El sesgo del peso: odiar a tus intestinos

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¿Qué tan común es la estigmatización por peso en la atención médica?

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Marina Campi voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Introducción: Este video y el siguiente son sobre el prejuicio y la discriminación por peso, un tema que puede ser sensible para muchas personas. ¿Cómo afecta esto la atención médica? Continúa para obtener más información sobre este importante tema.

Considerado como el último prejuicio “aceptable”, el estigma del peso es la discriminación y el estereotipo generalizado de las personas con sobrepeso. 50 mujeres con sobrepeso llevaron un diario de todas las veces que sentían que estaban siendo estigmatizadas por su peso. En una sola semana, registraron más de mil casos. Una mujer con sobrepeso puede ser acosada (con gritos o insultos), encontrarse con barreras físicas (como no poder entrar en asientos públicos) o discriminada (por ejemplo recibir peor atención en restaurantes o tiendas) en promedio unas tres veces al día. Los hombres obesos reportan tres veces menos discriminación que las mujeres del mismo tamaño; por lo tanto, tal vez haya un solo evento al día para ellos.

No es solo paranoia. Los estudios con actores profesionales que se presentan como solicitantes de empleo maquillados para parecer con sobrepeso con la magia de Hollywood fueron significativamente más propensos a ser discriminados que cuando aparecen como su peso normal. Se encontró que este prejuicio de empleo era especialmente perjudicial contra las mujeres con sobrepeso en comparación con los hombres.

Las actitudes también se pueden explorar en encuestas. En una comparación de 16 grupos sociales estigmatizados, como los homosexuales y las personas sin hogar, solo los drogadictos y los fumadores fueron considerados con niveles más altos de desagrado que los individuos obesos. Los investigadores notaron, sin embargo, que efectivamente había un empate: las personas obesas fueron “calificadas tan desagradables como los políticos”.

Este estigma del peso comienza sorprendentemente pronto. Los niños de tan solo tres años describen a sus compañeros con sobrepeso como “malos”, “estúpidos”, “perezosos” y “feos”. Luego, ese famoso estudio publicado en 1961.

A los niños en campamentos de verano y escuelas de diferentes orígenes sociales, culturales y étnicos en California, Montana y Nueva York se les pidió que clasificaran las siguientes imágenes en cuanto a quién les gustaba más, incluido un niño con muletas con un corrector en la pierna, un niño en silla de ruedas, un niño sin una mano, un niño con desfiguración facial o un niño obeso. En cada población de niños que probaron, hubo una “notable uniformidad”. El niño obeso siempre fue el último en llegar. 

Pero eso fue hace mucho tiempo. En 2003, los investigadores publicaron el seguimiento de 40 años. El estudio se repitió y… el título lo delata: “Peor aún: la estigmatización de niños obesos”. ¡El niño obeso aun más rechazado! Esto se correlaciona a las tendencias en toda la sociedad con casi un 70% de aumento en la discriminación por peso percibida registrada en las encuestas nacionales desde mediados de los noventa.

Es posible que las actitudes entre los maestros no estén ayudando. Más de una cuarta parte de los maestros y otros miembros del personal escolar encuestados sentían que engordar es “una de las peores cosas que podría sucederle a una persona”. Incluso los padres pueden ser parciales, proporcionando menos apoyo para la universidad para sus hijas con sobrepeso en comparación con los hermanos más delgados. Como comentaron dos destacados investigadores sobre la obesidad, “es un prejuicio fuerte cuando los padres discriminan a sus propios hijos”.

¿Y los médicos? Una encuesta nacional representativa encontró que más de la mitad de los médicos consideraban a los pacientes obesos como “torpes, poco atractivos, feos e incumplidores”. Alrededor de una cuarta parte de las enfermeras estuvieron de acuerdo o muy de acuerdo con la declaración: “El cuidado de un paciente obeso generalmente me repugna”. 

