Friday Favorites: ¿El desayuno sigue siendo la comida más importante para la pérdida de peso?

5/5 - (6 votes)

¿Existe una relación de causa y efecto entre saltarse el desayuno y la obesidad? Nuevos descubrimientos en la cronobiología (el estudio de los ritmos circadianos) podrían ayudar a resolver el misterio de la desaparición de las calorías matutinas en los estudios sobre el desayuno.

Comenta
Comparte

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Cecilia Sassot y Jesica Miotti voluntarios activos en NutritionFacts.org.

El desayuno es ampliamente publicitado como no solo la comida más importante del día en general, sino también específicamente en relación con el descenso de peso. Esto no es solamente un consejo de la cultura pop de revistas masivas, sino que es una idea presentada por instituciones prestigiosas tales como Johns Hopkins, NYU, la Clínica Mayo e incluso el Ministerio de Salud de los Estados Unidos. “¿Quieres adelgazar la cintura?”, pregunta un titular de la Asociación Americana de Dietética. “Prueba con desayunar”, refiriéndose al desayuno como tal vez el mejor secreto guardado en relación a la reducción de peso. ¿Pero es verdad? El boletín informativo de salud de la Facultad de Medicina Duke fue escéptico: “Siempre se consideró la comida más importante del día… Hasta ahora.”

Si bien desayunar ha sido considerado ampliamente como protector contra la obesidad, la creencia es un ejemplo perfecto de distorsión sesgada del registro científico. Nadie puede argumentar que no existe tal asociación entre el peso corporal y el desayuno. Los estudios han demostrado que la obesidad y saltearse el desayuno tienden a ir juntos más allá de todo asomo de duda, de hecho en forma excesiva. En el año 1998, ya teníamos lo que podría considerarse fuerte evidencia de una asociación entre saltearse el desayuno y la obesidad, pero los investigadores continuaron repitiendo tales estudios al punto de la ridiculez. Este metaanálisis descubrió que, en el año 2011, el valor P combinado había llegado 10-42. OK, ¿qué significa esto? ¿Por qué es eso ridículo? En ciencia, el valor P se refiere a la probabilidad de obtener un resultado así de extremo si de hecho no existiera tal efecto. ¿Qué tal pequeña es una probabilidad de 10-42? Tan pequeña como este número. En otras palabras, la probabilidad de que la asociación entre obesidad y saltearse el desayuno fuera solamente una casualidad es menor que la probabilidad de ganar la lotería, no una vez sino cinco veces seguidas, y después ser alcanzado por un rayo y morir. OK, entonces la asociación entre saltearse el desayuno y la obesidad es incuestionable. Sabemos que la asociación es verdadera. Las personas que se saltean el desayuno tienen mayor tendencia a tener sobrepeso; eso está más allá de todo asomo de duda. La pregunta, sin embargo, es si esta férrea relación entre saltearse el desayuno y la obesidad es de hecho de causa y efecto.

Para ilustrar la diferencia entre correlación y causalidad, déjenme compartirles un ejemplo de la manipulación de la ciencia por parte de la industria de los dulces. La Asociación Nacional de Fabricantes de Dulces tuvo el descaro de advertir a los padres que restringir los dulces podría engordar a sus hijos. Ellos justifican esta extravagante declaración con este estudio, el cual por supuesto financiaron, que demostraba que los niños y adolescentes que consumen dulces son significativamente menos proclives a tener sobrepeso o ser obesos. Los investigadores financiados por la industria pasaron a insinuar que esto exonera a los dulces. Pero ¿qué es más probable? ¿Que comer menos dulces produzca obesidad, o más bien que la obesidad lleve a consumir menos dulces? En otras palabras, el consumo más bajo de dulces podría reflejar la consecuencia de la obesidad, no la causa, ya que que los padres de niños obesos intentan restringir las golosinas.

De forma similar, el hallazgo de que aquellos que se saltean el desayuno tienden a ser más pesados es equivalente a decir que aquellos que son más pesados tienden a saltearse el desayuno. ¿No es más probable que los individuos con sobrepeso pudieran estar salteándose el desayuno en un esfuerzo por comer menos, en vez de que comer menos comidas de alguna forma lleve al aumento de peso? Ahora bien, es posible que saltearse el desayuno podría ralentizar el metabolismo o causar que uno comiera de más durante el día y que aumentara de peso, pero esto no se puede saber con certeza hasta ponerlo a prueba.

