Flashback Friday: El alzhéimer y la ateroesclerosis del cerebro

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La falta de flujo sanguíneo al cerebro debido al taponamiento de las arterias cerebrales podría tener un papel fundamental en el desarrollo y la progresión de la demencia por alzhéimer.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Elizabeth Romo y Macarena Troscé voluntarios activos en NutritionFacts.org.

En 1901, el marido de Augusta la llevó a un manicomio en Frankfurt, Alemania. La describieron como una mujer delirante, olvidadiza y desorientada, que “no podía llevar a cabo sus tareas domésticas”. La atendió un tal Dr. Alzheimer, y se convertiría en la paciente que hizo conocido el apellido del doctor.

En la autopsia, Alzheimer describió las placas y los ovillos en el cerebro de Augusta que caracterizarían a la enfermedad. Pero, distraído por la emoción de descubrir una enfermedad nueva, pudo haber pasado por alto una pista. Describió cambios arterioescleróticos (el endurecimiento de las arterias) dentro de su cerebro.

Cuando pensamos en arterioesclerosis, solemos pensar en el corazón, pero la arterioesclerosis implica prácticamente a todo el organismo, a nuestro árbol vascular completo. Y uno de los ejemplos más notorios de esta naturaleza sistémica es la relación entre la enfermedad de la arteria coronaria, la enfermedad degenerativa del cerebro, y la demencia.

En los años 70, se propuso el concepto de demencia cardiogénica: la demencia que genera el sistema cardiovascular. Dado que un cerebro que envejece es muy sensible a la falta de oxígeno, y dado que los problemas del corazón son tan comunes, fue fácil concluir que así es como podría darse la demencia.

Y ahora tenemos bastantes evidencias sustanciales que asocian fuertemente la enfermedad de arterioesclerosis vascular con la principal causa de demencia: el alzhéimer. Ciertos estudios de autopsias, por ejemplo, demostraron que los individuos con alzhéimer tienen significativamente más estrechamiento arterioesclerótico en las arterias dentro de su cerebro.

Así es como deberían verse nuestras arterias cerebrales: abiertas, limpias y permitiendo que fluya la sangre. Así se ven nuestras arterias cerebrales cuando tienen arterioesclerosis. Bloqueadas con grasa y colesterol, las arterias se cierran, lo que restringe el flujo de sangre al cerebro. ¿Qué tipo de arterias cerebrales quieres tener en tu cabeza?

En reposo, la cantidad de flujo sanguíneo que circula dentro de nuestro cerebro es de aproximadamente un cuarto de litro por minuto. Pero perdemos alrededor de 0.5% por año, por lo que a los 65 años podemos haber perdido del 15% al 20%. Pero esto no necesariamente afecta nuestra función cerebral, ya que tenemos un regulador incorporado. Sin embargo, esta disminución en el flujo sanguíneo del cerebro vinculada con la edad puede llegar a ser crítica para la supervivencia de las células cerebrales si el flujo se ve reducido aún más por una sobrecarga adicional.

Esta reducción del flujo sanguíneo puede privar al cerebro de oxígeno, lo que causa miniderrames cerebrales silenciosos y pequeños, así como deterioro del cerebro, cuyos efectos acumulativos parecen jugar un papel fundamental en la aceleración y el aumento del desarrollo y la evolución del alzhéimer.

Si nos fijamos en la cantidad de arterioesclerosis presente específicamente en las arterias que suministran sangre a los centros de memoria y aprendizaje del cerebro, esta es la cantidad de arteriosclerosis grave que se observa en los grupos de control de personas sanas sin demencia comparado con aquellos con alzhéimer. A la luz de estos hallazgos, algunos incluso han sugerido que la enfermedad de Alzheimer debería reclasificarse como un trastorno vascular.

Sin embargo, esta es una buena noticia, ya que la arteriosclerosis es potencialmente reversible. Estos hallazgos se confirmaron en dos estudios más grandes, de más de 1000 autopsias cada uno, donde se encontró lo mismo. La arteriosclerosis en el cerebro es significativamente más frecuente y grave en los pacientes con alzhéimer.

Esto sugiere que las estrategias demostradas para retrasar la progresión de las enfermedades arteriales, como las dietas basadas en alimentos de origen vegetal, pueden ser útiles para prevenir o tratar el alzhéimer.

