Las hormonas de la leche y la infertilidad femenina

La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María José.

El consumo de lácteos se asocia con años de envejecimiento ovárico avanzado, que se cree que se debe a las hormonas esteroideas o a las sustancias químicas que alteran el sistema endocrino en la leche de vaca.

Cuando se trata de la cantidad de hormonas esteroideas a las que estamos expuestos en el suministro de alimentos, “[l]os productos derivados de la leche proporcionan alrededor del 60–80 % de los esteroides sexuales femeninos ingeridos”. He hablado sobre los efectos de estos estrógenos y progesterona en hombres y niños prepubescentes, y cómo la ingesta de leche puede disparar los niveles de estrógeno en las horas siguientes al consumo. Se pueden ver gráficos que ilustran estas cuestiones desde el punto temporal 00:25 de mi video El efecto de las hormonas de la leche sobre la infertilidad en mujeres. En cuanto a los efectos en las mujeres, he explicado el aumento del riesgo de padecer cáncer de endometrio en las mujeres posmenopáusicas. ¿Qué ocurre con las mujeres en edad reproductiva? ¿Podrían afectar las hormonas lácteas a la reproducción?

Sabíamos que “[l]a ingesta de lácteos ha estado asociada con la infertilidad; sin embargo, se sabe poco con respecto a las relaciones con las hormonas reproductivas o la anovulación”. ¿Cómo podrían afectar los lácteos? ¿Tienen quizá un impacto en cómo se prepara el útero o el propio ovario? Los investigadores descubrieron que las mujeres que comían yogur o nata tenían aproximadamente el doble de riesgo de anovulación esporádica, lo que significa que no había ovulación, por lo que algunos meses no había óvulos que fertilizar. Ahora bien, sabemos que la mayoría de los yogures están llenos de azúcar en la actualidad, pero los investigadores lo controlaron y los resultados se mantuvieron después de ajustar el contenido de azúcar, “lo que sugiere que el riesgo de anovulación era independiente del contenido de azúcar incluido en muchos productos de yogures con sabor”. No sabemos si esto fue solo una casualidad o cuál podría ser el mecanismo exactamente, pero si las mujeres se saltan ovulaciones de vez en cuando a lo largo de su vida, ¿podrían terminar con una reserva ovárica de óvulos mayor?

Las mujeres tienen su primer bebé más tarde. Como se puede ver en el punto 02:02 de mi video, ha habido un aumento en las mujeres que tienen bebés a los 30 o 40 y muchos.

Solíamos pensar que la reserva ovárica de óvulos de las mujeres se mantendría relativamente estable hasta que empezaba un rápido declive hacia los 37 años, pero ahora sabemos que parece ser más bien una pérdida gradual de óvulos con el tiempo. En el punto 02:22 de mi video, muestro un gráfico que representa una pérdida constante que comienza en un máximo de fertilidad en la veintena.

Esto mide el “recuento de folículos antrales”, que es una ecografía en la que se puede contar el número de óvulos “preparados” en los ovarios, como puede ver en el punto 02:31 de mi video. Esto es probablemente el mejor reflejo de la verdadera edad reproductiva. Es una medida de la reserva ovárica: cuántos óvulos le quedan a una mujer.

¿Qué tiene esto que ver con la dieta? Unos investigadores en Harvard observaron la asociación de varios niveles de ingesta de proteínas con recuentos de folículos antrales ováricos entre mujeres que tienen problemas para quedarse embarazadas. “Aunque la disminución de la reserva ovárica es una de las principales causas de la infertilidad femenina, el proceso que conduce a la senescencia reproductiva [deterioro con la edad] actualmente no se entiende bien. A la luz de las tendencias emergentes de la población hacia un retraso en la edad de embarazo, identificar factores reversibles (incluida la dieta) que afecten a las tasas individuales de deterioro reproductivo podría tener un valor clínico significativo”.

Los investigadores realizaron ecografías a todas las mujeres, estudiaron sus dietas y concluyeron que una mayor ingesta de proteínas lácteas estaba asociada con un menor recuento de folículos antrales, en otras palabras, con un envejecimiento ovárico acelerado. En el punto 03:39 de mi video, se puede ver un gráfico de no fumadoras: reserva ovárica significativamente menor (se cuentan 12,7 folículos antrales) con la ingesta más elevada de lácteos, que sería como unos 85 gramos de queso al día, en comparación con la ingesta más baja de lácteos (recuento de 16,9 folículos antrales).

¿Qué significan estos números en términos de edad biológica? ¿Un descenso de 16,9 a 12,7 supone realmente una gran diferencia? Como se puede ver en el punto 03:58 de mi video, cuando observamos a mujeres con ovarios muy robustos, un recuento de folículos de 16,9 es lo que podríamos ver en una mujer de 36 o 37 años, mientras que 12,7, que es lo que se puede ver en las mujeres que consumen más lácteos, es lo que se puede ver en una mujer de 50 años muy fértil. Así que estamos hablando de un envejecimiento ovárico de años entre las mujeres con el consumo de lácteos más alto y el más bajo.