A veces, los estudios aleatorizados y controlados son inviables, imposibles o antiéticos. Para evaluar si los paracaídas salvan vidas, no se puede lanzar a la mitad de la gente de un avión sin ellos. Pero se puede aleatorizar fácilmente a gente para desayunar o no y ver qué pasa. Y resultó que desayunar no parece afectar el nivel del metabolismo ni suprimir suficientemente el apetito. La mayoría de los estudios, el 95%, hallaron que comer el desayuno tiende a producir un consumo calórico igual o mayor durante el día. Aun cuando las personas comieron más durante el almuerzo después de saltearse el desayuno, no tendieron a comer la cantidad total de calorías de un desayuno, entonces terminaron comiendo menos calorías en total. Por ejemplo, se da a la gente un desayuno de aproximadamente 500 calorías y en el almuerzo podrían comer alrededor de 150 calorías menos que aquellos seleccionados al azar para saltearse el desayuno, pero igual terminarían con un excedente de 350 calorías en relación a quienes no desayunaron. ¿Se traduce esto en un aumento de peso a través del tiempo?

Los investigadores en la Universidad de Brigham Young aleatorizaron a 49 mujeres que habitualmente se salteaban el desayuno para empezar a desayunar o continuar salteándoselo. Si el desayuno de alguna manera lleva mágicamente a la pérdida de peso, entonces el grupo que comienza a desayunar debería beneficiarse. Pero no, comparado a aquellas que continuaron salteándose el desayuno, agregar la comida extra llevó al consumo adicional de cientos de calorías diarias y a casi un cuarto kilo de aumento de peso por semana. Si uno ya desayuna y empieza a salteárselo, ¿perderá peso? Lo descubriremos más adelante.

¿De dónde salió la idea de que el desayuno es la comida más importante del día? El “padre de las relaciones públicas”, Edward Bernays, infame por su campaña “Antorchas de libertad” para hacer que las mujeres comenzaran a fumar en los años 20, fue contratado por una compañía de tocino para popularizar el emblemático desayuno de tocino y huevos. El rol de las relaciones públicas, escribió en su libro titulado “Propaganda”, es la manipulación consciente e inteligente de las opiniones y los hábitos organizados de las masas. Por lo tanto, los especialistas en relaciones públicas “constituyen una forma de gobierno invisible, el verdadero poder reinante en nuestro país…”. 

El desayuno es un gran negocio. Los intereses corporativos poderosos, tales como el grupo de presión del cereal como desayuno, son culpados de perpetuar los mitos acerca de la importancia del desayuno. Este editorial en el American Journal of Clinical Nutrition instó a los científicos nutricionistas a anteponer la verdad al poder y desafiar la sabiduría convencional cuando fuese necesario, “aún cuando parezca que estamos descartando a la maternidad y a la tarta de manzana”. “De hecho”, concluye el editorial, “reducir la porción de la tarta de manzana podría no ser una mala idea tampoco”.

Entonces, ¿deberíamos quitarle el “des” al “desayuno” saltándonos el desayuno para perder peso? Aunque el consejo de eliminar el desayuno “confrontaría a los científicos nutricionistas con la muy fuerte y poderosa industria alimenticia”, saltarse el desayuno ha sido descrito como una estrategia directa y viable para reducir el consumo diario de calorías. Desafortunadamente, parece no funcionar.

La mayoría de los estudios aleatorios controlados donde se elimina el desayuno no encontraron un beneficio de pérdida de peso al omitir el desayuno. ¿Cómo es posible si saltarse el desayuno implica saltarse calorías? El proyecto de desayuno de Bath, una famosa serie de experimentos que no se realizaron desde una tina, sino por la Universidad de Bath en Reino Unido, descubrió una clave para resolver el misterio. Se asignó de forma aleatoria a hombres y mujeres a desayunar (definido como consumir al menos 700 calorías antes de las 11 a.m.) o ayunar hasta el mediodía todos los días. Al igual que en otras pruebas similares, el grupo que consumió desayuno comió un poco menos durante el resto del día, pero aún así terminaron con cientos de calorías en exceso diarias en comparación con los que se saltaron el desayuno. Aquellos que desayunaron consumieron más de 500 calorías más al día. En seis semanas eso sumaría a un total de más de 20,000 calorías adicionales. Sin embargo, después de seis semanas los dos grupos terminaron con exactamente el mismo cambio en la grasa corporal. Esperen… ¿Cómo simplementes desaparecieron de forma efectiva cientos de miles de calorías?

