Exploramos la paradoja de la obesidad

La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Tamara Amor.

¿Cómo explicamos los estudios que sugieren que las personas con sobrepeso viven más tiempo?

Martin Luther King Jr. advirtió que el progreso humano no es ni automático ni inevitable, y lo mismo podría aplicarse a la esperanza de vida humana. En el siglo XIX, la esperanza de vida era de menos de 40 años, pero ha estado “incrementando de manera constante” durante los últimos dos siglos, “alrededor de 2 años por década”… hasta hace poco. Los avances en longevidad parecen “haberse estancado o incluso revertirse”. Gracias a la epidemia de obesidad, ahora podríamos estar criando la primera generación que vivirá menos tiempo que sus padres.

“Esta tendencia a la baja en la longevidad casi con toda seguridad se acelerará a medida que la generación actual de niños —con un peso corporal más alto desde edades más tempranas que nunca— llegue a la adultez”. Las tendencias actuales “señalan una inminente catástrofe social y económica” si la epidemia de obesidad continúa sin control. En las próximas décadas, algunos predicen que podríamos perder entre 2 y 5 años o más de esperanza de vida en los Estados Unidos. Para ponerlo en perspectiva, una cura milagrosa para todas las formas de cáncer solo añadiría 3 años y medio a la esperanza de vida promedio en los Estados Unidos. En otras palabras, revertir la epidemia de obesidad podría salvar más vidas que curar el cáncer.

Las pruebas de que el sobrepeso aumenta nuestro riesgo de padecer enfermedades debilitantes como la diabetes se consideran “indiscutibles”. Sin embargo, existe controversia en torno al peso corporal y la mortalidad general. En el 2013, científicos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) publicaron un meta-análisis en el Journal of the American Medical Association sugiriendo que el sobrepeso era ventajoso. La obesidad de grados 2 y 3, por ejemplo, tener una altura promedio de 1,68 m y pesar unos 98 kg o más, estaba asociada con una vida más corta, pero la obesidad de grado 1, con un peso de entre 84 y 97 kg para esa estatura, no lo estaba. Además, tener sobrepeso (unos 70 a 83 kg para la misma altura) parecía ser protector en comparación con aquellos que tenían un peso “normal” de 52 a 69 kg. Las personas con sobrepeso, aquellas con un índice de masa corporal (IMC) de 25 a 30, parecían vivir más tiempo.

Los redactores de los medios estaban eufóricos. “Tener sobrepeso podría prolongar tu vida en lugar de acortarla”, decía un titular. “¿Preocupado por tu dieta? No hay problema, las personas rellenitas viven MÁS que las más delgadas…”, afirmaba otro. “Los kilos de más significan menor probabilidad de muerte.” Como era de esperarse, el estudio desató una tormenta de controversias en la comunidad de salud pública. El estudio fue calificado como “ridículo”, “defectuoso” y “engañoso”. El presidente de nutrición de Harvard perdió la compostura, describiéndolo como “un montón de basura” y temiendo que la industria alimentaria explotara el estudio de la misma manera que la industria petrolera abusa de la “controversia” sobre el cambio climático.

Sin embargo, los defensores de la salud pública no pueden descartar datos que les resulten inconvenientes. La ciencia es ciencia. Pero, ¿cómo puede el sobrepeso aumentar el riesgo de enfermedades mortales y, al mismo tiempo, hacerte vivir más? Esto se conoce como “la paradoja de la obesidad,” tema de mi video ¿Es real la paradoja de la obesidad o podría ser tan solo un mito?.

La solución a este enigma parece residir en dos importantes fuentes de sesgo. La primera es el “efecto de confusión por el tabaquismo.” La nicotina del tabaco puede causar pérdida de peso. Así que, si eres más delgado porque fumas, no es de extrañar que vivas menos tiempo, aunque tengas una cintura más delgada. El no controlar el efecto del tabaquismo en estudios que pretenden mostrar una “paradoja de la obesidad” lleva a que se subestimen los peligros de la obesidad.

