La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Carmen Otero.
¿Cuál es la relación entre el consumo de huevos y otros alimentos ricos en colesterol y los cánceres de colon, mama, endometrio, páncreas y garganta?
En 1969 el Dr. Gregor (sin relación y mal escrito) y sus colegas realizaron un análisis de correlación. Descubrieron una estrecha correlación entre la ingesta de proteína animal y la mortalidad por cáncer intestinal. Puedes ver un gráfico de estos resultados en el minuto 0:15 de mi video Friday Favorites: colesterol dietético y cáncer. En la década de los 70 esta correlación se amplió para incluir también al cáncer de mama y la grasa animal. La proteína animal y el colesterol dietético se encuentran en los mismos alimentos, por lo que no sorprende que “exista una correlación significativa entre el alto consumo de alimentos que contienen colesterol y la distribución del cáncer de colon por todo el mundo”. Existe una “alta y significativa” correlación incluso tras controlar otros factores dietéticos como la grasa animal y la fibra, “que respalda la posibilidad de una relación causal entre la ingesta de colesterol y el cáncer de colon”.
Entonces, ¿el colesterol dietético es cocarcinogénico para el cáncer de colon humano? Los investigadores decidieron tratar de averiguarlo alimentando ratas. En un estudio, los investigadores inyectaron a las ratas con un carcinógeno, las que ingerían colesterol desarrollaron tumores en la mitad de tiempo y todas murieron, mientras que la mayoría de las ratas del grupo sin colesterol sobrevivieron. Pero “la relevancia de los datos en animales aplicable a humanos es discutible”. ¿Cómo funcionaría el vínculo entre el colesterol y el cáncer?
Como humanos no necesitamos consumir nada de colesterol, ya que nuestro cuerpo produce todo lo que necesita. Cuando consumimos colesterol extra, hay un límite en la cantidad que nuestro cuerpo puede absorber. Entonces, “¿a dónde va este exceso?” Al colon. De esta manera, las células que recubren nuestro colon, donde surge el cáncer de colon, “están constantemente expuestas al colesterol fecal”. Si surgiera un pólipo canceroso o precanceroso, ¿podría todo ese colesterol adicional ser de ayuda para crecer más rápido? De hecho, la cantidad de colesterol que ingerimos “podría ser un factor que determine la tasa de desarrollo, crecimiento o extensión de dicho tumor”. En la década de los 70 todo esto era simple especulación, pero los investigadores se dieron cuenta de que si esto era cierto, sería una buena noticia ya que con una dieta baja en colesterol y una reducción del consumo de carne, lácteos, huevos y comida ultraprocesada —los únicos alimentos que realmente tienen colesterol—sería una forma “factible, económica y sin riesgo” de ayudar a prevenir y tratar el cáncer de colon. Entonces, ¿qué dice la actualización de hace 40 años?
La correlación país por país nunca podría hacer más que inspirar estudios como este: “el mayor estudio de casos y controles basado en la población a nivel nacional (hasta la fecha) para evaluar la relación entre la ingesta de colesterol y varios tipos de cáncer”. Los investigadores descubrieron que “la ingesta de colesterol en la dieta se relacionaba de manera positiva con el riesgo de cáncer de estómago, colon, recto, páncreas, pulmón, mama (principalmente posmenopausia), riñón, vejiga y LNH” (linfoma no Hodgkin o de médula ósea). ¿La otra cara de la moneda? “Una dieta baja en colesterol puede desempeñar un papel fundamental en la prevención de varios tipos de cáncer”. Esto significa reducir el consumo de carne, lácteos y huevos, los mismos alimentos que pueden aumentar el riesgo de cáncer.
“Por lo tanto, los hallazgos de este estudio deben verse esencialmente como una indicación de que una dieta rica en carne, productos lácteos, huevos (y, por lo tanto, grasa animal) es un indicador desfavorable del riesgo de varios tipos de cáncer comunes…” Sin embargo, dos tipos de cáncer que según el estudio no investigaron fueron el cáncer de endometrio y el cáncer de garganta. Cuando se juntaron todos los estudios sobre el consumo de colesterol y el riesgo de cáncer de endometrio (cáncer del revestimiento del útero), los investigadores descubrieron una relación dosis-respuesta, lo que significa que se relaciona un mayor consumo de colesterol con más cáncer: un 6% por cada 100 mg de colesterol cada día. Entonces, algo como una tortilla diaria podría aumentar el riesgo de cáncer de endometrio en aproximadamente un 20%. Esto puede ser debido a que el colesterol adicional se convierte en estrógeno, o a que el simple aumento del estrés oxidativo refleje niveles más altos de colesterol oxidado. Hablo de esto en mi video El colesterol oxidado como causa del alzhéimer.
También parece haber una relación dosis-respuesta con el cáncer de páncreas, “uno de los peores tumores malignos”. Una compilación de estudios demostró que el riesgo de cáncer de páncreas aumentó en un 8% por cada 100 mg de colesterol, por lo que sería un 30% más de riesgo por una tortilla diaria.
¿Y el cáncer de garganta? Los investigadores observaron un aumento de riesgo en la ingesta elevada de colesterol, alrededor de un 85% más de probabilidades, lo cual es coherente con otros estudios. Sí, tal vez sea la oxidación, o tal vez sea la inflamación. Sin embargo, no podemos estar seguros de que el colesterol en sí sea el culpable. “La ingesta elevada de colesterol podría ser un indicador de que una dieta rica en carne, huevos y productos lácteos puede tener efectos desfavorables”.
¿La ingesta óptima de colesterol? Cero. Consulta Grasas trans, grasas saturadas y colesterol: consumo máximo tolerable de cero.