Cómo preservar el olfato

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Perder el olfato puede acarrear consecuencias graves.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Jon Aske voluntario activo en NutritionFacts.org.

Según un estudio de casi 2000 personas, nuestro sentido del olfato disminuye a medida que envejecemos, de manera similar a nuestra pérdida de visión y audición. Aproximadamente una cuarta parte de los estadounidenses mayores de 50 años sufren de disfunción olfativa (una dificultad para identificar olores) que alcanza a más de la mitad de las personas entre 65 y 80 años y alrededor del 80 por ciento en los mayores de 80 años. Y eso fue antes del COVID-19, algo que afectó el olfato de casi el 50 por ciento de los pacientes. Por lo general, era algo temporal, pero hasta el 15 por ciento de los sobrevivientes de COVID no hospitalizados todavía experimentaban problemas con la capacidad de oler tres meses o más después, y hay casos en los que duran años.

Como cualquier persona que tenga incluso un simple resfriado puede contar, cuando se pierde el sentido del olfato, también se pierde gran parte del sentido del gusto. Entre el 75 y el 95 por ciento de lo que consideramos sabor, en realidad puede ser olor. Todo esto quedó muy claramente ilustrado en el caso de los soldados de la guerra de Argelia a quienes se les había cortado la lengua que sorprendentemente reportaron poca pérdida de la sensación de sabor de la comida y la bebida.

Pero bueno, si la pérdida del olfato conduce a la pérdida del gusto, ¡imagina toda la pérdida de peso! Aparentemente, esa fue la idea detrás del desarrollo de un “dispositivo nasal novedoso”, tubos de silicona que provocan náuseas y que se colocan en las fosas nasales para precintar los receptores del olfato. Los investigadores registraron una caída en las preferencias por alimentos y bebidas azucaradas junto con la pérdida de peso, pero solo entre los adultos más jóvenes, supuestamente porque el sentido del olfato de los adultos mayores ya estaba afectado. Hacer que todo tenga un sabor insulso puede ayudarte a evitar comer algunas donas, pero la desventaja es que las personas con dificultades para oler tienden a agregar más sal.

Se descubrió que las personas mayores necesitaban entre dos y tres veces más sal que las más jóvenes para lograr el mismo sabor salado. No es de extrañar que el riesgo de desarrollar presión arterial alta a lo largo de la vida pueda exceder el 90 por ciento.

¿Qué podemos hacer para preservar nuestro sentido del olfato? La contaminación del aire ambiental se asocia con disfunción olfativa, lo que se cree que explica por qué las biopsias nasales de residentes de la Ciudad de México, vivos y muertos, mostraban más lesiones y cambios inflamatorios que las de aquellos que viven en ciudades con baja contaminación. Puede que no podamos elegir dónde vivir, pero definitivamente existe una fuente directa de contaminación del aire relacionada con la pérdida del olfato que todos podemos elegir evitar: el humo del cigarrillo.

La pérdida del olfato puede tener consecuencias graves, por ejemplo, no poder oler una fuga de gas, humo o comida en mal estado. (Si se ha perdido el sentido del olfato y se utiliza gas natural, considera la opción de comprar un detector de gas). Pero, en términos de discapacidad directa, la mayoría de las personas afectadas ni siquiera parecen darse cuenta de que su olfato está afectado, incluso cuando se les pregunta directamente. Casi 8 de cada 10 personas mayores con pérdida del olfato pensaban que tenían una sensibilidad olfativa normal. Sin embargo, la pérdida de audición se considera una causa importante de discapacidad global y se encuentra entre las principales afecciones crónicas que afectan a los adultos mayores. Sin embargo, durante demasiado tiempo, como lo expresó un informe de la Academia Nacional de Medicina, la pérdida auditiva ha sido “relegada a un segundo plano de la atención médica”. Para aquellos que estén interesados, vean mi serie de videos que comienza con La pérdida de audición por envejecimiento es evitable. ¿Qué la causa?, seguido de un suplemento que parece ayudar y terminando con un video sobre cambios en la dieta que también pueden ayudar.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Jon Aske voluntario activo en NutritionFacts.org.