Si entraban más calorías sin cambiar el peso, entonces más calorías han de haber salido. Y, ciertamente, se descubrió que el grupo del desayuno se entablaba espontáneamente en más actividad física de baja intensidad por las mañanas que el grupo que se saltaba el desayuno. Las actividades de baja intensidad incluyen caminatas casuales o actividades ligeras de limpieza en la casa, no ejercicio estructurado en sí, pero aparentemente la suficiente actividad adicional para utilizar la mayoría de aquellas calorías en exceso del desayuno. Hay una creencia popular equivocada de que nuestro cuerpo pasa a un modo de conservación de energía cuando nos saltamos el desayuno, disminuyendo nuestro ritmo metabólico. Eso parece no ser cierto, pero quizás nuestro cuerpo sí nos baja el ritmo intuitivamente en otras maneras. Cuando nos saltamos el desayuno nuestro cuerpo simplemente no parece querer moverse tanto.  

La actividad adicional no compensó completamente la cantidad de calorías agregadas. Parece que todavía nos faltan alrededor de 100 calorías diarias, lo cual sugiere que tal vez exista otro factor que pueda explicar el misterio de las calorías de la mañana desaparecidas. Recientes hallazgos en el campo de la cronobiología, el estudio de los ritmos naturales de nuestro cuerpo, han retado una idea aún más sagrada del dogma de la nutrición; el concepto de que una caloría es una caloría. No es solamente lo que comemos sino cuándo lo comemos. La misma cantidad de calorías lleva a diferente pérdida de peso, dependiendo del horario de las comidas.

Solamente para darte una demostración, el número exacto de calorías en el desayuno es significativamente menos engordante que el mismo número de calorías consumidas en la cena. ¡¿Cómo?! Eso es asombroso. Una dieta con un desayuno más grande causa mayor pérdida de peso que la misma dieta con una cena más grande. Debido a nuestros ritmos circadianos, las calorías de la mañana parecen no contar tanto como las de la noche. Así que tal vez el desayuno  debería ser la comida más importante del día después de todo.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Producción de video Glass Entertainment

Gráficos de Avocado Video

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Cecilia Sassot y Jesica Miotti voluntarios activos en NutritionFacts.org.

El desayuno es ampliamente publicitado como no solo la comida más importante del día en general, sino también específicamente en relación con el descenso de peso. Esto no es solamente un consejo de la cultura pop de revistas masivas, sino que es una idea presentada por instituciones prestigiosas tales como Johns Hopkins, NYU, la Clínica Mayo e incluso el Ministerio de Salud de los Estados Unidos. “¿Quieres adelgazar la cintura?”, pregunta un titular de la Asociación Americana de Dietética. “Prueba con desayunar”, refiriéndose al desayuno como tal vez el mejor secreto guardado en relación a la reducción de peso. ¿Pero es verdad? El boletín informativo de salud de la Facultad de Medicina Duke fue escéptico: “Siempre se consideró la comida más importante del día… Hasta ahora.”

Si bien desayunar ha sido considerado ampliamente como protector contra la obesidad, la creencia es un ejemplo perfecto de distorsión sesgada del registro científico. Nadie puede argumentar que no existe tal asociación entre el peso corporal y el desayuno. Los estudios han demostrado que la obesidad y saltearse el desayuno tienden a ir juntos más allá de todo asomo de duda, de hecho en forma excesiva. En el año 1998, ya teníamos lo que podría considerarse fuerte evidencia de una asociación entre saltearse el desayuno y la obesidad, pero los investigadores continuaron repitiendo tales estudios al punto de la ridiculez. Este metaanálisis descubrió que, en el año 2011, el valor P combinado había llegado 10-42. OK, ¿qué significa esto? ¿Por qué es eso ridículo? En ciencia, el valor P se refiere a la probabilidad de obtener un resultado así de extremo si de hecho no existiera tal efecto. ¿Qué tal pequeña es una probabilidad de 10-42? Tan pequeña como este número. En otras palabras, la probabilidad de que la asociación entre obesidad y saltearse el desayuno fuera solamente una casualidad es menor que la probabilidad de ganar la lotería, no una vez sino cinco veces seguidas, y después ser alcanzado por un rayo y morir. OK, entonces la asociación entre saltearse el desayuno y la obesidad es incuestionable. Sabemos que la asociación es verdadera. Las personas que se saltean el desayuno tienen mayor tendencia a tener sobrepeso; eso está más allá de todo asomo de duda. La pregunta, sin embargo, es si esta férrea relación entre saltearse el desayuno y la obesidad es de hecho de causa y efecto.

