¿Funciona el laetril (amigdalina o vitamina B17) como cura alternativa al cáncer?

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La Clínica Mayo pone a prueba el laetril para ver si es un tratamiento efectivo contra el cáncer.

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A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Natalia Emerson y Tatiana Fernández voluntarios activos en NutritionFacts.org.

La amigdalina: ¿es charlatanería o es una cura? La amigdalina es un compuesto que contiene cianuro y se encuentra en las semillas de manzana, pero es 10 veces más concentrada en las semillas de melocotones, albaricoques y almendras amargas. Está a la venta como un derivado llamado laetril y es publicitado con el inapropiado nombre de vitamina B-17. Ganó popularidad en los años 70 entre los pacientes con cáncer como un tratamiento alternativo pero la razón por la que hubo una revisión en el 2016 y la razón por la que hago videos al respecto es que ha experimentado un renacimiento gracias a la internet.

En ese entonces, lo único que podía hacer la FDA era enviar un boletín a un millón de médicos y otros profesionales de la salud advirtiendo que el laetril no solo es inefectivo, sino peligroso. Además, se hicieron diez mil copias las cuales fueron publicadas en las oficinas de correos. Aún así, el New York Times publicó en su editorial que las personas deberían ser libres de poder elegir su propio placebo, pero este compuesto las estaba matando. Finalmente, y tal como lo reportó el New England Journal of Medicine, el Tribunal Supremo terminó con este disparate en donde el juez Thurgood Marshall, en forma unánime con la corte, dictaminó que los pacientes con enfermedades terminales merecían ser protegidos por la FDA en forma igualitaria frente a medicamentos peligrosos y por consiguiente fue prohibido a nivel federal.

Este lógico argumento no logró disuadir a las personas y el Estado tuvo que intervenir, lo cual produjo el efecto contrario, donde las víctimas de cáncer y sus familias aparecieron acusando al gobierno y a la medicina convencional de ser una gran conspiración. Por ejemplo, en una reunión de la FDA un doctor de M.D. Anderson Cancer Center preguntó en forma retórica: “¿En realidad creen que un cuarto de millón de médicos estadounidenses conoce la cura para el cáncer y no dicen nada al respecto solo para enriquecerse”. La audiencia en coro le respondió “sí”. Los que sí se estaban enriqueciendo eran algunos de los defensores del laetril, como el director del “comité para la libertad de elección en la terapia del cáncer”, que estaba libremente comprometido a embolsarse millones al año en ventas de laetril.

“Defensores del laetril lo consideran una ‘cura natural contra el cáncer’; mientras que los opositores lo consideran como “la promoción más astuta, sofisticada, lucrativa y rentable de charlatanería contra el cáncer en la historia médica”. “Pero no se sabe hasta donde… hasta que lo pones a prueba.

“El Instituto Nacional del Cáncer, en respuesta a un interés público generalizado, realizó un análisis retrospectivo del tratamiento con laetril“. En otras palabras, enviaron una carta a todos los médicos del país, igualmente a decenas de miles de otros profesionales de la salud y además contactaron a todos los grupos pro-laetril pidiéndoles que les enviaran la mejor evidencia que tuviesen. “Aunque se estima que al menos 70,000 estadounidenses han usado este producto, solo se enviaron 93 casos para su evaluación” y de ellos solo seis parecieron ser legítimos en donde el uso de laetril se asoció con alguna mejoría parcial.

Ahora, por supuesto las personas que enviaron estos informes podrían haberse equivocado o simplemente haber creado datos falsos, o tal vez esos seis realmente sí respondieron al tratamiento. Sin embargo, si solo estos 6 de un total de 70,000 respondieron al tratamiento es posible que sea solo una casualidad. Pero el hecho de que tantas personas lo hayan intentado debería contar en algo. Sí, puede que todos lo hayan hecho mal, pero tal vez hay algo de cierto. Ciertamente, el hecho que no pareció ayudar con ninguno de los cánceres en animales de laboratorio aún no significaba que no pudiera funcionar en personas. La única forma de saberlo con seguridad es poniéndolo a prueba: en un ensayo clínico realizado en “manos competentes y con experiencia”. Y la Clínica Mayo aceptó el desafío.

Ciento setenta y ocho pacientes con cáncer fueron tratados con esta sustancia y… todos los pacientes murieron rápidamente. “No se observó ningún beneficio sustancial en términos de cura, mejoría o incluso estabilización del cáncer, ni mejora en los síntomas, ni extensión de la vida del paciente”. Solo efectos adversos por la toxicidad del cianuro. En conclusión: la amigdalina, laetril, es un fármaco tóxico que no es eficaz como tratamiento contra el cáncer.

Así, los libros fueron cerrados para esta opción por más de 30 años. El laetril no funciona, es inseguro e inefectivo. No hay pruebas sólidas de que el laetril sea eficaz como un agente anticancerígeno. Incluso en este momento etiquetarlo como un remedio contra el cáncer “no probado” podría ser demasiado generoso; es hora de afirmar con vehemencia que la terapia con laetril contra el cáncer ha sido “invalidada”.

Considera ser voluntario/a para ayudar en la página web.

Créditos de la imagen: RitaE vía pixabay. La imagen ha sido modificada.

Gráficos de Avocado Video

A continuación una aproximación al contenido del audio de este video. Para ver los gráficos, tablas, imágenes o citas a los que Dr. Greger se refiere, ve el video más arriba. La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Natalia Emerson y Tatiana Fernández voluntarios activos en NutritionFacts.org.

