es clasificado como no fumador, tenemos que asegurarnos de que “no haya fumado en toda su vida”, y no que no sea fumador desde el martes pasado. Sin embargo, aunque cueste creerlo, no es lo que se hace en la mayoría de los estudios sobre el alcohol. En cambio, los investigadores clasifican erróneamente a los ex bebedores como si hubiesen sido abstemios de por vida. “Las personas con peor salud tienen más probabilidades de reducir o dejar de beber por completo”, lo que hace que los bebedores actuales “estén bien” en comparación con los que no beben alcohol, ya que algunos de los “abstemios” se abstienen de beber solamente porque cayeron enfermos.
¿Qué pasaría si volviéramos a todos esos estudios, corrigiéramos las clasificaciones erróneas y separáramos a los ex bebedores de los que siempre han sido abstemios?
Los investigadores descubrieron que “las clasificaciones erróneas de los bebedores era algo muy común”, invalidando tres cuartas partes de los estudios. Cuando tuvieron eso en cuenta, la curva en forma de J desapareció. La relación muerte vs alcohol se volvió más consistente con una “respuesta lineal a la dosis”, lo que significa más alcohol, más muerte y ningún beneficio en niveles bajos de consumo.
De hecho, no hay ningún beneficio aparente en beber poco o con moderación cuando se utilizan mejores grupos de comparación. “Aunque estos resultados no son lo que la mayoría de adultos que beben quieran creer, el público merece escuchar y leer de forma más detallada, completa y equilibrada una evidencia cada vez mayor: es muy poco probable que beber alcohol mejore tu salud, es más probable que surta el efecto contrario”.
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Créditos de la imagen: Joel Herzog vía Unsplash. La imagen ha sido modificada.
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¿Es mejor beber un poco de alcohol que no beberlo?
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URLNota del Doctor
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