Subida de peso estacional en el otoño

La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María José.

El TAE no es solo un quebradero de cabeza con tu cuenta bancaria. Existe una afección conocida como trastorno afectivo estacional (TAE) que se caracteriza por el aumento del apetito y los antojos, así como por una mayor somnolencia y letargo, que comienza en otoño, cuando la exposición a la luz comienza a disminuir. Según parece ahora, esto representa el extremo de un espectro normal de un comportamiento humano. Parece que comemos más a medida que los días se acortan. Hay un “ritmo estacional marcado” en la ingesta de calorías, en el que se tiende a comidas de mayor tamaño, una ingesta más rápida, mayor sensación de hambre y un consumo general de calorías más elevado en otoño.

Como preparación para el invierno, algunos animales hibernan y duplican sus almacenes de grasa con la abundancia otoñal para hacer frente a la consiguiente escasez del invierno. Se han identificado genes en humanos que son similares a los de la hibernación, lo que puede ayudar a explicar por qué mostramos algunos de los mismos comportamientos y el efecto del otoño no es sutil. Como se puede ver en el punto temporal 01:06 de mi video ¿Por qué se gana peso en el otoño?, los investigadores calcularon una diferencia de 222 calorías consumidas más en otoño que en primavera. Esto no se debe solo a que hace más frío, ya que comemos más en otoño que en invierno. Parece que estamos genéticamente programados para prepararnos para las privaciones de un invierno que ya no se acerca.

Es extraordinario que en esta época de iluminación y calefacción modernas nuestros cuerpos seleccionen suficientes señales ambientales de los cambios de estación para que tengan una influencia tan importante en nuestros patrones de alimentación. Como era de esperar, la terapia con luz brillante se utiliza para tratar el trastorno afectivo estacional, y casi triplica la probabilidad de remisión si la comparamos con el placebo. Aunque nunca se ha probado directamente, no puede hacer daño sacar al perro a dar algunos paseos matutinos extra en otoño para ayudar a evitar aumentar de peso en la temporada navideña que viene luego.

La gente les echa la culpa a las vacaciones cuando comen en exceso, pero es posible que “no [sean] las vacaciones las que provocan un aumento del consumo, sino que el aumento estacional de la ingesta en otoño puede haber hecho que se programasen las vacaciones para esa época”.

En cualquier caso, como se puede ver en el punto 02:15 de mi video, otras “recomendaciones específicas para la prevención de la obesidad y el síndrome metabólico mejorando la salud del sistema circadiano”, probadas en diversos grados, incluyen: dormir durante la noche y estar activo durante el día, dormir lo suficiente (al menos siete u ocho horas cada noche), acostarse temprano y levantarse temprano y se pueden echar siestas cortas. (En contra de la creencia popular, la siesta diurna no parece que afecte de forma adversa al sueño nocturno). También se recomienda: evitar la exposición a luces brillantes por la noche, dormir en total oscuridad cuando sea posible, hacer que el desayuno o el almuerzo sea la comida más grande del día, no comer ni hacer ejercicio justo antes de acostarse y evitar por completo comer por la noche.

¡Listo! Este ha sido el último video de mi serie sobre cronobiología. Si te has perdido alguno de los otros, consulta las publicaciones relacionadas más abajo.

Key Takeaways

    • El trastorno afectivo estacional (TAE) se caracteriza por un aumento del apetito y los antojos, somnolencia y letargo que comienzan en otoño, cuando la exposición a la luz disminuye. Esto va en la línea de un ritmo estacional en el comportamiento humano, que muestra un mayor consumo de calorías, con comidas de mayor tamaño, una ingesta más rápida y mayor sensación de hambre en otoño.
    • Se han identificado genes humanos similares a los de los animales que se preparan para hibernar, lo que sugiere una predisposición genética a los comportamientos alimentarios estacionales. El cuerpo puede programarse genéticamente para almacenar más grasa como preparación para la posible escasez invernal.
    • Las investigaciones indican una diferencia de 222 calorías ingeridas más en otoño que en primavera. Este fenómeno no puede atribuirse únicamente a temperaturas más frías, ya que se come más en otoño que en invierno.
    • A pesar de la iluminación y la calefacción modernas, las señales ambientales siguen influyendo en los patrones de alimentación estacionales. La terapia con luz brillante, para trata el TAE puede ayudar a mitigar parte del aumento en la ingesta de calorías durante el otoño.
    • Las recomendaciones para prevenir la obesidad y el síndrome metabólico incluyen mantener un sistema circadiano saludable durmiendo durante la noche, estando activo durante el día, asegurándose de dormir lo suficiente (de siete a ocho horas), acostándose y despertándose temprano, tomando siestas cortas si es necesario, evitando la exposición a la luz brillante por la noche, durmiendo en oscuridad, haciendo que el desayuno o el almuerzo sean la comida principal, intentando no comer o hacer ejercicio justo antes de acostarse y evitando comer por la noche.

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