¿De dónde vienen los coronavirus letales como el MERS-CoV?

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En los últimos 17 años hemos tenido tres epidemias letales de coronavirus, pero ¿de dónde vienen las enfermedades emergentes?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Irene Belmonte voluntaria activa en NutritionFacts.org.

El 30 de diciembre de 2019, la noche previa a la Víspera de Año Nuevo, el doctor Li Wenliang, un oftalmólogo del Hospital Central de Wuhan en la provincia China de Hubei, envió un mensaje a sus compañeros en el que les alertaba de un número preocupante de casos de neumonía. Como respuesta, le detuvieron por “difundir rumores falsos”, le enviaron a la Oficina de Salud Pública y le reprendieron por hacer “comunicados falsos que atentaban contra el orden público”. Treinta y nueve días después, tras haberse infectado con el mismo virus del que había intentado advertir a sus compañeros, murió con solo treinta y tres años. Para entonces, la enfermedad ya se había esparcido a docenas de países. Mi nuevo libro, “Cómo sobrevivir en una pandemia”, está dedicado a la memoria del doctor Li. 

En su mensaje se leía: “7 casos de SARS confirmados en el mercado de mariscos de Hoo-ah-nin”. El SARS, que son las siglas de Severe Acute Respiratory Syndrome (síndrome respiratorio agudo grave), fue el causante del primer brote mortal provocado por un tipo de coronavirus en 2003. Por desgracia, Carlo Urbani, el primer doctor que alertó al mundo de la epidemia, también murió a causa de la enfermedad.

Los coronavirus reciben ese nombre porque, cuando se observan con un microscopio electrónico, (su nombre proviene del Latin corona) las proteínas en forma de punta que salen de su superficie parecen una corona. Estoy seguro de que ya han visto muchísimas imágenes, pero esto es exactamente lo que se ve cuando se mira a través de un microscopio electrónico: un halo de puntas. Estos virus en realidad provienen de las gallinas. El primero que se descubrió fue el que causaba una enfermedad llamada bronquitis infecciosa aviaria. Este es el tipo de coronavirus COVID-19. Cuesta un poco ver las puntas, pero en esta versión a color se ven mucho más claras. 

Antes del gran brote de SARS en 2003, solo se conocían dos tipos de coronavirus que afectasen a los humanos, y ambos causaban algo más serio que un resfriado común. Sin embargo, de cada diez personas infectadas con el SARS, una moría. Su tasa de mortalidad era del 10 %. 

Una década más tarde, en 2012, apareció otro coronavirus mortal: el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio). Como el SARS, el MERS se esparció hasta infectar a miles de personas en docenas de países, aunque, esta vez, morían uno de cada tres infectados. ¡La tasa de mortalidad era de más del 30%!

Pero ¿de dónde aparecieron? ¿De dónde salen este tipo de enfermedades infecciosas? De acuerdo con el CDC y un estudio de referencia acerca de los factores de riesgo de enfermedades emergentes en humanos, tres cuartas partes de las nuevas enfermedades que nos afectan provienen de los animales, y el porcentaje podría ser aún mayor en lo que respecta a enfermedades virales infecciosas. Todas ellas se podrían haber originado en los animales y haberse transmitido por zoonosis, es decir, de animales a humanos. 

En el caso de los coronavirus, la mayoría de los que afectan a humanos parecen haberse originado en los murciélagos. El motivo por el cual estos son el huésped perfecto es porque pueden formar colonias de hasta 200.000 individuos y volar cientos de kilómetros, con lo que adquieren y esparcen nuevas cepas de virus. Es posible que su única herramienta de navegación, la ecolocalización, haga que la transmisión entre murciélagos sea aún más eficiente, ya que emiten secreciones a través de la nariz o de la boca. 

Sin embargo, esta enfermedad no nos ha llegado directamente de los murciélagos. Se considera que estos son el huésped primordial, el “acervo genético” en el cual los fragmentos de genes de los coronavirus se pueden cruzar. Pero parece que es necesario que exista un huésped intermediario que permita saltar la barrera entre especies para infectar a los humanos. Un huésped en el que los virus se puedan adaptar, crecer y llegar hasta las personas. En el caso del MERS, eran los camellos. 