La amigdalina: ¿es charlatanería o es una cura? La amigdalina es un compuesto que contiene cianuro y se encuentra en las semillas de manzana, pero es 10 veces más concentrada en las semillas de melocotones, albaricoques y almendras amargas. Está a la venta como un derivado llamado laetril y es publicitado con el inapropiado nombre de vitamina B-17. Ganó popularidad en los años 70 entre los pacientes con cáncer como un tratamiento alternativo pero la razón por la que hubo una revisión en el 2016 y la razón por la que hago videos al respecto es que ha experimentado un renacimiento gracias a la internet.

En ese entonces, lo único que podía hacer la FDA era enviar un boletín a un millón de médicos y otros profesionales de la salud advirtiendo que el laetril no solo es inefectivo, sino peligroso. Además, se hicieron diez mil copias las cuales fueron publicadas en las oficinas de correos. Aún así, el New York Times publicó en su editorial que las personas deberían ser libres de poder elegir su propio placebo, pero este compuesto las estaba matando. Finalmente, y tal como lo reportó el New England Journal of Medicine, el Tribunal Supremo terminó con este disparate en donde el juez Thurgood Marshall, en forma unánime con la corte, dictaminó que los pacientes con enfermedades terminales merecían ser protegidos por la FDA en forma igualitaria frente a medicamentos peligrosos y por consiguiente fue prohibido a nivel federal.

Este lógico argumento no logró disuadir a las personas y el Estado tuvo que intervenir, lo cual produjo el efecto contrario, donde las víctimas de cáncer y sus familias aparecieron acusando al gobierno y a la medicina convencional de ser una gran conspiración. Por ejemplo, en una reunión de la FDA un doctor de M.D. Anderson Cancer Center preguntó en forma retórica: “¿En realidad creen que un cuarto de millón de médicos estadounidenses conoce la cura para el cáncer y no dicen nada al respecto solo para enriquecerse”. La audiencia en coro le respondió “sí”. Los que sí se estaban enriqueciendo eran algunos de los defensores del laetril, como el director del “comité para la libertad de elección en la terapia del cáncer”, que estaba libremente comprometido a embolsarse millones al año en ventas de laetril.

“Defensores del laetril lo consideran una ‘cura natural contra el cáncer’; mientras que los opositores lo consideran como “la promoción más astuta, sofisticada, lucrativa y rentable de charlatanería contra el cáncer en la historia médica”. “Pero no se sabe hasta donde… hasta que lo pones a prueba.

“El Instituto Nacional del Cáncer, en respuesta a un interés público generalizado, realizó un análisis retrospectivo del tratamiento con laetril“. En otras palabras, enviaron una carta a todos los médicos del país, igualmente a decenas de miles de otros profesionales de la salud y además contactaron a todos los grupos pro-laetril pidiéndoles que les enviaran la mejor evidencia que tuviesen. “Aunque se estima que al menos 70,000 estadounidenses han usado este producto, solo se enviaron 93 casos para su evaluación” y de ellos solo seis parecieron ser legítimos en donde el uso de laetril se asoció con alguna mejoría parcial.

Ahora, por supuesto las personas que enviaron estos informes podrían haberse equivocado o simplemente haber creado datos falsos, o tal vez esos seis realmente sí respondieron al tratamiento. Sin embargo, si solo estos 6 de un total de 70,000 respondieron al tratamiento es posible que sea solo una casualidad. Pero el hecho de que tantas personas lo hayan intentado debería contar en algo. Sí, puede que todos lo hayan hecho mal, pero tal vez hay algo de cierto. Ciertamente, el hecho que no pareció ayudar con ninguno de los cánceres en animales de laboratorio aún no significaba que no pudiera funcionar en personas. La única forma de saberlo con seguridad es poniéndolo a prueba: en un ensayo clínico realizado en “manos competentes y con experiencia”. Y la Clínica Mayo aceptó el desafío.

Ciento setenta y ocho pacientes con cáncer fueron tratados con esta sustancia y… todos los pacientes murieron rápidamente. “No se observó ningún beneficio sustancial en términos de cura, mejoría o incluso estabilización del cáncer, ni mejora en los síntomas, ni extensión de la vida del paciente”. Solo efectos adversos por la toxicidad del cianuro. En conclusión: la amigdalina, laetril, es un fármaco tóxico que no es eficaz como tratamiento contra el cáncer.

Así, los libros fueron cerrados para esta opción por más de 30 años. El laetril no funciona, es inseguro e inefectivo. No hay pruebas sólidas de que el laetril sea eficaz como un agente anticancerígeno. Incluso en este momento etiquetarlo como un remedio contra el cáncer “no probado” podría ser demasiado generoso; es hora de afirmar con vehemencia que la terapia con laetril contra el cáncer ha sido “invalidada”.

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Créditos de la imagen: RitaE vía pixabay. La imagen ha sido modificada.

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Nota del Doctor

¿Qué pasa si directamente comemos semillas de albaricoque? En caso de que te hayas perdido el video anterior lo puedes ver aquí ¿Funcionan las semillas de albaricoque como cura alternativa del cáncer?

La clínica Mayo también puso a prueba la vitamina C por vía intravenosa:

Y aquí es donde la terapia Gerson fue puesta a prueba:

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