La dieta óptima: “dígalo sin rodeos, doctor”

4/5 - (6 votes)

¿Por qué hay reticencia al dar al público las recomendaciones que les evitarán padecimientos cardíacos prevenibles y muerte prematura?

Comenta
Comparte

¿Por qué existe reticencia a dar al público las recomendaciones necesarias que les eviten padecimientos cardíacos o su progresión?  La posición del Consejo Nacional de Investigación fue que una recomendación de grasa en la dieta menor a 30% sería demasiado frustrante para aquellos tratando de alcanzar una reducción tan significativa. Aunque es incierto hasta qué punto se adaptaría la gente a esta recomendación, es científica y éticamente imperativo informar al público qué es lo que constituye una dieta óptima. Debemos decirle al público la verdad acerca de qué es lo mejor para su salud, y dejar que ellos decidan el grado de cumplimiento por sí mismos.

Cuando se retó a un panel de expertos con la pregunta, “¿Qué le recomendarías a un paciente que dice: “Haré cualquier cosa, pero nunca quiero padecer de una enfermedad cardíaca”, o, “He tenido un ataque cardíaco, y nunca quiero sufrir otro.¡Punto!”? Las respuestas variaron entre: “Hazlos comer frijoles, frijoles y más frijoles”, hasta: “es tiempo de que la gente adopte una dieta basada en plantas”.

No se trata de vegetarianismo. Los vegetarianos consumen toda clase de comida chatarra. De hecho, los veganos también. Éste nuevo paradigma se trata de exclusivamente de una nutrición basada en plantas. Alimentos de plantas integrales. ¿Por qué exclusivamente? Porque, tal como fue reportado en El Estudio de China, por Cornell, no parece haber un umbral al aumentar la proporción de alimentos vegetales en el que se dejen de apreciar sus beneficios. Todo indica que entre más alimentos vegetales y menos alimentos de origen animal, mejor.

Ahora, Esselstyn es muy consciente del castigo que acompaña recomendar una dieta basada en plantas–que la recomendación será tratada con escepticismo y hostilidad por parte del público en general, aunque cada vez menos en estos días mientras millones saltan al tren de la dieta basada en plantas. Pero esa hostilidad es peculiar, ya que muchas culturas se sostienen con ese tipo de dieta, disfrutando de su sabor, textura y variedad, así como sus cualidades promotoras de salud. Sin embargo, la preferencia en la dieta es algo profundamente personal, y uno puede ofenderse fácilmente. Sin embargo, el público tiene el derecho a saber la verdad tal como lo entienden los expertos en biología nutricional acerca de lo qué constituye la dieta más segura y saludable. Algunos critican ésta dieta exclusivamente basada en plantas como extrema, o draconiana. El diccionario Webster define draconiano como “inhumanamente cruel”. Un vistazo cercano revela que “extremo” o “inhumanamente cruel” no describe a la nutrición basada en plantas, si no a las consecuencias de nuestra dieta occidental actual. Tener que cortar el esternón a la mitad para una cirugía de bypass, o un derrame cerebral que lo deja a uno inválido y sin poder hablar, se puede interpretar como extremo, y tener un seno, próstata, colón, o el recto extirpado como tratamiento al cáncer puede parecer inhumanamente cruel. Eso sí es extremo. Comer un burrito de frijoles es fácil.

La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por “Omar Acosta” y Alberto Martínez de Santos Claudio.

 

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

 

Imágenes gracias a Jeff Eaton vía Flickr

¿Por qué existe reticencia a dar al público las recomendaciones necesarias que les eviten padecimientos cardíacos o su progresión?  La posición del Consejo Nacional de Investigación fue que una recomendación de grasa en la dieta menor a 30% sería demasiado frustrante para aquellos tratando de alcanzar una reducción tan significativa. Aunque es incierto hasta qué punto se adaptaría la gente a esta recomendación, es científica y éticamente imperativo informar al público qué es lo que constituye una dieta óptima. Debemos decirle al público la verdad acerca de qué es lo mejor para su salud, y dejar que ellos decidan el grado de cumplimiento por sí mismos.

Cuando se retó a un panel de expertos con la pregunta, “¿Qué le recomendarías a un paciente que dice: “Haré cualquier cosa, pero nunca quiero padecer de una enfermedad cardíaca”, o, “He tenido un ataque cardíaco, y nunca quiero sufrir otro.¡Punto!”? Las respuestas variaron entre: “Hazlos comer frijoles, frijoles y más frijoles”, hasta: “es tiempo de que la gente adopte una dieta basada en plantas”.

No se trata de vegetarianismo. Los vegetarianos consumen toda clase de comida chatarra. De hecho, los veganos también. Éste nuevo paradigma se trata de exclusivamente de una nutrición basada en plantas. Alimentos de plantas integrales. ¿Por qué exclusivamente? Porque, tal como fue reportado en El Estudio de China, por Cornell, no parece haber un umbral al aumentar la proporción de alimentos vegetales en el que se dejen de apreciar sus beneficios. Todo indica que entre más alimentos vegetales y menos alimentos de origen animal, mejor.

Ahora, Esselstyn es muy consciente del castigo que acompaña recomendar una dieta basada en plantas–que la recomendación será tratada con escepticismo y hostilidad por parte del público en general, aunque cada vez menos en estos días mientras millones saltan al tren de la dieta basada en plantas. Pero esa hostilidad es peculiar, ya que muchas culturas se sostienen con ese tipo de dieta, disfrutando de su sabor, textura y variedad, así como sus cualidades promotoras de salud. Sin embargo, la preferencia en la dieta es algo profundamente personal, y uno puede ofenderse fácilmente. Sin embargo, el público tiene el derecho a saber la verdad tal como lo entienden los expertos en biología nutricional acerca de lo qué constituye la dieta más segura y saludable. Algunos critican ésta dieta exclusivamente basada en plantas como extrema, o draconiana. El diccionario Webster define draconiano como “inhumanamente cruel”. Un vistazo cercano revela que “extremo” o “inhumanamente cruel” no describe a la nutrición basada en plantas, si no a las consecuencias de nuestra dieta occidental actual. Tener que cortar el esternón a la mitad para una cirugía de bypass, o un derrame cerebral que lo deja a uno inválido y sin poder hablar, se puede interpretar como extremo, y tener un seno, próstata, colón, o el recto extirpado como tratamiento al cáncer puede parecer inhumanamente cruel. Eso sí es extremo. Comer un burrito de frijoles es fácil.

La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por “Omar Acosta” y Alberto Martínez de Santos Claudio.

 

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

 

Imágenes gracias a Jeff Eaton vía Flickr

Nota del Doctor

¿Cuáles deberían de ser las recomendaciones de ingesta de colesterol para la prevención de nuestro asesino número uno? Mira el video anterior: Todo con moderación, ¿incluso las enfermedades cardíacas?

Para leer más acerca de estrategias de estilo vida para enfermedades crónicas – las cuales pueden ser a veces no solo más baratas y seguras, si no más efectivas que las estrategias farmacológicas o quirúrgicas–mira alguno de mis otros videos, tales como:

Si no lo has hecho aún, puedes suscribirte a mis videos de forma gratuita haciendo click aquí.

Si no lo has hecho aún, puedes suscribirte a mis videos de forma gratuita haciendo click aquí. Lee esta información importante sobre las traducciones aquí.

Sucríbete a nuestra newsletter gratuita y, además de mantenerte al tanto de la ciencia, recibirás de regalo la receta de wraps de garbanzos al curry del recetario de Comer para no morir.

Pin It en Pinterest

Share This