En Arabia Saudí se encontró un murciélago que portaba el MERS, pero se cree que el mayor factor de riesgo de infección en humanos surge del contacto con fluidos corporales (las secreciones nasales, en particular) de camellos infectados. Una vez estos contagian a varias personas, el MERS se empieza a esparcir entre la población.

Por supuesto, aquellos cuyos negocios dependían de los camellos, negaron cualquier relación entre estos y el MERS. En respuesta a las recomendaciones de que aquellos en contacto con estos animales debían “llevar equipos de protección personal adecuados en todo momento”, lanzaron una campaña en las redes sociales llamada (y no me lo estoy inventando) “Besa a tu camello”.

Pero si domesticamos a los camellos hace tres mil años. ¿Desde cuándo sus babas son el beso de la muerte? Según las muestras de sangre, hacía décadas que eran portadores del MERS y nunca lo habían transmitido a humanos. ¿Por qué ahora sí?

Antes, los camellos pastaban al aire libre, pero a medida que se iban criando más y más y el pastoreo excesivo llevó a la desertificación del terreno, la industria se vio obligada a trasladarlos a miles de granjas de camellos en las que vivían confinados en naves masificadas. Se cree que el contacto entre tantísimos camellos y los trabajadores fue lo que provocó la transmisión del MERS de animales a humanos. En 2011, se prohibió el pastoreo al aire libre en Qatar, el país de Oriente Medio con mayor densidad de camellos. Al año siguiente, surgieron los primeros casos de MERS en humanos. 

En mi próximo video, hablaré de la aparición del coronavirus SARS y de la causa del brote de COVID-19.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Gráficos de AvoMedia

Imagen: Islam Elzayat vía pngtree.com. La imagen ha sido modificada.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Irene Belmonte voluntaria activa en NutritionFacts.org.

El 30 de diciembre de 2019, la noche previa a la Víspera de Año Nuevo, el doctor Li Wenliang, un oftalmólogo del Hospital Central de Wuhan en la provincia China de Hubei, envió un mensaje a sus compañeros en el que les alertaba de un número preocupante de casos de neumonía. Como respuesta, le detuvieron por “difundir rumores falsos”, le enviaron a la Oficina de Salud Pública y le reprendieron por hacer “comunicados falsos que atentaban contra el orden público”. Treinta y nueve días después, tras haberse infectado con el mismo virus del que había intentado advertir a sus compañeros, murió con solo treinta y tres años. Para entonces, la enfermedad ya se había esparcido a docenas de países. Mi nuevo libro, “Cómo sobrevivir en una pandemia”, está dedicado a la memoria del doctor Li. 

En su mensaje se leía: “7 casos de SARS confirmados en el mercado de mariscos de Hoo-ah-nin”. El SARS, que son las siglas de Severe Acute Respiratory Syndrome (síndrome respiratorio agudo grave), fue el causante del primer brote mortal provocado por un tipo de coronavirus en 2003. Por desgracia, Carlo Urbani, el primer doctor que alertó al mundo de la epidemia, también murió a causa de la enfermedad.

Los coronavirus reciben ese nombre porque, cuando se observan con un microscopio electrónico, (su nombre proviene del Latin corona) las proteínas en forma de punta que salen de su superficie parecen una corona. Estoy seguro de que ya han visto muchísimas imágenes, pero esto es exactamente lo que se ve cuando se mira a través de un microscopio electrónico: un halo de puntas. Estos virus en realidad provienen de las gallinas. El primero que se descubrió fue el que causaba una enfermedad llamada bronquitis infecciosa aviaria. Este es el tipo de coronavirus COVID-19. Cuesta un poco ver las puntas, pero en esta versión a color se ven mucho más claras. 