Para ilustrar la diferencia entre correlación y causalidad, déjenme compartirles un ejemplo de la manipulación de la ciencia por parte de la industria de los dulces. La Asociación Nacional de Fabricantes de Dulces tuvo el descaro de advertir a los padres que restringir los dulces podría engordar a sus hijos. Ellos justifican esta extravagante declaración con este estudio, el cual por supuesto financiaron, que demostraba que los niños y adolescentes que consumen dulces son significativamente menos proclives a tener sobrepeso o ser obesos. Los investigadores financiados por la industria pasaron a insinuar que esto exonera a los dulces. Pero ¿qué es más probable? ¿Que comer menos dulces produzca obesidad, o más bien que la obesidad lleve a consumir menos dulces? En otras palabras, el consumo más bajo de dulces podría reflejar la consecuencia de la obesidad, no la causa, ya que que los padres de niños obesos intentan restringir las golosinas.

De forma similar, el hallazgo de que aquellos que se saltean el desayuno tienden a ser más pesados es equivalente a decir que aquellos que son más pesados tienden a saltearse el desayuno. ¿No es más probable que los individuos con sobrepeso pudieran estar salteándose el desayuno en un esfuerzo por comer menos, en vez de que comer menos comidas de alguna forma lleve al aumento de peso? Ahora bien, es posible que saltearse el desayuno podría ralentizar el metabolismo o causar que uno comiera de más durante el día y que aumentara de peso, pero esto no se puede saber con certeza hasta ponerlo a prueba.

A veces, los estudios aleatorizados y controlados son inviables, imposibles o antiéticos. Para evaluar si los paracaídas salvan vidas, no se puede lanzar a la mitad de la gente de un avión sin ellos. Pero se puede aleatorizar fácilmente a gente para desayunar o no y ver qué pasa. Y resultó que desayunar no parece afectar el nivel del metabolismo ni suprimir suficientemente el apetito. La mayoría de los estudios, el 95%, hallaron que comer el desayuno tiende a producir un consumo calórico igual o mayor durante el día. Aun cuando las personas comieron más durante el almuerzo después de saltearse el desayuno, no tendieron a comer la cantidad total de calorías de un desayuno, entonces terminaron comiendo menos calorías en total. Por ejemplo, se da a la gente un desayuno de aproximadamente 500 calorías y en el almuerzo podrían comer alrededor de 150 calorías menos que aquellos seleccionados al azar para saltearse el desayuno, pero igual terminarían con un excedente de 350 calorías en relación a quienes no desayunaron. ¿Se traduce esto en un aumento de peso a través del tiempo?

Los investigadores en la Universidad de Brigham Young aleatorizaron a 49 mujeres que habitualmente se salteaban el desayuno para empezar a desayunar o continuar salteándoselo. Si el desayuno de alguna manera lleva mágicamente a la pérdida de peso, entonces el grupo que comienza a desayunar debería beneficiarse. Pero no, comparado a aquellas que continuaron salteándose el desayuno, agregar la comida extra llevó al consumo adicional de cientos de calorías diarias y a casi un cuarto kilo de aumento de peso por semana. Si uno ya desayuna y empieza a salteárselo, ¿perderá peso? Lo descubriremos más adelante.

¿De dónde salió la idea de que el desayuno es la comida más importante del día? El “padre de las relaciones públicas”, Edward Bernays, infame por su campaña “Antorchas de libertad” para hacer que las mujeres comenzaran a fumar en los años 20, fue contratado por una compañía de tocino para popularizar el emblemático desayuno de tocino y huevos. El rol de las relaciones públicas, escribió en su libro titulado “Propaganda”, es la manipulación consciente e inteligente de las opiniones y los hábitos organizados de las masas. Por lo tanto, los especialistas en relaciones públicas “constituyen una forma de gobierno invisible, el verdadero poder reinante en nuestro país…”. 

El desayuno es un gran negocio. Los intereses corporativos poderosos, tales como el grupo de presión del cereal como desayuno, son culpados de perpetuar los mitos acerca de la importancia del desayuno. Este editorial en el American Journal of Clinical Nutrition instó a los científicos nutricionistas a anteponer la verdad al poder y desafiar la sabiduría convencional cuando fuese necesario, “aún cuando parezca que estamos descartando a la maternidad y a la tarta de manzana”. “De hecho”, concluye el editorial, “reducir la porción de la tarta de manzana podría no ser una mala idea tampoco”.

Entonces, ¿deberíamos quitarle el “des” al “desayuno” saltándonos el desayuno para perder peso? Aunque el consejo de eliminar el desayuno “confrontaría a los científicos nutricionistas con la muy fuerte y poderosa industria alimenticia”, saltarse el desayuno ha sido descrito como una estrategia directa y viable para reducir el consumo diario de calorías. Desafortunadamente, parece no funcionar.

