Beneficios de la seta melena de león en polvo para la demencia

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El consumo habitual de champiñones se asocia con un menor riesgo de declive cognitivo y demencia, pero los datos de los ensayos intervencionales son desiguales.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Carmen Peláez voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Ya he hablado de los beneficios de las verduras ricas en nitratos para mejorar la función cognitiva. ¿Hay alguna otra verdura que destaque? Los hongos son una clase aparte, literalmente, de hecho, un reino propio, ya que pertenecen al reino de los Fungi y no al de las plantas. Estudios epidemiológicos realizados en Japón, Singapur, Noruega, los Países Bajos y los Estados Unidos han descubierto asociaciones entre el consumo de hongos y una función cognitiva superior.

En comparación con las personas que no comen hongos, las que estaban en la categoría más alta de ingesta de hongos en EE.UU. tenían un mayor rendimiento en diversas pruebas cognitivas, y esa ingesta más alta solo suponía una media de un hongo al día. Este resultado parecía ser independiente de otros factores dietéticos y de estilo de vida. Los investigadores sugirieron que podría deberse al antioxidante exclusivo de los hongos, la ergotioneína, que he descrito anteriormente, y, de hecho, un estudio realizado en Francia descubrió que los niveles de ergotioneína en sangre estaban asociados a una menor probabilidad de deteriorioro cognitivo.

El equipo de investigación de EE.UU. sugirió que “el consumo regular de hongos puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo”, pero se trataba solo de una instantánea transversal en el tiempo; por tanto, no se sabe qué fue primero. Investigadores japoneses realizaron un estudio prospectivo en el que siguieron a más de 10 000 hombres y mujeres mayores de 65 años durante unos seis años. En este tiempo, aproximadamente a 1 de cada 12 se les diagnosticó demencia. ¿Qué parecía reducir el riesgo de pertenecer a ese grupo? El consumo de hongos. En comparación con los que comían hongos menos de una vez por semana, los que lo hacían tres o más veces por semana tenían un 19 por ciento menos probabilidades de sufrir demencia. El estudio transversal realizado en Singapur halló un 57 por ciento menos probabilidades de deterioro cognitivo entre los que comían más de dos raciones a la semana. Pero, como siempre, la relación causa-efecto solo puede establecerse con ensayos de intervención.

Un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, de seis meses de duración en el que se asignó al azar a hombres y mujeres mayores al consumo de champiñones blancos o placebo, no encontró diferencias en la función cognitiva, pero la dosis era solo de unos 200 mg al día de polvo de champiñón seco. Esto equivale en peso fresco a menos de la cuarta parte de un hongo pequeño al día. Esto permitió a los investigadores introducir los hongos en cápsulas para poder compararlos con el placebo, pero ofrece poca información sobre lo que podría hacer incluso una sola ración diaria de hongos, lo que supondría cincuenta veces la dosis estudiada.

Y qué decir de los hongos más sofisticados, como el hongo comestible llamado melena de león (o el menos sabroso, hongo diente de barba). En 2009, un estudio piloto descubrió que hombres y mujeres mayores diagnosticados de deterioro cognitivo leve que tomaban aleatoriamente unos gramos diarios de polvo seco de hongo melena de león experimentaron una mejora significativa de la función cognitiva en comparación con el placebo a partir del segundo mes. A pesar de los prometedores resultados, no se publicó un intento de replicar los resultados hasta una década después. Los investigadores probaron unos tres gramos de hongo melena de león al día en adultos mayores cognitivamente sanos. Se encontró una mejora significativa respecto al placebo en una de las tres medidas cognitivas. Por último, en 2020, se publicó un estudio sobre el hongo melena de león para la enfermedad de Alzheimer temprana. Un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo de casi un año de duración con aproximadamente un gramo al día de melena de león seca y en polvo cultivada en laboratorio tristemente no encontró beneficios cognitivos en comparación con el placebo, pero sí mejoró quizás la capacidad de realizar actividades de la vida diaria, una medida de independencia.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Carmen Peláez voluntaria activa en NutritionFacts.org.

