Los programas de bienestar y salud en el trabajo puestos a prueba

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¿Por qué hay tantos programas de bienestar en el trabajo que no funcionan?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Rosario Ribeiro voluntaria activa en NutritionFacts.org.

¿Cuánto cuesta una vida humana? Idealmente, nos gusta pensar que no tiene precio. Cada vida tiene un valor incalculable, pero existen recursos limitados y decisiones políticas que tomar, lo que lleva a la creación de documentos fascinantes como este: la rentabilidad de 500 intervenciones que salvan vidas, 587 para ser más exactos. Algunas de ellas cuestan más de 10 mil millones de dólares al año por vidas salvadas. En general, el costo promedio de las intervenciones es $42 000, que es lo que cuesta salvar a alguien que coloca luces de tránsito en los cruces de los ferrocarriles en un año. Entonces, ¿cómo podemos justificar no instalarlas? Bueno, se podrían salvar más vidas con el mismo dinero si se agregan pavimentos acanalados en las carreteras. Pero si de verdad te interesa salvar a los conductores, podrías salvar cerca de 100 veces más vidas  invirtiendo ese mismo dinero en campañas publicitarias para fomentar el uso del cinturón de seguridad.

Pero si de verdad quieres mérito, si quieres evitar invertir demasiado dinero, existen algunas intervenciones que ahorran más recursos de lo que cuestan. La mayoría de las intervenciones cuestan $10 000 o más por año de vidas salvadas, pero mira esto. No solo tienen un valor neutro, sino que significa que puedes salvar vidas mientras ahorras dinero – estamos hablando de una idea accesible.

Por ejemplo, algunos estudios sugieren que “los programas de salud en el trabajo generan ganancias”. No solo ahorrarás más de lo que estás invirtiendo, sino que potencialmente triplicarás tu dinero al invertir en salud. Pero debido a que la participación de los empleados es casi siempre voluntaria, esto introduce la idea del espectro del sesgo de selección, donde solo la gente saludable se interesa por los programas de salud en primer lugar. De hecho, durante el año previo a una intervención de salud, aquellos que luego se anotarían en el programa tenían menos gastos médicos y comportamientos más saludables que aquellos no interesados en el mismo, por lo que no hay duda de que a los primeros iba a irles mejor que a los colegas que no querían participar, incluso si el programa de salud no hubiese tenido ningún beneficio. Afortunadamente, existe un número creciente de ensayos clínicos aleatorizados sobre programas de salud para comprobar la causa y efecto, y para poder responder la pregunta “¿los programas de promoción de salud en el trabajo funcionan?, particularmente importante ya que la industria de salud en el trabajo es una industria multimillonaria en la actualidad.

Uno de los estudios aleatorizados más recientes fue publicado en el Journal of the American Medical Association. Cientos de empleados fueron aleatorizados a un programa de salud laboral en BJ´s Wholesale Club. Aunque los participantes afirmaron que pudieron poner en práctica más hábitos saludables, como hacer ejercicio de forma regular; no hubo cambios significativos en cuanto a las medidas clínicas de salud o a los gastos y utilización del sistema de salud. Los autores afirmaron que tendremos que moderar nuestras expectativas sobre la rentabilidad de las inversiones que los programas de salud pueden brindar, al menos a corto plazo.

Ahora, algunos aseguran que incluso un programa “break-even” – es decir uno que no tiene costos adicionales para la empresa pero que produce un cambio significativo en los empleados, podría ser una inversión que valga la pena. Pero quizás, la evidencia creciente que comprueba que los efectos de los programas de salud son limitados o indeterminados, debería fomentar a las compañías de salud y a los empleadores a evaluar los programas para tratar de mejorarlos. Por ejemplo, en una encuesta de 162 programas de salud de empresas, solo un tercio ofrecía asesoramiento de nutrición. Incluso el asesoramiento, implica más que solo tratar de convencer a la gente de que se cuide más y mejor. Se requiere que la empresa cree un ambiente en donde un estilo de vida saludable sea la opción tradicional. ¿Qué es lo que promocionan en la cafetería de la compañía, por ejemplo? ¿Qué se sirve en las reuniones y en las máquinas expendedoras?

Un programa de gestión de estilo de vida en PepsiCo no logró salvar el dinero de la compañía, pero me pregunto si alguno de los componentes del programa de salud de PepsiCo – Healthy Living, le pedía a sus empleados que no comieran o tomaran algunos de sus productos.

De hecho, si volvemos al caso de BJ, un porcentaje de los empleados afirmó que comenzaron a ejercitar con mayor regularidad, pero en cuanto a la nutrición, fue un completo fracaso, con respecto a hábitos tales como tomar menos gaseosas o consumir más frutas y verduras. 

En una revisión sistemática de las revisiones sistemáticas sobre la efectividad de las intervenciones nutricionales en el lugar de trabajo, la mejora promedio del consumo de frutas y verduras combinadas fue de 0.7 porciones al día. No es sorprendente que estos programas no estén mejorando.

En Wealth of Nations, Adam Smith escribió que los empleados tienen menos probabilidades de ser productivos “cuando están enfermos más tiempo del que están sanos”. La enfermedad “no puede permitir la disminución de la producción de su industria”. Quizás necesiten más productos que solo 0.7 porciones al día.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Rosario Ribeiro voluntaria activa en NutritionFacts.org.