Este antagonismo puede tener graves consecuencias para la salud de quienes más lo necesitan. Por ejemplo, las mujeres obesas tienen un mayor riesgo de desarrollar cánceres de cuello uterino, endometrio y ovario; sin embargo, es menos probable que se sometan a exámenes de detección. Los pacientes con obesidad mórbida tienen la mitad de probabilidades de hacerse los exámenes pélvicos recomendados. Parte de esto puede ser la evasión por parte del paciente, pero algunos médicos simplemente rechazan a los pacientes obesos. El Sun Sentinel encuestó consultorios de obstetricia/ginecología en Florida y descubrió que hasta una de cada siete se negaba a ver a mujeres de más peso, por ejemplo, estableciendo cortes de peso para pacientes nuevos a partir de 90 kilos.

Incluso los médicos que aceptan los pacientes obesos los atienden por menos tiempo. Los médicos asignados al azar para recibir una historia clínica de un paciente con migraña que fue presentado como peso promedio, sobrepeso u obeso dijeron que le darían al paciente obeso alrededor del 28 por ciento menos de su tiempo. Y es tiempo de menor calidad. Al grabar visitas se descubrió que los médicos construyen una relación menos emocional con los pacientes con sobrepeso. 

Incluso los especialistas en obesidad profesan actitudes anti-gordos cada vez más explícitas. Empeorando en las encuestas realizadas entre 2001 y 2013, los especialistas en obesidad describieron a las personas gordas como significativamente más “perezosas, estúpidas e inútiles”. Incluso en la literatura médica, encontrarás líneas como esta, un ejemplo de los Anales de Medicina Interna: “la obesidad es un delito estético: es fea”.

La buena noticia es que parecen capaces de ocultar su desprecio. En un estudio titulado “Los pacientes obesos sobreestiman las actitudes de respeto de los médicos”, a pesar de las actitudes negativas que los médicos albergaban hacia sus pacientes obesos, los mismos pacientes expresaron su satisfacción con la atención. Los investigadores concluyeron: “Si bien los médicos pueden estar desempeñando con éxito el papel, la falta de verdadero respeto sugiere…la autenticidad de la relación médico-paciente debe cuestionarse”.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Marina Campi voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Introducción: Este video y el siguiente son sobre el prejuicio y la discriminación por peso, un tema que puede ser sensible para muchas personas. ¿Cómo afecta esto la atención médica? Continúa para obtener más información sobre este importante tema.

Considerado como el último prejuicio “aceptable”, el estigma del peso es la discriminación y el estereotipo generalizado de las personas con sobrepeso. 50 mujeres con sobrepeso llevaron un diario de todas las veces que sentían que estaban siendo estigmatizadas por su peso. En una sola semana, registraron más de mil casos. Una mujer con sobrepeso puede ser acosada (con gritos o insultos), encontrarse con barreras físicas (como no poder entrar en asientos públicos) o discriminada (por ejemplo recibir peor atención en restaurantes o tiendas) en promedio unas tres veces al día. Los hombres obesos reportan tres veces menos discriminación que las mujeres del mismo tamaño; por lo tanto, tal vez haya un solo evento al día para ellos.

No es solo paranoia. Los estudios con actores profesionales que se presentan como solicitantes de empleo maquillados para parecer con sobrepeso con la magia de Hollywood fueron significativamente más propensos a ser discriminados que cuando aparecen como su peso normal. Se encontró que este prejuicio de empleo era especialmente perjudicial contra las mujeres con sobrepeso en comparación con los hombres.

Las actitudes también se pueden explorar en encuestas. En una comparación de 16 grupos sociales estigmatizados, como los homosexuales y las personas sin hogar, solo los drogadictos y los fumadores fueron considerados con niveles más altos de desagrado que los individuos obesos. Los investigadores notaron, sin embargo, que efectivamente había un empate: las personas obesas fueron “calificadas tan desagradables como los políticos”.

Este estigma del peso comienza sorprendentemente pronto. Los niños de tan solo tres años describen a sus compañeros con sobrepeso como “malos”, “estúpidos”, “perezosos” y “feos”. Luego, ese famoso estudio publicado en 1961.

