Una de cada ocho mujeres estadounidenses serán diagnosticadas con cáncer de mama a lo largo de su vida. Diversos compuestos en alimentos de origen vegetal pueden proteger contra el cáncer de mama mediante diversos mecanismos. Ya he hablado de los beneficios del brócoli y de las semillas de lino y los alimentos de soya, pero este estudio reciente de Alemania arrojó algo nuevo: Evidencia de la reducción del riesgo de cáncer de mama asociado con el consumo de semillas de girasol y de calabaza. Las semillas de girasol y de calabaza se asociaron con un menor riesgo de cáncer de mama, que inicialmente se atribuyó a los lignanos en las semillas, otra cosa de la que ya he hablado. Al final resultaron no ser los lignanos. Entonces, quizá se trata de los fitoesteroles que se encuentran concentrados en las semillas.
Existe evidencia que muestra que los fitoesteroles son anticancerígenos y que pueden ser importantes para reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama. ¿Pero no se supone que los fitoesteroles sólo reducían el colesterol? ¿Qué tiene que ver el cáncer con el colesterol?
Pues bien, cada vez hay más evidencia que demuestra la importancia del colesterol en el desarrollo y progresión del cáncer de mama. El cáncer se alimenta de colesterol. Las células transformadas absorben LDL, el también llamado colesterol malo, que es capaz de estimular el crecimiento de células de cáncer de mama humanas en una caja de Petri.
¿Ven todos estos puntitos rojos? Esa es la grasa que las células de cáncer de mama engullen.
Esta capacidad de acumular grasa y colesterol puede permitir que las células cancerosas se aprovechen de las personas que comen dietas altas en grasa y dietas altas en colesterol. El aumento de la ingesta de colesterol en la dieta puede resultar en un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, y puede explicar, al menos parcialmente, el beneficio de una dieta baja en grasa en la reducción de reincidencias de cáncer de mama humano.
Aunque hay resultados mixtos, el mayor estudio que se ha hecho hasta la fecha encontró un aumento del riesgo de 17% en mujeres que tenían el colesterol por encima de 240, en comparación con las mujeres cuyo colesterol era inferior a 160, aunque no se puede descartar que puede haber algo más en alimentos que elevan el colesterol que puede incrementar el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Los tumores absorben tanto colesterol, que el LDL ha sido propuesto como vehículo para dirigir fármacos antitumorales hacia las células cancerosas. Dado que el cáncer se alimenta de colesterol, tal vez podríamos usarlo para hacer píldoras de quimoterapia. Sería como un caballo de Troya. Esa es posiblemente la razón por la cual los niveles de colesterol bajan drásticamente en personas que desarrollan cáncer. El tumor se lo está comiendo.
De hecho, las posibilidades de sobrevivencia del paciente podrían ser más bajos cuando la absorción de colesterol es más alta. La sobreexpresión del receptor de LDL en tejidos de cáncer de mama humano indica usualmente un mal pronóstico, lo que sugiere que los tumores de mama enriquecidos en receptores de LDL crecen rápidamente en el cuerpo. Hemos sabido esto durante décadas. Claramente, este estudio no es reciente. En los años 80 sólo 1 de cada 11 mujeres estadounidenses desarrollaba cáncer de mama.
Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ver el video más arriba. Esto es sólo una aproximación del audio contribuida por Katie Schloer. La traducción y edición de este contenido fue contribuida por Leslie Salas y Hermes Fernández
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