La vitamina C tiene un largo historial de controversia, como podemos comprobar al saber que tuvieron que pasar 40 años desde que se demostró que los cítricos ayudan a curar el escorbuto en el siglo XVIII y la implementación de su consumo habitual para salvar vidas. ¿Es posible que nos encontremos en una situación similar ahora? Hay estudios de los años 70 que muestran como pacientes de cáncer tratados con vitamina C viven de 4 a incluso 20 veces más. Hablo de esto en mi video Suplementos de vitamina C para pacientes con cáncer terminal.
Investigadores de la Mayo Clinic poner a prueba el uso de vitamina C y no consiguieron obtener resultados positivos. La supervivencia de ambos grupo fue básicamente idéntica. De hecho, la única historia exitosa fue un hombre con cáncer de páncreas que no había respondido a la quimioterapia pero empezó a mejorar en este estudio, y seguía vivo 5 años después, a pesar de estar en el grupo del placebo. Era oficial, la vitamina C no funciona. “Casi seguro que los aparentes resultados positivos se debieron a” un sesgo sistemático en los controles históricos escogidos para comparar a las personas que recibieron el tratamiento con el grupo de control, explicó el editorial del National Cancer Institute.
Linus Pauling no estuvo de acuerdo, y se quejó de que la quimioterapia que habían recibido la mayoría de los pacientes de la Mayo Clinic podría haber negado el efecto de la vitamina C. La idea es que si la vitamina C ayuda a fortalecer tu sistema inmunitario pero este se ha quedado destrozado por la quimioterapia, no es ninguna sorpresa que no funcionase. En el estudio original sobre la vitamina C, en el que se obtuvieron resultados increíbles, 4 de cada 100 pacientes habían recibido tratamientos de quimioterapia. Los investigadores de la Mayo Clinic estaban escépticos, pero “Pauling tenía una reputación legendaria por tener razón en este tipo se cosas”, así que “no es una locura tan grande confiar en la intuición de Pauling”. Por ello se llevó a cabo un segundo estudio aleatorizado, doble ciego con grupo de control en pacientes con cáncer avanzado pero que no habían recibido quimioterapia; y una vez más, falló por completo.
Los investigadores no pudieron encontrar ninguna respuesta medible al tratamiento. El cáncer progresó igual de rápido en ambos grupos. De hecho, hasta se podría decir que los del grupo del placebo vivieron más. A los dos años, todos los del grupo de la vitamina C habían muerto, pero aún quedó alguna persona del grupo del placebo que sobrepasó los 3 años. Los investigadores concluyeron que “la terapia con altas dosis de vitamina C no es efectiva contra el cáncer, sin importar si el paciente había recibido quimioterapia o no”.
Como los estudios de la Mayo Clinic se consideraron definitivos, la comunidad médica decidió que la vitamina C era inútil. Sin embargo, en sus estudios la vitamina C fue administrada como suplemento, no de forma intravenosa; quizá la forma de administrarla importa.
En el estudio original, Pauling y sus investigadores habían utilizado la vitamina C infusionando 10 gramos al día de manera intravenosa, mientras en el la Mayo Clinic se intentaron replicar los resultados con suplementos orales. Los pacientes tenían que tomar 20 pastillas al día; era la misma dosis, pero no es lo mismo oral que intravenosa. Tampoco se les puede juzgar por su ignorancia, ya que esto es algo que no se descubrió hasta décadas después.
Resulta que nuestro cuerpo controla muy bien la concentración de vitamina C en sangre, por lo que si ingerimos más de lo que obtendríamos con nuestras 5 raciones de frutas y verduras, nuestro cuerpo reduce su absorción en los intestinos. Por ejemplo, si pasas de comer 200 mg a comer diez veces más (2500 mg), los niveles en sangre solo suben 3mg por litro. “Sin embargo, como las inyecciones intravenosas evitan la absorción del intestino”, puedes obtener niveles mucho más altos en sangre; como 100 o 200 veces más de lo que obtendrías con suplementos. Quizá eso ayude a explicar por qué el primer estudio pació dar resultados muy prometedores pero los siguientes fueron tan malos; quizá sea necesario reevaluar el uso de la vitamina C para el tratamiento del cáncer. Unos investigadores decidieron aceptar el desafío, y hablo de sus resultados en El rol de la vitamina C en el tratamiento del cáncer terminal.
Para aprender más sobre la historia de la vitamina C y el cáncer: Vitamina C intravenosa para pacientes de cáncer terminal.
Para aprender más sobre la vitamina C: ¿Los suplementos de vitamina C previenen los resfriados, pero causan cálculos renales? y ¿Cuál es la ingesta óptima de Vitamina C?.
¿Te protegen del cáncer los cítricos? Puedes enterarte viendo Cáscaras de cítricos y cáncer: ¿sed de vida?.
Un saludo,
Michael Greger
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