Respuesta de la industria a que se haya nombrado a la carne como un carcinógeno

Image Credit: Pixabay. Esta imagen ha sido modificada.

El informe más extenso de la historia sobre la dieta y el cáncer está siendo continuamente actualizado con todas las nuevas investigaciones que salen a la luz. Como cuento en mi video La palatabilidad de la prevención del cáncer, en la actualización de hace unos años sobre cáncer colorrectal se implicó a varios tipos de carnes, incluidas las procesadas, como “causa convincente de cáncer colorrectal”; este es su mayor nivel de evidencia, que significa básicamente “más allá de toda duda razonable”. Más recientemente, la OMS ha confirmado que las carnes procesadas son cancerígenas. El mensaje principal era que “la mejor prevención contra el cáncer colorrectal es una combinación de mayor actividad física y una dieta rica en fibra y pobre en productos cárnicos”. Una reducción de lo que equivaldría a la carne de la mitad de un sándwich de pavo puede disminuir el número total de casos de cáncer colorrectal hasta un 20%. Existen varias consecuencias de esta actualización de las pautas sobre el cáncer, pero un artículo de la Meat Science (Ciencia Cárnica) decidió “enfocarse en la historia desde el punto de vista del consumidor, ya que [a su parecer,] cada consumidor es un paciente, y viceversa, en algún momento del futuro”, pero las enfermedades crónicas no tienen por qué ser una consecuencia invariable del envejecimiento.

“Aunque la evidencia epidemiológica de la relación entre el riesgo de padecer (¡como mínimo!) cáncer colorrectal y el consumo de carnes procesadas no se puede negar“, sugieren que es necesario investigar más. Por ejemplo, compara el riesgo de consumir carne con otras prácticas de riesgo como beber alcohol, la falta de actividad física, la obesidad y fumar. Si la comparas con el cáncer de pulmón y fumar, ¡tal vez la carne no pinte tan mal! 

Sin embargo, es probable que los consumidores ni siquiera sepan de la existencia de estas pautas para la prevención del cáncer. “Los consumidores, hoy en día, están saturados de información. Por eso es probable que la diseminación de la actualización de las pautas contra el cáncer colorrectal desaparezca entre tal mar de información. Aunque los consumidores la vean, la industria cárnica no cree que les vaya a importar demasiado.

Ya que para muchos consumidores en occidente “el papel de la salubridad, aunque sea importante, no se acerca al de la satisfacción del sabor de la carne y productos cárnicos a la hora de motivar su decisión. Es por ello cuestionable que las recomendaciones actuales basadas en los efectos cancerígenos del consumo de carne animal generen cambios sustanciales en el comportamiento de los consumidores”. 

Doctores y profesionales de la nutrición mantienen esta actitud condescendiente de que a la gente no le importa lo suficiente su salud como para cambiar. El ya clásico artículo de The American Journal of Clinical Nutritionuna revista líder en nutrición, se mofó de la idea de que la gente pudiera cambiar a una “dieta prudente” y reducir el consumo de proteína y grasa animal, sin importar cuánto cáncer pudiera prevenir. “Las probabilidades de reducir el consumo de grasas, alimentos ricos en proteínas, o cualquier otro alimento en una medida significativa para evitar el cáncer de colon son casi nulas”. Por ejemplo, considera la enfermedad cardiaca. Sabemos que podemos prevenir y tratar la enfermedad cardiaca con el mismo tipo de dieta, pero el público simplemente no lo hace. “La dieta [dicen] perdería demasiada palatabilidad”.  

En otras palabras, “la gran palatabilidad del jamón sobrepasa ampliamente otras consideraciones… [aunque] la salud y el bienestar son factores de cada vez mayor importancia en las decisiones del consumidor”. Un artículo de 1998 de Meat Science temía que “a menos que comer carne animal se vuelva compatible con una alimentación íntegra, sana y segura, esta tendrá un papel secundario en la dieta de los países desarrollados durante la próxima década”. Su predicción no se cumplió. Si observamos los datos del consumo de carne por persona de los últimos 30 años, vemos que va subiendo y subiendo. En 1998, cuando se publicó el artículo en Meat Science sobre el consumo de carne animal en la próxima década, vemos que el consumo de carne aumentó aún más, pero después pareció estancarse, antes de caer en picado. El consumo de carne descendió alrededor de un 10% , pero luego volvió a subir. Aun así, millones de estadounidenses están reduciendo su consumo de carne.

Así que no me digas que la gente no está dispuesta a cambiar su alimentación. De todas formas, seguimos recibiendo recomendaciones y pautas dietéticas muy diluidas, ya que lo que hacen las autoridades pertinentes es preguntarse “¿qué tipo de cambios dietéticos podrían ser aceptables para el público?”, en vez de contarnos qué dice la mejor ciencia disponible y dejar que decidamos por nosotros mismos cómo alimentarnos y cómo alimentar a nuestras familias.


¿Cuánto cáncer provoca el fiambre? Buena pregunta, ¡no te pierdas este video para descubrirlo!

¿Podemos simplemente reducir nuestro consumo de carne para alargar nuestra esperanza de vida? Puedes descubrirlo en ¿Los flexitarianos viven más?. Para un resumen sobre la prevención del cáncer, Cómo no morir de cáncer.

Creo que el papel de las autoridades sanitarias es compartir con sus pacientes las ventajas y desventajas de todas las opciones, y dejar que los pacientes, sus familias y sus médicos decidan juntos qué es lo mejor para ellos. Tengo unos cuantos videos sobre este tema: 

Un saludo,

Michael Greger

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