¿Cuánto cuesta una vida humana? Idealmente, nos gusta pensar que no tiene precio. Cada vida tiene un valor incalculable, pero existen recursos limitados y decisiones políticas que tomar, lo que lleva a la creación de documentos fascinantes como este: la rentabilidad de 500 intervenciones que salvan vidas, 587 para ser más exactos. Algunas de ellas cuestan más de 10 mil millones de dólares al año por vidas salvadas. En general, el costo promedio de las intervenciones es $42 000, que es lo que cuesta salvar a alguien que coloca luces de tránsito en los cruces de los ferrocarriles en un año. Entonces, ¿cómo podemos justificar no instalarlas? Bueno, se podrían salvar más vidas con el mismo dinero si se agregan pavimentos acanalados en las carreteras. Pero si de verdad te interesa salvar a los conductores, podrías salvar cerca de 100 veces más vidas  invirtiendo ese mismo dinero en campañas publicitarias para fomentar el uso del cinturón de seguridad.

Pero si de verdad quieres mérito, si quieres evitar invertir demasiado dinero, existen algunas intervenciones que ahorran más recursos de lo que cuestan. La mayoría de las intervenciones cuestan $10 000 o más por año de vidas salvadas, pero mira esto. No solo tienen un valor neutro, sino que significa que puedes salvar vidas mientras ahorras dinero – estamos hablando de una idea accesible.

Por ejemplo, algunos estudios sugieren que “los programas de salud en el trabajo generan ganancias”. No solo ahorrarás más de lo que estás invirtiendo, sino que potencialmente triplicarás tu dinero al invertir en salud. Pero debido a que la participación de los empleados es casi siempre voluntaria, esto introduce la idea del espectro del sesgo de selección, donde solo la gente saludable se interesa por los programas de salud en primer lugar. De hecho, durante el año previo a una intervención de salud, aquellos que luego se anotarían en el programa tenían menos gastos médicos y comportamientos más saludables que aquellos no interesados en el mismo, por lo que no hay duda de que a los primeros iba a irles mejor que a los colegas que no querían participar, incluso si el programa de salud no hubiese tenido ningún beneficio. Afortunadamente, existe un número creciente de ensayos clínicos aleatorizados sobre programas de salud para comprobar la causa y efecto, y para poder responder la pregunta “¿los programas de promoción de salud en el trabajo funcionan?, particularmente importante ya que la industria de salud en el trabajo es una industria multimillonaria en la actualidad.

Uno de los estudios aleatorizados más recientes fue publicado en el Journal of the American Medical Association. Cientos de empleados fueron aleatorizados a un programa de salud laboral en BJ´s Wholesale Club. Aunque los participantes afirmaron que pudieron poner en práctica más hábitos saludables, como hacer ejercicio de forma regular; no hubo cambios significativos en cuanto a las medidas clínicas de salud o a los gastos y utilización del sistema de salud. Los autores afirmaron que tendremos que moderar nuestras expectativas sobre la rentabilidad de las inversiones que los programas de salud pueden brindar, al menos a corto plazo.

Ahora, algunos aseguran que incluso un programa “break-even” – es decir uno que no tiene costos adicionales para la empresa pero que produce un cambio significativo en los empleados, podría ser una inversión que valga la pena. Pero quizás, la evidencia creciente que comprueba que los efectos de los programas de salud son limitados o indeterminados, debería fomentar a las compañías de salud y a los empleadores a evaluar los programas para tratar de mejorarlos. Por ejemplo, en una encuesta de 162 programas de salud de empresas, solo un tercio ofrecía asesoramiento de nutrición. Incluso el asesoramiento, implica más que solo tratar de convencer a la gente de que se cuide más y mejor. Se requiere que la empresa cree un ambiente en donde un estilo de vida saludable sea la opción tradicional. ¿Qué es lo que promocionan en la cafetería de la compañía, por ejemplo? ¿Qué se sirve en las reuniones y en las máquinas expendedoras?

Un programa de gestión de estilo de vida en PepsiCo no logró salvar el dinero de la compañía, pero me pregunto si alguno de los componentes del programa de salud de PepsiCo – Healthy Living, le pedía a sus empleados que no comieran o tomaran algunos de sus productos.

De hecho, si volvemos al caso de BJ, un porcentaje de los empleados afirmó que comenzaron a ejercitar con mayor regularidad, pero en cuanto a la nutrición, fue un completo fracaso, con respecto a hábitos tales como tomar menos gaseosas o consumir más frutas y verduras. 

En una revisión sistemática de las revisiones sistemáticas sobre la efectividad de las intervenciones nutricionales en el lugar de trabajo, la mejora promedio del consumo de frutas y verduras combinadas fue de 0.7 porciones al día. No es sorprendente que estos programas no estén mejorando.

En Wealth of Nations, Adam Smith escribió que los empleados tienen menos probabilidades de ser productivos “cuando están enfermos más tiempo del que están sanos”. La enfermedad “no puede permitir la disminución de la producción de su industria”. Quizás necesiten más productos que solo 0.7 porciones al día.

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Gráficos de Avo Media

Nota del Doctor

Si te perdiste el video anterior, aquí los tienes: El retorno sobre la inversión de los programas de bienestar de los trabajadores.

Ve mis videos sobre dos programas exitosos: Un programa de bienestar en el trabajo que sí funcionaAlimentación basada en plantas para mejorar el humor y la productividad.

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