Según un estudio de casi 2000 personas, nuestro sentido del olfato disminuye a medida que envejecemos, de manera similar a nuestra pérdida de visión y audición. Aproximadamente una cuarta parte de los estadounidenses mayores de 50 años sufren de disfunción olfativa (una dificultad para identificar olores) que alcanza a más de la mitad de las personas entre 65 y 80 años y alrededor del 80 por ciento en los mayores de 80 años. Y eso fue antes del COVID-19, algo que afectó el olfato de casi el 50 por ciento de los pacientes. Por lo general, era algo temporal, pero hasta el 15 por ciento de los sobrevivientes de COVID no hospitalizados todavía experimentaban problemas con la capacidad de oler tres meses o más después, y hay casos en los que duran años.

Como cualquier persona que tenga incluso un simple resfriado puede contar, cuando se pierde el sentido del olfato, también se pierde gran parte del sentido del gusto. Entre el 75 y el 95 por ciento de lo que consideramos sabor, en realidad puede ser olor. Todo esto quedó muy claramente ilustrado en el caso de los soldados de la guerra de Argelia a quienes se les había cortado la lengua que sorprendentemente reportaron poca pérdida de la sensación de sabor de la comida y la bebida.

Pero bueno, si la pérdida del olfato conduce a la pérdida del gusto, ¡imagina toda la pérdida de peso! Aparentemente, esa fue la idea detrás del desarrollo de un “dispositivo nasal novedoso”, tubos de silicona que provocan náuseas y que se colocan en las fosas nasales para precintar los receptores del olfato. Los investigadores registraron una caída en las preferencias por alimentos y bebidas azucaradas junto con la pérdida de peso, pero solo entre los adultos más jóvenes, supuestamente porque el sentido del olfato de los adultos mayores ya estaba afectado. Hacer que todo tenga un sabor insulso puede ayudarte a evitar comer algunas donas, pero la desventaja es que las personas con dificultades para oler tienden a agregar más sal.

Se descubrió que las personas mayores necesitaban entre dos y tres veces más sal que las más jóvenes para lograr el mismo sabor salado. No es de extrañar que el riesgo de desarrollar presión arterial alta a lo largo de la vida pueda exceder el 90 por ciento.

¿Qué podemos hacer para preservar nuestro sentido del olfato? La contaminación del aire ambiental se asocia con disfunción olfativa, lo que se cree que explica por qué las biopsias nasales de residentes de la Ciudad de México, vivos y muertos, mostraban más lesiones y cambios inflamatorios que las de aquellos que viven en ciudades con baja contaminación. Puede que no podamos elegir dónde vivir, pero definitivamente existe una fuente directa de contaminación del aire relacionada con la pérdida del olfato que todos podemos elegir evitar: el humo del cigarrillo.

La pérdida del olfato puede tener consecuencias graves, por ejemplo, no poder oler una fuga de gas, humo o comida en mal estado. (Si se ha perdido el sentido del olfato y se utiliza gas natural, considera la opción de comprar un detector de gas). Pero, en términos de discapacidad directa, la mayoría de las personas afectadas ni siquiera parecen darse cuenta de que su olfato está afectado, incluso cuando se les pregunta directamente. Casi 8 de cada 10 personas mayores con pérdida del olfato pensaban que tenían una sensibilidad olfativa normal. Sin embargo, la pérdida de audición se considera una causa importante de discapacidad global y se encuentra entre las principales afecciones crónicas que afectan a los adultos mayores. Sin embargo, durante demasiado tiempo, como lo expresó un informe de la Academia Nacional de Medicina, la pérdida auditiva ha sido “relegada a un segundo plano de la atención médica”. Para aquellos que estén interesados, vean mi serie de videos que comienza con La pérdida de audición por envejecimiento es evitable. ¿Qué la causa?, seguido de un suplemento que parece ayudar y terminando con un video sobre cambios en la dieta que también pueden ayudar.

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