Claro que los estudios de autopsias llegan un poco tarde para eso. Por lo tanto, para evaluar el impacto del estrechamiento de arterias intracraneales en la progresión de deterioro cognitivo leve a la enfermedad de Alzheimer, los investigadores estudiaron a 400 personas con deterioro cognitivo, durante cuatro años usaron angiografía por tomografía computarizada, exámenes especiales por tomografía axial computarizada para evaluar la cantidad de obstrucción en las arterias cerebrales. Las facultades cognitivas quienes tenían menos arteriosclerosis en la cabeza se mantuvieron bastante estables a lo largo de los años. Pero quienes tenían más colesterol acumulado empeoraron, y quienes tenían la mayor obstrucción empeoraron rápidamente. Y lo mismo se observó en la capacidad para llevar a cabo las actividades de la vida diaria. Y se duplicó la progresión del alzhéimer. El suministro ineficiente de sangre al cerebro tiene consecuencias muy graves en la función cerebral.

Pero ¿realmente puede hacer una diferencia tratar los factores de riesgo vascular, como la presión arterial alta y el colesterol alto? No lo sabíamos, hasta ahora. De 300 pacientes con alzhéimer, quienes recibieron tratamiento para todos sus factores de riesgo vasculares presentaron significativamente menos deterioro y una progresión de la enfermedad más lenta en comparación con quienes no recibieron tratamiento.

Se dice que “el objetivo de la medicina es darles esperanza a los pacientes y, cuando no hay esperanzas, darles comprensión”. Por primera vez en la historia de esta enfermedad, tenemos la oportunidad de brindar esperanza a los pacientes con alzhéimer.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Créditos de la imagen: gabort vía pixabay. La imagen ha sido modificada.

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Elizabeth Romo y Macarena Troscé voluntarios activos en NutritionFacts.org.

En 1901, el marido de Augusta la llevó a un manicomio en Frankfurt, Alemania. La describieron como una mujer delirante, olvidadiza y desorientada, que “no podía llevar a cabo sus tareas domésticas”. La atendió un tal Dr. Alzheimer, y se convertiría en la paciente que hizo conocido el apellido del doctor.

En la autopsia, Alzheimer describió las placas y los ovillos en el cerebro de Augusta que caracterizarían a la enfermedad. Pero, distraído por la emoción de descubrir una enfermedad nueva, pudo haber pasado por alto una pista. Describió cambios arterioescleróticos (el endurecimiento de las arterias) dentro de su cerebro.

Cuando pensamos en arterioesclerosis, solemos pensar en el corazón, pero la arterioesclerosis implica prácticamente a todo el organismo, a nuestro árbol vascular completo. Y uno de los ejemplos más notorios de esta naturaleza sistémica es la relación entre la enfermedad de la arteria coronaria, la enfermedad degenerativa del cerebro, y la demencia.

En los años 70, se propuso el concepto de demencia cardiogénica: la demencia que genera el sistema cardiovascular. Dado que un cerebro que envejece es muy sensible a la falta de oxígeno, y dado que los problemas del corazón son tan comunes, fue fácil concluir que así es como podría darse la demencia.

Y ahora tenemos bastantes evidencias sustanciales que asocian fuertemente la enfermedad de arterioesclerosis vascular con la principal causa de demencia: el alzhéimer. Ciertos estudios de autopsias, por ejemplo, demostraron que los individuos con alzhéimer tienen significativamente más estrechamiento arterioesclerótico en las arterias dentro de su cerebro.

Así es como deberían verse nuestras arterias cerebrales: abiertas, limpias y permitiendo que fluya la sangre. Así se ven nuestras arterias cerebrales cuando tienen arterioesclerosis. Bloqueadas con grasa y colesterol, las arterias se cierran, lo que restringe el flujo de sangre al cerebro. ¿Qué tipo de arterias cerebrales quieres tener en tu cabeza?