Ya he hablado de los beneficios de las verduras ricas en nitratos para mejorar la función cognitiva. ¿Hay alguna otra verdura que destaque? Los hongos son una clase aparte, literalmente, de hecho, un reino propio, ya que pertenecen al reino de los Fungi y no al de las plantas. Estudios epidemiológicos realizados en Japón, Singapur, Noruega, los Países Bajos y los Estados Unidos han descubierto asociaciones entre el consumo de hongos y una función cognitiva superior.

En comparación con las personas que no comen hongos, las que estaban en la categoría más alta de ingesta de hongos en EE.UU. tenían un mayor rendimiento en diversas pruebas cognitivas, y esa ingesta más alta solo suponía una media de un hongo al día. Este resultado parecía ser independiente de otros factores dietéticos y de estilo de vida. Los investigadores sugirieron que podría deberse al antioxidante exclusivo de los hongos, la ergotioneína, que he descrito anteriormente, y, de hecho, un estudio realizado en Francia descubrió que los niveles de ergotioneína en sangre estaban asociados a una menor probabilidad de deteriorioro cognitivo.

El equipo de investigación de EE.UU. sugirió que “el consumo regular de hongos puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo”, pero se trataba solo de una instantánea transversal en el tiempo; por tanto, no se sabe qué fue primero. Investigadores japoneses realizaron un estudio prospectivo en el que siguieron a más de 10 000 hombres y mujeres mayores de 65 años durante unos seis años. En este tiempo, aproximadamente a 1 de cada 12 se les diagnosticó demencia. ¿Qué parecía reducir el riesgo de pertenecer a ese grupo? El consumo de hongos. En comparación con los que comían hongos menos de una vez por semana, los que lo hacían tres o más veces por semana tenían un 19 por ciento menos probabilidades de sufrir demencia. El estudio transversal realizado en Singapur halló un 57 por ciento menos probabilidades de deterioro cognitivo entre los que comían más de dos raciones a la semana. Pero, como siempre, la relación causa-efecto solo puede establecerse con ensayos de intervención.

Un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo, de seis meses de duración en el que se asignó al azar a hombres y mujeres mayores al consumo de champiñones blancos o placebo, no encontró diferencias en la función cognitiva, pero la dosis era solo de unos 200 mg al día de polvo de champiñón seco. Esto equivale en peso fresco a menos de la cuarta parte de un hongo pequeño al día. Esto permitió a los investigadores introducir los hongos en cápsulas para poder compararlos con el placebo, pero ofrece poca información sobre lo que podría hacer incluso una sola ración diaria de hongos, lo que supondría cincuenta veces la dosis estudiada.

Y qué decir de los hongos más sofisticados, como el hongo comestible llamado melena de león (o el menos sabroso, hongo diente de barba). En 2009, un estudio piloto descubrió que hombres y mujeres mayores diagnosticados de deterioro cognitivo leve que tomaban aleatoriamente unos gramos diarios de polvo seco de hongo melena de león experimentaron una mejora significativa de la función cognitiva en comparación con el placebo a partir del segundo mes. A pesar de los prometedores resultados, no se publicó un intento de replicar los resultados hasta una década después. Los investigadores probaron unos tres gramos de hongo melena de león al día en adultos mayores cognitivamente sanos. Se encontró una mejora significativa respecto al placebo en una de las tres medidas cognitivas. Por último, en 2020, se publicó un estudio sobre el hongo melena de león para la enfermedad de Alzheimer temprana. Un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo de casi un año de duración con aproximadamente un gramo al día de melena de león seca y en polvo cultivada en laboratorio tristemente no encontró beneficios cognitivos en comparación con el placebo, pero sí mejoró quizás la capacidad de realizar actividades de la vida diaria, una medida de independencia.

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