Aunque los investigadores no pudieron “identificar el mecanismo subyacente que vincula una mayor ingesta de proteínas lácteas con un menor recuento de folículos antrales ováricos”, tenían conjeturas fundadas. (1) Podrían ser las hormonas esteroideas y los factores de crecimiento o (2) “la contaminación de los productos lácteos con pesticidas y productos químicos alteradores endocrinos, lo que puede afectar negativamente” al desarrollo de estos folículos ováricos y a la competencia del óvulo.

“En cuanto a las primeras [las hormonas], los estudios sugieren que la leche comercial (derivada de animales preñados y no preñados) contiene grandes cantidades de estrógenos, progesterona y otras hormonas placentarias que finalmente se liberan en la cadena alimentaria humana, con una ingesta de lácteos que representa el 60-80 % de los estrógenos consumidos. Los estrógenos de los lácteos superan el procesamiento [sobreviven], aparecen en leche cruda entera de vaca y en productos lácteos comerciales, se encuentran en concentraciones sustancialmente más elevadas con cantidades crecientes de grasa en la leche, sin diferencia aparente entre los productos lácteos orgánicos y los convencionales…” Las hormonas están de forma natural en el cuerpo de las vacas, por lo que no están solo en aquellas a las que inyectan hormonas del crecimiento. Y, una vez que estas hormonas bovinas están dentro del cuerpo humano, se convierten en estrona y estradiol, los principales estrógenos humanos activos. Después de la absorción, los esteroides bovinos pueden afectar a los resultados reproductivos.

Los investigadores afirmaron que se necesitan más estudios y que “es imperativo que estos hallazgos se reproduzcan en estudios prospectivos diseñados para aclarar la biología subyacente a las asociaciones observadas. Esto último podría ser crucial, dado que el consumo de leche de otra especie por parte de los seres humanos es un nuevo comportamiento dietético evolutivo que tiene el potencial de alterar los parámetros reproductivos y puede tener efectos adversos para la salud a largo plazo”.

El video que mencioné sobre los efectos de estos estrógenos y progesterona en hombres y niños prepubescentes es Los efectos de las hormonas de la leche en el cáncer.

Hablo sobre el efecto de los estrógenos de lácteos en la fertilidad masculina en El estrógeno de los productos lácteos y la fertilidad masculina.

¿Qué otros factores pueden afectar a la fertilidad? No te pierdas las publicaciones relacionadas incluidas más abajo.

Key Takeaways

    • Los productos lácteos contribuyen de forma significativa a la cantidad de hormonas esteroideas a las que estamos expuestos en el suministro de alimentos, ya que proporcionan entre el 60 % y el 80 % de los esteroides sexuales femeninos ingeridos. La presencia de estrógenos y progesterona en los productos lácteos tiene implicaciones tanto para los hombres como para los niños prepubescentes, y un mayor riesgo de padecer cáncer de endometrio en las mujeres posmenopáusicas.
    • La ingesta de lácteos se ha asociado con la infertilidad.
    • El consumo de yogur o nata se ha relacionado con un mayor riesgo de anovulación esporádica en mujeres en edad reproductiva. Esto significa que algunos meses no hay ovulación, y por lo tanto no hay óvulo para la fertilización.
    • Se ha relacionado una mayor ingesta de proteínas lácteas con un menor recuento de folículos antrales, lo que indica un envejecimiento ovárico acelerado. 
  • En las mujeres con un mayor consumo de lácteos se registró una reserva ovárica significativamente menor que en las que tenían un menor consumo de lácteos, lo que sugiere posibles implicaciones para la fertilidad.

    • Las mujeres tienen su primer bebé cada vez más tarde en la vida. La reserva ovárica, que antes se creía que disminuía rápidamente después de los 37 años, ahora parece presentar una pérdida gradual con el tiempo, lo que afecta a la fertilidad.
    • Las investigaciones indican que una mayor ingesta de proteínas lácteas se asocia con un envejecimiento ovárico acelerado. Los mecanismos detrás de esta asociación podrían implicar la presencia de hormonas esteroideas y factores de crecimiento en los lácteos o la posible contaminación de estos productos con pesticidas y productos químicos alteradores endocrinos.
    • Se hace hincapié en que se necesitan más investigaciones para confirmar estas asociaciones y comprender los mecanismos biológicos subyacentes. El impacto del consumo de leche de otras especies en los parámetros reproductivos se considera un nuevo comportamiento dietético evolutivo con posibles efectos a largo plazo para la salud.

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