Antes del gran brote de SARS en 2003, solo se conocían dos tipos de coronavirus que afectasen a los humanos, y ambos causaban algo más serio que un resfriado común. Sin embargo, de cada diez personas infectadas con el SARS, una moría. Su tasa de mortalidad era del 10 %. 

Una década más tarde, en 2012, apareció otro coronavirus mortal: el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio). Como el SARS, el MERS se esparció hasta infectar a miles de personas en docenas de países, aunque, esta vez, morían uno de cada tres infectados. ¡La tasa de mortalidad era de más del 30%!

Pero ¿de dónde aparecieron? ¿De dónde salen este tipo de enfermedades infecciosas? De acuerdo con el CDC y un estudio de referencia acerca de los factores de riesgo de enfermedades emergentes en humanos, tres cuartas partes de las nuevas enfermedades que nos afectan provienen de los animales, y el porcentaje podría ser aún mayor en lo que respecta a enfermedades virales infecciosas. Todas ellas se podrían haber originado en los animales y haberse transmitido por zoonosis, es decir, de animales a humanos. 

En el caso de los coronavirus, la mayoría de los que afectan a humanos parecen haberse originado en los murciélagos. El motivo por el cual estos son el huésped perfecto es porque pueden formar colonias de hasta 200.000 individuos y volar cientos de kilómetros, con lo que adquieren y esparcen nuevas cepas de virus. Es posible que su única herramienta de navegación, la ecolocalización, haga que la transmisión entre murciélagos sea aún más eficiente, ya que emiten secreciones a través de la nariz o de la boca. 

Sin embargo, esta enfermedad no nos ha llegado directamente de los murciélagos. Se considera que estos son el huésped primordial, el “acervo genético” en el cual los fragmentos de genes de los coronavirus se pueden cruzar. Pero parece que es necesario que exista un huésped intermediario que permita saltar la barrera entre especies para infectar a los humanos. Un huésped en el que los virus se puedan adaptar, crecer y llegar hasta las personas. En el caso del MERS, eran los camellos. 

En Arabia Saudí se encontró un murciélago que portaba el MERS, pero se cree que el mayor factor de riesgo de infección en humanos surge del contacto con fluidos corporales (las secreciones nasales, en particular) de camellos infectados. Una vez estos contagian a varias personas, el MERS se empieza a esparcir entre la población.

Por supuesto, aquellos cuyos negocios dependían de los camellos, negaron cualquier relación entre estos y el MERS. En respuesta a las recomendaciones de que aquellos en contacto con estos animales debían “llevar equipos de protección personal adecuados en todo momento”, lanzaron una campaña en las redes sociales llamada (y no me lo estoy inventando) “Besa a tu camello”.

Pero si domesticamos a los camellos hace tres mil años. ¿Desde cuándo sus babas son el beso de la muerte? Según las muestras de sangre, hacía décadas que eran portadores del MERS y nunca lo habían transmitido a humanos. ¿Por qué ahora sí?

Antes, los camellos pastaban al aire libre, pero a medida que se iban criando más y más y el pastoreo excesivo llevó a la desertificación del terreno, la industria se vio obligada a trasladarlos a miles de granjas de camellos en las que vivían confinados en naves masificadas. Se cree que el contacto entre tantísimos camellos y los trabajadores fue lo que provocó la transmisión del MERS de animales a humanos. En 2011, se prohibió el pastoreo al aire libre en Qatar, el país de Oriente Medio con mayor densidad de camellos. Al año siguiente, surgieron los primeros casos de MERS en humanos. 

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Nota del Doctor

Este es el primer video de una serie de 17 sobre pandemias y COVID-19. Esta información la presenté en mi reciente webinar gratuito, pero lo vamos a publicar en videos cortos durante las próximas semanas.

Esta es la serie completa:

En caso de que no lo sepas, pusimos una página de información sobre COVID-19 con videos, links a mis blogs, post y sesiones de preguntas y respuestas sobre pandemias y mi receta DIY de sanitizante de manos, no te la pierdas, ve directo aquí.

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