La mayoría de los estudios aleatorios controlados donde se elimina el desayuno no encontraron un beneficio de pérdida de peso al omitir el desayuno. ¿Cómo es posible si saltarse el desayuno implica saltarse calorías? El proyecto de desayuno de Bath, una famosa serie de experimentos que no se realizaron desde una tina, sino por la Universidad de Bath en Reino Unido, descubrió una clave para resolver el misterio. Se asignó de forma aleatoria a hombres y mujeres a desayunar (definido como consumir al menos 700 calorías antes de las 11 a.m.) o ayunar hasta el mediodía todos los días. Al igual que en otras pruebas similares, el grupo que consumió desayuno comió un poco menos durante el resto del día, pero aún así terminaron con cientos de calorías en exceso diarias en comparación con los que se saltaron el desayuno. Aquellos que desayunaron consumieron más de 500 calorías más al día. En seis semanas eso sumaría a un total de más de 20,000 calorías adicionales. Sin embargo, después de seis semanas los dos grupos terminaron con exactamente el mismo cambio en la grasa corporal. Esperen… ¿Cómo simplementes desaparecieron de forma efectiva cientos de miles de calorías?

Si entraban más calorías sin cambiar el peso, entonces más calorías han de haber salido. Y, ciertamente, se descubrió que el grupo del desayuno se entablaba espontáneamente en más actividad física de baja intensidad por las mañanas que el grupo que se saltaba el desayuno. Las actividades de baja intensidad incluyen caminatas casuales o actividades ligeras de limpieza en la casa, no ejercicio estructurado en sí, pero aparentemente la suficiente actividad adicional para utilizar la mayoría de aquellas calorías en exceso del desayuno. Hay una creencia popular equivocada de que nuestro cuerpo pasa a un modo de conservación de energía cuando nos saltamos el desayuno, disminuyendo nuestro ritmo metabólico. Eso parece no ser cierto, pero quizás nuestro cuerpo sí nos baja el ritmo intuitivamente en otras maneras. Cuando nos saltamos el desayuno nuestro cuerpo simplemente no parece querer moverse tanto.  

La actividad adicional no compensó completamente la cantidad de calorías agregadas. Parece que todavía nos faltan alrededor de 100 calorías diarias, lo cual sugiere que tal vez exista otro factor que pueda explicar el misterio de las calorías de la mañana desaparecidas. Recientes hallazgos en el campo de la cronobiología, el estudio de los ritmos naturales de nuestro cuerpo, han retado una idea aún más sagrada del dogma de la nutrición; el concepto de que una caloría es una caloría. No es solamente lo que comemos sino cuándo lo comemos. La misma cantidad de calorías lleva a diferente pérdida de peso, dependiendo del horario de las comidas.

Solamente para darte una demostración, el número exacto de calorías en el desayuno es significativamente menos engordante que el mismo número de calorías consumidas en la cena. ¡¿Cómo?! Eso es asombroso. Una dieta con un desayuno más grande causa mayor pérdida de peso que la misma dieta con una cena más grande. Debido a nuestros ritmos circadianos, las calorías de la mañana parecen no contar tanto como las de la noche. Así que tal vez el desayuno  debería ser la comida más importante del día después de todo.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Producción de video Glass Entertainment

Gráficos de Avocado Video

Nota del Doctor

*Alerta de spoiler* Irónicamente, el desayuno podría de hecho ser la comida más importante para el descenso de peso según la cronobiología, los efectos de nuestros ritmos circadianos. Ya que estamos en tema, ¿Cuál es mejor desayuno: los cereales o la avena? Podrán saberlo en el video.

¿Desperté tu interés en la cronobiología? Si es así, tienes suerte porque tenemos unos cuantos videos que saldrán en las siguientes semanas. Aquí tienes un adelanto: 

Y para inspirarte un poco en cuanto a desayunos, dale un vistazo a Un desayuno mejor, y a mis videos de recetas para un batido de vegetales y un tazón de cereal del libro de recetas de Comer para no morir.

Si no lo has hecho aún, puedes suscribirte a mis videos de forma gratuita haciendo click aquí. Lee esta información importante sobre las traducciones aquí.

Los videos fue publicados originalmente el 6  y el 8 de enero de 2020.

Si no lo has hecho aún, puedes suscribirte a mis videos de forma gratuita haciendo click aquí. Lee esta información importante sobre las traducciones aquí.

Sucríbete a nuestra newsletter gratuita y, además de mantenerte al tanto de la ciencia, recibirás de regalo la receta de wraps de garbanzos al curry del recetario de Comer para no morir.

Pin It en Pinterest

Share This