La segunda gran fuente de sesgo es la causalidad inversa. En lugar de que un menor peso provoque enfermedades mortales, ¿no es más probable que las enfermedades mortales conduzcan a un menor peso? Condiciones como tumores ocultos, enfermedades cardíacas o pulmonares crónicas, alcoholismo y depresión pueden causar pérdida de peso no intencionada durante meses o incluso años antes de ser diagnosticadas. En los Estados Unidos, por ejemplo, es normal tener sobrepeso. Por lo tanto, las personas que son “anormalmente” delgadas —es decir, con un peso ideal— podrían estar cuidándose, pero también podrían ser “fumadores, frágiles y ancianos, o estar gravemente enfermos con pérdida de peso debido a su enfermedad…”

Para poner a prueba la paradoja de la obesidad de una vez por todas, se formó The Global BMI Mortality Collaboration, que revisó datos de más de 10 millones de personas provenientes de cientos de estudios en decenas de países, la evaluación más grande de la historia sobre el IMC y la mortalidad. Para ayudar a eliminar sesgos, los investigadores omitieron a fumadores y a personas con enfermedades crónicas conocidas, y luego excluyeron los primeros 5 años de seguimiento para intentar eliminar del análisis a aquellos con condiciones no diagnosticadas que perdieron peso debido a una muerte inminente. ¿Y qué sucedió? Los resultados fueron claros: “Este análisis ha demostrado que tanto el sobrepeso como la obesidad (de todos los grados) están asociados con un aumento de la mortalidad por todas las causas”, es decir, un mayor riesgo de morir de forma prematura. Así que, “ajustar estos sesgos lleva a eliminar por completo la paradoja de la obesidad.” En otras palabras, la llamada paradoja de la obesidad parecería ser “solo un mito.”

De hecho, cuando se pone a prueba la pérdida de peso intencionada, las personas viven más tiempo.

Existen estudios sobre cirugía bariátrica, como el ensayo SOS, que demuestran que la pérdida de peso reduce la mortalidad a largo plazo, y la asignación aleatoria de participantes en estudios para perder peso a través de cambios en el estilo de vida muestra lo mismo. Perder unos 5 kilos mediante dieta y ejercicio se asoció con una reducción del 15% en la mortalidad general. Ahora bien, el ejercicio por sí solo puede prolongar la esperanza de vida incluso sin pérdida de peso, pero parecería haber un beneficio similar en la longevidad mediante la pérdida de peso a través de medios dietéticos.

Si te perdiste las publicaciones anteriores de mi serie sobre los fundamentos de la obesidad, consulta:

Mira los dos últimos videos de esta serie: ¿Cuál es el IMC más adecuado? y ¿Cuál es la talla de cintura más adecuada?

Todo esto lo cubro en profundidad en mi libro Comer para no engordar.

¿Por qué las personas son obesas? Tengo toda una serie de videos dedicados a este tema, que podrás encontrar en las publicaciones relacionadas más abajo.

Key Takeaways

    • El aumento de las tasas de obesidad podría conducir a una reducción en la esperanza de vida de las generaciones futuras, revirtiendo siglos de avances en longevidad.
    • Estudios que sugerían que el sobrepeso podría extender la vida estaban sesgados por factores de confusión como el tabaquismo y la causalidad inversa (enfermedades que provocan pérdida de peso), y análisis posteriores desmintieron la llamada “paradoja de la obesidad”.
    • Una revisión a gran escala demostró que tanto el sobrepeso como la obesidad están vinculados a un mayor riesgo de muerte prematura, contradiciendo afirmaciones anteriores sobre beneficios protectores del sobrepeso.
    • La pérdida de peso intencionada, ya sea a través de cambios en el estilo de vida o de cirugía bariátrica, se asocia con tasas de mortalidad más bajas y mejores resultados de salud a largo plazo.
    • Abordar la obesidad podría tener un impacto mayor en la esperanza de vida que incluso una cura hipotética para todos los tipos de cáncer, destacando los significativos riesgos para la salud que supone la obesidad.

Pin It en Pinterest

Share This