En reposo, la cantidad de flujo sanguíneo que circula dentro de nuestro cerebro es de aproximadamente un cuarto de litro por minuto. Pero perdemos alrededor de 0.5% por año, por lo que a los 65 años podemos haber perdido del 15% al 20%. Pero esto no necesariamente afecta nuestra función cerebral, ya que tenemos un regulador incorporado. Sin embargo, esta disminución en el flujo sanguíneo del cerebro vinculada con la edad puede llegar a ser crítica para la supervivencia de las células cerebrales si el flujo se ve reducido aún más por una sobrecarga adicional.

Esta reducción del flujo sanguíneo puede privar al cerebro de oxígeno, lo que causa miniderrames cerebrales silenciosos y pequeños, así como deterioro del cerebro, cuyos efectos acumulativos parecen jugar un papel fundamental en la aceleración y el aumento del desarrollo y la evolución del alzhéimer.

Si nos fijamos en la cantidad de arterioesclerosis presente específicamente en las arterias que suministran sangre a los centros de memoria y aprendizaje del cerebro, esta es la cantidad de arteriosclerosis grave que se observa en los grupos de control de personas sanas sin demencia comparado con aquellos con alzhéimer. A la luz de estos hallazgos, algunos incluso han sugerido que la enfermedad de Alzheimer debería reclasificarse como un trastorno vascular.

Sin embargo, esta es una buena noticia, ya que la arteriosclerosis es potencialmente reversible. Estos hallazgos se confirmaron en dos estudios más grandes, de más de 1000 autopsias cada uno, donde se encontró lo mismo. La arteriosclerosis en el cerebro es significativamente más frecuente y grave en los pacientes con alzhéimer.

Esto sugiere que las estrategias demostradas para retrasar la progresión de las enfermedades arteriales, como las dietas basadas en alimentos de origen vegetal, pueden ser útiles para prevenir o tratar el alzhéimer.

Claro que los estudios de autopsias llegan un poco tarde para eso. Por lo tanto, para evaluar el impacto del estrechamiento de arterias intracraneales en la progresión de deterioro cognitivo leve a la enfermedad de Alzheimer, los investigadores estudiaron a 400 personas con deterioro cognitivo, durante cuatro años usaron angiografía por tomografía computarizada, exámenes especiales por tomografía axial computarizada para evaluar la cantidad de obstrucción en las arterias cerebrales. Las facultades cognitivas quienes tenían menos arteriosclerosis en la cabeza se mantuvieron bastante estables a lo largo de los años. Pero quienes tenían más colesterol acumulado empeoraron, y quienes tenían la mayor obstrucción empeoraron rápidamente. Y lo mismo se observó en la capacidad para llevar a cabo las actividades de la vida diaria. Y se duplicó la progresión del alzhéimer. El suministro ineficiente de sangre al cerebro tiene consecuencias muy graves en la función cerebral.

Pero ¿realmente puede hacer una diferencia tratar los factores de riesgo vascular, como la presión arterial alta y el colesterol alto? No lo sabíamos, hasta ahora. De 300 pacientes con alzhéimer, quienes recibieron tratamiento para todos sus factores de riesgo vasculares presentaron significativamente menos deterioro y una progresión de la enfermedad más lenta en comparación con quienes no recibieron tratamiento.

Se dice que “el objetivo de la medicina es darles esperanza a los pacientes y, cuando no hay esperanzas, darles comprensión”. Por primera vez en la historia de esta enfermedad, tenemos la oportunidad de brindar esperanza a los pacientes con alzhéimer.

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Créditos de la imagen: gabort vía pixabay. La imagen ha sido modificada.

Nota del Doctor

Si esto te suena familiar es porque lo mencioné en mi presentación del 2014: De la mesa a estar capacitado: combatir enfermedades discapacitantes con los alimentos.

Como lo expliqué en mi video El alzhéimer puede comenzar décadas antes de ser diagnosticado, nunca es demasiado temprano para empezar una vida más saludable.

La medicina del estilo de vida es crítica para nuestro cuerpo y mente:

El flujo sanguíneo es importante también para otros órganos: Supervivencia del más firme: disfunción eréctil y muerte.

En 2018 hice un video sobre la dieta y el alzhéimer: Colesterol oxidado como causa del alzhéimer. Dale un vistazo a este video también: Cómo reducir la oxidación del colesterol.

En 2023 publiqué un video que te puede interesar: El papel de las endotoxinas en el alzhéimer y la demencia

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