El uso de té verde para ayudar a prevenir y tratar el cáncer

Image Credit: 五玄土 ORIENTO / Unsplash. Esta imagen ha sido modificada

La traducción de este texto viene de la mano de nuestro voluntario Guillermo Escribano.

El consumo de té está asociado con un menor riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y muerte prematura en general; por cada taza de té verde adicional al día se relaciona una disminución del riesgo de muerte del 4%. Como dice el refrán, “del médico y del enterrador, cuanto más lejos mejor” y, para ello, quizás beber varias tazas de té al día sea una solución, pero ¿qué pasa con el cáncer?

Como comento en mi video ¿Podría el té verde ayudar a prevenir el cáncer?, hay “cada vez más evidencias de estudios en laboratorio, epidemiológicos en la población y de intervención en seres humanos de que el té puede ejercer efectos beneficiosos para la prevención de enfermedades” y, además, puede que en realidad hasta “retrase la progresión del cáncer”. Veamos algunas de estas evidencias.

Como enseño en el video (0:49), no solo los que beben mucho té parecen vivir más que los que lo hacen menos, sino que beber mucho té también puede retrasar la aparición del cáncer. Puedes ver esta relación en la tabla que muestro (0:56) titulada “Edad promedio de aparición del cáncer y consumo diario de té verde”. La ingesta de té verde se midió en tazas de té japonesas (entre 100 ml y 150 ml) por lo que la categoría superior de la tabla equivaldría, no a diez, sino a cinco o más tazas de desayuno (alrededor de 250 ml). Dentro de las mujeres que sí desarrollaron un cáncer, las mujeres que bebían mucho té parece que lo desarrollaron siete años más tarde que las que bebían menos. Sin embargo, en los hombres que bebían más de cinco tazas de té verde, la aparición del cáncer solo parece haberse retrasado tres años; esta diferencia puede deberse potencialmente “a un mayor consumo de tabaco por parte de los hombres”.

Como muestro en el video (1:24), el té verde puede ser capaz de interferir en cada una de las etapas de formación del cáncer, desde la aparición de la primera célula cancerosa o la formación de un tumor, hasta la posterior progresión y diseminación. El cáncer a menudo se origina cuando un radical libre oxida nuestro ADN y causa una mutación, pero, como puedes ver en el video (1:44), a los 40 minutos de haber bebido té verde podemos obtener un buen “repunte de poder antioxidante” en nuestro torrente sanguíneo; “este aumento puede, a su vez, reducir el daño por oxidación que sufre el ADN y así disminuir el riesgo de desarrollar cáncer”.

Además, en términos de efecto genoprotector, es decir, la protección de nuestros genes, el daño preexistente inducido por la oxidación del ADN fue menor después de beber té verde, lo que sugiere que su consumo también puede impulsar la reparación del ADN. Sin embargo, esto no lo sabíamos con certeza… hasta ahora.

Existe una enzima reparadora del ADN en nuestro cuerpo llamada OGG1. Como os explico en el video (2:15), se produce un aumento en la actividad del OGG1 pasada una hora tras la ingesta de una taza de té verde, y, después de una semana bebiendo té verde, aumenta todavía más su actividad. Así que, “el consumo habitual de té verde tiene beneficios adicionales en la prevención o reparación de daños en el ADN”. De hecho, el té protege tanto el ADN que puede usarse para almacenar muestras frescas de esperma hasta que puedan ser refrigeradas adecuadamente.

Además, el té tiene un fuerte efecto antiinflamatorio, por lo que puede usarse como enjuague bucal para controlar el dolor en el posoperatorio de la extracción de muelas del juicio, como os muestro en el video (2:41). En lo que respecta al control de la progresión del cáncer, la dosis de compuestos de té verde que llegaría a nuestros órganos después de beber seis tazas de té puede causar que las células cancerosas se autodestruyan (apoptosis o muerte celular programada) mientras que deja en paz a las células sanas. Hay una serie de agentes quimioterapéuticos que acaban con el cáncer mediante la fuerza bruta, pero que también atacan a células sanas; por lo que “el té verde parece tener el potencial de ser un agente ideal en la prevención [del cáncer]”, ya que posee pocos o ningún efecto secundario adverso, es eficaz contra múltiples tipos de cáncer en dosis factibles y puede suministrarse por vía oral. Tenemos una idea de cómo funciona, de cómo impide que las células cancerosas crezcan y cómo consigue que se autodestruyan, además es barato y tiene un historial de uso seguro y aceptable; pero, todo esto se basó en estudios in vitro, es decir, en un tubo de ensayo. Los investigadores concluyeron que “necesita ser evaluado en ensayos con humanos”. De hecho, ¿qué sucede cuando le damos té verde a personas con cáncer? ¿Ayuda realmente?

El consumo de té verde puede reducir el riesgo de contraer cáncer de boca, no solo porque puede aumentar el poder antioxidante de nuestro torrente sanguíneo en cuestión de minutos y, con el tiempo, disminuir la cantidad de daño en el ADN provocado por los radicales libres en todo nuestro sistema, sino también porque puede aumentar el poder antioxidante de nuestra saliva y disminuir el daño en el ADN de las células internas de las mejillas de los fumadores; aunque no tanto como lo haría el dejar de fumar. En los primeros 35 segundos del video ¿Puede el té verde ayudar a tratar el cáncer? se pueden ver gráficos y tablas que muestran estos hallazgos.

