La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria María Clara Bori.
Las innovaciones en el campo de la cronobiología (el estudio de nuestro ritmo circadiano) nos ayudan a resolver el misterio de los estudios sobre saltarse calorías por la mañana.
¿De dónde surgió esta idea de que “el desayuno es la comida más importante del día”? El “padre de las relaciones públicas”, Edward Bernays, infame por su campaña “Antorchas de la libertad” que buscaba que las mujeres empezaran a fumar en la década de 1920, recibió fondos de parte de una empresa fabricante de tocino para popularizar el emblemático desayuno a base de tocino y huevos. La función de las relaciones públicas, escribió Bernays en su libro Propaganda, es la “manipulación consciente e ingeniosa de los hábitos y las opiniones organizadas de las masas…”. Los especialistas en relaciones públicas, por ende, “representan un gobierno invisible, que es el verdadero poder gobernante del país…”.
Tu plato del desayuno es un gran negocio. Los intereses de las grandes empresas, como los cabilderos de la industria de los cereales, son acusados de “perpetuar mitos como el valor de desayunar”. Un editorial de la revista The American Journal of Clinical Nutrition instó a los científicos en nutrición a que dijeran la verdad para empoderar y desafiar la opinión popular cuando hiciera falta “incluso cuando estamos cuestionando comidas tradicionales como el pastel”. “En realidad”, concluye el editorial, “puede que no sea mala idea reducir la porción de pastel que comemos”.
Entonces, ¿deberíamos acabar con la fiesta y saltearnos el desayuno para bajar de peso? En mi video ¿Es mejor saltarse el desayuno para mejorar la pérdida de peso? comento que, a pesar de que “el consejo de saltearse el desayuno seguramente va a hacer que los científicos en nutrición se enfrenten contra la poderosa industria alimentaria”, saltearse el desayuno ha sido descrito como “una estrategia sencilla y accesible para reducir el consumo diario total [calórico]”. Por desgracia, parece que no funciona.
La mayoría de los ensayos aleatorizados sobre saltearse el desayuno no encontraron que esto trajera ningún beneficio a la pérdida de peso. ¿Cómo es posible, si saltearse el desayuno implica que no estamos consumiendo calorías? El Proyecto Desayuno de Bath (The Bath Breakfast Project), una famosa serie de experimentos que no sea hicieron un tubo sino en la Universidad de Bath en el Reino Unido, descubrió la clave del misterio. Se asignó a los hombres y las mujeres del estudio a grupos que desayunarían (consumieron al menos 700 calorías antes de las 11 de la mañana) o que ayunarían hasta el mediodía cada día. Como puedes ver en el minuto 2:15 de mi video, ocurrió lo mismo que en otros ensayos similares: el grupo que desayunó, comió un poco menos durante el resto del día, pero aun así consumieron cientos de calorías en exceso en comparación con el grupo que se salteó el desayuno.
Los que desayunaron consumieron más de 500 calorías adicionales por día. A lo largo de seis semanas, eso equivale a más de 20.000 calorías extra. Sin embargo, después de seis semanas, ambos grupos exhibieron la misma variación en la grasa corporal, como puedes ver en el minuto 2:36 de mi video. ¿Cómo es posible que esos miles de calorías simplemente se desvanezcan?
Si se ingerían más calorías pero el peso no varió, entonces se tienen que haber estado quemando más calorías. Y, de hecho, como puedes ver en el minuto 2:52 de mi video, el grupo que desayunó realizó más actividad física de baja intensidad por la mañana que el grupo que se salteó el desayuno. Una actividad de baja intensidad puede ser una caminata distendida o la limpieza del hogar, no ejercicio estructurado per se. Aparentemente, un poco de actividad extra para usar ese exceso de las calorías del desayuno es suficiente. Existe una idea errónea generalizada de que el cuerpo entra en modo de conservación de energía cuando nos salteamos el desayuno y ralentiza la tasa metabólica. Sin embargo, parece que esto no es cierto. Pero quizás nuestro cuerpo, de manera intuitiva, nos hace ir más lento de otras maneras. Cuando nos salteamos el desayuno, el cuerpo tiene menos ganas de moverse.
No obstante,estas actividades extra no compensaron del todo las calorías adicionales que consumió el grupo que desayunó. Todavía nos queda averiguar a dónde fueron a parar cientos de calorías diarias, lo que sugiere que debe haber otro factor detrás de la misteriosa desaparición de las calorías matutinas. Las últimas innovaciones en el campo de la cronobiología (el estudio de los ritmos naturales del cuerpo humano) han cuestionado otro dogma sagrado de la nutrición: la idea de que una caloría es simplemente una caloría. No se trata solo de qué comemos, sino de cuándo comemos. Frente a la misma cantidad de calorías, obtenemos distintos resultado en la pérdida de peso, dependiendo del horario en que comemos.
Solo para darte una idea: como puedes ver en el minuto 4:11 de mi video, una cierta cantidad de calorías, consumidas en el desayuno, engordan muchísimo menos que la misma cantidad exacta de calorías, consumidas en la cena. ¡Alucinante!
Una dieta que incluye un desayuno más abundante permite bajar más de peso que la misma dieta que incluye una cena más abundante, como puedes ver en el minuto 4:23 de mi video. Gracias a nuestro ritmo circadiano, las calorías consumidas por la mañana cuentan “menos” aquellas consumidas por la noche. Entonces, quizás el desayuno debería ser la comida más importante del día, después de todo
Si te perdiste la entrega anterior, visita Friday Favorites: ¿El desayuno sigue siendo la comida más importante para la pérdida de peso?.
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