Los efectos de la hormesis por radiación en dosis bajas para prolongar la vida

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Nuestros cuerpos están expuestos a unas 20,000 partículas de radiación provenientes de los rayos cósmicos cada segundo. ¿Eso es bueno o malo?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Sofía Yáñez voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Se demostró por primera vez hace más de un siglo que la hormersis prolonga la vida cuando se descubrió que dosis bajas de radiación prolongaban la vida de una clase de escarabajo. Se esperaba que la irradiación con rayos x matara los huevos de las plagas de granos, pero, en dosis bajas, prolongó la vida de los escarabajos para su sorpresa. Luego esto se replicó con rayos gamma y en casi una decena de otros insectos desde moscas y grillos hasta avispas y mosquitos: un aumento constante del 20 al 60 por ciento en la esperanza de vida. ¿Qué está sucediendo? Se cree que la hormesis es una respuesta adaptativa a posibles amenazas anticipadas. El cuerpo es capaz de aprovechar el resultado inicial para provocar una respuesta compensatoria que cubre el costo del daño original y ofrece un beneficio neto al final.

En el caso de radiación, en dosis altas, mata al dañar el ADN. Los animales tienen un mecanismo de reparación del ADN, pero hacer que funcione todo el tiempo incluso cuando no es necesario parece afectar demasiado al metabolismo. Pero aumentar los daños en el ADN con dosis bajas de radiación alerta a los animales de que están en un ambiente que destruye el ADN. Así que, sus cuerpos empiezan a acelerar la reparación del ADN para compensar. Y un efecto secundario positivo de la protección del ADN adicional es la prolongación de vida. Lo que no te mata, te hace más fuerte.

La hormesis no es solo para insectos. Explicaría los descubrimientos del estudio “La radiación en dosis bajas de bombas atómicas prolongó la vida y redujo la mortalidad por cáncer en comparación con individuos sin radiación”. Las bombas atómicas que se arrojaron en Hiroshima y Nagasaki asesinaron a unas 200 000 personas al instante y los sobrevivientes expuestos a alta radiación padecieron índices altos de cáncer y vidas cortas. Sin embargo, parece que aquellos expuestos a niveles más bajos de radiación que vivían alejados del sitio de impacto tuvieron una mortalidad por cáncer menor y vidas más largas. Los increíbles servicios médicos que fueron proporcionados a los sobrevivientes por la Ley de Apoyo para Sobrevivientes de la Bomba Atómica podrían explicar parte del beneficio de la longevidad, pero también podría ser un efecto hormético. “Nada en este mundo debe ser temido”, dijo Madame Curie, quien ganó el Premio Nobel por descubrir la radioactividad, “solo entendido”. Por supuesto, esto viene de una mujer que murió de anemia aplásica por exposición radiactiva, al punto de que se enterró su cadáver en un ataúd revestido con plomo.

¿Por qué evolucionarían los animales para resistir la radiación? Porque día y noche nos bombardean los rayos cósmicos del universo. Nuestros cuerpos están expuestos a unas 200 000 dosis de radiación cada segundo. Pero ¿y si ese no fuera el caso? Los científicos descubrieron que organismos de una célula como el paramecio no crecen igual en cajas de plomo y, cuanto más gruesas son las paredes de plomo, más se retrasa el crecimiento. Las células humanas que crecen bajo condiciones similares muestran un incremento en los niveles de daño y mutación del ADN. Esto indica que la radiación de fondo natural de la Tierra tiene un beneficio hormético de mantener el cuerpo alerta.