¿Puede el té verde evitar que las lesiones bucales precancerosas se conviertan en lesiones bucales cancerosas? Más de 100 000 personas desarrollan cáncer de boca anualmente en todo el mundo y este cuenta con una tasa de supervivencia global de al menos cinco años. El cáncer oral surge frecuentemente de lesiones precancerosas en la boca, cada una de las cuales tiene, cada año, una pequeña probabilidad de convertirse en cancerosa. ¿Puede ayudar el té verde?

En un estudio, se asignaron al azar a 59 pacientes con lesiones bucales precancerosas en dos grupos: uno de tratamiento con té verde y otro de control. En el grupo del tratamiento con té, se les administraron cápsulas de extracto de té en polvo y cubrieron las lesiones con polvo de té verde; en el grupo de control, se les administraron placebos de azúcar y cubrieron las lesiones con nada más que glicerina. Como muestro en el video (1:23), en seis meses, las lesiones de 11 de los 29 pacientes del grupo del tratamiento con té se redujeron, mientras que en el grupo de control solo se redujeron en 3 de los 30 pacientes. “Los resultados indican que el tratamiento con té puede mejorar los signos clínicos de las lesiones bucales”.

Sin embargo, la pregunta más importante es si el tratamiento con té evitó que las lesiones se volvieran cancerosas. Debido a que el ensayo solo duró unos pocos meses, los investigadores no pudieron concluirlo. Sin embargo, como enseño en el video (1:46), cuando sacaron células de muestra de algunas de las lesiones, se observó un descenso significativo del daño en el ADN de dichas células en el grupo que había sido tratado con té verde durante tres meses, lo que sugiere que las cosas iban en la dirección correcta. Idealmente, con un estudio más largo y en el que se suministrasen componentes del té, ya que la mayoría de las personas no se pone polvo de té verde en la boca, podríamos observar si los pacientes terminaban con menos cáncer; y se consiguió.

Como se puede ver en el video (2:15), se obtuvieron los mismos resultados clínicos extraordinarios: las lesiones precancerosas reducían su tamaño. Además, el estudio duró lo suficiente como para ver si menos gente desarrollaba cáncer. ¿La respuesta? En ambos grupos se desarrolló cáncer en la misma proporción. Así que, el tratamiento con té favoreció una mayor tasa de respuesta, ya que las lesiones se veían mejor, pero no hubo mejoras en la prevención del cáncer.

Estos estudios se hicieron en su mayoría en fumadores y exfumadores. ¿Qué hay del cáncer de pulmón? Como enseño en el video (2:46), los estudios poblacionales sugieren que el té puede ser protector, pero pongámoslo a prueba. Diecisiete pacientes con cáncer de pulmón avanzado recibieron el equivalente a 30 tazas de té verde al día, pero “no se observaron respuestas objetivas”. En un estudio de 49 pacientes de cáncer, 21 de los cuales tenían cáncer de pulmón, los sujetos recibieron entre 4 y 25 tazas de compuestos de té verde al día. Una vez más, no se encontraron beneficios. El único beneficio que el té verde parece ofrecer a los pacientes de cáncer de pulmón es ayudar a disminuir las quemaduras causadas por los tratamientos de radiación sobre la piel. De hecho, las compresas de té verde pueden ser capaces de reducir lo que duran las quemaduras, como muestro en el video (3:21).

Los efectos protectores del té verde suministrados tópicamente también se observaron en las lesiones cervicales precancerosas, en las que la aplicación directa dos veces al día de una pomada de té verde mostró una respuesta beneficiosa en casi tres cuartas partes de los pacientes, en comparación con el grupo de control, en el que solo un 10% experimentó la mejora. Esto es coherente con los beneficios de los compuestos de té verde que se observaron sobre las células cancerosas del cuello uterino en una placa de Petri. Sin embargo, cuando las mujeres recibieron píldoras de extracto de té verde para tomar, no parecieron provocar una mejora.

¿Hay algún otro cáncer con el que el té verde pueda ayudar debido a un contacto directo con el mismo? Sí, es el caso del cáncer de colon, que crece desde la superficie interna del colon y que entra en contacto con la comida y la bebida. Como se puede ver en el video (4:13), en el colon, los compuestos del té son fermentados por nuestras bacterias intestinales buenas en compuestos como el 3,4DHPA, que parece eliminar las células cancerosas del colon, mientras que deja las células sanas relativamente intactas (en un análisis in vitro). En Japón se realizó un estudio con 136 pacientes con un historial de pólipos en el que fueron asignados al azar para obtener pastillas de extracto de té verde o no. Dado que allí beber té verde es algo común, se comparó a aquellos que bebían tres tazas de té verde al día con los sujetos que bebían cuatro tazas diarias. Un año más tarde, en la colonoscopia, el grupo que había tomado pastillas de té verde solo tuvo la mitad de recurrencia de pólipos y los que llegaron a crecer fueron un 25% más pequeños. Con estos hallazgos tan emocionantes, ¿por qué no se ha hecho un estudio de seguimiento más grande? Tal vez debido a la dificultad “para recaudar fondos” para el estudio, “porque el té verde es una bebida, pero no un fármaco”.

Aunque hay buenas noticias, gracias a una importante organización benéfica contra el cáncer en Alemania, los investigadores están buscando sujetos para el mayor ensayo de cáncer de té verde hasta la fecha, en el que participaran más de 2.000 pacientes. Espero poder mostrar los resultados en cuanto vean la luz.


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Un saludo,

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