¿La carne podría provocar párkinson?

La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María José.

¿Qué tiene que ver el intestino con el desarrollo de la enfermedad de Parkinson?

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que empeora de forma progresiva. Resulta mortal y afecta aproximadamente a 1 de cada 50 personas a medida que envejecemos. Una pequeña minoría de los casos son genéticos y se presentan en familias, pero entre el 85 % y el 90 % de los casos son esporádicos, lo que significa que parecen surgir de la nada. La enfermedad de Parkinson está causada por la muerte de un tipo concreto de células nerviosas en el cerebro. Cuando alrededor del 70 % de ellas desaparecen, comienzan los síntomas. ¿Qué mata esas células? Aún no está claro del todo, pero se cree que esto está relacionado con la agrupación anormal de una proteína llamada alfa-sinucleína o α-sinucleína. ¿Por qué? Unos investigadores inyectaron cerebros con Parkinson triturados en las cabezas de ratas y monos, e indujeron la patología y los síntomas de la enfermedad de Parkinson. Esto puede suceder incluso cuando se inyectan solo las cadenas puras y agrupados, de α-sinucleína. Sin embargo, ¿cómo terminan estos cúmulos naturalmente en el cerebro?

Como explico en mi video El posible papel de la carne como desencadenante de la enfermedad de Parkinson, todo parece comenzar en el intestino. La parte del cerebro donde aparece la patología por primera vez a menudo está directamente conectada con el intestino, y tenemos pruebas directas de la propagación de la patología de la enfermedad de Parkinson desde el tracto gastrointestinal (GI) hasta el cerebro: la α-sinucleína de los cerebros de pacientes con esta enfermedad se absorbe en la pared intestinal y se desplaza por los nervios vagos desde el intestino hasta el cerebro; al menos así ocurrió en ratas. Ojalá pudiéramos volver atrás y examinar el colon de las personas antes de que padecieran la enfermedad de Parkinson. La verdad es que podemos hacerlo. Se recuperaron antiguas biopsias de colon de personas que más tarde desarrollarían la enfermedad y, años antes de que aparecieran los síntomas, se podía observar α-sinucleína en su intestino.

En una investigación respaldada por la Michael J. Fox Foundation se ha descubierto que se puede distinguir de manera fiable el colon de los pacientes del de los individuos del grupo de control por la presencia de esta proteína de la enfermedad alojada en la pared intestinal. Pero, ¿cómo llegó allí en primer lugar? ¿Son los “productos alimenticios de vertebrados… una fuente potencial de α-sinucleína parecida a priones”? De hecho, casi todos los animales con columna vertebral que consumimos (vacas, pollos, cerdos y pescado) expresan la proteína α-sinucleína. Por lo tanto, cuando comemos productos cárnicos comunes, cuando comemos músculo esquelético, estamos comiendo nervios, células sanguíneas y las propias células musculares. Cada medio kilo de carne contiene un promedio de media cucharadita de sangre, y eso por sí solo podría ser una fuente de α-sinucleína que potencialmente desencadenará una cascada de agrupación de nuestra propia α-sinucleína en el intestino. Aunque “puede parecer intuitivo que la α-sinucleína de la dieta podría provocar agregación en el intestino”, este tipo de acumulación, ¿qué pruebas tenemos de que este tipo de acumulación se esté produciendo realmente?

Tenemos algunos datos bastante interesantes. Existe un procedimiento quirúrgico llamado vagotomía, en el cual se corta el nervio vago, el nervio grande que va desde nuestro intestino hasta nuestro cerebro, como un tratamiento tradicional para las úlceras estomacales. ¿Cortar la comunicación entre el intestino y el cerebro reduciría el riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson? Al parecer sí, lo que sugiere que el nervio vago que va del intestino al cerebro puede estar involucrado de un modo crítico en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson.

Por supuesto, “[m]uchas persona consumen regularmente carne y productos lácteos, pero solo una pequeña fracción de la población general desarrollará la enfermedad de Parkinson”. Por lo tanto, debe haber otros factores en juego que “pueden proporcionar una oportunidad para que la α-sinucleína no deseada de la dieta entre en el huésped e inicie la enfermedad”. Por ejemplo, nuestro intestino se vuelve más permeable a medida que envejecemos, ¿esto podría influir? ¿Qué más hace que nuestro intestino sea permeable? “También se ha demostrado que una dieta escasa en fibra degrada la barrera intestinal y facilita la entrada de patógenos”. Por lo tanto, esto plantea “posibilidades terapéuticas basadas en la alimentación”.

Los pacientes con esta enfermedad tienen unos niveles significativamente menores de Prevotella en el intestino, una flora beneficiosa que se alimenta de fibra y refuerza la función de barrera intestinal. Por lo tanto, los niveles bajos de Prevotella están relacionados con un intestino permeable, que a su vez se ha relacionado con el depósito de α-sinucleína en el intestino, pero los alimentos ricos en fibra pueden hacer restablecer los niveles de Prevotella. “Es posible, entonces, que al adoptar una dieta basada en vegetales, además de los efectos beneficiosos de los fitonutrientes, el aumento de la ingesta general de fibra pueda modificar la microbiota intestinal y la permeabilidad intestinal [las fugas] de manera beneficiosa para las personas con enfermedad de Parkinson”.

Entonces, ¿una dieta vegana, rica mucha fibra y sin carne, reduce el riesgo de padecer esta enfermedad? La enfermedad de Parkinson “parece ser poco frecuente en las culturas cuasiveganas”, con índices que son aproximadamente cinco veces más bajos en el África subsahariana rural, por ejemplo. Durante todo este tiempo, pensábamos que los beneficios que se observaban en las dietas basadas en vegetales con respecto a la enfermedad de Parkinson se debían a los antioxidantes y la naturaleza antiinflamatoria de las dietas sin productos animales, pero tal vez también se deban al aumento de la exposición del intestino a la fibra y la disminución de su exposición a los nervios, músculos y sangre ingeridos.

¿No es fascinante? Si buscas más información sobre la enfermedad de Parkinson, consulta las publicaciones relacionadas más abajo. 

Key Takeaways

    • La mayoría de los casos de enfermedad de Parkinson no son genéticos, sino que pueden tener su origen en el intestino, donde los cúmulos anormales de proteína α-sinucleína pueden propagarse al cerebro a través del nervio vago, potencialmente años antes de que aparezcan los síntomas.
    • La carne contiene α-sinucleína, y consumirla puede contribuir a que se transporten las proteínas relacionadas con la enfermedad desde el intestino hasta el cerebro, especialmente en personas mayores o con deficiencia de fibra y barreras intestinales permeables.
    • Las dietas basadas en vegetales y ricas en fibra pueden reducir el riesgo de padecer la enfermedad de Parkinson al favorecer la salud intestinal y la microbiota como Prevotella, con índices de la enfermedad mucho más bajos en poblaciones cuasiveganas.

Pin It en Pinterest

Share This