A los niños en campamentos de verano y escuelas de diferentes orígenes sociales, culturales y étnicos en California, Montana y Nueva York se les pidió que clasificaran las siguientes imágenes en cuanto a quién les gustaba más, incluido un niño con muletas con un corrector en la pierna, un niño en silla de ruedas, un niño sin una mano, un niño con desfiguración facial o un niño obeso. En cada población de niños que probaron, hubo una “notable uniformidad”. El niño obeso siempre fue el último en llegar. 

Pero eso fue hace mucho tiempo. En 2003, los investigadores publicaron el seguimiento de 40 años. El estudio se repitió y… el título lo delata: “Peor aún: la estigmatización de niños obesos”. ¡El niño obeso aun más rechazado! Esto se correlaciona a las tendencias en toda la sociedad con casi un 70% de aumento en la discriminación por peso percibida registrada en las encuestas nacionales desde mediados de los noventa.

Es posible que las actitudes entre los maestros no estén ayudando. Más de una cuarta parte de los maestros y otros miembros del personal escolar encuestados sentían que engordar es “una de las peores cosas que podría sucederle a una persona”. Incluso los padres pueden ser parciales, proporcionando menos apoyo para la universidad para sus hijas con sobrepeso en comparación con los hermanos más delgados. Como comentaron dos destacados investigadores sobre la obesidad, “es un prejuicio fuerte cuando los padres discriminan a sus propios hijos”.

¿Y los médicos? Una encuesta nacional representativa encontró que más de la mitad de los médicos consideraban a los pacientes obesos como “torpes, poco atractivos, feos e incumplidores”. Alrededor de una cuarta parte de las enfermeras estuvieron de acuerdo o muy de acuerdo con la declaración: “El cuidado de un paciente obeso generalmente me repugna”. 

Este antagonismo puede tener graves consecuencias para la salud de quienes más lo necesitan. Por ejemplo, las mujeres obesas tienen un mayor riesgo de desarrollar cánceres de cuello uterino, endometrio y ovario; sin embargo, es menos probable que se sometan a exámenes de detección. Los pacientes con obesidad mórbida tienen la mitad de probabilidades de hacerse los exámenes pélvicos recomendados. Parte de esto puede ser la evasión por parte del paciente, pero algunos médicos simplemente rechazan a los pacientes obesos. El Sun Sentinel encuestó consultorios de obstetricia/ginecología en Florida y descubrió que hasta una de cada siete se negaba a ver a mujeres de más peso, por ejemplo, estableciendo cortes de peso para pacientes nuevos a partir de 90 kilos.

Incluso los médicos que aceptan los pacientes obesos los atienden por menos tiempo. Los médicos asignados al azar para recibir una historia clínica de un paciente con migraña que fue presentado como peso promedio, sobrepeso u obeso dijeron que le darían al paciente obeso alrededor del 28 por ciento menos de su tiempo. Y es tiempo de menor calidad. Al grabar visitas se descubrió que los médicos construyen una relación menos emocional con los pacientes con sobrepeso. 

Incluso los especialistas en obesidad profesan actitudes anti-gordos cada vez más explícitas. Empeorando en las encuestas realizadas entre 2001 y 2013, los especialistas en obesidad describieron a las personas gordas como significativamente más “perezosas, estúpidas e inútiles”. Incluso en la literatura médica, encontrarás líneas como esta, un ejemplo de los Anales de Medicina Interna: “la obesidad es un delito estético: es fea”.

La buena noticia es que parecen capaces de ocultar su desprecio. En un estudio titulado “Los pacientes obesos sobreestiman las actitudes de respeto de los médicos”, a pesar de las actitudes negativas que los médicos albergaban hacia sus pacientes obesos, los mismos pacientes expresaron su satisfacción con la atención. Los investigadores concluyeron: “Si bien los médicos pueden estar desempeñando con éxito el papel, la falta de verdadero respeto sugiere…la autenticidad de la relación médico-paciente debe cuestionarse”.

Gráficos de Avo Media

Nota del Doctor

En este video y el siguiente discutimos el importante y preocupante tema del prejuicio y la discriminación por el peso, un tema que puede ser sensible para algunos espectadores.

El siguiente video de esta serie de dos partes es El impacto del sesgo del peso en la salud pública.

Ambos videos de la serie están tomados de mi libro Comer para no engordar.

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