Incluso unos 30 cm de plomo bloquean solo un tercio de los rayos cósmicos. Para ver cómo sería en realidad la vida sin el bombardeo constante, los científicos descendieron más de un kilómetro hacia el interior de la Tierra al SNOLAB, el Observatorio de Neutrinos de Sudbury, que se encuentra al fondo de una mina de níquel en Canadá. A diferencia de lo esperado, los peces que crecieron bajo tierra son más grandes y pesados que los de la superficie. Los investigadores indicaron que el aumento de la radiación del radón atrapado en la mina contrarresta la falta de radiación cósmica. En conclusión: no sabemos suficiente sobre la radiación en dosis bajas para explotar algún efecto hormético sin exponerse a posibles riesgos inaceptables. Por suerte existen maneras saludables de aprovechar la hormesis para la salud y longevidad.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Sofía Yáñez voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Se demostró por primera vez hace más de un siglo que la hormersis prolonga la vida cuando se descubrió que dosis bajas de radiación prolongaban la vida de una clase de escarabajo. Se esperaba que la irradiación con rayos x matara los huevos de las plagas de granos, pero, en dosis bajas, prolongó la vida de los escarabajos para su sorpresa. Luego esto se replicó con rayos gamma y en casi una decena de otros insectos desde moscas y grillos hasta avispas y mosquitos: un aumento constante del 20 al 60 por ciento en la esperanza de vida. ¿Qué está sucediendo? Se cree que la hormesis es una respuesta adaptativa a posibles amenazas anticipadas. El cuerpo es capaz de aprovechar el resultado inicial para provocar una respuesta compensatoria que cubre el costo del daño original y ofrece un beneficio neto al final.

En el caso de radiación, en dosis altas, mata al dañar el ADN. Los animales tienen un mecanismo de reparación del ADN, pero hacer que funcione todo el tiempo incluso cuando no es necesario parece afectar demasiado al metabolismo. Pero aumentar los daños en el ADN con dosis bajas de radiación alerta a los animales de que están en un ambiente que destruye el ADN. Así que, sus cuerpos empiezan a acelerar la reparación del ADN para compensar. Y un efecto secundario positivo de la protección del ADN adicional es la prolongación de vida. Lo que no te mata, te hace más fuerte.

La hormesis no es solo para insectos. Explicaría los descubrimientos del estudio “La radiación en dosis bajas de bombas atómicas prolongó la vida y redujo la mortalidad por cáncer en comparación con individuos sin radiación”. Las bombas atómicas que se arrojaron en Hiroshima y Nagasaki asesinaron a unas 200 000 personas al instante y los sobrevivientes expuestos a alta radiación padecieron índices altos de cáncer y vidas cortas. Sin embargo, parece que aquellos expuestos a niveles más bajos de radiación que vivían alejados del sitio de impacto tuvieron una mortalidad por cáncer menor y vidas más largas. Los increíbles servicios médicos que fueron proporcionados a los sobrevivientes por la Ley de Apoyo para Sobrevivientes de la Bomba Atómica podrían explicar parte del beneficio de la longevidad, pero también podría ser un efecto hormético. “Nada en este mundo debe ser temido”, dijo Madame Curie, quien ganó el Premio Nobel por descubrir la radioactividad, “solo entendido”. Por supuesto, esto viene de una mujer que murió de anemia aplásica por exposición radiactiva, al punto de que se enterró su cadáver en un ataúd revestido con plomo.

¿Por qué evolucionarían los animales para resistir la radiación? Porque día y noche nos bombardean los rayos cósmicos del universo. Nuestros cuerpos están expuestos a unas 200 000 dosis de radiación cada segundo. Pero ¿y si ese no fuera el caso? Los científicos descubrieron que organismos de una célula como el paramecio no crecen igual en cajas de plomo y, cuanto más gruesas son las paredes de plomo, más se retrasa el crecimiento. Las células humanas que crecen bajo condiciones similares muestran un incremento en los niveles de daño y mutación del ADN. Esto indica que la radiación de fondo natural de la Tierra tiene un beneficio hormético de mantener el cuerpo alerta.

Incluso unos 30 cm de plomo bloquean solo un tercio de los rayos cósmicos. Para ver cómo sería en realidad la vida sin el bombardeo constante, los científicos descendieron más de un kilómetro hacia el interior de la Tierra al SNOLAB, el Observatorio de Neutrinos de Sudbury, que se encuentra al fondo de una mina de níquel en Canadá. A diferencia de lo esperado, los peces que crecieron bajo tierra son más grandes y pesados que los de la superficie. Los investigadores indicaron que el aumento de la radiación del radón atrapado en la mina contrarresta la falta de radiación cósmica. En conclusión: no sabemos suficiente sobre la radiación en dosis bajas para explotar algún efecto hormético sin exponerse a posibles riesgos inaceptables. Por suerte existen maneras saludables de aprovechar la hormesis para la salud y longevidad.

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Gráficos de Avo Media

Nota del Doctor

¿Maneras beneficiosas? ¡¿como cuáles?! Tengo toda una sección sobre la hormesis en mi libro sobre longevidad. 

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